9 de octubre de 2009


Muchos eran partidarios de aguardar hasta que, vendida la zafra, se dispusiera del dinero suficiente para adquirir armas; otros defendían la idea de hacerlo de inmediato.

Notificación al mundo
del ideal de Independencia
Por: Maria Teresa Villaverde Trujillo
ashiningworld@cox.net

Manifiesto de la Junta Revolucionaria de la Isla de Cuba dirigido a sus compatriotas y a todas las naciones, mediante el cual se exponía las causas que motivaban a pronunciarse en armas contra el gobierno español.

Ingenio`El Rosario'', Provincia de Oriente, Cuba.
Octubre 6, 1868

Al rebelarnos contra la tiranía española queremos manifestar al mundo los motivos de nuestra resolución.

España nos gobierna a hierro y sangre; nos impone a su antojo contribuciones y tributos; nos priva de toda libertad política, civil y religiosa; nos tiene sometidos en tiempos de paz a comisiones militares que prenden, destierran y ajustician sin sujeción a trámites ni leyes; prohíbe que nos reunamos, si no es bajo la presidencia de jefes militares; y declara rebeldes a los que imploran remedio para tantos males.

España nos carga de empleados hambrientos que viven de nuestro patrimonio y consumen el producto de nuestro trabajo. Para que no conozcamos nuestros derechos nos mantiene en la ignorancia; y para que no aprendamos a ejercerla nos aleja de la administración de la cosa pública. Sin que nadie nos amenace, y sin razón que lo justifique, nos fuerza a sustentar una escuadra y un costosísimo ejército, cuyo único empleo es oprimirnos y vejarnos. Su sistema de aduana es tan perverso que ya hubiéramos perecido en la miseria a no ser tan extraordinaria la feracidad de nuestro suelo y tan subido el precio de sus frutos.

Opone cuantos obstáculos son imaginables al fomento de nuestra población blanca. Nos coarta el uso de la palabra; nos impide escribir, gracias que nos deja pensar, y se resiste a que participemos del progreso intelectual de otros países. Varias veces ha prometido mejorar nuestra condición, otras tantas nos ha engañado, y no nos queda más recurso que apelar a las armas para defender nuestras propiedades, para proteger nuestras vidas y para salvar nuestra honra.

Al Dios de nuestras conciencias apelamos, y al fallo de las naciones civilizadas. Aspiramos a la soberanía popular y al sufragio universal. Queremos disfrutar de la libertad para cuyo uso creó Dios al hombre. Profesamos sinceramente el dogma de la fraternidad, de la tolerancia y de la justicia, y considerando iguales a todos los hombres, a ninguno excluimos de sus beneficios; ni aun a los españoles, si están dispuestos a vivir en paz con nosotros. Queremos que el pueblo intervenga en la formación de las leyes, y en el reparto e inversión de las contribuciones. Queremos abolir la esclavitud indemnizando a los que resulten perjudicados. Queremos libertad de reunión, libertad de imprenta y libertad de conciencia; y pedimos religioso respeto a los derechos inalienables del hombre, base de la independencia y de la grandeza de los pueblos. Queremos sacudir para siempre el yugo de España y constituirnos en nación libre e independiente.

Si España reconoce nuestros derechos, tendrá en Cuba una hija cariñosa; si persiste en subyugarnos, estamos resueltos a morir antes que someternos a su dominación.

Hemos elegido un jefe a quien conferimos plenas facultades para dirigir la guerra. Hemos autorizado a los que provisionalmente han de recaudar contribuciones y atender a las necesidades de la administración. Cuando Cuba sea libre se constituirá en la forma y de la manera que crea más conveniente.

Carlos Manuel de Céspedes, Jaime M. Santiesteban, Bartolomé Masó, Juan Hall, Francisco J. Céspedes, Pedro Céspedes, Manuel Calvar, Isaías Masó, Eduardo Suástegui, Miguel Suástegui, Rafael Tornés, Manuel Santiesteban, Manuel Socarrás, Agustín Valerino, Rafael Masó, Eligio Izaguirre.

Octubre 6, 2009
ashiningworld@cox.net
Foto: Google
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La noticia monda y lironda


La noticia no la repito porque todos la conocen ya. Es la noticia del día. La que nos despertó esta mañana y escuchamos incrédulos, todavía dormitando.

A medida que pasan las horas de este primer día, la noticia sigue levantando ronchas y loas. No hay más que repasar los periódicos de Europa, del mundo, y leer los comentarios de las propias redacciones, a favor o en contra, o de los simples ciudadanos que ahora pueden expresar libremente sus opiniones (perdón, debo agregar que los de los países libres) y ser leídas al momento por miles de personas gracias a Internet.

Me sumo a ellos y expreso la mía. Primero, agradezco a Dios que pueda hacerlo, porque eso significa que vivo en un país libre. Bien, acabo de oír por la radio que Obama ha dicho «que se encuentra asombrado». Pues si él dice que se encuentra asombrado, ¿qué diremos los demás?

Otros candidatos aparentaban ser más «premiables» si atendemos a una larga trayectoria pacifista o en pro de los derechos humanos, como el disidente chino Hu Jia, el primer ministro de Zimbabue, Morgan Tsvangirai, o la colombiana izquierdista Piedad Córdoba, que contaba con bastante «palanca». Pero los suecos prefirieron hacerse los suecos y los ignoraron.

A mi entender, los esfuerzos de Obama por fortalecer las relaciones diplomáticas internacionales se reducen a pedir excusas y más excusas. Su acercamiento al mundo musulmán puede tener otras intenciones, no elaboro, sólo sospecho, y que no logran resolver el impasse entre palestinos e israelíes y, en cuanto a lo de disminuir la proliferación nuclear en el mundo, ya vemos el caso que le hacen Corea del Norte e Irán. Por lo demás, me resulta como un parto muy prematuro antes de nueve meses de gestación gubernamental, para poder calibrar el resultado de sus esfuerzos verbales. A lo mejor lo logra con el tiempo y un ganchito, pero no me parece muy lógico premiar por adelantado.

Es el tercer norteamericano que logra el Nobel de la Paz en los últimos años, Carter, Gore y ahora Obama. Lo de Gore fue un premio a la paz verde. Lo de Carter, bueno, para qué recordar. Y lo de Obama lo veremos a su tiempo. Que no nos llene el pesimismo y no pensemos como Dante cuando dijo que el camino del infierno estaba empedrado por buenas intenciones.

Este mediodía hablé por Skype con un primo en España. Le pregunté su opinión sobre el premio. Me contestó solamente con una sonrisa irónica. No hizo falta más.

Entre los muchos comentarios que he estado leyendo entresaco éste de los de la gente de la calle que se entretiene en jugar al periodismo y que muchas veces ofrecen opiniones razonables y concretas, y no se limitan a insultos y groserías:

«Cuando pensamos en el premio Nobel de la paz, estoy seguro que muchos soñadores se imaginan a gente como Gandi, ... pero a él nunca se le concedió el galardón. En cambio, si miramos la lista de nobeles de la Academia Sueca, veremos gente como Arafat, terrorista durante años, al que sí se le ha concedido el galardón. Obviamente no quiero comparar al Presidente Obama con Arafat, pero una vez más la dicha institución muestra su lado político, porque realmente el presidente de los EE.UU. no ha hecho absolutamente nada para merecérselo. Sinceramente, lo único que ha hecho es lo mismo que hizo para ganar las elecciones. Dudo que si el Presidente Obama tuviera la piel más clara le hubieran concedido el Nobel. Pero claro, nuestra sociedad se "apiada" de las "minorías" y tilda este tipo de obras como "discriminación positiva", cuando realmente hay muchos otros que se merecen este y otros galardones. Igualmente, enhorabuena Presidente Obama, a pesar de que aquí en los EE.UU. todavía nadie puede entender porqué has recibido este premio. Espero de corazón que dones tu millón de dólares a una organización sin ánimos de lucro para la paz en el mundo.»

El Presidente Obama ya ha anunciado que donará el premio a una institución de caridad.

¿O a un nuevo plan de estímulo?

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LA CAMPANA DE LA DEMAJAGUA, POEMA DE LUIS MARIO

La campana de La Demajagua
Era una vieja campana

hecha de bronce bruñido,
que voceaba su tañido
para la colonia hispana.
El bronce cada mañana
llamaba al agricultor,
y el eco madrugador
era sal derretidora
que saludaba a la aurora
sobre un charco de sudor.

Y cuando Carlos Manuel
robó al badajo sus notas,
tres docenas de patriotas
se levantaron con él.
Y ya la campana fiel
no estaba a la zafra atenta,
sino a la patria irredenta
sujeta a un poder extraño,
el décimo mes de un año
que presagiaba tormenta.

Y aquella campana, así,
transformó a «La Demajagua»
y del trapiche hizo fragua
para fundir al mambí.
La chispa surgió de allí
a la luz de un sol naciente.
Y el extranjero inclemente
tronó en denuestos protervos
ante un puñado de ciervos
y un abogado valiente.

Hoy la campana es adorno
de demagogia y poder,

por lo heroico de un ayer
y un presente de bochorno.
La ignominia crece en torno
y la opresión la acibara,
pero el bronce se prepara
en su silencio contrito
para repetir un grito
redentor, como el de Yara.

Luis Mario

Luis Mario, poeta cubano radicado en Miami. Nació en Quivicán, provincia de La Habana. Es profesor de Periodismo en la Universidad de Miami y Jefe de Redacción del Diario «Las Américas». Miembro correspondiente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española. Ha publicado doce libros en verso y prosa.

Foto: Google
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El ejemplo de Australia

Kevin Rudd,
Primer Ministro de Australia

A los musulmanes que quieren vivir bajo la ley Islámica Sharia se les dijo [hace pocos meses] que se vayan de Australia, cuyo gobierno ha emprendido un campaña contra los radicales en un esfuerzo para evitar potenciales ataques terroristas.

Tambien Rudd enojó a algunos musulmanes Australianos cuando declaró que él está de acuerdo que las agencias de inteligencia monitoreen las mezquitas de la nación. Citamos:

«Son los inmigrantes, no los australianos, los que deben adaptarse. O lo toman o lo dejan. Estoy cansado de que esta nación tenga que preocuparse si estamos ofendiendo a alguien o a su cultura. Desde los ataques terroristas en Bali, estamos experimentando un reavivamiento del patriotismo en la mayoría de los Australianos.

Nuestra cultura se ha ido desarrollando a través de dos siglos de luchas, tribulaciones y victorias por parte de millones de hombres y mujeres que buscaban libertad.

Hablamos principalmente inglés, no libanés, árabe, chino , japonés, ruso, español o cualquier otro idioma. De modo que si usted quiere formar parte de nuestra sociedad, aprenda nuestro idioma.

La mayoría de los australianos creen en Dios. Esto no es una posición cristiana, política o de la extrema derecha. Esto en un hecho, porque hombres y mujeres cristianos, de principios cristianos, fundaron esta nación. Esto es históricamente comprobable. Y es ciertamente apropiado que esto aparezca en las paredes de nuestras escuelas. Si Dios le ofende a usted, sugiero que considere vivir en otra parte del mundo, porque Dios es parte de nuestra cultura.

Aceptamos sus creencias y sin preguntar por qué. Todo lo que pedimos es que usted acepte las nuestras y viva en armonía y disfrute en paz con nosotros.

"Este es nuestro país, nuestra tierra y nuestro estilo de vida y le daremos todas las oportunidades para disfrutar todo esto. Pero después que termine de quejarse, murmurar y criticar nuestra bandera, nuestro juramento patriótico, nuestras creencias cristianas o nuestro estilo de vida, le animamos a que aproveche otra de nuestras grandes libertades australianas: el derecho de irse.

Si usted no está contento aquí, entonces váyase. Nosotros no le obligamos a venir aquí. Usted pidió venir aquí. De modo que acepte el país que usted aceptó voluntariamente.»

Colaboración de José T. Castellanos
Foto: Google

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ANTE OTRO DIEZ DE OCTUBRE


Ante otro 10 de Octubre

Manuel Vázquez Portal

En estos tiempos de gorja y rapideces, globalizaciones, postmodernidad y olvidos puede parecer obsoleto cantar el himno e izar la bandera nacional en una ciudad lejana de la patria. Sin embargo un gran número de cubanos fervientes, inspirados por la incansable Regla González, lo hacen cada año en la plaza frente al City Hall de Boston para recordar aquel 10 de octubre en que las campanas del ingenio La Demajagua tañeron anunciando que Cuba no seguiría siendo esclava.

Allá me fui y nunca me sentí más cubano. Me vi sin patria, es cierto; los cipreses ondulantes junto a las bellísimas casas de estilo victoriano, el lago plateado y relumbrante, salpicado de velas blanquísimas, no eran mis bohíos ni mis algarrobos, mis ríos; pero también sin amo. Nadie me obligaría a un discurso interminable y soso. A un rostro diabólico desmayando los micrófonos tras un podio engalanado de consignas feroces, a manos hipócritamente trémulas tras la monserga alelante. Nadie nos llevó bajo la presión del temor. No había Comités de Defensa de la Revolución llamando, imperiosamente, a nuestras puertas. No estaban los directores de escuela pasando lista de asistentes. No había gerentes de hoteles, con ceño amenazante, recordándonos que nuestro puesto de trabajo, con acceso a divisas, peligraba si osábamos no asistir. No había sindicatos acechantes, lápiz en mano, para informar al único, absoluto patrón de nuestra ausencia. Allí estábamos llevados por el amor, invitados por una dulce mujer a la que no han podido sacarle a Cuba del corazón. Fuimos convocados, no movilizados. No éramos heroicos soldados numantinos en ninguna batalla. Éramos unos pobres seres humanos con los ojos húmedos, mirando ascender por el asta prestada por un país noble, nuestra bandera; ésa que al decir de Bonifacio Byrne, no había sido jamás mercenaria pero que vio morir luego en Etiopía, Angola y Somalia a cientos de cubanos.

La bandera subió a saludar un sol, que aún de otoño, parecía caribeño. Bello era el día, y estaba de parte de nosotros. La luz bruñía los cristales de los altos edificios. Un aire tibio, raro en octubre, nos animaba la sangre. Los transeúntes nos saludaban con afecto al pasar. Y no sólo cubanos escucharon el mensaje que desde Cuba, vía telefónica, enviaron las Damas de Blanco en la voz de Laura Pollán, la esposa de Héctor Maseda, periodista cubano encarcelado cuando la primavera negra. Había dominicanos y puertorriqueños y estadounidenses y peruanos y hondureños. Y allí estaban abuelos, con más de cuarenta años de destierro, con sus hijos, con sus nietos, hechos un abrazo para mandarlo a los presos políticos cubanos. Parecían labradores sembrando libertad y amor en los más jóvenes. Y una niña de gorro frigio, envuelta en una bandera cubana, diciendo versos de poetas de ayer. Y como un haz de sueños, de esperanzas, después que las autoridades de la ciudad nos congratularon con su presencia y su palabra, nos fuimos a La Cena Martiana.

Y la prédica de Martí volvió a resonar en los oídos de los presentes. Se citaron sus versos, se desbridó su pensamiento, parecía pasearse entre nosotros con su traje oscuro y su lenguaje claro. Se observó, conmovidos todos, el documental Paraíso Traicionado del realizador cubano Eduardo Palmer. Se escribieron mensajes de aliento para aquellos compatriotas que aún sufren cárcel por luchar por sus derechos. Parecía el maestro explicarnos que Boston y Yara se habían edificado para que en ellas naciera la independencia. Y no volvió fosco a un rincón, espantado de todo, sino que nos animó a bailar salsa y reguetón y a que Celia Cruz y Willy Chirino nos hicieran despojarnos de la chaqueta sobria para que sudáramos el son y la guaracha, a que nos contáramos chistes y riéramos. Que la patria interior del cubano es alegre y en ella no puede imponer su imperio ningún tirano.

Manuel Vázquez Portal.
Colaboración de Gladys Gutiérrez
Foto: Google

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Las herraduras
de la buena suerte

María Dominicis

Pocas supersticiones son tan universales como la que atribuye buena suerte a las herraduras. Los griegos, que introdujeron la herradura en la cultura occidental, ya la consideraban un talismán poderoso, probablemente porque estaba hecha de hierro, metal que se creía ahuyentaba el mal. Los romanos, que como se sabe absorbieron gran parte de la cultura griega, tomaron también de ella la superstición sobre el poder mágico de la herradura.

La superstición del mundo pagano sobre las herraduras fue reforzada en la Edad Media por la leyenda de San Damián. Este santo, que llegó a ser Arzobispo de Canterbury en el año 959, era herrero de profesión. Según la tradición, al taller de Damián llegó un día un hombre con unos pies extraños, como pezuñas, y le pidió a Damián que le hiciera unas herraduras. El futuro santo reconoció inmediatamente a Satanás, y le explicó al extraño cliente que no podría realizar su tarea si no lo encadenaba primero a la pared. Una vez encadenado el diablo, Damián se encargó de que la operación de ponerle herraduras resultara muy dolorosa. El diablo se quejaba, aullaba y maldecía, pero no podía hacer nada por estar encadenado. Finalmente, Damián accedió a soltarlo, pero antes le arrancó la promesa de que no entraría nunca en una casa que tuviera una herradura sobre la puerta.

A partir del siglo X, basándose en esta historia de San Damián, los cristianos tuvieron la herradura en alta estima, y por varios siglos, no sólo se colgó en el dintel de la puerta, sino en el centro de ella, con la doble función de talismán y picaporte. El 19 de mayo, festividad de San Damián, eran costumbre los juegos en los que se utilizaban herraduras.

En la época en que se puso de moda en Europa el temor a las brujas, la herradura adquirió el poder adicional de protección contra ellas. Se creía que las brujas siempre usaban escobas como medio de transporte porque les tenían mucho miedo a los caballos y que la herradura las atemorizaba también mucho porque las asociaban con estos animales. Cuando una bruja era enterrada, se ponía una herradura en la tapa del ataúd para impedir que saliera de él.

Una herradura no puede colgarse de cualquier manera, debe tener los extremos hacia arriba para que no se vacíe su reserva de suerte.

María Dominicis
Foto: Google

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8 de octubre de 2009



Una de las páginas más gloriosas de la historia de nuestras luchas libertarias es la del rescate del General Julio Sanguily, llevado a cabo por el Mayor General Ignacio Agramonte con sólo treinta y cinco hombres. Hoy, en un 8 de octubre como aquel de 1871, recordamos la fecha y recurrimos a Ricardo Núñez Portuondo para que nos narre la proeza heroica del Mayor.

El Rescate de Sanguily

Ricardo Núñez Portuondo

Había sufrido la Revolución Cubana serios reveses, cuando alguien le preguntó al general Ignacio Agramonte por las armas que contaba.

--Mayor, le dijeron, ¿con qué armas vamos a pelear?
--Con la verguenza de los cubanos, respondió el héroe.

Y la sombra de Ignacio Agramonte, erguida en cada conciencia libre, continúa señalando el camino a los cubanos. Los cubanos que aman verdaderamente a Cuba no apartarán de la memoria la figura del Mayor Agramonte, apellidado por su valor y su nobleza con el sobrenombre de Bayardo. Los hechos de Agramonte demostraron la superior eficacia de la verguenza sobre la materialidad numérica de las armas.

Un día le dicen que la columna enemiga, con más de trescientos infantes y alguna artillería, conduce prisionero al General Julio Sanguily. El Mayor Agramonte se empina sobre el potro de guerra. A lo lejos, por la fértil llanura del Camaguey, avanzan los soldados enemigos. El general Agramonte hace una rápida selección de treinta y cinco jinetes. Son treinta y cinco cubanos, que la admiración de la posteridad vería como "treinta y cinco arcángeles, nimbados por la consigna y enardecidos por la esperanza", según diría un poético tribuno. Eran treinta y cinco cubanos dispuestos a cumplir con el deber.

--Alli, en aquella columna, les dijo Ignacio Agramonte, va preso el General Julio Sanguily. Es necesario rescatarlo, vivo o muerto, o quedar todos allí.

La llanura resonaba como un tambor, golpeada por los cascos de la caballería. A la cabeza de sus treinta y cinco jinetes, dando la cara al enemigo, el Mayor Ignacio Agramonte daba el ejemplo, como hacen siempre los jefes merecedores de serlo. Todos avanzaban con los machetes en alto. Los treinta y cinco machetes rebrillaban al sol como treinta y cinco relámpagos de gloria. El enemigo trató de formar el cuadro cerrado, calando las bayonetas para oponerse al alud que les alcanzaba. El cuadro no tuvo tiempo de organizarse. Los caballos ya derrumbaban, con enérgica pechada, la pared de hombres que se les interponía. Los machetes habían envuelto sus brillos en un rojor de sangre, mientras el espanto abría claros en torno del general cautivo. A través de la confusión y la sorpresa, los jinetes habían aravesado la columna, llevándose en el anca de un caballo al General Julio Sanguily, otra vez entre cubanos. Quitándose el sombrero, Sanguily levantó el brazo y prorrumpió en un grito jubiloso:

--¡Viva Cuba Libre!

Los jinetes corearon el "viva!", sin preocuparse del fuego graneado con que el ejército en derrota estaba reponiéndose del asombro. Una bala atravesó la mano de Sanguily. El sombrero cayó a tierra. Pero nada impidió que el General Sanguily regresara al campamento de los libertadores, junto al Mayor Agramonte y sus treinta y cinco jinetes.

¿Cómo había logrado Ignacio Agramonte arrebatar la presa a una columna de trescientos soldados aguerridos? ¿Con qué armas? ¿Con qué fuerzas? A las preguntas ya había respondido el Bayardo: "Con la verguenza de los cubanos!" Desde entonces, el rescate del General Sanguily es una de las páginas inolvidables de la Historia de Cuba.

Ricardo Núñez Portuondo
www.amigospais-guaracabuya.org
Foto: Google

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Herta Müller
Premio Nobel de Literatura 2009

La Academia Sueca está dando a conocer esta semana los nombres de los elegidos para los premios Nobel. Hoy nos llega la noticia de que el galardón de Literatura ha sido otorgado a la escritora rumana Herta Müller.

Herta Müller nació en agosto de 1953 en un pueblo de Banat (Rumanía) de habla alemana y ahora vive en Berlín. Su padre perteneció a la SS Waffen y su madre pasó cinco años en un campo de concentración de la actual Ucrania.

Tras completar sus estudios en la Universidad de Timso, se asoció al «Aktionsgruppe Banat», con otros jóvenes en oposición a la dictadura de Ceaucescu que reclamaban la libertad de expresión.

Trabajó como traductora en una fábrica de máquinas y fue despedida cuando se negó a ser informadora de la policía secreta. Acosada por la «Securitate», en 1987 huyo a Alemania con su marido Richard Wagner.

Hizo su debut con una colección de relatos cortos «Niederungen» (En Tierras Bajas, 1982) que fue censurado en Rumanía. Esa obra se publicó dos años más tarde en Alemania y el mismo año «Drukender Tango» (Tango Opresivo). Describe en esos libros la corrupción e intolerancia en una pequeña aldea rumana. Sus posteriores novelas son retratos del sufrimiento y su propia desesperación en una dictadura.

El día 10 de diciembre, fecha de la muerte de Alfred Nobel, la escritora junto a los demás Premios Nobel recogerá el galardón en la Sala de Conciertos en Estocolmo de manos del Rey Carlos Gustavo con la medalla de oro, el diploma Nobel y un discreto cheque de un millón de euros.

Texto: ABC.Madrid
Foto: Google

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7 de octubre de 2009

Si Marco Polo viera La Habana

Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) -

Si Marco Polo, el osado viajero del siglo XIV viajara hoy a La Habana, se sorprendería mucho más que cuando descubrió el gran reino de Gengis Khan.

En pleno continente americano, después de haber tenido noticias de hermosas y prósperas ciudades como Santiago de Chile, Bogotá, Ciudad México, Buenos Aires, Río de Janeiro, Caracas y muchas otras, descubriría una Habana en ruinas, enferma de olores y falta de higiene, sucia, despintada, llena de desperdicios.

Escucharía estupefacto por estos días cómo un gobernante dice en público que “las masas tienen que solucionar sus propios problemas y no esperar a que papá Estado venga a resolverles, y como pichones, abrir la boca, que aquí tienes tu comidita”.

El aventurero veneciano, que conoció el fabuloso mundo comercial en países como China, Ceilán, India, Japón, Tíbet, se preguntaría cómo harán los cubanos para resolver sus problemas, cuando se les prohíbe participar del comercio en su propia tierra, y mucho menos participar en el comercio exterior del país.

Marco Polo observaría con curiosidad cómo en horas laborales los habaneros, desesperados, se aglomeran, sobre todo en las calles Neptuno, Zanja y Galiano, en busca de dinero y alimentos, o conversan en las aceras porque no tienen otra cosa que hacer; y es tan grande el griterío que marea.

Vería con sus ojos, que deben haber visto tanto, cómo los cubanos, propensos comerciar, una característica intrínseca a la naturaleza humana, insisten de manera clandestina en participar de la economía nacional, vendiendo a escondidas productos sustraídos del inoperante comercio estatal, o producen bienes materiales escondidos de la policía.

El osado veneciano, que conoció uno de los primeros ejemplos de comercio, la Ruta de la Seda, entre China y la Roma imperial, recorrería los barrios comerciales de esta Habana castrista, con tiendas mal abastecidas, repletas de productos caros y de pésima calidad, tiendas que, situadas en una misma cuadra, abren sus puertas a distintas horas tardías de la mañana, o sencillamente no abren.

Vería además, cómo el fracaso de un régimen dictatorial se refleja claramente en el lastimoso escenario de una capital en ruinas.

Marco Polo escaparía rápidamente del centro de la ciudad, temeroso de que un balcón de la calle San Lázaro, donde muchos se han caído y todos están por caerse, aplastara su cabeza.

Por último, si decide recorrer la hermosa Quinta Avenida, penetraría en la espesura del oeste y llegaría a los palacios de la nomenclatura del régimen castrista, donde lo esperaría en ropa deportiva el Gran Kan cubano, decano de todos los dictadores. Allí bebería una aromática taza de café Cubita y quizás recibiría como regalo la imagen en miniatura de su imitador en aventuras viajeras, el argentino Ché Guevara, hecha en madera por un artesano con licencia estatal para trabajar.

Desde Cuba: Tania Díaz Castro,
www.cubanet.org
Ilustración: Google
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Guajiro

Victor Romero Sóñora

La versión de que la palabra «guajiro» proviene de «war hero» o «what a hero», resulta a primera vista interesante y hasta simpática, pero a mi juicio no pasa de ser un juego de palabras producto del ingenio de un periodista o escritor que hábilmente pretendió despertar simpatías y popularidad o hacer gala de erudición entre sus lectores. El hecho es que el término «guajiro» ya se empleaba en Cuba muchos años antes de la guerra hispano-cubano-americana, época en que supuestamente fue pronunciada la frase conteniendo las palabras «war hero» o «what a hero» a las que se pretende considerar como la base etimológica del citado vocablo.

En el libro VIAJE A LA HABANA, de la insigne cubana la Condesa de Merlín, precedido por una biografía de la autora escrita por nuestra Gertrudis Gómez de Avellaneda, publicado por primera vez en la primera mitad del siglo XIX y editado posteriormente por la antigua librería Cervantes de Galiano y Neptuno en La Habana, se dedica un capítulo a la vida y costumbres del guajiro y por supuesto, se emplea esta palabra en múltiples ocasiones.

He podido brindar este modesto aporte al tema gracias al poeta y escritor Ulpiano Vega Vargas, cubano residente en España, descendiente directo de uno de los antiguos propietarios de la librería La Moderna Poesía de La Habana y ferviente amante de la Historia de Cuba, que tuvo la amabilidad de brindarme el acceso a su nutrida biblioteca.

Víctor Romero Sóñora
Foto: Google

Carmen Mir Adorna, pintora cubana:

El Guajiro, Acrílico.


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Bajo la lluvia

Juana de Ibarbourou

¡Cómo resbala el agua por mi espalda!
¡Cómo moja mi falda,
y pone en mis mejillas su frescura de nieve!
Llueve, llueve, llueve,
y voy, senda adelante,
con el alma ligera y la cara radiante,
sin sentir, sin soñar,
llena de la voluptuosidad de no pensar.

Un pájaro se baña
en una charca turbia. Mi presencia le extraña,
se detiene... me mira... nos sentimos amigos...
¡Los dos amamos muchos cielos, campos y trigos!
Después es el asombro
de un labriego que pasa con su azada al hombro
y la lluvia me cubre de todas las fragancias
de los setos de octubre.
Y es, sobre mi cuerpo por el agua empapado
como un maravilloso y estupendo tocado
de gotas cristalinas, de flores deshojadas
que vuelcan a mi paso las plantas asombradas.
Y siento, en la vacuidad
del cerebro sin sueño, la voluptuosidad
del placer infinito, dulce y desconocido,
de un minuto de olvido.
Llueve, llueve, llueve,
y tengo en alma y carne, como un frescor de nieve.

Juana de Ibarbourou, (1892-1979), poetisa uruguaya de estilo modernista y versificación sencilla, fresca y natural. Comparte con Gabriela Mistral y Alfonsina Storni la más popular representación de la poesía femenina en la Hispanoamérica del siglo XX.
Ilustración: Google.
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Un hermoso mensaje cortesía de libreoonline.com

http://www.libreonline.com/home/index.php?option=com_content&task=view&id=7293&Itemid=68

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La batalla de Lepanto
y la historia del Rosario

Ana Dolores García

En la antigua Grecia se coronaban con rosas las estatuas de los dioses. Y los romanos, -como muchas otras cosas-, heredaron la costumbre de los griegos porque las rosas dedicadas a los dioses eran símbolo de la entrega de sus corazones.

Este simbolismo fue adoptado también por las mujeres cristianas que sufrían en Roma el martirio por su fe, y adornaban sus cabezas con coronas de flores como ofrenda al Dios único en el que creían y al que iban al encuentro. Consumado el sacrificio y protegidos por la oscuridad de la noche, los cristianos recogían aquellas rosas dispersas y por cada una de ellas rezaban una oración encomendando el alma de las mártires. Fue surgiendo así la práctica del Rosario cristiano, porque la palabra «rosario» significa precisamente «corona de rosasۚ».

En sus comienzos, el rosario consistía en recitar los 150 salmos de David, pero a ello no podía llegar la mayoría de los cristianos. La Iglesia entonces determinó que aquellos que no supieran leer sustituyeran los salmos por 150 Ave Marías. Esta nueva fórmula fue llamada «Salterio de la Virgen». (Salterio es el nombre del Libro bíblico que contiene los salmos).

Santo Domingo de Guzmán, -fines del siglo XII-, fue un gran propulsor del rezo del Rosario. En tres ocasiones tuvo una visión de la Sma. Virgen instándole al rezo del Rosario y explicándole que el poder de la oración era más fuerte que el de las flagelaciones con que se auto castigaba para obtener la conversión de los pecadores.

La predicación de Santo Domingo y sus seguidores hizo popular esta devoción, aunque al cabo de una centuria la misma comenzó a decaer. Ya en el siglo XV un fraile dominico, Alan de la Roche, tuvo una visión en la cual Jesús, María y Santo Domingo le instaban a propagar el rezo del Rosario. La Orden Dominica comenzó esa labor y la devoción del Rosario se extendió por toda la Iglesia.

Un hecho más contribuyó a consolidar esta devoción: Fue el triunfo cristiano en la batalla de Lepanto. La pérdida de esta batalla hubiera representado el dominio de Europa por los infieles, y el Papa San Pío V instó a los cristianos a que rezaran el Rosario pidiendo a la Virgen su intercesión por el triunfo de la flota de la «Liga Santa». El propio día de la batalla, el Papa, en Roma, tuvo una visión anunciándole el triunfo y lo hizo público. En efecto, a los pocos días se comprobó la noticia de la derrota turca.

La fecha de la Victoria de Lepanto se conmemora el 7 de octubre y la iglesia celebraba ese día como el de Ntra. Sra. de las Victorias. El Papa Gregorio XIII sustituyó el nombre por el de Nuestra Señora del Rosario.

Ana Dolores García
Foto: Google
La Batalla de Lepanto,
Paolo Veronese, c. 1572 Óleo en lona,
Gallerie dell-Accademia, Venecia

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Solos

Claudia Cadelo

Se levanta todos los días a las cinco de la mañana, agarra su mochila y se va a torear los diferentes medios de transporte que puedan llevarla hacia su destino laboral: Caimito. Como sólo son cuatro doctores hace guardias cada dos días –que no le pagan– y luego regresa a su casa, porque la casita del médico de la familia que le asignaron [en Caimito] no tiene puerta.

Aunque no están incluidos entre sus pacientes, se ocupa de los habitantes del «Llega y Pon»* del barrio. En esa zona el trabajo es más difícil, nadie está censado y por ende, no existen: los niños no tienen leche, los viejos no tienen dieta, la luz eléctrica es un sueño dorado y la higiene una mala palabra.

Ha tratado de tomar medidas pero siempre choca con el muro de la burocracia: tienen que regresar a su lugar de origen, aunque estén recién nacidos –en ese caso se toma en cuenta el lugar de origen de la madre.


Es una de las historias más tristes que he escuchado, siempre que me hablan de la natalidad y la atención primaria me vienen los oscuros «Llega y Pon» a la cabeza. Crecen alrededor de las ciudades cabeceras y parecen ser, para el gobierno, inevitables. Conversando del tema un amigo médico me dijo que diez niños sin leche no eran bandera para poner en entredicho los servicios de salud cubanos.

Sin embargo yo, que ni soy médico ni política, me pregunto: ¿Un Estado que se declara Socialista puede darse el lujo de que niños así existan?


*«Llega y Pon»: Asentamientos ilegales de personas.

Desde Cuba, Claudia Cadelo, Octavo Cerco,
www.octavocerco.blogspot.com/
Foto: www.cartadecuba.org

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Elizabeth Taylor ingresa en el hospital
para una operación del corazón


EFE-ABC Madrid

La actriz Elizabeth Taylor ingresó hoy en un hospital para someterse a una intervención quirúrgica en una de las válvulas del corazón, informó ella misma en la red social de internet Twitter.

Taylor, de 77 años y ganadora de dos Óscar de actriz protagonista por "Who's Afraid of Virginia Woolf?" (1966) y "Butterfield 8" (1960) quiso restar importancia a su internamiento e informar personalmente a sus seguidores antes de que hubiera rumores sobre su estado de salud.

"Queridos amigos, me gustaría haceros saber antes de que esté en los periódicos que me voy al hospital para una operación en mi corazón", afirmó Taylor.

La actriz explicó que la cirugía "es muy nueva" y conlleva reparar las fugas en una de sus válvulas cardíacas empleando "un dispositivo de pinza sin necesidad de realizar una operación a corazón abierto", dijo.
"Así mi corazón funcionará mejor", indicó Taylor, quien no obstante agradeció anticipadamente "las oraciones" que la gente quiera dedicar por su salud. "Os haré saber cuando esto esté acabado. Con amor, Elizabeth", concluyó la actriz.

Entre 2008 y 2009 Taylor ha ingresado varias veces en un hospital de Los Ángeles para someterse a revisiones y controles médicos, el último el 15 de julio. Además de sufrir de diversas neumonías, la actriz ha superado en los últimos años problemas de espalda, diversas operaciones de cadera e incluso un tumor benigno en el cerebro que le fue extirpado en 1997.

Foto: Google

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6 de octubre de 2009


Historia de los Antiguos Juegos Olímpicos

J. Antonio Hernández

La primera prueba documental de la celebración de los Juegos Olímpicos data del año 776 a. C. en la localidad griega Olimpia, en la península mediterránea del Peloponeso.

Al parecer, la idea original partió de un hombre llamado Oxilos, si bien empezaron a celebrarse por iniciativa del rey Ifitos de Élida, después de que éste llegara a un acuerdo con sus rivales, Licurgos, rey de Esparta, y Clístenes rey de Pisa, para garantizar la paz durante el evento. Según cuenta la tradición, el texto del tratado fue escrito en un disco de piedra y guardado en el templo de Hera.

Ifitos decidió organizar una carrera de 192,27 metros, distancia que equivale exactamente a la medida griega de un estadio.

El discurrir de estos juegos dista mucho de los actuales, sin embargo, su esencia fundamental sigue siendo la misma, siendo aquellos un festival religioso, atlético y cultural, donde el único premio a la victoria era la corona de ramas de olivo, llamada el "cotinus", aunque se sabe que también los atletas ganadores recibían ayuda material de los poderosos de la época.

Con el tiempo, el laurel sustituiría al olivo, aunque la costumbre de la corona vegetal permaneció hasta 1960, año en que se introdujeron las medallas de oro, plata y bronce.

En los juegos olímpicos antiguos, las modalidades deportivas eran: el Pentatlón, que estaba compuesto por el lanzamiento de disco, lanzamiento de jabalina, salto de longitud, carreras y lucha; carreras, boxeo, carreras de carro, equitación y pancracio, que era una mezcla de boxeo y lucha.

La última prueba de los Juegos, considerada la más importante, era denominada con el nombre "final del estadio" y consistía en correr 192,27 metros. Se sabe que uno de los ganadores de esta prueba se llamaba Corebo, residente de la ciudad de Elis, y que ejercía como cocinero. Algunos tratados consideran a Corebo como el primer campeón de la Antigüedad.

Como en la mayoría de los actos griegos, los Juegos Olímpicos estaban muy bien organizados pues se sabe que unos meses antes de los Juegos se enviaban mensajeros oficiales a través de Grecia para anunciar la fecha exacta del evento por todas las villas y ciudades. Al igual que en la actualidad, también existía una selección previa de atletas, los cuales eran elegidos por jueces locales. Las pruebas se celebraban cada cuatro años y duraban un día y siempre coincidían con la segunda o tercera luna llena después del solsticio de verano.

Entre los siglos VII y V a.C., esta manifestación deportiva se fue consolidando y para el año 472 ya contaba entre sus participantes con ciudadanos de las zonas circundantes de la Élida. En la época clásica, los juegos duraban ya cinco días y los ganadores de las pruebas eran considerados como héroes por su propia ciudad.

Todos los griegos que eran ciudadanos libres y que no habían cometido ningún crimen tenían el derecho de participar en los Juegos Olímpicos.

Las mujeres tampoco tenían el derecho de competir, ni siquiera como espectadoras, ya que éstos eran privilegio sagrado de los hombres. En principio, el veto era por razones de pudor, ya que se pretendía impedir que las mujeres contemplasen el cuerpo desnudo de los atletas, los cuales estaban obligados a competir sin ninguna prenda.

Con el tiempo, los usos y costumbres se fueron relajando y se suprimió este requisito. Tras muchas persecuciones, la mujer pudo finalmente acceder a las instalaciones deportivas y ser autorizada como participante en pruebas mixtas. En este sentido, la primera atleta olímpica fue Cinisca, hermana del rey Agelisao de Esparta, quien no pudo tener mejor debut: ganó la carrera de carros tirados por cuatro caballos.

Cuando las ciudades griegas entraron en decadencia, los Juegos también empezaron a caer cuesta abajo. Roma se los llevaría al corazón del nuevo imperio en el años 80 a.C., seis décadas después de haber conquistado Olimpia. Las competiciones siguieron celebrándose e, incluso, adquirieron un perfil más internacional, toda vez que tomaban parte en ellas atletas de todos los lugares del mundo latino. Sin embargo, perdieron su anterior sentido cultural para pasar a ser únicamente un torneo deportivo, si bien se mantuvieron los ritos religiosos, los bailes y las fiestas.

Los atletas eran casi profesionales y se entrenaban regularmente gracias al patrocinio que obtenían de patricios o ricos plebeyos, algunos de los cuales utilizaban en su provecho el éxito de sus pupilos: habían nacido los ´sponsors´.

El Emperador Teodosio abolió los juegos tras celebrarse ininterrumpidamente durante 1,172 años a lo largo de 294 ediciones en dos sedes distintas, Olimpia y Roma, declarándolos ilegales en el año 396 después de Cristo por considerarlos paganos, ya que en estas fechas el cristianismo era ya la religión oficial del imperio. El olvido fue a la postre su peor castigo y los Juegos yacieron sepultados por los siglos de los siglos, de la misma forma que lo estuvieron las ruinas grecolatinas.

Foto: El Discóbolo, Google
Escultura de Mirón de Eleuteras, Grecia,
Año 455 a.C.
Texto: J.A.Hernández, D.R.

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Algunos anuncios
de ayer

Ace,
Ace hace de todo

Acumuladores "Los Angeles",
písalo y arranca

Acumuladores Lazo,
usando acumuladores Lazo no hay fracaso

Arroz Jon Chi,
Chi que crece, Chi que le va a gustar.

Brillantina Hiel de Vaca
Con romero y con quina y también con manzanilla

Café Pilón
Sabroso hasta el ultimo buchito

Café Regil,
Regil, rige y regirá.

Camay
Embellece desde la primer pastilla

Canada Dry
el champagne de los Ginger Ales

Chocolate La Española
Las cosas claras y el chocolate La Española

Cigarros Regalias El Cuño
Satisfacen

Coca Cola
Es la hora de tomar Coca Cola

Colgate
el mal aliento combate

Cristal
clara, ligera y sabrosa

Vinagre Élite
pureza, aroma y sabor.

Emulsión de Scott,
la del hombre con el bacalao a cuestas

Foto: Google

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Pandemia y detergente

Yoani Sánchez

Persigo –sin éxito– un pomo de detergente para fregar esos vasos marcados por la grasa y las huellas dactilares, que ya no ceden ante el agua sola y el trapito. Tras el jabonoso líquido, he caminado hoy parte de La Habana, pues los anuncios televisivos nos llaman a aumentar la higiene ante el avance del H1N1. Sin embargo, la alerta provocada por la epidemia no ha hecho que en las tiendas rebajen los productos de limpieza, ni siquiera el costo de un simple jabón que equivale al salario de toda una jornada de trabajo. En lugar de eso, ha ocurrido lo contrario. El colapso de las importaciones se hace más notable en aquello que sirve para bañarse o desinfectar.

La voz del locutor nos llama a lavarnos las manos frecuentemente, usar pañuelos cuando estornudamos y mantener una buena higiene personal, pero la realidad nos obliga a la cochambre. Faltan los tapabocas, el agua corriente en muchas casas, la simple tenencia de una vitamina C con que fortalecer el organismo y la limpieza en los sitios públicos. La llamada “gripe porcina” tiene, así, un terreno propicio donde propagarse. Mientras avanza en nuestros barrios, los medios oficiales mantienen su parquedad y no mencionan las escuelas cerradas, los sitios en cuarentena y los hospitales repletos.

Esta ilusión de paraíso nos está matando. Este querer aparentar que vivimos mejor y que nuestras estadísticas se desmarcan de la media mundial, no logra esconder la fragilidad de nuestra sociedad ante una epidemia que exige recursos materiales en manos ciudadanas. Si enjabonarse el cuerpo o tener un poco de alcohol para esterilizar las manos se convierten en lujos, ¿cómo vamos a detener la pandemia que ya tenemos encima? Si ni siquiera llegó la cuota de jabón de septiembre al mercado racionado, cómo es posible que en la tele se convoque a la higienización sin aludir a la base material para lograrla. ¿Es qué no habían notado antes que nos estábamos hundiendo en la mugre? Tenían que hacer estragos la conjuntivitis, las diarreas y los virus para que repararan en que la sanidad no es solamente la de bata blanca y estetoscopio, sino que comienza en las calles, en la recogida de la basura, en las duchas de las casas y en esa madre que no puede fregar el plato donde comerá su hijo.

Yoani Sánchez
Foto y texto:
http://desdecuba.com/generaciony/

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A Cucú le dieron de su misma medicina

José M. Izquierdo

A la “Cantante” de origen cubano residente en los EEUU, conocida como Cucú Diamantes, le dieron a probar de su misma medicina y todo parece indicar, que no le gustó. La Junta de Educación de Unión City, en Nueva Jersey, canceló un contrato con la cantante cubana Cucú Diamantes debido a su participación en el concierto “Paz sin fronteras” realizado recientemente en La Habana, porque la comunidad escolar de esa localidad considera la actuación de la señora Diamantes, como un apoyo al régimen político actual en Cuba.

Cucú Diamantes, señalo estar sorprendida por una reacción que calificó de “Desagradable” y recordó la importancia de la libertad de expresión. Pero, Cucú Diamantes participó en un controversial concierto en la célebre “Plaza de la Revolución” en La Habana Cuba, organizado por el conocido cantante colombiano Juanes, al cual llamaron “Paz sin fronteras” donde la libertad de expresión no estuvo presente y sólo participaron artistas conocidos por sus incondicionales posiciones a favor de la tiranía castrista y los que se comprometieron a no hablar de temas que incomodaran al régimen.

En el concierto “Paz sin fronteras” donde participó Cucú Diamantes, el régimen castrista les negó la participación a conocidos artistas del exilio como Willy Chirino y otros del patio, que incluyen al contestatario roquero cubano Gorki Águila. A los artistas autorizados a participar en el concierto, se les limitó y prohibió cantar temas que el régimen de La Habana considera “Inapropiados”, como fue el caso de Olga Tañon, que no pudo cantar los conocidos temas de la inolvidable Celia Cruz. Eso es violar la libertad de expresión, y la señora Cucú Diamante sno protestó, lo aceptó gustosa.

Ahora, a Cucú Diamantes le dieron la misma medicina. Quizás se pueda decir que la “Junta de Educación de Unión City”, tomó una decisión que viola la libertad de expresión. Pero, para Cucú Diamantes, y para otros como ella que van por el mundo defendiendo al régimen castrista escondidos detrás de la libertad de expresión, la medicina que le dieron a tomar a Cucú en Nueva Jersey, les viene muy bien para la “Castritis” que padecen.

La libertad de expresión tiene que ser para todos, no sólo para los que apoyan y defienden la tiranía de los Castros. En el caso cubano, se esgrime cuando afecta a los artistas que defienden al régimen, a los que no denuncian los abusos y la falta de libertades que la tiranía castrista mantiene sobre el pueblo cubano.

José M. Izquierdo
Recogido de
http://www.cubanuestra.nu

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La noticia, monda y lironda

La página web de Prensa Latina, la oficial y exportadora agencia noticiosa del gobierno cubano, trata hoy de escandalizar al mundo porque la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba, S.A. (ETECSA) dejó de percibir 53.7 millones de dólares desde junio del pasado año «a causa del bloqueo de Estados Unidos contra la isla». (ETECSA es un consorcio del gobierno cubano con Telecom Italia, que posee el 27% de la empresa).

¿53.7 millones de dólares perdidos? ¿Y cuánto le costó la empresa telefónica al gobierno cubano? Habrá que recordarle a PL que la Comisión de Indemnizaciones a Demandas en el Extranjero certificó 5,911 demandas contra el Gobierno de Cuba, las que sumaron un total de 1,850 millones de dólares, y que fueron admitidas por el Dpto. de Justicia de EEUU.

El manoseado mito del «bloqueo» al que echaron garra cuando la fenecida URSS dejó de enviarles los rublos con que se mantenían, ya sólo engaña a los ignorantes. Quienes lo critican aquí dicen que debe eliminarse por inoperante, mientras que al mismo tiempo de allá nos llega este tipo de noticia plañidera… Tampoco se trata de «bloqueo» sino de embargo. Embargo en respuesta a todos esos millones confiscados mansamente a las empresas norteamericanas que operaban en Cuba al comienzo de la robolución.
adg.

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Claudio Brindis de Salas,
el Paganini Cubano

Ana Dolores García

Claudio José Domingo Brindis de Salas forma, conjuntamente con el pianista y compositor Ignacio Cervantes y con el violinista y compositor José White, la trilogía de los grandes músicos cubanos del siglo XIX.

Murió en Buenos Aires, indigente y desconocido, el 2 de junio de 1911. Sin embargo, su vida estuvo marcada por el éxito y la fama.

Había nacido en La Habana, cincuenta y ocho años atrás, el 4 de agosto de 1852 en el Nº 822 de la calle Águila. Una sencilla tarja en su fachada señala el acontecimiento, homenaje rendido en 1929 por la Orquesta Sinfónica de La Habana. Su padre, de igual nombre, violinista, contrabajista, compositor y director de orquesta, y de quien indudablemente heredó su gran talento musical, le inició en el estudio del violín. Brindis de Salas -padre-, era el director de la orquesta “La Concha de Oro”, la más popular de las orquestas habaneras que, según un cronista de la época, llegó a contar alguna vez con casi cien músicos para la interpretación de contradanzas, rigodones y otras piezas bailables de aquellos años.

Claudio Brindis de Salas -hijo-, con apenas 11 años ofreció su primer concierto en el Liceo de La Habana. En él también tomó parte Ignacio Cervantes. Apenas un año después realizó junto a su padre y un hermano –igualmente violinista-, una gira por las ciudades de Matanzas, Cárdenas, Cienfuegos, Santa Clara y Güines, causando asombro y admiración por su temprana edad.

Fue enviado a París para continuar allí sus estudios de violín con los más prestigiosos maestros, entre ellos Camilo Ernesto Sivori, alumno de Nicolo Paganini, con quien perfeccionó su técnica. Se le abrieron de par en par las puertas del Conservatorio de París, donde obtuvo, por su depurada ejecución, un codiciado Primer Premio.

Después de cosechar clamorosos éxitos en la capital francesa, se lanzó a una gira por las principales ciudades de Europa. Italia, Alemania, España, Rusia e Inglaterra se rindieron a su virtuosismo, por el que los críticos comenzaron a llamarle “El Paganini Negro” y también “El Rey de las Octavas”.

El diario "Le Temps" de París señalaba “que nadie como Brindis de Salas, sabía apoderarse de su auditorio y dominarlo tan completamente”. Y en Florencia, "Courriere Italiano" decía: "... el joven negro maravilló y llenó de entusiasmo al auditorio: es violinista de actividad admirable, tiene un “portamento” de arco ligerísimo y al mismo tiempo una energía que lleva impreso el ímpetu, característico de su raza: siente, y siente con una pasión que le chispea en las pupilas, que son de una expresión electrizante".

Francia le concedió la Legión de Honor y el Emperador Guillermo II de Alemania le otorgó la ciudadanía alemana y el título de Barón de Salas, lo condecoró con la Cruz del Águila Negra y lo nombró Violinista de Cámara del Emperador. Allí casó con una dama de la nobleza alemana.

Brindis de Salas regresó a América en 1875, coronado ya con la aureola de la fama. Actuó en varios países de la América Central y en Venezuela, y regresó a Cuba en 1877, realizando una gira por las principales ciudades de la Isla y actuando en La Habana en los teatros Tacón y el actual Payret. De Cuba saltó a México para presentarse en Veracruz, Ciudad México y otras ciudades. Fue nombrado Director del Conservatorio de Haití, cargo que desempeñó por poco tiempo, y en la República Dominicana ofreció varios conciertos para recaudar fondos a favor de la causa independentista cubana.

Lo encontramos de nuevo en Cuba en 1886 de regreso de otro viaje a Europa, deleitando al público habanero con sus magistrales conciertos. Lázaro Rodríguez Corrales,
(http://www2.glauco.it/vitral/vitral26/memcult.htm) relata un incidente sucedido a Brindis de Salas durante su estancia en La Habana:

“A la salida de una de sus memorables apariciones, penetró "el rey de las octavas", haciéndose acompañar de unos amigos blancos admiradores suyos, en uno de los cafés más exclusivos que había en La Habana.

Pidió cada quien qué tomar, y cuando lo hizo Brindis, el dependiente, que no le conocía, le respondió con aspereza: "Yo no sirvo sino a los caballeros, no a los negros". Brindis de Salas se irguió como picado por un tábano, y ya en pie, esbelto y colérico, se llevó la mano a la solapa del frac, y señalando un botón rojo que llevaba en ella, exclamó lleno de ira: "¡Pues yo soy Caballero de la Legión de Honor, y no hay aquí tal vez ninguno que pueda decir lo mismo!" A pesar de que, advertido el dependiente acerca de quién era aquel negro trató de excusarse, Brindis rehusó ocupar su puesto, y abandonó el café”.

Siguieron sus giras de conciertos por Europa y América del Sur. Mientras, su esposa demandó el divorcio en 1898, incapaz de soportar una vida tan andariega y excéntrica, y quedó en Alemania con los tres hijos habidos del matrimonio, también violinistas.

Entonces comenzó el declive, provocado además por la miseria, la edad y una incipiente tuberculosis que lo llevó a la muerte en Buenos Aires, recluido en una Casa de Asistencia Pública, el 2 de junio de 1911.

Sus restos fueron trasladados a Cuba diecinueve años más tarde, el 26 de mayo de 1930, y descansan en la ciudad que lo vio nacer, en el Mausoleo de la Solidaridad Musical del Cementerio de Colón.

Eduardo Manet, novelista y dramaturgo cubano residente en Francia, obtuvo en París el Premio Telegramme por su novela “Maestro”, sobre la vida de Claudio José Brindis de Salas.

Ana Dolores García
Copyright 2004
Foto: Google

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Timbiriches estatales

Oscar Mario González

LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) -
Cuando en el año 2004 el gobierno arremetió contra la actividad por cuenta propia, retirando más de 100 mil licencias, los timbiriches particulares dedicados a la elaboración y venta de alimentos fueron el blanco principal de la medida.

Actualmente es difícil ver una cafetería o una pizzería particular. En cambio, en las calles principales de La Habana pululan los timbiriches estatales, dedicados al expendio de alimentos ligeros, aunque los mismos son escasos en los barrios y repartos donde se dificulta sobremanera calmar los reclamos del estómago.

Entre los productos más famosos y de mayor demanda que se venden en estos timbiriches estatales se encuentran los panes con lechón y jamón.

En el primer caso, el lechón parece estar ausente del mendrugo de 80 gramos, idéntico al que venden por la libreta de racionamiento, la mayoría de las veces duro y zocato. El producto, generalmente entregado al cliente en la mano, sin servilleta ni cosa que se le parezca, cuesta 5 pesos, moneda nacional.

El vendedor del pan con lechón es un verdadero artista con el cuchillo, que corta en trocitos de un centímetro cúbico (equivalente a la yema del dedo meñique), todo cuanto se interpone al movimiento del acero reluciente. En la tonga del producto previamente cortado entra todo lo que contiene el puerco, excepto el hueso y las pezuñas: cartílagos, testículos, masa, pellejo, gordo. El contenido de una cuchara y media de esa masa troceada y de tan heterogénea composición es depositado sobre la mitad del mendrugo, acompañado a veces de pedazo de hoja de lechuga.

Algunos vendedores más avispados le rocían, a manera de “ñapa”, un “tin” de mojo que fluye a través de la tapa de una botella grasienta. Es algo así como un “obsequio” de la casa para contentar, o más bien para disipar en el cliente un posible disgusto. Muchos se abstienen del “mojito” con desconfiada precaución.

El que vende pan con jamón es un verdadero maestro del ilusionismo. Un tipo “traqueteao” que te hace ver pan con jamón donde sólo hay pan con ná, del mismo modo que el mago de circo parece sacar un conejo de un sombrero de copa.

Hay dos tipos de pan con jamón, uno que cuesta 3,50 y otro que se vende por 10 pesos. Con el que cuesta 3 pesos 50 centavos, moneda nacional, no es necesario tanto invento, porque tan poco dinero nadie espera mucho. Entonces, el mendrugo que venden por la libreta sale con una lasquita de jamón, tan fina como una hoja de papel.

Si se trata del pan con jamón de 10 pesos, el vendedor afina la puntería y exhibe y hace gala de su destreza gastronómica. El pan picado diagonalmente concentra el escaso jamón en la parte visible, en el punto medio, en un alarde de equilibrio que da la impresión de abundancia proteica sobre la superficie. La decepción llega con la primera mordida, cuando el poco jamón se desprende y tiende a caerse.

La administración del centro gastronómico, le proporciona al empleado una cantidad de productos en base a la norma o contenido de cada unidad. Si el empleado echa menos jamón o lechón, preparará más panes.

La gente en la calle extraña al timbiriche particular, no sólo porque allí recibía mejor trato y mejores productos, sino porque los clientes no eran engañados de forma tan grosera, ni se sentían estafados por un Estado, ante el cual las quejas y denuncias resultan inútiles. Las quejas son escuchadas, aunque no atendidas, siempre que estén encaminadas a “perfeccionar el socialismo” y la culpa de lo malo siempre sea del dependiente, nunca del Estado.

Oscar Mario González,
Cubanet.org
Foto: Google

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El Polémico y Fallido Viaje a Cuba
De la Orquesta Sinfónica de Nueva York

www.cubaencuentro.com

La Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA) denunció esta semana que la Filarmónica de Nueva York quiere disfrazar un "viaje de turismo" como "intercambio cultural", en alusión a la visita a Cuba que tenía planificada la orquesta para fines de octubre.

Según un comunicado de la organización de exiliados, la declaración de la Filarmónica con el argumento de que "el Departamento del Tesoro le había denegado la visa como parte de un programa de intercambio cultural" es, "en el mejor de los casos, engañosa".

"Dentro de las restricciones actuales, pudo haber obtenido una licencia para actuar, como se hizo recientemente en el caso de Juanes. Sin embargo, solicitó licencias para 150 individuos que son 'amigos' o 'donantes' de la Filarmónica y habían prometido donar 10,000 dólares a cambio de un viaje a Cuba", sostiene la FNCA en su nota.

Asimismo, calificó este hecho como "un intento flagrante de disfrazar una visa de turismo".

La organización agrega en su comunicado que "apoya el intercambio cultural entre Estados Unidos y Cuba", pues considera que "puede resultar beneficioso para los pueblos de ambas naciones y, en particular para el pueblo cubano", por recibir influencia del exterior, de "diversas culturas, la música y el arte".

Sin embargo, "al mismo tiempo", la FNCA se opone "firmemente al otorgamiento de visas turísticas para viajar a Cuba, pues no benefician al pueblo cubano, mientras que proveen de divisas a un régimen que las utiliza para continuar reprimiendo a su propio pueblo".
La Filarmónica de Nueva York anunció el jueves que postergó una visita a Cuba prevista para fines de mes, por las dificultades que implican las sanciones del embargo impuesto por Estados Unidos a la Isla.

"La postergación se debe a las restricciones vigentes del gobierno norteamericano para viajar a Cuba que hubiesen afectado a los patrocinadores, sin cuyo apoyo financiero el viaje no es posible", indicó en un comunicado el portavoz de la orquesta, Eric Latzky.

Entre quienes buscaron hacer posible la gira, Latzky citó al Departamento de Estado, del Tesoro, y a los congresistas Charles Schumer, Charles Rangel y Steve Israel.

Recogido de www.cubaencuentro.com

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Papá Estado y Mamá Revolución

Pablo Alfonso

Por estos días en Cuba, Papá Estado y Mamá Revolución buscan a quien culpar por sus líos domésticos.

Después de medio siglo de romance, compartiendo sueños y utopías ideológicas, parece que ambos quieren eludir sus responsabilidades propias; esas que han causado la quiebra económica y la fractura de los valores sociales y políticos de la sociedad cubana
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La progenie engendrada por ese maridaje está en el centro de todas las acusaciones. Los “padres fundadores” del castrismo culpan a su prole por la ineficiencia económica del régimen, las indisciplinas sociales y la desidia instalada en el país.

Resulta que ahora, las tres generaciones de hijos que parió Mamá Revolución no fueron bien educados por Papá Estado. ¿Y no era que el castrismo definió a la Revolución, Patria y Estado como la misma cosa? ¿Acaso el Partido Comunista y el Gobierno no son lo mismo?

Los hijos de la revolución castrista, educados por el Estado que les trazaba su vida y destino desde la cuna hasta el cementerio, debían ser el paradigma del hombre nuevo. Así lo dibujó el fracasado guerrillero argentino, Ernesto Ché Guevara, convertido tras su muerte en mito de todas las boberías. Así lo definió en su folleto El Socialismo y el Hombre en Cuba, escrito a principios de la década de 1960.

Y la utopía no quedó sólo en papel y tinta. El Máximo Líder la trató de imponer con rigor y empeño. Hace 42 años, el 28 de enero de 1967, Fidel Castro delineaba el papel de Papá Estado.

«¿Cómo se sigue avanzando por ese camino del socialismo y del comunismo, que es el camino que ofrece a la sociedad la mayor suma de felicidad, la mayor suma de satisfacciones, la mayor suma de bienes? Entonces hay los que piensan que si les damos gratis todos estos servicios ahora a los campesinos, los campesinos se volverán holgazanes, se volverán vagos, que no trabajarán. Hay quienes creen que para que el hombre tenga que trabajar y trabaje debe sentir el látigo de la tremenda necesidad, el látigo de la miseria, el látigo del temor, para trabajar […] Históricamente, desde que el hombre es hombre hasta hoy, el hombre ha trabajado fundamentalmente para sostener a su familia, para evitar que sus hijos y sus seres queridos se murieran de hambre[…]Y como los hijos dependían enteramente del trabajo del padre, ese sentimiento llevaba a los hombres a esforzarse a trabajar duramente, a veces haciendo inmensos sacrificios.»

Para el gran creador de Mamá Revolución el asunto estaba claro: Papá Estado se encargaría de satisfacer todas las necesidades del ser humano desde que nacía hasta su muerte.

«Y los que defendemos esas ideas, los que creemos en esas ideas, los que creemos en el ser humano, no tenemos dudas del resultado, no tenemos dudas de que se probará la justicia de nuestros puntos de vista, y no esperamos ningún fracaso», afirmaba.

El resultado, todos lo sabemos, ha sido diferente. El paternalismo de Papá Estado ha generado una prole de seres dependientes; el autoritarismo de Mamá Revolución no ha logrado una sociedad de hombres libres; el aniquilamiento del individuo, de la persona, frente al dogma de la colectividad, castró la iniciativa personal y de paso infundió el miedo a la responsabilidad que acompaña a cualquier acción libre.

Por eso resulta irónico escuchar las recriminaciones del padre fundador, Ramiro Valdés.

«Aquí todo el mundo tiene que trabajar, todo el mundo tiene que aportar, todo el mundo tiene que aportar además soluciones, ideas», dijo Valdés durante un recorrido el domingo 27 de septiembre por obras y centros laborales de Santiago de Cuba. «Que las masas participen en la solución de sus propios problemas y no esperar que papá Estado venga a resolverles y como los pichones: abre la boca que aquí tienes tu comidita. Así no es», afirmó.

El tenebroso ex ministro del Interior no puede ignorar que Papá Estado no es un ente abstracto. Tiene nombre y apellidos.

Quizás por eso los padres fundadores del castrismo se preguntan ahora por qué continúan las indisciplinas en los centros de trabajo y de servicio, que inciden en el bajo rendimiento de la economía, incluso dos años después de que el gobierno de Raúl Castro implantó un riguroso código laboral.

Se preguntan también por qué los estudiantes deambulan por las calles en horas de clase, y la juventud en general ha perdido la fe en el destino del país, y lo abandona a su suerte tan pronto tiene una oportunidad.

Quizás si los padres fundadores del castrismo, que todavía tienen fuerzas para vivir quisieran, podrían devolver a los cubanos la posibilidad de ejercitar libremente sus talentos y sus iniciativas, sus libertades y sus derechos. Estoy seguro que nadie esperará como pichones a que Papá Estado los alimente.

De lo contrario, como me comentó un colega hablando del tema: ¡con una familia como Papá Revolución y Mamá Revolución, lo mejor es ser huérfano!

Pablo Alfonso
Diario Las Américas
3 de oct. 2009
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DE EPIGRAMAS Y EPITAFIOS


De Epigramas y Epitafios

Ana Dolores García

Los epigramas son composiciones poéticas breves -en prosa o verso- de carácter satírico y mordaz. Su origen se encuentra en la antigua Grecia, de donde proviene la etimología de la palabra: sobre-escribir, o escribir encima, porque mayormente se usaban como inscripciones de estatuas o tumbas y ello es precisamente una de las causas de su brevedad. Los epitafios también pueden ser considerados epigramas, igualmente populares en la Grecia clásica.

La composición fue evolucionando con el tiempo y ha llegado a nuestros días, tanto en el concepto del epigrama propiamente dicho como en la forma de epitafios, aunque estos últimos generalmente carecen de carácter festivo aunque sí algunas veces satírico.

En la literatura española los epigramas siempre han estado presentes y han sido cultivados tanto por los autores del Siglo de Oro, como por los posteriores y los más actuales.

En el siglo XVIII Juan de Iriarte compuso este epigrama para señalar sus cualidades:

A la abeja semejante,
para que cause placer,
el epigrama ha de ser
pequeño, dulce y punzante.

Uno de los epigramas más populares es de Nicolás Fernández de Moratín, poeta español del siglo XVIII. Lo tituló «Saber sin estudiar» y utilizó métrica y fórmula de la décima.


Admiróse un portugués
de ver que en su tierna infancia
todos los niños de Francia
supiesen hablar francés.
«Arte diabólica es
-dijo torciendo el mostacho-
que para hablar en gabacho
un fidalgo en Portugal
llega a viejo y lo habla mal,
y aquí lo parla un muchacho.»

Las «Humoradas» de Ramón de Campoamor pueden ser consideradas verdaderos epigramas. Como ejemplo de una -que intenta servir de epitafio-, tenemos:

Epitafio ideal para cualquiera:
fue lo que fue, sin ser lo que debiera.

Ana Dolores García
Foto: Google

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5 de octubre de 2009


Almenábar, Mar Adentro

Ayer, por la tele, vi por segunda vez la gran obra de Alejandro Amenábar, Mar adentro. Me emocionó igual que la primera vez. En aquella ocasión, hace ya 5 años, fui al cine con el interés de ver cómo Amenábar había conseguido hacer una buena película, a juzgar por los triunfos ya obtenidos en Venecia, de una historia aparentemente tan distinta a las que habían servido de argumento a sus películas anteriores y, especialmente, porque, al contrario que en éstas, de antemano ya se conocía la trama y, sobre todo, el final.

Ya había visto las tres anteriores películas de este joven realizador, en las que los argumentos resultaban muy originales, con el denominador común de que contenían buenas dosis de intriga, suspense, y, especialmente, tenían un desenlace inesperado:

Tesis, la primera, me resultó entretenida, por la intriga de su argumento y lo incierto de su desenlace. Hasta el final no se sabía quién era el malo. Me pareció una película interesante y bien hecha.

La segunda, Abre los ojos, me llamó muchísimo la atención y me dio a entender que en Amenábar había un cineasta de primera y un maestro de la intriga y del suspense. Estuve toda la película sin pestañear tratando de seguir la complicada trama. Me sorprendió que un director tan joven y con tan poca experiencia fuera capaz de hacer una película de misterio tan lograda. Ya me pareció entonces que este Amenábar era un fenómeno.

La tercera, Los otros, fue reconocida por toda la crítica como un peliculón. A mí también me lo pareció, con un guión muy original, cargado de suspense e intriga, y con un desenlace final realmente inesperado. Además tuvo el talento de conseguir de Nicole Kidman un trabajo memorable. Tras esta peli ya no sólo pensé que Amenábar era un fenómeno sino que era todo un genio y, en eso del suspense y la intriga, el mejor de los de ahora... y de los de antes (incluido Hitchcook).

Aunque no me considero cinéfilo, ni siquiera medianamente entendido en cine, el cine me parece que es el arte por excelencia, en el que el verdadero artista es el director, no los actores o actrices protagonistas. Aunque se dice que la clave de una buena película está en la historia que se cuenta, para mí el arte está en cómo la cuenta el director. Por eso, de la suma del binomio historia-director dependerá el resultado final. Pero creo que en este binomio los dos términos no tienen el mismo peso o influencia, porque, en mi opinión, de una historia simple un director bueno puede sacar una gran película (una obra de arte), mientras que un mal director posiblemente haría un bodrio con una gran historia.

O sea, opino que, al margen de la historia que se cuenta, con honrosas excepciones y dejando de lado el cine de efectos especiales, los que participan en la realización de cualquier película, incluidos los actores y actrices, son meros instrumentos que maneja el director para componer o dar vida a su obra (de arte, si sale bien).

Pues esta peli, en la que Amenábar, además de director, es coguionista y compositor de la música, me ha parecido paradigma de ese tipo de películas en las que el binomio antes referido está totalmente descompensado: una historia que no da mucho de sí pero un director como la copa de un pino. Porque la historia, por archisabida (en su día la tele ya nos mostró en real a Ramón Sampedro en su lucha porque la justicia le autorizara a poner fin a su vida) no ofrece ningún atractivo especial, salvo el mensaje que transmite en relación con el derecho a la eutanasia. Además, de los protagonistas hay que decir que Bardem, cuyo trabajo fue galardonado en Venecia con el premio al mejor actor, en casi todas las secuencias en las que interviene se le ve inmóvil en la cama y cubierto hasta la barbilla, por lo que su actuación está muy condicionada y limitada por el papel, y que la protagonista femenina, Belén Rueda, era una debutante en largometrajes (sí se le había visto en la tele), si bien parecía una consumada actriz.

Así, a priori el cuadro que se le presentaba a Amenábar parecía que no presentaba muchas posibilidades para conseguir una buena película: una historia sin suspense y con final conocido por todos, con unos protagonistas limitados, el uno por su papel y la otra por su bisoñez. En cambio, el resultado, según casi todos los especialistas, ha sido una excelente película. De ahí el mérito de Amenábar y el que a mí me haya parecido una extraordinaria OBRA DE ARTE.

¿Y cómo lo ha conseguido? A mi entender por dos claves: una, que en esta peli todos “son buenos” y, la otra, que la bondad de los personajes es percibida con nitidez por el espectador por “lo que piensan o sienten”, más que por lo que dicen. Porque Amenábar consigue que el espectador se introduzca en los personajes y, siempre en positivo, sienta con ellos. Y todo a base de expresivos primeros planos de los protagonistas, mejor dicho, de Amenábar, con los que éste hace partícipe al espectador de los sentimientos más hondos de los personajes. Creo que Amenábar extrae de los dos protagonistas lo mejor de que son capaces.

Por eso y dejando al margen la cuestión de la eutanasia, que no me interesa en este momento ni, incluso, me interesó mientras veía la película, esta obra conmueve y emociona. Y eso, indudablemente, es la esencia del arte. Aclaro que si no hablo del problema que plantea la película, la eutanasia, es simplemente porque yo, sobre eso, tengo las ideas muy claras: ante situaciones límite, como la que vivió Ramón Sanpedro, las personas deberíamos tener derecho a poner fin a la existencia, y, por tanto, debería permitirse y regularse la eutanasia para poder ser llevada a efecto con dignidad.

La música juega un papel importante en la película, precisamente para conseguir la emotividad que indudablemente persigue Amenábar. Con la obvia excepción del “Nessun dorma” de “Turandot”, que sirve de fondo musical para una bellísima secuencia en la que la cámara hace el viaje imaginario del protagonista desde su lecho hasta el mar, y la dudosa de una canción que se escucha al principio (podría estar cantada por Luz Casal), la música es de Amenábar. A mí me pareció muy buena.

En resumidas cuentas, creo que con esta película Amenábar se consagró como un genial y extraordinario realizador, y me parece que en España no se le ha dado importancia que creo que tiene a este joven y genial artista, que, aunque nacido en Chile, creo que, por ascendencia, cultura y vivencias, se le puede considerar español (desconozco si tiene la nacionalidad española), por lo que, a la vista de su obra, tendríamos que tenerlo ya en el pedestal de los ilustres nacionales. En cambio, no sé si por su sencillez y naturalidad o por su apariencia de un corriente chaval de barrio, aquí parece que no se le considera como se debería.

Supongo que a estas alturas resulta ocioso decir que siento gran admiración por Alejandro Amenábar. Ya he dicho que me parece un genio y, actualmente, el creador más importante de nuestro país. Creo que por lo que ya ha hecho con sus treinta y tantos años ya merece un lugar de honor en la historia de la cinematografía española y no dudo de que, por lo que seguro que hará, está llamado a ocupar un lugar destacado en la historia mundial del cine y del arte en general.

Estoy ansioso por ver su última película, Ágora. Que se estrena la semana que viene en España. Parece que en su presentación en Cannes (fuera de concurso) no tuvo una crítica muy favorable. Estoy seguro de que me gustará.

Sin firma de autor.
Reproducido de
http://julioelejalde.blogspot.com/
Colaboración de Gladys Gutiérrez
Ilustración: Google.

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