20
de diciembre
Domingo de Silos, santo
Nace
alboreando el siglo XI en Cañas, cerca de Nájera, en el reino de Navarra,
España; no se sabe si de cuna noble o del pueblo llano, ni si rico o pobre. Sí
se le conoce pastoreando cuando niño y dado a compartir comida y leche de oveja
con los viandantes. Es apacible de carácter y muestra cierta inclinación al
estudio; quizá por eso sus padres le orientan hacia la clerecía que es, en su
tiempo, un modo de conseguir honores y riquezas, casi tanto como las armas,
aunque él piensa más en su santificación y en la gloria de Dios que en los
triunfos humanos.
El obispo lo ordena sacerdote. Pero Domingo Manso llega a sentirse indigno y
nota pavor porque es duro y muy difícil vivir en solitario tan sublime
ministerio. Después de año y medio se retira. Ya no hay eremitas; la
quintaesencia se busca en los monasterios. Entra en el antiguo y observante
cenobio de San Millán de la Cogolla, tomando el hábito negro de San Benito.
Recibe y da ejemplo.
Encargado del priorato de Santa María, lo rehace. Los monjes de San Millán
vuelven los ojos a él y le piden sea su prior. Pasa de "pastorcillo"
a "pastor". Y mientras cumple este encargo, el rey don García de
Navarra, duro de carácter y tenaz, conocido como "el de Nájera", le
pide los tesoros del cenobio; pero da con un compatriota que también lleva en
la sangre lo que dan la tierra y la época en cuanto se refiere a tozudez y
firmeza. Pone cara al rey y defiende lo que es patrimonio de su casa y de su
iglesia. Esta actitud le valió el destierro voluntario a las tierras de
Castilla donde reina el hermano de don García.
El bondadoso rey Fernando, le encomienda poner en pie el monasterio -por
entonces en ruinas- de San Sebastián de Silos que fundó o restauró Fernán
González en el 909 y que sobrevive casi deshabitado. Fue una obra gigantesca
que en España ayuda a la configuración de la gran Castilla en cuanto llega a
convertirse en un foco civilizador en el lugar por donde poco antes andaban los
sarracenos. Llegan más y más gentes al calor del monasterio. Entre el ruido de
los martillos de canteros, las sierras de carpinteros, los cinceles de los
escultores, los cencerros de las vacas y las esquilas de las mulas, también
suenan las campanas que llaman a Vísperas, a Misa y a los rezos. Con ello, se
escucha la alabanza de los monjes que va aprendiendo el pueblo. Las tierras son
bien labr adas y hay horno de pan dispuesto. Ovejas y bueyes pastan por los
amplios campos llanos. Se va haciendo arte al terminar las obras con esmero. Y
el estudio de los monjes requiere libros que se guardan como tesoro sin precio.
Murió el santo abad -"Abad de santa vida, de bondad acabado", según
escribe su cantor- que supo vivir de oración y penitencia el 20 de diciembre
del año 1073 dejándole al monasterio de Silos su nombre como título.
*El
Monasterio de Santo Domingo de Silos es actualmente una abadía
benedictina ubicada en la provincia de Burgos, España. Su
claustro es una de las obras maestras del románico español. Hoy es lugar de afluencia de quienes
saben apreciar las bellezas de su claustro románico y del canto gregoriano con
que se acompañan los oficios religiosos.
Fuente:
Arquidiócesis de Madrid