El Cristo de La Habana
Ernesto Garcia Díaz
LA
HABANA, Cuba. -La estatua del Cristo de La Habana perdió un fragmento de su
cabeza por el impacto de un rayo el pasado mes de noviembre de 2013. Además, a
su pedestal le faltan varias losas de mármol gris de carrara. La Oficina
del Historiador de la Ciudad, responsable de su conservación aun no le restaura
el daño causado.
La
figura del Jesucristo comparte una envidiable posición al noreste de la capital
habanera en la “Loma de Casablanca”, acompañada por el Castillo de los Tres
Reyes del Morro y la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, formando un
majestuoso complejo arquitectónico.
La
estatua de la escultora cubana Lilia Gilma Madera Valiente, más conocida por
“Jilma Madera”, es considerada la mayor obra al aire libre realizada por una
mujer. La imagen fue esculpida con los ojos vacíos, para dar la sensación que
el Cristo mira a todos desde cualquier lugar; así como tiene una mano en el
corazón y la otra en alto, para bendecir a los capitalinos y foráneos que la
visitan.
Las
piezas del Cristo fueron bendecidas por el Papa Pío XII. Llegaron desde Roma a
Cuba en el vapor Farnryver a mediados de 1958 y el 25 de diciembre de ese
propio año con una altura de 20 metros y 51 sobre el nivel del mar, quedó
inaugurada por Fulgencio Batista y Zaldívar entonces presidente de la República
de Cuba y su esposa Martha Fernández de Batista, en presencia del Cardenal
Manuel Arteaga Betancourt, que la bendijo.
La primera
Dama de la República, encabezó el Patronato que recaudó los fondos que
sufragaron la inversión de la obra, colectando unos 200 mil dólares, que
sirvieron para esculpir la estatua.
Para
demeritar la monumental obra, no pocas fueron las críticas de la izquierda
extremista de la Isla. El propio etnólogo, ensayista e investigador cubano Don
Fernando Ortiz, sobre su inauguración dijo: “Fue con gran pompa y autoridades
militares y civiles, bendiciones de cardenales y séquito de clerecía; y
legiones de inciviles diablitos gozando de aquel espectacular sarcasmo. El
pueblo, incrédulo, no asistió a la ceremonia”.
Y agregó
Ortiz que “muy pocos días después, en el albor del nuevo año, se pensó si
aquella hierática imagen había realizado ya un milagro” ─en alusión a que, solo
una semana después, triunfaba la Revolución de 1959─.
Según lo
comenta el portal digital oficialista Ecured, en 1961, a causa de una tormenta
eléctrica, un rayo impactó y perforó la cabeza del Cristo. Jilma, que había
traído un bloque adicional de mármol italiano, reconstruyó el segmento dañado.
Curiosamente,
en 1962 otro rayo volvió a fragmentar la parte posterior de la cabeza del
Cristo, que permaneció 18 años sin repararse por el gobierno de los hermanos
Castro. En 1980, instituciones religiosas restauraron como pudieron la obra.
En 1986
le sobrevino una tercera descarga. ─Jilma ya no podía repararlo con sus manos,
pero, dicen que…Pudo dialogar con Fidel, y este encargó a la empresa de
Monumentos de la capital la reparación inmediata, con la ubicación, ¡al fin!,
de un pararrayos─.
Pero pasaron
26 años de abandono gubernamental, para restaurar el Cristo, tiempo durante el
cual personas insensibles lo convirtieron en un mural lleno de grafitis,
retrete público, y su deterioro fue tal que se determinó cerrarlo por peligro
evidente de derrumbe.
En el
2012, un equipo de restauradores lo mejoró, le otorgaron el Premio Nacional de
Restauración 2013, a pesar que dejaron tirado en los predios del parque la
estructura del codo derecho que le fue sustituido. Meses después el grafiti
comenzó hacer de las suyas, varias losas de mármol le fueron arrancadas, por lo
que tuvo que ser enrejado.
A
principios de noviembre de este año, [2014], un cuarto rayo impactó en uno de los bloques
de la parte posterior la cabeza del Cristo. Desafortunadamente no habían
diseñado un adecuado sistema de pararrayos, lo cual hace vulnerable la armazón
ferrosa de la estatua.
El
Cristo de La Habana, considerado una de las piezas más importantes del
repertorio escultórico-monumental cubano, cumplirá en los próximos días 56 años
de existencia, el mismo tiempo de la revolución castrista en enero del 2015.
Pero con
una especial diferencia, fue construido para el pueblo, creyente o no creyente,
a pesar de que sus gobernantes por muchos años ─sumados 44 años─ lo han
mantenido abandonado. Ahora enrejado, sin su original espacio de libertad y
espera una nueva restauración.
CubaNet
visitó la estatua, pudo entrevistar a José, vendedor de productos de artesanía
en su explanada. Él confirma el abandono del gobierno de la capital a la escultura
religiosa:
¿Desde cuándo está entre rejas el Cristo?
«Hace
casi un año ahorita, meses después de su restauración, lo comenzaron a ‘grafitear’
los muchachos. Amanecía con desechos de todo tipo, incluyendo excremento.
Tomaron la decisión de enrejalo. No tiene iluminación, ni custodios que lo
protejan.»
¿Considera usted, que la medida sea correcta, cuando es visitado por
cientos de turistas?
«El
Cristo merece ser protegido, quizás la cerca perimetral debiera abarcar un área
mayor, con una entrada y sus guardaparques.
Incluso, se podría hasta cobrar la entrada para financiar los gastos de
mantenimiento y de salarios del personal. Lo merece. Vienen de todos los
confines del mundo y no pueden retratarse con nuestro Jesucristo».
Ahora que está nuevamente dañado, ¿Sabe usted cuando lo restaurarán?
«Imagínate
tú, no tengo idea, mira el codo derecho, desde que lo sustituyeron, está tirado
en el jardín del parque. Dicen que las losas están hace un año guardadas para
sustituir las que le faltan, pero no hacen nada. El rayo le cayó hace casi dos
meses, le voló un pedazo de la cabeza. También lo saben, pero pasa el tiempo y
no lo arreglan».
¿Peligrará
nuevamente la imagen tallada del Cristo de La Habana a causas de las
ineficiencias en su protección, en la ciudad declarada “maravilla” del
planeta?
ernestogardiaz@gmail.com
Reproducido de Cubanet.