8 de octubre de 2011

DÍA DE LA SONRISA

DÍA DE LA SONRISA
 
Es sólo un pequeño signo tu sonrisa
tu procesión va por dentro

(Foto y texto reproducidos tal como se recibieron en un mensaje electrónico desde Cuba.
Procesión de la Imagen de la Virgen Mambisa. Lugar: cualquier lugar de la Isla).

EL ARCHIVO GENERAL DE INDIAS



Archivo General de Indias

Por: Maria Teresa Villaverde Trujillo
El Archivo General de Indias define a Sevilla como el real centro administrativo del Nuevo Mundo desde que se convirtió en archivo general para toda la documentación de América.  Los fondos del archivo recogen escritos referentes a España y sus posesiones de ultramar entre los siglos XV-XIX.  Este Archivo, junto con el archivo de la Corona de Aragón y el de Simancas, pertenecen al estado español.

Construido fue por Juan de Mijares sobre los planos de Juan de Herrera en tiempos del rey Felipe II para La Casa Lonja de Mercaderes de Sevilla.  Pero en 1785 -por deseo del rey Carlos III- el recinto pasó a ser sede del Archivo General de Indias con lo que el edificio necesitó una serie de reformas para acumular legajos y documentos, -administrativos e históricos-.  Los documentos anteriores a esa fecha habían de ser remitidos al Archivo de Indias, y así empiezan a llegar –en octubre de ese año- los primeros documentos y se van incorporando los fondos de las principales instituciones relacionadas con las Indias hasta convertirlo en el principal edificio documental para el estudio de la administración del  Nuevo Mundo y las Filipinas
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Ahí se encuentra la colección de todo el material que relata la historia de la conquista de América incluyendo varias cartas de Cristóbal Colon a la Reina Isabel y a Fernando, los reyes católicos que fueron los que financiaron la expedición de La Niña, La Pinta y La Santa Maria....

Sólo algunos documentos proceden directamente de organismos coloniales: Capitanía General de Cuba, siglos XVIII-XIX; repatriados de La Habana tras la derrota en la Guerra Hispano Americana; o de particulares relacionados con la administración colonial, como los del XV duque de Veragua, descendiente directo de Cristóbal Colón, siglos XV-XVIII, adquiridos en 1930; los del general Polavieja; uno de los últimos capitanes generales de Filipinas, 1876-1898; o los del virrey del Perú, Abascal, 1804-1859.

En el piso superior,  -en grandes salas y magníficos techos abovedados-, se conservan en estantes de caoba cubana los innumerables documentos relativos al descubrimiento y a la colonización de América. Ahí se conservan autógrafos de Cristóbal Colón, Magallanes, y Hernán Cortés; la solicitud de un puesto en Indias de Miguel de Cervantes; el original de la Bula de demarcación de Alejandro VI; el diario de abordo  de Colón; planos de ciudades americanas, etc.
 Actual vista de la Catedral de Sevilla y del edificio del Archivo General de Indias. El edificio-archivo es de planta cuadrada con dos pisos y un amplio patio central, que por su decoración recuerda el de los Evangelistas del Escorial.


  

Escudo para el archivo (Noviembre 11, 1786]
Dibujo de escudo del Archivo General de Indias, presentado por José de Aguilera. Presenta símbolos heráldicos reflejando el carácter ultramarino del Archivo y su identificación con el Nuevo Mundo, controlado entonces por la Corona de Castilla.



 
Homenaje a Don José de Gálvez
Fundó el Archivo General de Indias en 1778, uniendo los documentos dispersos en el archivo de Simancas, en Sevilla y en Cádiz, cuyas ordenanzas por fin se publicaron en 1790, tres años después de la muerte de Gálvez, Secretario de Indias. Hoy el Archivo General de Indias conserva mas de 43,000 legajos instalados en ocho kilómetros de estanterías, con unos 80 millones de páginas originales las que permiten profundizar en mas de tres siglos de historia.

En 1987 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO
junto a la Catedral, la Giralda y los Reales Alcázares de Sevilla.

Octubre 4, 2011

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FRASE DE SABIDURÍA

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El dinero siempre está ahí; sólo cambian los bolsillos. 
- Gertrude Stein  (1874-1946) Escritora y poetisa estadounidense



7 de octubre de 2011

NOBEL DE LA PAZ 2011

Nobel de la Paz para tres defensoras de los derechos de la mujer en el mundo musulmán

La presidenta liberiana, Ellen Johnson-Sirleaf, la activista liberiana Leymah Gbowee y la activista yemení Tawakkul Karman han obtenido el Premio Nobel de la Paz 2011 por su «lucha no violenta por la seguridad y el derecho de las mujeres a participar plenamente en la construcción de la paz», según informó este viernes en Oslo el Comité Nobel del Parlamento noruego. 

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ANTE LA MUERTE DE CARLOS RIPOLL

 Ante la Muerte de Carlos Ripoll

Tiene mucha razón Eduardo Lolo en todo lo que dice. Conocí a Carlos Ripoll en mi época de estudiante. Después pude acompañarlo y a Elena Mederos en la fundación de Of Human Rights. Tuvimos la suerte de poder escuchar en su voz varias de sus conferencias y de leer muchos de sus libros y ensayos. Hace solo unos dias me había enviado unas publicaciones para que las hiciera llegar a la isla. Lolo tiene razón cuando sobre la muerte de Ripoll dice que “depositar los restos físicos de un exiliado cubano en una tumba incómoda, como es toda sepultura en suelo extranjero. [se pasa ] del exilio en vida …al exilio en muerte.”  Pero como también dice Lolo, el día llegará cuando sus restos descansarán en tierra cubana. Muchos hemos perdido a un generoso y noble amigo. La pérdida para Cuba ha sido aún mayor. Los últimos acontecimientos en la isla parecen indicar que la prédica de Ripoll, como la de Martí, está presente en los corazones de los que en la isla y en el destierro luchan por la causa sagrada que los dos amaron. Que descanse en paz, este patriota y que sepamos honrar su memoria con nuestro proceder. (Frank Calzón).  

Por Eduardo Lolo

Ha muerto Carlos Ripoll. De su propia mano, desesperanzada. José Martí pierde a un amigo sincero y Cuba a un hijo digno que nunca cesó de denunciar a cuanto tirano hizo de la Patria un pedestal. De ahí su condición de exiliado triple: de muy joven, cuando el machadato; luego, ante los desmanes del Batista golpista; por último, ante el asalto totalitario del castrismo. Y siempre con la denuncia oportuna y la actitud vertical, aunque no siempre fuera “políticamente correcto.”

A la intransigencia patria Ripoll sumó un talento intelectual extraordinario que, unido a una metodología de trabajo de profesionalismo impoluto, una constancia a prueba de desmanes y un desinterés material de otra época, dio como resultado la publicación de decenas de libros de estudios martianos y otros temas históricos cubanos que constituyen hoy en día obras de información y consulta obligatoria para los especialistas de temas cubanos.

Llegado a los EE.UU. en los sesenta sin otro patrimonio que su talento, Ripoll supo hacerse de un lugar destacado en el mundo universitario norteamericano como catedrático de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY) y profesor visitante en otros importantes centros de enseñanza superior tales la Florida International University. Dictó conferencias, impartió seminarios, presentó denuncias ante organismos internacionales y colaboró con cuantos llamaran a su puerta a nombre de Cuba, que era como tocar en su alma.

Como investigador, sus trabajos sobre José Martí cubren 4 décadas de profundos estudios. Su primer libro sobre el Apóstol data de 1971 y deja al partir un último volumen en la imprenta, en el cual venía trabajando desde hacía más de un año. Su labor de promoción de la obra literaria de Martí no fue menor a través de la edición de antologías y el rescate de escritos martianos que se creía perdidos o cuya existencia se desconocía en el siglo XX. Y la mayor parte de esas publicaciones con el sello de la Editorial Dos Ríos que él mismo fundara y costeara personalmente. De ahí que no dude en aseverar que a partir de las primeras obras martianas de Carlos Ripoll y la fundación de la Editorial Dos Ríos en Nueva York, nadie podría ya acometer ningún estudio serio sobre José Martí sin acudir a la colosal labor de análisis, reivindicación, divulgación, interpretación, ordenamiento e investigación de la obra y la vida del Apóstol debida a los esfuerzos y el talento combinados de Carlos Ripoll, un estudioso martiano a tiempo completo –y a alma completa.

Cuba fue su otro gran tema. Como dolor pasado en tanto que historia y como angustia presente derivado de aquél. Su mirar hacia atrás no era más que un hurgar en las entrañas de su pueblo para denunciar sus heridas sangrantes de tiempo. En efecto, paralelamente a sus estudios martianos y como una especie de complemento o desprendimiento de los mismos, pueden identificarse en la vasta obra de Ripoll profundísimos ensayos donde Cuba alcanza, como sujeto y objeto de examen y exploración, un sitial que en cualquier otro autor serviría para considerarlo un especialista del tema.

Pero el rango intelectual de Ripoll abarcó otros temas y disciplinas donde también produjo trabajos de incalculable labor: sus estudios sobre el ensayo latinoamericano, el teatro y obras del canon peninsular, siguen siendo utilizados en las mejores universidades de los EE.UU. Cultivó el periodismo literario (fue asiduo columnista del Diario las Américas y otros medios tanto generales como académicos) y fue director de una de las publicaciones cubanas del exilio de mayor solidez intelectual: la Revista Cubana, aparecida en Nueva York en 1968. También incursionó en la ficción.

Como exiliado triple, Ripoll se incorporó a cuanta causa justa encontró a su paso por el tiempo, lo cual consideraba un deber ineludible; habló y escribió siempre con la patria adolorida en medio de la frente, que era su forma de ser cubano. Y todo ello sin protagonismos vanidosos ni afán de recompensa. Vivió mucho, pero no tanto por los años acumulados (que fueron 90), como por haber vivido en el bien, con el bien y para el bien. Vidas así no pueden contabilizarse en años, sino en fulgores.

Por todo lo anterior es que Carlos Ripoll permanece entonces más allá de sí mismo. Una vez más cumplimos el deber, desgraciadamente casi cotidiano, de depositar los restos físicos de un exiliado cubano en una tumba incómoda, como es toda sepultura en suelo extranjero. Del exilio en vida pasamos al exilio en muerte. Pero hombres y mujeres como Carlos Ripoll tienen garantizado un regreso al mismo polvo del cual provinieron. Les avala el retorno físico su obra creada a estocadas de honor. Muchos de los libros de Ripoll han entrado clandestinamente a Cuba, donde son leídos con avidez por cubanos del insilio, ávidos de tiempos nuevos. Martí escribió para esos tiempos, que no han llegado. Carlos Ripoll, por extensión, hizo lo mismo. Me imagino que ya habrán de haberse conocido personalmente, extendidas sus manos francas. Porque es el caso que ambos tienen mucho que hacer por Cuba todavía.

**El Dr. Eduardo Lolo es autor de varios libros sobre José Martí. Fue también el editor de la antología crítica “Su mano franca. Acerca de Carlos Ripoll” (2010). http://eduardololo.com

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SE SUICIDA EN MIAMI CARLOS RIPOLL



Se suicida en Miami Carlos Ripoll 


Antonio Maria Delgado
El Nuevo Herald, Miami


Antonio Maria Delgado el Nuevo Herald
Carlos Ripoll, quien fuera en vida una de las máximas autoridades sobre José Martí, dedicó gran parte de su obra en desmontar las mentiras esgrimidas por los hermanos Castros sobre el prócer cubano. Martí fue un hombre de pensamiento liberal, profundamente antiautoritario, y los más de 50 libros que Ripoll escribió sobre la vida y el pensamiento del filósofo y político cubano dejan claramente en evidencia la fabula tejida por el régimen de La Habana.

«Ripoll fue quien mejor ha desmentido cualquier relación de Marti con la situación actual en Cuba», comentó el escritor cubano Carlos Alberto Montaner. «Una parte substancial de su trabajo consistió en desmontar toda la argumentación del gobierno cubano de que ideológicamente es una continuación del pensamiento de Marti». Tristemente, Ripoll no volverá escribir. El autor, quien había sufrido ya de varios infartos, se quitó la vida el domingo de un tiro a la cabeza.

Demostrando el mismo grado de cuidado por los detalles que caracterizan sus libros, Ripoll llamó al 911 antes de accionar el arma. Les dijo lo que iba a hacer, y que dejaría abierta la puerta. También dejó sobre una mesa una pequeña tarjeta con el nombre y teléfono de una sobrina a quien la policía debía llamar. En la pantalla de su computadora, encontraron un mensaje, escrito en grandes letras rojas, pidiendo comprensión por el acto que estaba por cometer. Decía que «sería lo mejor para todos y para todo» narró Modesto Arocha, un cercano amigo y colaborador del autor.

Tenía 90 años.
Ripoll fue un hombre de firmes convicciones, comentó Arocha, quien durante los últimos 16 años le asistió en su arduo trabajo como autor e historiador. «Tenía su carácter, siempre decía lo que pensaba, pero antes que nada era un apasionado de la historia. Una persona extremadamente inteligente, de una vasta cultura que sentía una gran inclinación por la literatura», dijo Arocha.

Curiosamente, se convirtió en historiador casi por casualidad. Había estudiado ingeniería agrónoma, pero nunca llegó a ejercer la profesión. Primero trabajó en los negocios de su padre en Cuba y luego se dedicó a construir edificios cuando llegó la revolución.

A los pocos meses, el nuevo régimen de La Habana le quitó su vasta fortuna y él y su esposa, Herminia llegaron a Miami sin nada. Los primeros años de exilio fueron muy duros, comentó Arocha. Para subsistir, Herminia tuvo que dedicarse a afeitar perros en Miami. Dispuesto a comenzar de nuevo, Ripoll salió hacia Nueva York para estudiar una nueva profesión, inclinándose a la literatura porque pensó que era lo que podía sacar más rápido.

Graduándose en un tiempo récord, Ripoll comenzó a dar clases en el New York City University, y en su tiempo libre comenzó a escribir sobre América Latina, con énfasis en Cuba y en especial sobre la relevancia de Martí. Para los expertos, Ripoll es el más importante “martiniano” después de Félix Lizaso, aunque el primero fue mucho más extenso que el segundo debido a que contaba con una gran ventaja.

«Tuvo una mejor oportunidad que Lizaso porque estando en Estados Unidos pudo investigar detalles sobre la vida de Martí en Estados Unidos que nadie conocía. Fueron muchos sus descubrimientos sobre las intimidades de Martí, detalles personales que diferencian al hombre del personaje histórico», resaltó Arocha.

Pero más significativamente, logró acercarse como muy pocos a lo que el prócer realmente pensaba, documentando cuidadosamente con hechos y citas la vasta diferencia entre las creencias de Martí y la ideología latente en La Habana. Una de las grandes revelaciones sobre Martí aún no ha salido a la luz pública. Se encuentra en un libró que Ripoll terminó días antes de quitarse la vida.

Con el título Martí y la Melancolía, la obra póstuma relata que la infancia de Martí en realidad fue terrible y que su padre no fue la buena persona que el prócer decía, formación que provoco en él un estado permanente de melancolía.

Era un sentimiento que Ripoll llegó a entender bien. Su enfermedad cardíaca aunada al deterioro mental de su esposa, quien padece de alzhéimer, llevaron al autor a convivir con la depresión durante los últimos años de su vida.

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LA PROVIDENCIA

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La Providencia
 
Cristina L. Schlichting
La Razón, Madrid
 
En su genial discurso en Stanford, Steve Jobs explicó que la vida sólo se entiende mirada de delante hacia atrás. Esto es, uniendo el presente con el pasado. ¿Por qué los Mac tienen una tipografía maravillosa? Pues porque Steve tomó en su día la traumática decisión de dejar la universidad por un curso de caligrafía, que le influyó cuando diseñó el ordenador diez años después. ¿Cómo es que Jobs tuvo tiempo de crear Pixar o de enamorarse de su esposa Laurene? Pues porque fue despedido de Apple (en lo que él mismo define como «el episodio más devastador de mi vida adulta») y eso redobló su capacidad de emprender. ¿Por qué conocimos a Steve Jobs? Pues porque su madre, una estudiante embarazada, prefirió darlo en adopción a librarse de él. Lo que el creador del iPod y del iPhone intentaba decirnos es que la vida tiene sentido, aunque a veces no la entendamos. Los cristianos llamamos Providencia a ese fenómeno. 
 
La semana pasada un hombre asesinó en una parroquia a una mujer embarazada. El bebé ha muerto también. Hay quien ha ironizado amargamente sobre la fe de Rocío Piñeiro, abandonada por su Dios. Creo que Steve Jobs –ahora recién fallecido también– sería más cauto. Hay un nexo impenetrable entre el asesinato de la joven y su decisión de rezar en la misa de ocho. Desde luego, es claro que su amor por Dios era muy anterior a su muerte. Y eso da sentido a toda una vida, por breve que sea. En verdad, sólo la Providencia desvela el significado de las cosas, incluso las aparentemente absurdas.
 
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