Algo
de la Historia del
Segundo
Frente del Escambray
Las cartas de Félix José Hernández
a su querida amiga Ofelia que publica “Cuba NuestraHistoria” son partes de la
lucha cubana de todos los tiempos. Las disfruto a plenitud y agradezco a
nuestro gran amigo Carlos Estefanía su publicación…
Saludos, JM. (José Martel)
París, 9 de noviembre de 2013.
Querida Ofelia:
Este es el testimonio del ex
comandante guerrillero del Escambray, el Dr. Armando Fleites, a propósito de un
célebre suceso. Me lo hizo llegar el autor ayer desde Miami.
“Conocí a Jesús Carrera la
noche del 13 de febrero de 1958 cuando llegamos a Banao después de desembarcar
en la Expedición de Nuevitas
Su padre era médico igual que
el mío. Tuve amistad con su hermana Cusa cuando era enfermera en el Hospital
Calixto García. Él era laboratorista clínico y eso nos acercó y estuvimos
juntos en el Combate de la Diana y en la larga marcha de las Montañas del
Cacahual a las de Guanayara atravesando el Valle del Río Agabama.
En febrero de 1958 recibimos
una carta cordial de Fidel Castro entregada por su mensajera Clodomira Acosta y
dirigida a los combatientes del Escambray que fue contestada por el comandante
Gutiérrez Menoyo.
Después de la fracasada huelga
de abril recibimos en el Escambray a Víctor Bordón y sus hombres del M.26 de
julio que se incorporaron al Segundo Frente del Escambray. Bordón con el grado
de comandante pasó a formar parte del Estado Mayor del Frente Nacional de El
Escambray.
Ante la falta de noticias
oficiales de la Sierra Maestra y deseando coordinar estrategia y acción con
Fidel Castro, el Estado Mayor designó a los comandantes Víctor Bordón y
Anastasio Cárdenas para que se trasladaran a Oriente para reunirse con Fidel
Castro.
Cuando la comisión llegó a
cierto lugar de Camagüey, Bordón planteó que había conseguido un avión para
trasladarse a la Sierra Maestra pero sólo tenía capacidad para un pasajero y
los demás de la comisión quizás por motivo de tiempo o seguridad aceptaron,
confiando en su honestidad, que fuera Bordón solo a terminar la misión.
Cuando Bordón regresó a la
Sierra del Escambray no se dirigió como era su deber a informar al Estado Mayor
del Segundo Frente, sino que se entrevistó y reunió secretamente con sus
oficiales y les planteó que había conversado con Fidel Castro y que éste lo
había designado como jefe máximo de la lucha en El Escambray y representante
del Movimiento 26 de Julio. Por lo tanto, cometía una grave indisciplina una
conspiración y una posible rebelión contra las fuerzas constituidas que podía
haber producido lamentables consecuencias en vidas y una marcada división
revolucionaria.
Cando el Estado Mayor del
Segundo Frente tuvo informes de la grave situación de subversión, tomó la
decisión de arrestar a Bordón y desarmar a sus fuerzas para evitar una
situación más grave.
Bordón fue detenido y 203
hombres fueron neutralizados sin disparar un tiro. Bordón fue juzgado por un
tribunal militar, confesó y firmó su culpabilidad. Fue condenado solamente a
expulsión del Segundo Frente en un gesto de grandeza revolucionaria.
Es de notar que posiblemente si
hubiera ocurrido en la Sierra Maestra, Bordón hubiera sido fusilado. Una
caballería de 70 campesinos de la zona de Cruces y aledañas de Las Villas fue
movilizada por Ovidio Díaz, Secretario Nacional Campesino del PSP (comunista),
para pedir por la vida de Bordón y cuando llegaron al Campamento Central de Nuevo
Mundo se les informó que el Segundo Frente no tenía intención de fusilarlo como
merecía.
Es muy importante señalar que
Bordón estuvo la mayor parte del tiempo en Cienfuegos donde se entrevistaba
frecuentemente con el Dr. Osvaldo Dorticós que era miembro o afín al Partido
Comunista, por lo que es posible pensar que en el complot Bordón participara el
PSP (comunista) y la KGB representada por su alto funcionario en Cuba, Wilfredo
Velázquez (alias el compañero José) y por el comandante de la KGB Osvaldo Sánchez
(Rafael), artífices claves de la marcha del Ché por Las Villas.
En los finales de 1958 Radio
Rebelde, órgano oficial del Movimiento 26 de Julio, dio la noticia de la marcha
de las columnas de los Comandantes Ernesto Guevara y Camilo Cienfuegos hacia
occidente.
Semanas más tardes se emitió
por la misma Radio Rebelde un comunicado oficial ordenando que todos los
combatientes del M. 26 de julio que luchaban en el Segundo Frente en la Sierra
Escambray se pusieran con sus armas bajo las órdenes del comandante Ernesto
Guevara, jefe militar M. del 26 de Julio en Las Villas.
Ante esta situación y la falta
de comunicación directa y la flagrante incitación a la deserción, el Estado
Mayor del Segundo Frente estimó necesario un contacto con el comandante Guevara
y designó al comandante Jesús Carrera para esa gestión, estimando necesario
también enviar una carta al comandante Guevara que sería conducida a su destino
por el Secretario Campesino del PSP, Ovidio Díaz.
En el campamento central de
Nuevo Mundo, Carrera me enseñó el borrador de la carta que estimé era
respetuosa, correcta, medida y responsable, llena de buenas intenciones,
hermandad solidaria y justica revolucionaria, exponiendo con honestidad la
posición, verdad ideales e historia del Segundo Frente.
Más tarde tengo entendido que
Guevara y Carrera tuvieron una reunión personal en las montañas que, aunque fue
tensa no fue tormentosa.
Sin embargo varios días después
del triunfo de la insurrección fuimos a La Cabaña en una gestión del Segundo
Frente el comandante Gutiérrez Menoyo y nosotros y después de tratar diferentes
asuntos nos sorprendió un largo ataque verbal del Che a Carrera. A tal extremo
ofensivo, que Menoyo le propuso al Che que buscara dos padrinos y que él y yo
seríamos padrinos del comandante Carrera para que se efectuara un duelo a
pistola a 25 pies para resolver esta desagradable situación. El Che respondió
que aquello no podía ser como la Revolución Francesa que devoraba a sus hijos y
por tanto no habría duelo y se pararían las agresiones personales.
En el año 1959 un ayudante de
Carrera nombrado Benito, que tenía un lunar de canas, tuvo una trifulca y
disparó a otra persona con la pistola de Jesús Carrera el cual no estaba
presente en el incidente. El comandante Guevara en un acto injusto de venganza
ordenó la detención del comandante Carrera, el que fue confinado en la prisión
del campamento militar Leoncio Vidal de Santa Clara.
Se creó una situación difícil,
pues pese a la situación jurídica planteada no se resolvía el problema. Pasaron
alrededor de dos semanas y Jesús seguía preso y los oficiales del Segundo
Frente encabezados por William Morgan y Ramiro Lorenzo estaban inquietos y
planeaban atacar la prisión para liberarlo.
Para mí, convencido de la
inocencia del comandante Jesús Carrera era una situación que se necesitaba
resolver. Eloy Gutiérrez Menoyo se encontraba en Europa en una misión de la
organización, Fidel Castro estaba fuera de Cuba y Guevara no quería soltarlo.
Por tanto solicité una entrevista con el presidente Osvaldo Dorticós y asistí a
ella junto con el comandante Lázaro Asensio y me di cuenta que por esa vía sólo
encontraba promesas de investigaciones.
Más tarde me reuní con el
comandante Augusto Martínez Sánchez y la conversación fue muy tensa, muy
discrepante y por poco termina en violencia.
Por último, muy preocupados
porque no podíamos abandonar a un compañero inocente, la única posible
situación pacífica que nos quedaba era una vista a nuestra amiga Celia Sánchez.
Fui a visitarla a su casa con
mi ayudante Felipe Lema (Piro) y ella me preguntó que con quién era el
problema, le contesté que con el comandante Guevara y me respondió que ese
argentino la tenía muy molesta; me pidió que le explicara la situación y me
preguntó dónde estaba prisionero el comandante Carrera.
Seguidamente pidió a su
asistente que la pusiera en comunicación con el campamento de Santa Clara, pues
quería hablar con el comandante Orlando Rodríguez Puerta. Después del saludo,
le preguntó si tenía preso al comandante Carrera, y al éste contestarle
afirmativamente le dijo: ‘Por orden mía y del Primer Ministro Fidel Castro,
ponlo en libertad mañana por la mañana a las 9 y se lo entregas al comandante
Armando Fleites. Mientras tanto que se pele y afeite, le das un uniforme nuevo
y una buena comida’.
Inmediatamente me comuniqué con
el comandante William Morgan y con Lázaro Asencio, para que junto a nuestros
ayudantes saliéramos para Santa Clara en la noche. Cuando llegamos, a la hora
acordada, ya Rodríguez Puerta nos estaba esperando para entregarnos a Jesús
Carrera.
Es de notar que también estaba
el comandante comunista Félix Torres con su barba blanca y su pelo rasurado y
William Morgan, siempre juguetón, le pasó la mano por el cuello y le dijo:
‘Félix…William Morgan matar comunistas’. Él sólo exclamó: ‘que ocurrencias
tiene William’.
Con la misión cumplida nos
encaminamos a casa de Lázaro donde almorzamos y después partimos para La
Habana. Cuando íbamos por la Vía Blanca, el comandante Jesús Carrera me dijo
afectuosamente: ‘¿Mulato, que tú crees que yo deba hacer?’
Yo le contesté: ‘cuando prenden
a un comandante rebelde le faltan al respeto, por lo que yo te aconsejo dos
cosas, alzarte nuevamente en las montañas del Es cambray o marchar al exilio.
Para mí la sierra no es solución y si quieres salir, te puedo ayudar a asilarte
en la embajada de Brasil o a salir clandestino en bote, pero recuerda que
Guevara siempre será para ti un mal enemigo, lleno de odio y venganza’.
Epílogo: con el paso del
tiempo, él no era ya partidario del régimen, pero a mí me consta que no
participó en la conspiración de William Morgan. Sin embargo Guevara aprovechó
esa situación, lo detuvieron y lo fusilaron.
En su tumba y en el corazón de
sus compañeros del Segundo Frente siempre habrá un índice señalando que fue un
asesinato cobarde”. Armando Fleites
Desde Miami y La Ciudad Luz
continuamos con nuestra labor de hacer conocer la verdad histórica de la lucha
revolucionaria contra la dictadura de Fulgencio Batista. Fueron muchos los hombres
que combatieron arriesgando o dando sus vidas por la democracia en Cuba. No
sólo fueron traicionados por los hermanos Castro y sus secuaces, sino también:
insultados, difamados, encarcelados, fusilados o condenados al destierro.
Este testimonio del Dr. Armando
Fleites, el único comandante rebelde del Escambray que ha sobrevivido contra
vientos y mareas más de medio siglo después del triunfo de la Revolución
Cubana, servirá para el estudio y análisis de los historiadores en la futura
Cuba Democrática.
Un gran abrazo desde La Ciudad
Luz,
Félix José Hernández.
Remitido por Humberto Estrada