25 de diciembre de 2010


¡Feliz Navidad!

A todos nuestros amigos,
colaboradores, seguidores
y lectores:

Feliz Navidad
Merry Christmas
Joyeux Noël
Buon Natale
Feliz Natal


Que  esta Navidad
sea para todos
como aquella primera en Belén,
cálida y sencilla,
y en la que
la magia del amor
sea nuestro mejor adorno,
la sonrisa el mejor regalo
y la paz nuestro mejor deseo.



Navidad

Luis Mario

Cargados de incienso y mirra,
henchidos de mirra y fe,
interrogan tres camellos
por la Estrella de Belén.

Las arenas tienen lumbre
y van grabando en la piel
las divinas credenciales
de Jesús de Nazaret.

Concluye una vieja historia
que comenzó en el Edén:
Palestina está de fiesta,
pero no sabe por qué.

En el jardín más humilde
brota la más pura flor.
Desgrana un canto María
para que dormite el Sol.

De un balbuceo sagrado
nace un mensaje sin voz,
que tropieza en los primeros
conatos de redención...

En una cuna sencilla
hecha de paja y amor
el milagro se hizo carne...
y la carne se hizo Dios.


NAVIDAD,
TIEMPO DE AMOR Y DE PAZ

La Navidad es un tiempo de amor y de paz en el que recordamos y celebramos el misterio del nacimiento de Jesús en Belén, “cuya palabra es la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo, y a cuantos la reciben y creen en su nombre les da poder de ser hijos de Dios”. Pues bien, le encontramos en compañía de su madre virgen, santa María, y de su padre legal, san José, en un portal cueva de Belén. Un ángel proclamando: “Gloria a Dios en las alturas y paz a los hombres de buena voluntad”. Unos sencillos y humildes pastores contemplándole y unos reyes magos ofreciéndole incienso, oro y mirra.

Los Evangelios no señalan el día, mes y año de su nacimiento, porque no son biografías, sino semblanzas de los dichos y hechos de Jesús. Dionisio el Exiguo, monje excita del siglo VI, lo fija en el año 754 después de la fundación de Roma. Sin embargo, los historiadores bíblicos consideran que hay un error de cálculo de seis o siete años en esta fecha. Fijan su nacimiento en el 748 o 747, seis o siete años antes, en base a que el rey Herodes muere en el año 750. Anteriormente, había recibido la visita de los reyes magos y mandado matar a los niños inocentes de Belén, hechos que debieron tener lugar dos o tres años antes de su muerte.

En los primeros siglos del Cristianismo, los cristianos celebraban la Navidad en los día 6 ó 7 de enero, fecha que la Iglesia ortodoxa sigue celebrando. En el siglo IV, la Iglesia católica la traslada al día 25 de diciembre con el fin de sustituir la fiesta pagana del astro Sol naciente por la del nacimiento de Jesús, Sol naciente moral que ilumina la vida y da calor a la humanidad en el camino de su salvación hacia una nueva vida. Los antiguos celebraban este día, solsticio de invierno, con gran alegría y fiesta al ver que las noches comenzaban a menguar y los días a crecer, comprendiendo así que la luz, el calor y la vida continuaban en el universo.
La piedad y la cultura cristiana han expresado de diversas formas y maneras la Navidad instalando nacimientos, pesebres y grutas del misterio del nacimiento del niño de Jesús. San Francisco de Asís fue el iniciador de esta hermosa costumbre cristiana representando el primer Belén viviente, en Greccio, Italia, en 1223. Desde entonces, las parroquias, monasterios, conventos y familias cristianas de este mundo lo representan en sus iglesias y viviendas por medio de figuras llenas de encanto.

José Barros Guede, A Coruña
revistaecclesia.com
Colaboración, Ramón H Ramos

PROPÓSITOS DE NAVIDAD

Si tienes tristeza, alégrate:
la Navidad es gozo.

Si tienes enemigos, perdónalos,
la Navidad es paz.

Si tienes amigos, búscalos,
la Navidad es encuentro.

Si tienes pobres a tu lado, ayúdalos,
la Navidad es don.

Si tienes soberbia, sepúltala,
la Navidad es humildad.

Si tienes deudas, págalas, 
la Navidad es justicia.

Si tienes faltas, arrepiéntete,
la Navidad es gracia.

Si tienes tinieblas, disípalas,
la Navidad es luz.

Si tienes errores, reflexiona,
la Navidad es verdad.

Si tienes odios, olvídalos,
la Navidad es amor.

Anónimo


BELÉN, DONDE NACIÓ JESÚS

Según los Evangelios, el lugar del nacimiento de niño Jesús fue una cueva de Belén, donde su madre la virgen María y su esposo san José le reclinan en un pesebre. Entre los años 327 al 332, santa Elena, madre del emperador Constantino, y el obispo Macario de Jerusalén construyen la basílica de la Natividad de Jesús sobre dicha cueva y pesebre. Posteriormente, destruida en parte por una invasión árabe islamista, es reconstruida por Justiniano en siglo VI. Externamente, tiene el aspecto de una fortaleza. Interiormente, mide 66 m. de largo y 17 de ancho. Sus columnas interiores son de piedra rojiza y su techo está bellamente ornamentado.

 Basílica de la Natividad en Belén

 La basílica de la Natividad del Señor acoge a la cueva y al pesebre del nacimiento de Jesús. La cueva, que se halla bajo el crucero central, mide 13 m. de largo y 3’5 m. de ancho. Está iluminada por 32 lámparas. Una estrella de plata indica el sitio exacto donde nació el niño Jesús con el siguiente letrero: “Hic de Virgine María Jesús Cristus natus est” (aquí de la Virgen María nació Jesucristo). Se accede a ella por una escalera circular. El pesebre se encuentra tres escaleras más abajo.

Capila-cueva del Pesebre

Los cristianos ortodoxos griegos ocupan la capilla mayor de la basílica de la Natividad, llena de incensarios colgantes que despiden un intenso olor a incienso, y donde tienen su culto. Los cristianos de rito armenio ocupan la nave oriental del crucero, donde también realizan su culto. Los cristianos católicos, representados por los religiosos franciscanos, los hacen en la basílica de santa Catalina, construida en 1881, que se encuentra pegada y unida por una puerta a la basílica de la Natividad. El patriarca latino de la Iglesia católica celebra anualmente la Misa del Gallo, en la noche del 24 al 25 de diciembre, en la basílica de Santa Catalina.

Belén es una de las ciudades bíblicas más importantes de Palestina, después de Jerusalén. Hoy día, está bajo el poder político de la Autoridad Palestina. Es la cuna no sólo de Jesucristo, sino que también de los personajes bíblicos, Boaz, Noemí, de Isaí y del rey David, ascendientes de Jesús. Razones que mueven a los judíos y a los cristianos a suspirar por ella. Se asienta sobre las laderas de dos pequeñas colinas, con una altitud de 77 m. sobre el nivel del mar.



La piedad y la cultura cristiana ha expresado de diversas formas y maneras la Navidad instalando nacimientos, pesebres y grutas del misterio del nacimiento del niño Jesús. San Francisco de Asís fue el iniciador de esta hermosa costumbre cristiana representando el primer Belén viviente, en Greccio, Italia, en 1223. Desde entonces, las parroquias, monasterios, conventos y familias cristianas de este mundo lo representan en sus iglesias y viviendas por medio de figuras llenas de encanto.

José Barros Guede, A Coruña
revistaecclesia.com
Colaboración, Ramón H. Ramos

24 de diciembre de 2010

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Jesús, el dulce, viene...

Juan Ramón Jiménez

Jesús, el dulce, viene...
Las noches huelen a romero...
¡Oh, qué pureza tiene
la luna en el sendero!

Palacios, catedrales,
tienden la luz de sus cristales
insomnes en la sombra dura y fría...
Mas la celeste melodía
suena fuera...
Celeste primavera
que la nieve, al pasar, blanda, deshace,
y deja atrás eterna calma...

¡Señor del cielo, nace
esta vez en mi alma!

EL PAÍS DE SANTA CLAUS

* Laponia (o área Sápmi) es una región geográfica de Europa del Norte. Limita por el norte con el océano Glacial Ártico, por el oeste con el mar de Noruega, y por el este, con el mar de Barents. Laponia está dividida entre Noruega, Rusia, Suecia y Finlandia.

Si bien es cierto que se han abierto decenas de correos en el ciber espacio para recibir las cartas al gordito bonachón, millones de niños han seleccionado un destino concreto: Rovaniemi, al norte de Finlandia, sobre el Círculo Polar Ártico, donde se ha levantado un parque temático con su Despacho y su Oficina de Correo.

Y es que, a diferencia de otros países donde predomina lo comercial, Finlandia se tomó en serio el correo al gordito bonachón de barba blanca y vestido de rojo, con el parque Santa Claus Village, en las afueras de Rovaniemi, en la provincia finlandesa de Laponia donde en verano hay sol las 24 horas del día. 

Rovaniemi es una ciudad famosa por tener como habitante honorífico a Papá Noel y no menos importante el pueblo de los samis, uno de las pocas etnias nómadas que mantienen su cultura y su lengua.

Es la capital de Laponia, una ciudad de ambiente internacional en la confluencia de los ríos Kemijoki y Ounasjoki. Se trata de una ciudad universitaria, centro de negocios y comercio de la zona, y ciudad del deporte y la cultura. Su situación, en la confluencia de dos grandes ríos, las vías de transportes más importantes en la antigüedad, hicieron que Rovaniemi adoptase el papel de puerta de Laponia.

La fama de este lugar ha crecido en los últimos años debido a que ninguna cultura europea especifica de dónde es originario Papá Noel, pero en el imaginario colectivo se lo describe como un gordo barbudo que vive en una cabaña en el Polo Norte.

Finlandia, tan arriba en el mapa, ofrece eso: en medio del frío polar está el Despacho de Papá Noel. Ahí, los turistas pueden conocerlo y sacarse fotos con él. Los más chicos pueden ver el destino de sus cartas, porque está la Oficina de Correos. Desde allí, además se pueden enviar postales y cartas que llevan el matasellos oficial de Papá Noel.

La leyenda de Santa Claus

En la leyenda urbana que se extendió en todo el planeta, Papá Noel o Santa Claus, viviría en el polo Norte junto a la señora Claus y una gran cantidad de Duendes navideños, que le ayudan en la fabricación de los juguetes y otros regalos que le piden los niños a través de cartas.

Para poder transportar los regalos, Santa Claus los guardaría en un saco mágico y los repartiría a las 00:00h del día 25 de diciembre, en un trineo mágico volador, tirado por « 9 renos navideños» liderados por uno de ellos: Rudolph, (Rodolfo), un reno que ilumina el camino con su nariz roja y brillante, siendo el último en agregarse a la historia.

http://www.cronicaviva.com.pe

MADRE MARÍA de la ENCARNACIÓN
VEGAS VILLAREJO, STJ

Desde Uruguay, donde residía desde hace años, llegó la noticia del fallecimiento de la Madre Encarnación, la única de nuestras profesoras en el Colegio Teresiano de Camagüey que permanecía con vida. Sigue acompañándonos ahora desde la Casa del Padre, gozando ya de la Gloria del Señor que supo ganarse con una vida ejemplar. (adg)


Cuando descubría era Voluntad de Dios algo que se le sugería o pedía, iba hasta las últimas consecuencias por doloroso y difícil que fuera. Así nos lo demostró una vez más, cuando teniendo 96 años y sin casi nada de visión, se le sugirió la conveniencia de que pasara a vivir a la Residencia de San José, casa de hermanas mayores, en Montevideo, después de 15 años en la comunidad y colegio de Rivera. Si el Señor lo quiere, así está bien, dijo.

Fue una mujer de mucho carácter, que se dejó transformar a lo largo de su vida. Desde hace años los profesores, padres de familia, hermanas, todos la reconocíamos como una mujer bondadosa.

Una persona a la que se acercaban los profesores para compartirle sus preocupaciones y pedirle consejo. La habían descubierto como una persona muy fiel, que sabía guardar los secretos. Se preocupaba por su vida de relación con Dios y con los hermanos. En Rivera ayudó a más de treinta profesores/as para que pudieran sacar su Licenciatura.

Sencilla, buena, sumamente recta, justa, humilde, trabajadora. Muy exigente consigo misma, austera, pero bondadosa con los demás. Atenta a lo que el otro pudiera necesitar. Se dejó hacer y deshacer por el Señor. Era una mujer de fe.

Su vida espiritual siempre fue algo primordial para ella. Cuando ya la visión no le respondía, pedía que le leyeran y le grabaran cassettes para poder escuchar, y así tenía grabado El Camino de Perfección, Las Moradas, de Santa Teresa, y más cosas. Fiel a su tiempo de oración, hasta los últimos días, cantaba y rezaba con otra hermana que sí podía leer las oraciones.

Su amor a la Virgen fue algo que impresionaba y conmovía. Lo mismo que el no sentir ni una sola vez una queja al ir aceptando no poder leer y tener que dejar de tejer.

Fue una persona que se iba haciendo a los nuevos adelantos tecnológicos, llegó a dominar la computadora. Tenía mucho espíritu de superación, no quería molestar. Ella misma, previendo y aceptando sus limitaciones, preparó a una docente laica para que la supliera en la administración del Colegio.

Durante más de 65 años fue ecónoma, comenzó en el año 1939 en el Colegio de Tortosa, pasando por Valladolid, Calahorra, Camagüey, Santana do Livramento, Montevideo, llegando en el año 1989 a la comunidad de Rivera; hasta ese momento había sido profesora en Tarragona, en Campo Criptana y en el mismo Colegio de Tortosa. En diciembre del 2008 llegó a nuestra comunidad de la Residencia San José.

Encarnación nació en Trujillo (Cáceres) el 14 de junio de 1912 y entró en la Compañía el 22 de diciembre de 1944.

Ya es plenamente feliz. ESTÁ EN DIOS. Vivir desde esta realidad su ausencia física, es lo que nos consuela a sus familiares que tanto quería y a nosotras, ante el vacío tan grande que dejó.

Gracias, Encarnación, tu vida es fuerza para nosotras.

Cortesía: Pilarín Rodríguez Briz, stj
 .
 Atrévete a soñar

- Ninoska Pérez Castrillón

Mientras asistía a una sesión de la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra, me impactó un afiche de Naciones Unidas que mostraba a un hombre que le gritaba a otro: ``¡Refugiado, regresa a tu país!''. El hombre acosado respondía: "¡Si pudiera lo haría!''

El exilio es una de esas pocas experiencias que para entenderla, hay que vivirla. Es profunda desolación. Una fría neblina que nunca se va del todo. Tan traumático como arrancar una planta de raíz. Es una constante añoranza por todo lo perdido que se niega a desaparecer y la redención solo la encuentras al recordar.

Jorge Mas Canosa, el exiliado más prominente de su época, me confesó poco antes de morir que el exilio era ``el peor de los castigos''. A pesar de su influencia política y su triunfo económico, murió añorando la tierra que juró liberar.

Ser exiliado es sentirse frágil como una planta trasplantada. Es dejar atrás todo lo amado y sentirse siempre un extranjero. Es no saber si algún día regresaremos al hogar.

El 5 de junio de 1959, aterricé en una ciudad cuyo nombre no podía pronunciar: Ft. Lauderdale. Mi hermanita, mi prima y yo descendimos del avión vestidas como princesas, sin reconocer aún que no éramos más que refugiadas. América nos había dado la bienvenida y quedaba atrás la pesadilla en que se había convertido la vida para nuestra familia tras el triunfo de la revolución. Unos meses después recuerdo el miedo y el frío que sentí en una corte de inmigración durante una audiencia de deportación. Fue una de las pocas ocasiones en que el optimismo de mi madre quedó opacado por la preocupación que reflejaba el rostro de mi padre. Pero Estados Unidos no nos defraudó y recibimos el asilo político, evitando que fuéramos devueltos al infierno del que habíamos logrado escapar.

Los próximos años fueron difíciles. Niños cubanos llegaban a Estados Unidos sin sus padres, las noticias reportaban demasiados fusilamientos y fracasaba la invasión de Bahía de Cochinos donde lucharon mis tíos y hermanos. Uno de mis hermanos, con apenas 18 años, por poco muere asfixiado al ser encerrado en una rastra hermética. Hombres y mujeres abarrotaban las prisiones en Cuba, mientras que miles escapaban despojados de todo y estrenaban el exilio con la incertidumbre como compañera. Los trabajos eran escasos y era común ver a un médico o a un abogado limpiando pisos. En medio de aquel caos mi abuelo siempre repetía: "Atrévanse a soñar''.

El ex congresista Joe Kennedy me contó cómo su abuela Rose Fitzgerald le mostró la sección de clasificados de un viejo diario de Boston y le señaló un anuncio que decía: Se busca un lavador de platos, los irlandeses no se molesten en aplicar. "Recuerda siempre de dónde venimos'', le dijo. No fue diferente con nosotros los cubanos. Nunca lo hemos olvidado. Nos hemos reconocido en los rostros de quienes llegaron después en balsas o embarcaciones, desertando en algún remoto rincón del planeta o perdiendo la vida en el intento.

El exilio es una difícil, pero valiosa lección. El libro: The Exile Experience, A Journey to Freedom pone nuestra experiencia en perspectiva y se convierte en un importante testimonio para futuras generaciones. Mostrará a los americanos que vivimos agradecidos del país que nos dio tantas oportunidades. Una tierra que queremos tanto como la nuestra, pero que como refugiados que siempre seremos en lo más profundo de nuestras almas, jamás podremos olvidar de dónde venimos. Ayudará a despejar las perversas difamaciones del régimen cubano hacia una comunidad que ha sido más satanizada que ninguna otra.

La historia del exilio cubano es una de triunfos, pero detrás de cada una de esas historias figuran grandes sacrificios, mucho dolor y las amargas lágrimas de tercos cubanos que contuvieron su llanto y siguieron adelante a pesar que a veces la visión nublaba el camino.

ada vez que he tenido el privilegio de ser una voz a favor de la libertad de mi pueblo, ya sea en la radio aquí en Miami o trasmitiendo hacia Cuba, hablándole a algún presidente o testificando ante el Congreso de Estados Unidos confrontando a quienes sirven de apologistas para la dictadura cubana, invariablemente escucho las palabras de mi abuelo: "Atrévete a soñar''.

Hace un tiempo atrás, en la Casa Blanca como invitada del presidente de Estados Unidos para celebrar la Navidad, recordé aquella primera Nochebuena en este país, donde la tristeza fue tal que al sentarse la familia a la mesa, todos rompimos a llorar. Ahora cuando miro la foto de ese día junto al presidente George Bush, me digo a mi misma: no está mal para la niña refugiada que temblaba de miedo en una corte de inmigración.

No, aún no he olvidado. Jamás voy a olvidar.

elnuevoherald.com
Ninoska Pérez Castellón es directora ejecutiva del Consejo por la Libertad de Cuba y autora con Mirta Iglesias de "Cuba mía, hablan tus hijos".


EL RECUERDO, COMO UNA VELA, BRILLA MÁS EN NAVIDAD.

- CHARLES DICKENS

23 de diciembre de 2010

JINGLE BELLS


JINGLE BELLS

 * Es curioso que uno de los más populares cantos de Navidad en los Estados Unidos, popularidad que se repite en otros países del mundo entero, fuera escrito originalmente  para el Día de Dar Gracias.

El autor de su letra y compositor de su música fue James Pierpont, que creó el cántico en 1857 para la celebración del Thanksgiving por los niños de su Escuela Dominical en Boston. Gustó tanto que fue repetido durante la celebración de Navidad y desde entonces es uno de los favoritos de este tiempo navideño.

Fue creado con el título de «One Horse Open Sleigh» (El trineo descubierto de un solo caballo), y publicado en la ciudad de Boston  el 16 de septiembre de 1857. Dos años después, en 1859, la canción fue relanzada, esta vez bajo el título «Jingle Bells, or the One Horse Open Sleigh». A pesar de estar íntimamente conectada a la Navidad,  no es específicamente una canción de Navidad, ya que ésta ni siquiera se menciona. 

En la ciudad de Savanah, Estado de Georgia, en una iglesia donde Pierpont servía como director de música hay una placa en la que se lee:

«James L. Pierpont, compositor de "Jingle Bells" (1822-1893) sirvió como director de música en esta iglesia en la década de 1850 cuando era una Iglesia Unitaria, localizada en Oglethorpe Square. Hijo del notable reformista de Boston Rev. John Pierpont, fue hermano de Rev. John Pierpont Jr. ministro de esta iglesia, y tío del financiero John Pierpont Morgan. Se casó con Eliza Jane Purse, hija de Thomas Purse, alcalde de Savannah…»

«Jingle Bells» fue la primera canción que se transmitió desde el espacio. El  16 de diciembre de 1965 los dos astronautas estadounidenses Tom Stafford y Walter M. Schirra hicieron una broma de Navidad durante la misión Gemini 6A.
Enviaron este mensaje a la estación de control en la Tierra:

«Tenemos un objeto, parece un satélite yendo de norte a sur, probablemente en órbita polar... de frente veo un módulo de mando y ocho módulos más pequeños. El piloto del módulo de mando lleva un traje rojo.»

Los astronautas a continuación cogieron una armónica de contrabando y unos cascabeles y emitieron una versión de «Jingle Bells». La armónica, mostrada a la prensa a su retorno, era una Little Lady de marca Hohner, de un tamaño aproximado de una pulgada de largo y tres octavos de pulgada de ancho.

Las versiones en español varían entre "Campanitas, campanitas suenan sin cesar..." en España, "Navidad, Navidad, pronto llegará..." en México, "Navidad, Navidad hoy es Navidad" en Venezuela y "Navidad, Navidad, blanca Navidad" en Colombia.

Fuente: Web

La elocuencia de dos sillas vacías...

Editorial de Ecclesia Digital
martes, 21 de diciembre de 2010

En apenas cinco días, dos sillas vacías y mudas se han convertido en un elocuente grito de libertad, de dignidad y de reclamo de los derechos humanos. Se han convertido en elocuentes evidencias de la cacofonía periclitada, malévola y corrosiva de sistemas ideológicos y políticos putrefactos y dañinos como los de matriz marxista.

La primera silla quedó vacía en Oslo el viernes 10 de diciembre, día del 62 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Fue la silla del premio Nobel a la Paz 2010, la silla que no pudo ocupar el escritor y disidente chino Liu Xiaobo. Ni él ni su mujer. Él porque lleva meses encarcelado en las oscuras cárceles del gigante asiático por el solo delito de reclamar la libertad y los derechos humanos. Y su mujer, también retenida en su prisión hogar, por solo el delito de ser la esposa de Liu Xiaobo.

La diplomacia china no satisfecha con estas ausencias puso en marcha una enorme presión internacional para intentar boicotear, en la medida de lo posible, el acto de entrega del premio Nobel y hasta cerca de veinte países no enviaron representación diplomática a la ceremonia. Entre estos países, se hallaron Marruecos, Venezuela y Cuba.

La segunda silla vacía la pudimos comprobar el miércoles 15 de diciembre. En este caso fue en Estrasburgo, la llamada capital europea de los derechos humanos. La silla debía ser ocupada por el psicólogo y periodista cubano Guillermo Fariñas Hernández. Pero su país, la querida y hermana Cuba, tampoco le permitió salir de la isla y poder recibir en libertad –siquiera condicional– el premio Sajarov 2010 a la Libertad de Conciencia.

Y quizás precisamente por estar vacías aquellas dos sillas mudas y quedas, estas dos sillas de Oslo y de Estrasburgo, hablaron como quizás no lo hayan hecho nunca. Hablaron y hablan con el lenguaje icónico del testimonio de la ausencia. Hablaron y hablan de la insobornable dignidad de la persona humana y de la insoportable condición de los regímenes políticos e ideológicos autoritarios y abyectos que aún se creen que solo existen lo que ellos quieren que exista. Y que, aunque prohíban internet y aunque sus comunicaciones con el exterior se corten cuando se pronuncian palabras claves como «libertad», «conciencia», «derechos humanos» o «denuncia», precisamente por semejantes tropelías quedan más en evidencia sus vergüenzas y las grandezas de personajes conocidos y reconocidos por Liu Xiaobo y Guillermo Fariñas, o de personajes anónimos y desconocidos como los que en estos países o en otros muchos padecen cada día y en silencio la asfixia de la libertad, de la justicia y del derecho que sus Estados totalitarios y marxistas les imponen.

revistaecclesia.com
Colaboración: Ramón Ramos
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 NAVIDADES JUNTO A PEDRITO

He recibido el siguiente aporte de Marta Améndola, evocando el recuerdo de Pedrito Rico en unos versos muy emotivos.

Lola, quiero enviarte desde Argentina un cariñoso saludo y mis mejores deseos para estas celebraciones.

Al igual que Sandra quisiera evocar a través de tu blog la figura de mi querido Pedrito Rico y recordar alguna de tantas Navidades compartidas. El estará presente por siempre en mi corazón y deseo que la nostalgia a través de un poema me acerque a él. Gracias

Navidades junto a Pedrito

Niño de los ojos grandes,
Niño de los ojos bellos,
En ti había Navidad
Plena de luz y destellos.
Tú creías en Jesús,
Practicabas bien su ejemplo
Porque eras todo bondad
Más allá de ir a un templo.
Hoy recuerdo aquellas noches
En que no había festejos.
Lejos estaba tu patria
Y añorabas tus afectos.
Levantábamos las copas
Y aun resuena en la botella
El tin tin que provocabas
A las doce en Nochebuena.
Cuando la nostalgia llega
En fechas tan especiales,
Siento que Dios me bendijo
Por aquellas Navidades.

Marta Améndola


NUNCA PIENSO EN EL FUTURO, YA LLEGARÁ.

- ALBERT EINSTEIN






22 de diciembre de 2010


 NAVIDADES PASADAS

* Joe Cardona
  elnuevoherald.com

* Para la mayoría de los cubanoamericanos, esta época del año trae recuerdos de los fantasmas de Nochebuenas pasadas. Para mí, es un momento de reflexionar sobre mi niñez y el hercúleo esfuerzo de mis padres por no dejarme creer nunca que estábamos por debajo de la clase media, aunque sus numerosos trabajos humildes apenas cubrían los gastos del mes. En los años 60 y 70 nuestras fiestas de fin de año no tenían que ver con Ipads, pantallas planas y certificados de regalo, y sí mucho con la familia, los amigos y, por supuesto, el omnipresente brindis para conmemorar y reconocer el regreso inminente a Cuba.

Después de medio siglo de erosión cultural, social y política, sigo tratando de poner en perspectiva lo que esta distancia de la patria de mis padres ha significado. Abundan las preguntas de quién, por qué y qué mientras trato de reconciliar el camino que tomó mi familia con el que pudo haber tomado. También invierto una cantidad excesiva de pensamiento para entender cómo la experiencia cubana ``revolucionó'' (lo digo sin sarcasmo) y moldeó mi vida.

Mis primeros y más entrañables recuerdos del exilio cubano se remontan a principios y mediados de la década de 1970 y al papel prominente que Cuba y ``nuestro regreso'' sigue teniendo en nuestras vidas. Las escenas recreadas en mi memoria tienen el olor del turrón de yema y la sidra barata. Las familias estaban más unidas, y no sólo por las costumbres y la tradición, sino porque todos vivíamos cerca. Esto era antes de que muchos cubanos poblaran Key Biscayne y Coral Gables, una época en que a los parientes lejanos se les trataba como a primos hermanos.

El tiempo ha demostrado que Cuba ha sido el país más desafortunado en cuanto a la ``longevidad de la dictadura''. Cuba quedó atrapada en el fuego cruzado entre Estados Unidos y la Unión Soviética durante la Guerra Fría. Mientras las superpotencias cercaban a la isla, los cubanos quedaron separados, un aislamiento que le dio la victoria a Castro.

Mi familia, como miles de otras, estaba observando desde el exterior, relegada a esporádicas llamadas telefónicas, cartas ocasionales y gestos simbólicos en reuniones familiares. ``El año que viene en una Cuba libre'' era un brindis que mi familia proponía y entonces cada miembro de la familia (incluidos los niños con nuestros refrescos) levantaban las copas para reconocer el improbable mantra. El brindis era un alivio, una forma de suprimir la tristeza. En mi casa, el tono de la reunión en víspera de Navidad cambiaba drásticamente después de brindar. Los familiares se hacían más introspectivos. Yo era un niño y me era difícil medir la futilidad de todo.

La noche concluía con una visita a la iglesia para asistir a la misa de gallo. Era una época en que algunos curas católicos tenían el valor y la sinceridad de llamar asesinos a los hermanos Castro.

Al llegar a la madurez, la mayoría de mis familiares que participaron en esas celebraciones --abuelos, tíos y mi madre-- ya no están. Admito que identificarse como un cubanoamericano anticastrista en Miami es una oda a la derrota. Las noticias desalentadoras y la decepción siempre están al doblar de la esquina para los cubanos, dentro y fuera de la isla.

Irónicamente, a pesar de la futilidad política de 50 años de exilio y el creciente número de pérdidas emotivas a lo largo del camino, me enorgullece reconocer que soy un miembro del equipo perdedor. A veces hay una gran dignidad en perder. En el caso cubano, creo que la pérdida que sucedió hace 50 años ha sido vengada. Muchos de mi generación viven el Sueño Americano, pero nunca han olvidado nuestras raíces y siguen exigiendo libertad para Cuba. Venimos de gente que optó por sacrificarse por una vida mejor para nosotros, sus hijos. Cubanos que eligieron no participar en el frenesí de abusos de la infame revolución de Castro.

Esta víspera de Navidad, dedicaré de nuevo un momento de silencio a recordar a esos dignos cubanos. De nuevo llenaré una copa con esperanza y vigor. Brindaré por los que han quedado en el camino pero han dejado la huella indeleble de su lucha por la libertad. ``El año que viene en una Cuba libre''.

jccigar@aol.com

DULCE MARÍA LOYNAZ
Y SU CANTO “AL ALMENDARES”

“.. aquella anciana guardaba una poderosa semejanza con la
ciudad en que vivia.”
Abilio Estévez

* Marlene María Pérez Mateo

La poetisa uruguaya Juana de Ibarbourou habló así sobre una colega: “….Ella ha dicho que me admira, ¡cómo entenderlo, si quien lo dice es más grande que yo! Dulce Maria Loynaz es hoy, y de todo corazón lo creo, la primera mujer de América..”

A décadas de tan acertada descripción su validez no es menos. La a duras penas nombrada escritora cubana en los textos de literatura oficial, recibió el “Premio Cervantes” (“Nobel de las letras hispanas”) en 1993, fuera de todo pronóstico y nadando contra corriente. Desde su exilio interior y ostracismo, la nonagenaria artista lograba la reivindicación de su gran valor y estirpe de guerreros. El grato reconocimiento no le hacia falta a si misma; pero quizás sí a muchos de mis contemporáneos, para los cuales la existencia de la escritora era desconocida o increíblemente indiferente.

Centro mi atención ahora en una idea recurrente en la obra poética de la artista: el agua vital y constante. Evocada en “Juegos de agua” (1949), el tema es tomado y llevado a diversos parajes del devenir humano.

La ilustre heredera de patricios cubanos en 1951, plétora de experiencias foráneas en sus viajes numerosos y bien trazados, realzó en sus versos la hermosura del río Almendares; río libre, dócil y suelto a decir de la autora. Remanso apacible y quieto que sin hidrográficas violencias transcurre surcando de ribera a ribera en el entorno que hiere y fertiliza.

El Almendares viene a recorrer los suelos habaneros desde Tapaste hasta el estrecho de La Florida. En sus quince kilómetros de este a norte dibuja y baña la sabana que unifica y divide La Habana provinciana y la capitalina. Nuestros aborígines le llamaban “Casiguaguas”; en la época colonial se le denominó “La Chorrera” y quedó bautizado con su actual nombre en honor al Obispo Enrique Almendaris. Esta arteria aquífera fue abasto de su dulce componente por largos años. Su trayecto era pletórico de naturaleza salvaje, bella y emotiva. El Parque Metropolitano fue en cierto grado la ratificación de su garantizada majestad. Las industrias y el despilfarro desmedido llenaron su cauce de todo inútil hasta tornarlo irreconocible. Un proyecto planea rescatarle, ojalá así sea y no tarde.

En el poema, Al Almendares, no reconozco ninguna forma poética estructurada que se ajuste a su métrica y versificación; mas la distribución de los acentos interiores le hacen de un ritmo ligero, apacible y sonoro; en alta semejanza con el objeto que se describe y enaltece. Las elocuentes imágenes en si mismas son de elegante y depurada sobriedad. La narración discurre sin premuras. Ondulante y apacible dibuja la geografía fluvial y su entorno. El tono es tierno y sencillo. Gentil manera de asumir lo propio como valioso; y lo valioso como patrimonial. La armonía de la obra, tan autentica como lozana, denota la serenidad natural en la mayor de las Antillas.

Resulta pletórica, diáfana y trascendente esta poesía para los que no conocemos el lugar de primera mano. Mas si lográramos estar algún día en las márgenes del Almendares casi sería como un segundo encuentro entre viejos amigos. Tal es la plenitud y auténtica transparencia de estos versos.

La “tierra azul” bañada por el Almendares, latente corazón de la ciudad que Dulce Maria tanto amó, ha llegado a mi oníricamente en la voz de su autora. Es una justa y cubanísima revelación.

Marlene María Pérez Mateo
Diciembre 2010


 "Al Almendares" en la voz de Dulce María Loynaz:

http://bib.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras?Ref=5210&audio=0
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AL ALMENDARES

- Lulce María Loynaz -

Este río de nombre musical
llega a mi corazón por un camino
de arterias tibias y temblor de diástoles…

Él no tiene horizontes de Amazonas
ni misterio de Nilos, pero acaso
ninguno le mejore el cielo limpio
ni la finura de su pie y su talle.

Suelto en la tierra azul… Con las estrellas
pastando en los potreros de la Noche…
¡Qué verde luz de los cocuyos hiende
y qué ondular de los cañaverales!

O bajo el sol pulposo de las siestas,
amodorrado entre los juncos gráciles,
se lame los jacintos de la orilla
y se cuaja en almíbares de oro…
¡Un vuelo de sinsontes encendidos
le traza el dulce nombre de Almendares!

Su color, entre pálido y moreno:
– Color de las mujeres tropicales…–
Su rumbo entre ligero y entre lánguido…
Rumbo de libre pájaro en el aire.

Le bebe al campo el sol de madrugada,
le ciñe a la ciudad brazo de amante.

¡Cómo se yergue en la espiral de vientos
del cubano ciclón…! ¡Cómo se dobla
bajo la curva de los Puentes Grandes…!

Yo no diré qué mano me lo arranca,
ni de qué piedra de mi pecho nace:
Yo no diré que él sea el más hermoso…
¡Pero es mi río, mi país, mi sangre!


DEL EGGNOG A LA CREME DE VIE


Del Eggnog a la Crème de Vie

* Ana Dolores García

* El eggnog y la creme de vie son muy parecidos pues se preparan básicamente con iguales ingredientes. Lo que varía entre ellos es la proporción de esos ingredientes.

El eggnog -o al menos una bebida parecida- se cree que nació en Inglaterra, específicamente en la región de Anglia del Este, como una evolución del «posset», que era una bebida europea del Medioevo en cuya preparación intervenía la leche bien caliente.

En cuanto a su etimología, se ha dicho que el «nog» de la palabra proviene del término «noggin» un pequeño jarro o cuezo de madera en el que se acostumbraba servir alcohol en la parte central de Inglaterra. Por otra parte se atribuye el origen del nombre a una derivación de «egg-and-grog», teniendo en cuenta que «grog» era un término que comúnmente se le daba al ron. La palabra fue evolucionando a «egg'n'grog» y finalmente a «eggnog».

Cabe resaltar que esta bebida resultaba muy cara para el hombre común o de clase media, pero era popular entre la aristocracia. En una época sin refrigeración para conservar leche y huevos, no se hace difícil descubrir las razones de su alto precio. Es notorio que el promedio de los londinenses raramente podían consumir un vaso de leche. Pero aquellos afortunados que podían preparar un eggnog, lo mezclaban con brandy o coñac, vino Madeira portugués, o el «sherry» (jerez) español al que siempre fueron muy aficionados los ingleses.

Los ingleses se trajeron su eggnog a las primitivas trece colonias de Norteamérica. La facilidad de conseguir leche y huevos hizo posible que creciera la popularidad de la bebida. Si bien era cierto que de todos modos ésta se encarecía a causa del ingrediente alcohólico usado en Inglaterra, pronto se encontró un magnifico sustituto al brandy: el ron de las islas del Caribe.

Sus ingredientes principales siguen siendo la leche y los huevos, a los que se agregan nuez moscada, azúcar y ron, brandy o coñac, güisqui o bourbon. A veces se utiliza también leche cremosa para hacer más rica y espesa la mezcla. Hoy en día, el eggnog es la bebida tradicional de las festividades navideñas en los Estados Unidos. Las amas de casa guardan celosamente sus recetas, pero al mismo tiempo se puede conseguir fácilmente embotellado en todas las licorerías -con alcohol-, o sin él en los mercados, con leche «entera» o descremada, y hasta con leche de soya.

La creme de vié (así, con acento agudo la suelen pronunciar los cubanos) fue una de las bebidas navideñas tradicionales en Cuba hasta que sus ingredientes comenzaron a escasear tras el arribo del sistema castro-comunista. Desconocida para muchos de los cubanos que viven en la Isla, la tradición y el deleite de saborearla los podemos disfrutar los que lejos de la Patria nos hemos traído la receta en papeles o en la memoria.

Esta tradición no la importamos de Inglaterra ni de España, nuestra metrópoli colonial, aunque no dejara de ser probable que el «eggnog» fuera conocido en La Habana durante la ocupación de los ingleses en el año 1762. Al menos el nombre nos viene de los franceses. De la inmigración francesa y haitiana que se estableció en Santiago de Cuba y otras regiones de la zona oriental de Cuba a comienzos del siglo XIX.

La influencia francesa se dejó sentir en Oriente no sólo en el aspecto económico, sino también en usos y costumbres, platos y exquisiteces de su cocina, de su pastelería y de sus bebidas. Fue improvisándose así una bebida con un nombre que fue clara referencia a «l’eau de vie» francesa aprovechando la abundancia del aguardiente de caña, y surgió un sencillo ponche de leche y huevo al que se le dio el nombre de creme de vie.

Nuestra creme de vie la hacemos hoy en día empleando leche condensada para agregar el más dulce sabor que nuestro paladar exige. A ella se le agregan leche evaporada o leche fresca natural, 5 ó 6 huevos, un almíbar espeso y ya fresco, y ron o aguardiente a gusto. Hay cientos de recetas.

Ana Dolores García
Foto: Google

Esta Navidad

Regala tiempo:
llama a un buen amigo,
visita a una persona solitaria.

Regala esperanza:
Vive lleno de alegría,
levanta el ánimo a quien esté triste.

Regala paz:
perdona a un enemigo,
arregla diferencias.

Regala parte de ti mismo:
compórtate con ternura.

¡Regala amor
y siempre será Navidad!

Anónimo

21 de diciembre de 2010


EL SÍNDROME DE LA CUCARACHITA MARTINA

* Yoani Sánchez

* El dinero vino en un sobre blanco, traído hasta la puerta por una agencia -alternativa e ilegal- de distribución de remesas. Lo acompañaba una carta del tío que se fue hace treinta años hacia New Jersey y nunca más volvió. “Úsenlo para celebrar la Navidad”, decía con su letra estilizada y concluía la nota con un breve “bye“. La señora cerró la puerta aún sin creer que el pariente emigrado les hubiera mandado aquellos 50 salvadores dólares por fin de año. Llamó a gritos al hijo y a la nuera, mientras la gran pregunta comenzaba a cobrar forma en su mente: “¿Qué me compraré?”

Primero pensaron en reparar el techo que se filtra con cada aguacero, pero al quitarle el 20 % de impuesto del USD en Cuba, no quedó suficiente para los materiales. Otra posibilidad era invertir en sacar la licencia de una cafetería para vender jugos en el portal de la casa. El hijo de la señora la convenció rápidamente de que no, pues las ganancias de tal labor por cuenta propia demorarían en llegar y ellos estaban urgidos de dinero cuanto antes. 

Le recordó que su esposa pariría en tres semanas y que la prioridad eran los pañales desechables para el bebé. Sin embargo, la dueña de la casa se negó a convertir todo en Pampers, pudiendo con el pequeño capital reparar el motor de la lavadora, roto desde hace años. “Además, yo necesito un par de zapatos, porque me da pena seguir yendo al trabajo así”, sentenció la ya malhumorada mujer. El tío -en la distancia- era ajeno a la agitación que su remesa estaba causando.

Estuvieron el resto de la semana discutiendo qué hacer con los 40 pesos convertibles que les dieron como cambio en el banco. La querella tomó por momentos tintes agresivos, cuando la hija que no vivía en la casa se apareció para reclamar la parte que le tocaba a ella. Ninguno se planteó en serio cumplir con lo que el familiar exiliado había deseado: que adquirieran unos turrones, una botella de sidra y un pedazo de cerdo para Noche Buena. 

Al amanecer de un sábado de diciembre, la taza de baño apareció tupida. Buscaron un plomero que cobró 38 CUC por repararla y cambiar un trozo de tubería. La propia vida había establecido así sus prioridades de gastos. La mujer se sentó entonces en el sillón de la sala y volvió a preguntarse qué se compraría, ahora, con los 2 CUC restantes.

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Ilustración: octavocerco.blogspot.com