La golondrinas
Las golondrinas nunca faltan a su cita para anunciarle la primavera al hemisferio norte. Cosmopolitas y veloces, gustan de viajar, comer y beber, reproducirse y volar.
La golondrina común es una de las aves migratorias más conocidas del mundo, Tiene un admirable sentido de la orientación y recuerda los lugares de un modo sorprendente, siendo capaz de encontrar su nido del año anterior.
Puede llegar a medir hasta 19 cm de largo, posee un pico corto, alas fuertes y largas en proporción al cuerpo. Su cuerpo aerodinámico está adaptado para vuelos rápidos y de largo recorrido. Sus alas estrechas y su cola ahorquillada le permiten maniobrar con facilidad: puede dar rápidos giros para perseguir a su presa. El color de la cabeza, del lomo, alas y de la cola es de un negro azulado brillante, el de la frente y cuello, rojo herrumboso, y en el pecho y vientre es blanco.
Construyen sus nidos con barro y hierba, y suelen fijarlos a vigas de madera y paredes. La puesta y la cría la realiza en el hemisferio norte. Una vez que reencuentra su nido, si es necesario lo reconstruye o hace uno nuevo, donde pone sus huevos y cría sus polluelos. Esta ave tiene un gran instinto de defensa, siendo el gato su más frecuente enemigo.
Cuando alguno la asedia en su nido, se agita con un batir de alas y abre el pico amenazadoramente para salvar a sus hijos. En ocasiones en que el peligro es muy grande, se une con otras compañeras y entre todas espantan al enemigo.
El «milagro» del regreso de las golondrinas se repite año tras año en California cada 19 de marzo, día de San José, cuando empiezan a llegar a la misión de San Juan Capistrano. La puntualidad asombra a los miles de visitantes que se congregan allí para observar su llegada tras un viaje de más de diez mil kilómetros desde Argentina.
El fenómeno se repetirá a la inversa cada 23 de octubre cuando comienzan a emigrar de nuevo, esta vez hasta el hemisferio sur, siempre con el mismo recorrido y el mismo punto de destino: la ciudad de Goya en la provincia argentina de Corrientes.
La golondrina común es una de las aves migratorias más conocidas del mundo, Tiene un admirable sentido de la orientación y recuerda los lugares de un modo sorprendente, siendo capaz de encontrar su nido del año anterior.
Puede llegar a medir hasta 19 cm de largo, posee un pico corto, alas fuertes y largas en proporción al cuerpo. Su cuerpo aerodinámico está adaptado para vuelos rápidos y de largo recorrido. Sus alas estrechas y su cola ahorquillada le permiten maniobrar con facilidad: puede dar rápidos giros para perseguir a su presa. El color de la cabeza, del lomo, alas y de la cola es de un negro azulado brillante, el de la frente y cuello, rojo herrumboso, y en el pecho y vientre es blanco.
Construyen sus nidos con barro y hierba, y suelen fijarlos a vigas de madera y paredes. La puesta y la cría la realiza en el hemisferio norte. Una vez que reencuentra su nido, si es necesario lo reconstruye o hace uno nuevo, donde pone sus huevos y cría sus polluelos. Esta ave tiene un gran instinto de defensa, siendo el gato su más frecuente enemigo.
Cuando alguno la asedia en su nido, se agita con un batir de alas y abre el pico amenazadoramente para salvar a sus hijos. En ocasiones en que el peligro es muy grande, se une con otras compañeras y entre todas espantan al enemigo.
El «milagro» del regreso de las golondrinas se repite año tras año en California cada 19 de marzo, día de San José, cuando empiezan a llegar a la misión de San Juan Capistrano. La puntualidad asombra a los miles de visitantes que se congregan allí para observar su llegada tras un viaje de más de diez mil kilómetros desde Argentina.
El fenómeno se repetirá a la inversa cada 23 de octubre cuando comienzan a emigrar de nuevo, esta vez hasta el hemisferio sur, siempre con el mismo recorrido y el mismo punto de destino: la ciudad de Goya en la provincia argentina de Corrientes.
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