Los caminos
que conducen a Santiago
Jesús de las Heras Muela
Director de Ecclesia y Ecclesia Digital
Martes, 20 de julio de 2010
Si durante todo el año y en especial durante todos los años santos compostelanos, todos los caminos conducen a Santiago, durante este fin de semana, el fin de semana del Apóstol, la ciudad de Santiago y su hermosísima catedral se convierten en el epicentro de la religiosidad y de la tradición de España. Todo está previsto para la solemne concelebración eucarística de la mañana del domingo 25 de julio. Será presidida por el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, y en ella el Rey de España, acompañado de la Reina, harán la Ofrenda al Apóstol patrono de España. La celebración será ofrecida por la Radio Televisión de Galicia y por TVE.
Santiago de Compostela seguirá siendo meta de peregrinos durante el resto del año hasta que en la tarde del 31 de diciembre próximo se cierre la puerta santa de su catedral y concluya así el 119 Año Santo Compostelano o Xacobeo de la historia.
Hasta entonces al menos dos citas volverán a aparar la atención. La primera de ellas será del 5 al 9 de agosto con el desarrollo de la Peregrinación Europea de Jóvenes, que llevará hasta Santiago a más de doce mil jóvenes, procedentes de todas las diócesis de España y de Portugal e Italia. Con todo, la cita más esperada tendrá lugar el sábado 6 de noviembre cuando, en torno a mediodía y hasta la media tarde, el Papa Benedicto XVI peregrina a la tumba de Apóstol. Tras visitar por la mañana la catedral, tras el almuerzo, presidirá la Eucaristía en la plaza del Obradorio para viajar después a Barcelona.
Lo que es el Año Santo Compostelano
Desde el 25 de julio de 1122 cada vez que el día de Santiago cae en domingo se celebra, en la ciudad del Apóstol, año santo y jubilar. Así lo dispuso el Papa de entonces, Calixto II. Medio siglo después, el Papa Alejandro III, en 1179, mediante la Bula "Regis aeterni", le confirió carácter de perpetuidad a esta gracia jubilar.
La veneración de las reliquias del Apóstol Santiago centra toda la historia y tradición jacobea. La esencia del año santo compostelano es, pues, la veneración de la tumba del primer Apóstol que bebió el cáliz del Señor Jesús.
A partir de esta creencia, avalada científicamente tras los estudios y hallazgos arqueológicos en la tumba del Apóstol a finales del siglo pasado y la correspondiente Bula del Papa León XIII "Deus omnipotens" de 1894, los "caminos" de Santiago pasan por la búsqueda, por el esfuerzo, por la reconciliación, por la gran "perdonanza", tal y como recoge la tradición jacobea.
La parábola del Camino
El camino de Santiago se convertirá así en símbolo y metáfora de la condición cristiana y humana. La búsqueda del perdón de Dios por los pecados cometidos y la necesidad de la reconciliación configuran también la entraña del Jacobeo, que está lucrado por la Iglesia con indulgencia plenaria.
La tradición jacobea se inserta plenamente en la clave de las grandes peregrinaciones de la Edad Media -Roma, Jerusalén y Santiago se convertirán en los tres grandes y hasta competitivos focos de peregrinaciones- y en el entonces preponderante culto a las reliquias. En tiempos todavía de milenarios y de una visión teocéntrica de la realidad, esta tradición surgirá también como camino de penitencia y conversión.
Es "año de la gran perdonanza, del perdón de los pecados y de las penas de los pecados, año de la reconciliación entre los adversarios, año de múltiples conversiones y de penitencia sacramental y extra-sacramental".
Ganar el Jubileo
Para ganar el jubileo compostelano se necesitan cuatro requisitos: visitar la catedral y la tumba del Apóstol; rezar por las intenciones del Papa; y, veinte días antes o después de la peregrinación a la catedral, confesarse y comulgar. A estos cuatro requisitos, bueno sería añadir, fiel al espíritu de la tradición de la Iglesia, otro: una obra de caridad.
De este modo, el año santo será ocasión privilegiada para la gran "perdonanza" y para la conversión, que los peregrinos del Medievo, simbolizaban entrando a la catedral compostelana por la puerta del perdón y saliendo, una vez cumplidos los citados requisitos, por la puerta de la gloria.
El Jubileo compostelano, con su indulgencia plenaria y demás prerrogativas, antecederá en más de un siglo al Jubileo romano de los años santos -cada 25 años-, instituidos en el año 1300 por el Papa Bonifacio VIII.
Camino de Europa, camino del hombre,
camino de las estrellas
El camino de Santiago fue desde sus comienzos camino de Europa y de cristiandad unida. De ahí, aquel memorable discurso del Papa Juan Pablo II, en su primera visita a Santiago, el 9 de noviembre de 1982, cuando recordó que Santiago está en las raíces de Europa y cuando pronunció aquella célebre frase: "Europa, sé tú misma", aludiendo a su identidad e historia cristiana, alentada y significada en Santiago de Compostela y en su camino.
El bajo Medioevo, el barroco y los finales del siglo XIX y XX y ya el comienzo del siglo XXI han sido los momentos más esplendorosos de esta tradición, promovida, en sus albores, por los monjes cluniacenses, quienes convirtieron el Camino en instrumento de evangelización, de renovación y de purificación, en una época donde, como queda dicho, las peregrinaciones y el culto a las reliquias eran el corazón de la religiosidad popular.
Junto a ello, la tradición jacobea intensifica su dimensión penitencial y el año santo es también el año de la "gran perdonanza", a la par que el camino se traduce asimismo en el surgimiento y crecimiento de Burgos y ciudades y de una red de infraestructuras al servicio de los peregrinos.
El camino se transforma también en camino de leyendas como las del gallo o la gallina de la Catedral de Santo Domingo de la Calzada, la del paso honroso del río Órbigo en tierras leonesas, la piedra a recoger en Triacastela o los himnos y cánticos...
Mientras tanto, el camino de Santiago, camino hacia Finisterre, se convertirá también en un gran símbolo de la condición humana, creyente y cristiana y de su destino peregrino en búsqueda de perdón, de reconciliación y su misma identidad.
El camino francés
Al menos, seis rutas históricas son camino de Santiago. El camino francés -con entradas en España bien por Roncesvalles o Jaca y con ruta única desde Puente la Reina- es el más célebre y popular de todos ellos. Es el camino glosado, descrito y dividido en etapas por el "Liber Sancti Jacobi" o "Codex Calixtinus", en el siglo XII. Es el camino que recorrieron los primeros peregrinos como el Obispo Godescalco de Le Puy y Aymeric Picaud -quizás el Papa Calixto II-, autor del citado "Códice". Son ochocientos excepcionales kilómetros de hondura, de belleza, de arte, de historia, de naturaleza, de espiritualidad.
Al camino francés se accedía, desde la Europa central y del este, por otras cuatro vías: la vía turonense -por Tours-, de los ingleses y flamencos; la vía lemovicense - por Limoges- que recorrían los peregrinos de Bélgica, Champaña y Las Ardenas; la vía podiense - por Pau-, utilizada por borgoñones y alemanes; y la vía tolosana -por Montpellier- o egidiana, que servía a los peregrinos de la Provenza y de Italia.
Patrimonio de la humanidad
En 1982 la UNESCO declaraba al Camino francés de Santiago patrimonio de la humanidad. Los ochocientos kilómetros entre Jaca o Roncesvalles y Santiago -el camino francés, camino jacobeo por excelencia- bien merecían esta declaración.
Y es que, en este cerca de millar de kilómetros, encontramos lo mejor del románico, del gótico y del barroco, traducido en iglesias, ermitas u hospitales, trenzado, todo ello, con historias y leyendas inefables y hasta inmortales.
Tanto en su arte como su naturaleza el camino de Santiago es camino de espiritualidad, de belleza y de cultura excepcionales. Jaca, Roncesvalles, Leyre, Puente la Reina, Alfaro, Santo Domingo de la Calzada, San Juan de Ortega, Burgos, Castrojeriz, Frómista, Villarcázar de Sigra, Carrión de los Condes, Sahagún, León, Astorga, Villafranca del Bierzo, Ponferrada, O Cebreiro, Triacastela, Lugo, Samos, Sarria, Portomarín, Palas del Rey, Melide y Santiago son algunos de los lugares y de las tierras fecundadas y embellecidas por el camino.
Las estadísticas de 2009
En 2009, en las vísperas, pues, del presente Año Santo Compostelano 2010, la Oficina del Peregrino de la catedral de Santiago de Compostela expidió 145.877 certificaciones o “compostelas”, documento acreditativo de haber realizado y completado el Camino de Santiago. Este dato significa que el número de personas que recorrieron el camino como peregrinos (a pie o a caballo durante al menos cien kilómetros o en bicicleta, doscientos kilómetros) se situó entre los 165.000 y las 170.000. Según encuesta de la revista “Peregrinos”, de la Federación Española de Asociaciones del Camino de Santiago, el 84,1% de estos peregrinos consideraron como muy positiva su experiencia, cuyo motivo principal era de carácter espiritual y religioso en el 54,3% de los casos. Razones de amistad con el 17,45%, de carácter deportivo –el 12,8- de aventura –el 8,65%- y el arte e historia –el 6,38%- eran las otras principales motivaciones respondidas por los encuestados. Estos datos se complementan con los de la catedral de Santiago. Según sus propios estudios sociológicos de los 145.877 peregrinos a quienes se les expidió la “compostela”, 70.303 hicieron el Camino por razones religiosas y otras; 62.188 por razones prioritariamente religiosas; y tan solo 13.386 lo hicieron sin motivación religiosa.
España sigue el país que aporta mayor número de peregrinos, más de la mitad. Le siguen, por este orden, Alemania, Italia, Francia, Portugal, Estados Unidos de América y Canadá. El Camino Francés es recorrido por más de dos de cada tres tercios: en 2009, por 113.001 personas. La mayoría de los peregrinos, otros dos tercios. Las franjas de edad de los peregrinos sitúan en primer lugar a personas entre 35 y 65 años (73.293 del total de 145.877 peregrinos), seguido de la franja de edad comprendida entre los 19 y los 35 años.
A pie llegaron a Santiago, tras al menos el requerido centenar de kilómetros, 120.605 personas; 24.892 en bicicleta; 341 a caballo; y 39 en silla de ruedas.
Estos datos estadísticos permiten extraer algunas conclusiones. La primera de ellas es que en este año 2010, Año Santo, las cifras se multiplicarán y serán más de 200.000 los peregrinos en sentido estricto que acuden a Santiago. Más importante todavía es comprobar la vitalidad y pujanza del Camino y de las motivaciones –de modo inequívoco, las razones religiosas priman- para realizarlo. Asimismo estos datos muestran que los “otros” Caminos de Santiago –los distintos y otros reclamos presentes en la tradición y realidad jacobea- son también significativos y que es preciso seguir en su integración e inserción en el conjunto de la oferta y de la experiencia.
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