24 de noviembre de 2012

UNA TORRE EIFFEL EN CAMAGUEY



¿Una torre Eiffel en Camagüey?


P. Willy Pino

El siguiente artículo fue publicado hace años en el Boletín Diocesano de Camagüey por el P. Willy Pino, hoy obispo de Guantánamo-Baracoa, cuando estaba a punto de terminarse la restauración del templo del Sagrado Corazón de Jesús en Camagüey.

A pesar de no ser de las construcciones más antiguas de la ciudad de Camagüey, la bella iglesia del Sagrado Corazón de Jesús ha vuelto a ser noticia. Este edificio religioso, de estilo neo-gótico, se comenzó a construir en 1914 bajo la dirección de 3 maestros de obra catalanes que seguían el proyecto de dos arquitectos, también catalanes, y fue concluida en 1918.

Su elevada torre central, coronada por una cruz, tiene 53 metros de alto; solo la mencionada cruz, desde su base hasta la parte superior, mide 3 metros. Las dos torrecillas laterales se elevan a 43 metros de altura.

Pero este hermoso templo venía deteriorándose desde hace años. Debido a su imponente altura, las auras que sobrevuelan la ciudad encontraron en el techo y las torres de esta iglesia un lugar donde descansar de sus vuelos, abrir en toda su extensión sus grandes alas, jugar entre ellas y… ¡correr las tejas provocando goteras y más goteras!

Como consecuencia de todo ello, la madera del techo estaba en gran parte podrida o comida por el comején. Otro elemento que explica los daños del templo está relacionado con el ciclón Flora. Por las lluvias  de este fenómeno meteorológico, todo el falso techo de ladrillos se llenó de agua, lo que provocó que se agrietaran los contrafuertes laterales de la iglesia. Y un tercer elemento más, según los especialistas, fueron las emanaciones de humo con azufre por la chimenea de la antigua Planta Eléctrica de la ciudad que provocaron un proceso de corrosión en las armaduras metálicas de las tres torres. Se hacía imprescindible una reparación general y urgente que, gracias a Dios, pudo comenzarse en marzo de 2001.

Fue necesario reunir 17 metros cúbicos de madera para poder hacer todo el andamiaje alrededor de la torre principal. Al terminarse, aquel andamio donde trabajarían los obreros parecía una verdadera Torre Eiffel de madera en pleno corazón de Camagüey. Necesario fue, además, hacer un techo nuevo completo y que permitiera asegurar cada una de las tejas del techo. Y, lo más delicado y con riesgos, fue desvestir las tres torres, dejando al descubierto sus estructuras metálicas, sustituir las dañadas por la corrosión del azufre, protegerlas y pintarlas y, por último, nuevamente revestirlas.  Esta vez no fueron artistas catalanes  sino cubanos, algunos de ellos tal vez descendientes de aquellos.

Altar lateral  con la imagen de Ntra. Sra. de la Caridad del Cobre



¿Quiénes fueron los héroes de esta reparación que está casi terminada? habría que mencionar a Ávalos y Enrique en la parte técnica; a Pepe Robert, maestro de obra al frente su pequeña brigada (Alfredo, Yornan, Aníbal, Wilber, José Raúl, Israel, Orlando y Raúl) y dos soldadores, (Norberto y Dadier, con sus ayudantes José Luis y Santiago). Pero no puedo dejar  de mencionar a Samuel, Ringo, Joseíto, Alexey, Roberto Carlos, Ismael y otros que ayudaron en las torrecillas laterales, y ¡por supuesto! a las incansables cocineras y al siempre activo Juancito Boutros.

¿Qué hubo sustos?  Pues sí, y éstos de hoy si fueron de verdad. No como aquel del 27 de febrero de 1945 en que una avioneta accidentada por poco se estrella contra la iglesia y fue a parar al techo y biblioteca de las escuelas Pías. Esta vez fue un incendio accidental en el andamiaje de madera de una de las torrecillas laterales. Era sábado por la tarde y dos hechos se confabularon para provocarlo: por un lado, una chispa producto de las soldaduras que cayó sobre una tabla del andamio, y por otro lado, el fuerte aire que batía a esas horas de la tarde. Ya los obreros se habían ido, pero gracias a la observación de los vecinos que vieron el humo salir, los bomberos pudieron actuar, y todo quedó en 4 ó 5 tablas chamuscadas. Fue más el susto que los daños.

Y el otro “sofocón” también tuvo como responsable al viento. Igualmente en horas de la tarde, y afortunadamente cuando los obreros ya se habían marchado, una manga de aire fuerte levantó el andamio metálico que estaba colocado alrededor de la cruz de la torre central y lo dejó inclinado peligrosamente hacia la calle. Avisados los obreros pudieron, gracias a la inventiva de Enrique, volver a colocarlo en posición. Entonces se decidió soldar las piezas entre sí, y poder así vencer el aire.

Esta obra está a punto determinarse. Ahora solo faltará encontrar un lugar a donde trasladar el comedor y los talleres de los trabajadores que reparan las iglesias de la provincia y que, durante todo este tiempo ha estado funcionando en esta misma iglesia del Sagrado Corazón. Mientras tanto, los obreros acondicionan sus herramientas porque ya se habla de próximas obras: las iglesias de San Juan de Dios, La Merced y La Soledad.

Y le quedan, pues, pocos días a nuestra camagüeyana torre de madera y no de hierro como la Eiffel de París, pero tan sorprendente como aquella. A medida que se va quitando el andamiaje, va quedando al descubierto una iglesia renovada.

Ojalá que así vaya pasando también en los corazones de todos los que formamos la Iglesia (con mayúscula). Que cada pequeña o grande iglesia que se renueva sea la parte visible de una renovación mayor: la nuestra.

Reproducido del Boletín Diocesano de Camagüey, Nº 51.
Fotos de Google Images


FRASE DE SABIDURÍA

La herida causada por una lanza puede curar, pero la causada por una lengua es incurable.
-Anónimo

23 de noviembre de 2012

CUBA SUSPENDE LICENCIA A 2 COMPAÑÍAS DE VUELOS A LA ISLA


Cuba suspende licencia a
2 compañías de vuelos fletados a la isla


Por Wilfredo Cancio Isla
Redacción cafeFuerte.com

El gobierno cubano suspendió sorpresivamente los derechos de aterrizaje de Airline Brokers y C & T Charters, dos conocidas compañías de Miami que operan los vuelos de pasajeros a la isla.

La decisión, que se hará efectiva a partir del próximo 27 de noviembre, fue comunicada la pasada semana a los propietarios de ambas compañías charteadoras por Havanatur Celimar, la entidad estatal cubana a cargo del mercado estadounidense, confirmaron fuentes de la industria a CaféFuerte.

El argumento de la suspensión de la licencia fue “por sobrecapacidad de asientos y otros temas operacionales”, aunque operadores de agencias de viaje dijeron que pudo estar motivada por impagos de impuestos a las autoridades cubanas.

“Me lo comunicaron el viernes [16 de noviembre] por teléfono desde La Habana y me quedé sorprendida, porque no tengo idea de cuál es la razón para una medida tan drástica”, declaró la empresaria cubanoamericana Vivian Mannerud, propietaria de Airline Brokers.

Avión con ayuda humanitaria

El pasado 27 de abril, la sede de Airline Brokers fue objeto de un atentado incendiario que destruyó el inmueble, ubicado en una céntrica avenida de Coral Gables. El hecho, aún bajo investigación por parte de la División Antiterrorista del FBI en Miami, obligó a la empresa a trasladar sus operaciones hacia otro local.

La empresaria fue la encargada de fletar los vuelos que llevaron a cientos de feligreses católicos a Cuba para la visita del Papa Benedicto XVI a la isla, el pasado marzo. Su compañía puso también a disposición de la Arquidiócesis de Miami el avión que transportó esta semana 9,000 libras de víveres de ayuda humanitaria para los damnificados del huracán Sandy en Santiago de Cuba.

Mannerud admitió que el negocio de los viajes a Cuba atraviesa por una disminución de la demanda, pero negó que su compañía tuviera incumplimientos de pago con el gobierno cubano.

“Los empleados de Airline Brokers estamos concentrados ahora en asegurar que los pasajeros que tienen comprados boletos en nuestros vuelos no se vean afectados y puedan realizar el viaje sin contratiempos en la fecha prevista”, agregó la empresaria.
En efecto, la medida contra las charteadoras podría afectar a unos 5,000 pasajeros que adquirieron sus boletos para viajar a Cuba en la temporada de fin de año.

Airline Brokers tenía siete vuelos semanales a La Habana y Cienfuegos, desde los aeropuertos de Miami y Fort Lauderdale, con aviones fletados a JetBlue y World Atlantic Airlines. C&T Charters operaba una decena de vuelos con destino a La Habana y Camagüey desde Miami, Nueva York y Chicago. Los días cruciales en demanda van del 17 al 23 de diciembre.

El empresario John H. Cabañas, propietario de C&T Charters, no pudo ser contactado por encontrarse en La Habana, adonde viajó al parecer motivado por la suspensión de sus operaciones.

Un empleado de C&T Charters aseguró que la firma continuaba en sus operaciones normalmente, sin ofrecer más explicaciones.

FRASE DE SABIDURÍA

La envidia va tan flaca y amarilla porque muerde y no come.
- Francisco de Quevedo (1580-1645) Poeta y escritor español
 

22 de noviembre de 2012

FELIZ DIA DE DAR GRACIAS


ACCIÓN DE GRACIAS

ACCIÓN DE GRACIAS

Arístides Sosa de Quesada


Gracias te doy, Señor, por tus bondades,
porque trabajo y gano mi sustento,
porque puedo vivir entre los libres,
porque puedo expresar mi pensamiento.

Mas te olvidas, Señor, de los que andan
sumidos entre sombras y tormentos,
de los que gimen en silencio y callan,
de los que ríen sin estar contentos.

¡Ah, los que tienen que aplaudir por fuerza,
los que se hielan bajo un sol de fuego,
los que les cortan, al nacer, las alas,
los que viven sin Dios, sin fe, sin sueños!

Por ellos es mi ruego, que yo tengo
bastante con mi taza y mi librero,
una bufanda que me cubre el pecho,
y un ventanal para mirar el cielo.

Arístides Sosa de Quesada,
poeta y ex militar cubano

Refrescando los Archivos con motivo del día de Dar Gracias al Señor.

SE COSECHA LO QUE SE SIEMBRA


Se cosecha lo que se siembra

 Esta historia pudo haber sucedido porque los milagros existen. De todos modos, es apropiada para este Día de dar Gracias al Señor por todo lo que nos da en nuestras vidas.

Una mañana una mujer bien vestida se paró frente a un hombre desamparado, quien lentamente levantó la vista y miró claramente a aquella mujer que parecía acostumbrada a las cosas buenas de la vida. Su abrigo era nuevo y seguro que nunca se había perdido de una comida en su vida. Su primer pensamiento fue: “Sólo se quiere burlar de mi", como tantos otros ya lo habían hecho". 

-“Por favor, ¡déjeme en paz!”- gruñó el indigente.

Para su sorpresa, la mujer siguió enfrente de él. Sonreía y sus dientes blancos mostraban destellos deslumbrantes. 

-“¿Tienes hambre?”, le preguntó. –“No, -contestó sarcásticamente- acabo de cenar con el presidente. Ahora vete.” 

La sonrisa de la mujer se hizo aún más grande. 

De pronto el hombre sintió una mano suave bajo el brazo. -"¿Qué hace usted, señora?" -preguntó el hombre enojado. -“¡Le digo que me deje en paz!”  

Justo en ese momento un policía se acercó.

-“¿Hay algún problema, señora?” -le preguntó el oficial. 

-“No hay problema aquí, oficial, -contestó la mujer-, sólo estoy tratando de ayudarle para que se ponga de pie. ¿Me ayudaría?”

El oficial se rascó la cabeza. -"Sí, el viejo Juan ha sido un estorbo por aquí por los últimos años ¿Qué quiere usted con él?”, le reguntó el oficial.

-“Ve la cafetería de allí? -preguntó ella- voy a darle algo de comer y sacarlo del frío por un ratito”. 

-“¿Está loca, señora? -el pobre desamparado se resistió- yo no quiero ir ahí!"

Entonces sintió dos fuertes manos agarrándolo de los brazos y lo levantaron. 

-"Déjame ir oficial, yo no he hecho nada”.

-“Vamos, viejo, esta es una buena oportunidad para ti,”- el oficial le susurró al oído.

Finalmente, y con cierta dificultad, la mujer y el agente de policía llevaron al viejo Juan a la cafetería y lo sentaron en una mesa en un rincón. Era casi mediodía, la mayoría de la gente ya había almorzado y el grupo para la comida aún no había llegado aún. 

El gerente de la cafetería se acercó y les preguntó: “¿Qué está pasando aquí, oficial? ¿Qué es todo esto?”  ¿Y este hombre está en problemas?”

-"Esta señora lo trajo aquí para que coma algo,” respondió el policía. 

“¡Oh no, aquí no!” -el gerente respondió airadamente. “¡Tener una persona como éste aquí es malo para mi negocio!!!” 

El viejo Juan esbozó una sonrisa con sus pocos dientes: -“Señora, se lo dije. Ahora, ¿sí van a dejarme ir? Yo no quería venir aquí desde un principio.” 

La mujer se dirigió al gerente de la cafetería y sonrió: -“Señor, ¿está usted familiarizado con Hernández y Asociados?, la firma bancaria que está a dos calles de aquí?” 

-“Por supuesto que los conozco”, respondió el administrador con impaciencia. “Ellos tienen sus reuniones semanales en una de mis salas para banquetes”.

-“Y, ¿Además se gana usted una buena cantidad de dinero con el suministro de alimentos en estas reuniones semanales?”, preguntó la señora.
 
-“¿Y eso que le importa a usted?” 

-“Yo, señor, soy Penélope Hernández, presidenta y dueña de la compañía”.

-“¡Oh, perdón!!”, dijo el gerente.

La mujer sonrió de nuevo: -“Pensé que esto podría hacer una diferencia en su trato” 

Y le dijo al policía, (que fuertemente trataba de contener una carcajada): “¿Le gustaría tomar con nosotros una taza de café o tal vez una comida, oficial?”

-“No, gracias, señora”, replicó el oficial, “estoy en servicio”.

-“Entonces, ¿quizá una taza de café para llevar?”

-
“Sí, señora. Eso estaría mejor”.

El gerente de la cafetería giró sobre sus talones como recibiendo una orden: 

-“Voy a traer el café para usted de inmediato, señor oficial”. 

El oficial lo vio alejarse. Y opinó: -“Ciertamente lo ha puesto en su lugar", dijo.

-“Esa no fue mi intención. –le respondió la señora- Lo crea o no, tengo una buena razón para todo esto”. 

Se sentó a la mesa frente a su invitado a cenar y lo miró fijamente.

-“Juan ¿te acuerdas de mí?” 

El viejo Juan miró su rostro  con los ojos lagañosos, -“Creo que sí,  digo, se me hace familiar". 

-“Mira Juan, quizá estoy un poco distinta, pero mírame bien, -dijo la Señora- Tal vez me veo más llenita ahora, pero cuando tú trabajabas aquí hace muchos años vine una vez, y por esa misma puerta, muerta de hambre y frio.

-“¿¡Señora!?” dijo el Oficial, que no podía creer lo que estaba presenciando, ni siquiera pensar que aquella mujer hubiera podido llegar a tener hambre. 

-“Yo acababa de graduarme en la universidad de mi pueblo-, la mujer comentó- y había llegado a la ciudad en busca de un trabajo, pero no pude encontrar nada”. Con la voz quebrantada la mujer continuaba: “Pero cuando me quedaban mis últimos centavos y me habían corrido de mi apartamento, deambulé por las calles. Era febrero y hacía frío y estaba casi muerta de hambre, entonces vi este lugar y entre con la mínima posibilidad de poder conseguir algo de comer, y  Juan me recibió con una sonrisa”.

-“¡Ahora me acuerdo! -dijo Juan-, yo estaba detrás del mostrador de servicio. Usted se acercó y me preguntó si podría trabajar por algo de comer”.

-“Me dijiste que estaba en contra de la política de la empresa, -continuó la mujer- y entonces  me hiciste el sándwich más grande que había visto nunca, me diste una taza de café, y me fui a un rincón a disfrutar de mi comida. Tenía miedo de que te metieras en problemas. Luego, cuando miré y te vi  poner de tu bolsillo el precio de la comida en la caja registradora, supe que todo iba a estar bien”. 

-“¿Así que usted comenzó su propio negocio?”, dijo el viejo Juan. 

-“Si, encontré un trabajo esa misma tarde. Trabajé muy duro y me fui hacia arriba con la ayuda de mi Padre Dios. Posteriormente empecé mi propio negocio, el cual, con la ayuda de Dios, prosperó.”  Abrió su bolso y sacó una tarjeta.

-“Cuando termines aquí, quiero que vayas a hacer una visita al señor Martínez, que es el director de personal de mi empresa. Iré a hablar con él y estoy segura de que encontrará algo para que puedas trabajar en la oficina”.

Ella sonrió. -“Creo que incluso podría darte un adelanto, lo suficiente para que puedas comprar algo de ropa y conseguir un lugar para vivir hasta que te recuperes. Si alguna vez necesitas algo, mi puerta está siempre abierta para ti, Juan.”

Hubo lágrimas en los ojos del anciano. “¿Cómo le puedo agradecer?”, preguntó.

“No me des las gracias, -respondió la mujer- A Dios dale la gloria. Él me trajo a ti."

Fuera de la cafetería, el oficial y la mujer se detuvieron y se despidieron antes de irse cada uno por su lado. –“Gracias por toda su ayuda, oficial”, dijo la señora Hernández. 

-“Al contrario, -dijo el oficial-, gracias a usted: hoy vi un milagro, algo que nunca voy a olvidar. ¡Y… y gracias por el café!”  

La historia, naturalmente, trae moraleja:

No olvidemos que cuando tiramos el pan sobre las aguas, nunca sabemos cuándo nos será devuelto. Dios es tan grande que puede cubrir todo el mundo con su amor.  

Cuando Dios nos lleva al borde del acantilado, sólo una de dos cosas va a suceder: ¡o Él te sostiene cuando te caes, o te va a enseñar a volar! 

Editado de un mensaje electrónico recibido de Sylvia Sariol-Cabañas