Merecéis algo mas
Algo mas que
un silencio
por aquellas
palabras
que, estando
vivos entre nosotros,
fueron
consuelo, fuerza y esperanza.
Palabras que
no sabemos
cómo ni de qué
manera,
llenaron
tantos espacios ahora muertos.
Merecéis algo
mas.
Mucho mas que
una lágrima,
porque las
vuestras fueron
llanto y ríos
en abundancia
cuando
nuestros errores o decepciones
no siempre estuvieron
a la altura de lo que valíais.
Merecéis algo
mas que un día
con veinticuatro horas de recuerdos,
porque
vuestras pisadas
en nuestros
pasos fueron aliento
y entrega
permanente,
cuando la vida nos castigaba
cruelmente
en nuestro
caminar.
Merecéis algo mas
que una
lágrima sin futuro
o unas flores
sin eternidad.
Mucho mas
que
una añoranza sin esperanza
o un “gracias”
sin un apostar
por el más allá.
Mucho mas
que una
legítima ausencia
sin llorar
previamente
nuestro
arrepentimiento.
Arrepentimiento
por las veces
que en el aquí y no en el allá,
no os dimos el
abrazo que ahora os daríamos,
el beso que
tal vez os negamos
o el oído que
tal vez
por falta de
tiempo os retiramos.
Qué fácil es
amar cuando alguien se va,
y qué difícil
el Señor nos lo pondrá
cuando tal vez
nos pregunte:
¿Qué hiciste
en vida con tu hermano,
tu padre, tu
madre,
tu abuelo o tu
vecino,
tu sacerdote o
tu amigo?
Porque, no lo
olvidemos, ellos son
nuestros
mientras viven
junto a nosotros,
pero son de
Dios
cuando marchan de este mundo.
Javier Leoz