3 de marzo de 2016

Jaulas que se cierran


 

JAULAS QUE SE CIERRAN


Hermann Tertsch*


…Venezuela, el país más rico de Iberoamérica, con las mayores reservas petrolíferas del mundo, está al borde de una catástrofe humana. Hay zonas del país con hambre. El colapso de suministros y servicios ha disparado las muertes por enfermedades antes fácilmente curables. Con 28.000 asesinatos al año, es el país más violento del mundo, y el terror ante el omnipresente peligro de muerte paraliza todas las actividades humanas. El régimen socialista, que con un hombre carismático como Hugo Chavez logró una popularidad parecida a la de Putin, sigue firme en el poder aunque sus nefastos y corruptos líderes hayan perdido las elecciones.

Yoani Sánchez, la bloguera cubana, advertía a los venezolanos hace años que estuvieran alerta porque Cuba había enseñado a las nuevas dictaduras a cerrar, lenta, imperceptiblemente, la jaula. Sin que la sociedad percibiera cómo entregaba sus últimas libertades.

Los hombres que fueron a servir a la dictadura en Venezuela y después regresaron a España a implantar aquí una franquicia de la misma, los dirigentes de Podemos, necesitan llegar al poder. Todo lo demás es secundario. Una vez lo logren, ejecutarán el mismo plan que La Habana elaboró en su día para todos los regímenes del socialismo del siglo XXI y que durante tres lustros ha funcionado a la perfección.

Ocuparán todos los resortes del poder, expulsarán a todos los sospechosos de desafección de la Administración y comenzarán ya desde arriba una labor generalizada de intimidación y acoso al crítico y privilegio al dócil para crear las sociedades de postración que explican Rusia y Venezuela. Y que puede comenzar a funcionar en una Europa convulsionada que amenaza con disgregarse. Solo necesitan aliados, tontos útiles o cómplices, para la primera fase del plan. Para llegar a esos ministerios y esos organismos de poder puro que con tanta insistencia demanda en España Podemos. Para comenzar a cerrar la jaula.

*Columnista de ABC, Madrid

1 de marzo de 2016

La historia que Spotlight no cuenta

 
LA HISTORIA QUE SPOTLIGHT NO CUENTA

DENVER, 01 Mar. 16 / 12:10 pm (ACI).- Fue al final de otoño de 2001. La cobertura de noticias sobre los ataques del 11 de septiembre perdía fuerza, y media docena de periodistas de investigación se apiñaban en una sala de prensa de Boston. Estaban reunidos en torno a la siguiente gran historia.

Desde principios del verano, el equipo había rastreado evidencias creíbles de abusos sexuales perpetrados por más de 70 sacerdotes en esa Arquidiócesis. Ninguno de los casos había salido nunca a la luz. La historia era grande, pero todavía  no era suficiente.

Según la película “Spotlight,” que relata cómo el Boston Globe destapó el escándalo de abusos sexuales del clero en 2002, el editor Marty Baron no solo estaba interesado en darle un golpe a la iglesia. Él quería hacer más daño.

En una escena clave, Baron dice a su equipo que “vayan a por la institución,” y que prueben que “los sacerdotes estaban siendo protegidos de ser procesados, y que eran reasignados una y otra vez”.

La película termina cuando la primera edición del Globe sobre el escándalo llega a la calle el Domingo 6 de Enero de 2002. La cabecera dice así: “La Iglesia permite abusos de los sacerdotes durante años: Consciente de los antecedentes de Geoghan, la arquidiócesis lo reasigna de parroquia en parroquia”.

Como el título de la película sugiere, el film “destaca” (spotlights) el trabajo de los periodistas para sacar a la luz la mala gestión de las denuncias de abusos sexuales en Boston al más alto nivel. Sin embargo, lo que no hace la película, es contar la historia de lo que pasó después

Después de las revelaciones sobre las investigaciones del Globe, el Obispo de Belleville Wilton Gregory, entonces presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos de América, emitió una declaración formal expresando “dolor profundo por la responsabilidad de estos abusos por parte de algunos de nuestros sacerdotes bajo nuestra vigilancia”.

En junio de ese año, los obispos de los Estados Unidos decidieron que era necesaria una política coordinada y una respuesta por parte de la conferencia episcopal, y aprobaron por unanimidad la “Carta para la Protección de los Niños y Jóvenes”.

Es importante entender que antes de 2002, la manera en que una diócesis manejaba las acusaciones de abusos sexuales se dejaba a discreción del obispo local (la Arquidiócesis de Denver emitió primero su Código de Conducta en 1991).

Con la nueva Carta, se pusieron en marcha procedimientos uniformes para gestionar las acusaciones de abusos sexuales no sólo del clero, sino también de maestros laicos, empleados de las parroquias, y cualquier otro adulto que tuviese contacto con la juventud en nombre de la Iglesia. En una acción sin precedentes, se comprometieron a proveer un “ambiente seguro” para todos los niños en las actividades patrocinadas por la Iglesia.

Otros componentes importantes incluyeron una política de “tolerancia cero” para abusos sexuales, investigación de antecedentes para todos los empleados de la Iglesia, obligación de informar a las autoridades civiles, retiro inmediato de su ministerio a los acusados, mejoras en la formación en el seminario, y lo más importante, ayuda a las víctimas.

En 2015, la Conferencia Episcopal de Estados Unidos de América ha informado que 2.4 millones de adultos y 4.4 millones de niños han sido formados para detectar y reportar abusos. Casi todas las diócesis han establecido una oficina para coordinar la formación sobre un ambiente seguro y para proporcionar apoyo a las víctimas de abusos. Cada diócesis informa de todas las denuncias a las autoridades civiles, y trabaja con la ley en casos de conducta sexual impropia. De acuerdo con las cifras dadas a conocer por los obispos de Estados Unidos, la Iglesia ha gastado 2.8 mil millones de dólares para hacer frente al escándalo.

Desde 2003, el primer año de aplicación de la carta, la Arquidiócesis de Denver ha formado a más de 65.000 adultos y continúa entrenando 4.000-5.000 cada año. Unos 23.000 niños están capacitados y son re-entrenados cada año, en su nivel de grado correspondiente.

La Arquidiócesis de Denver también colabora con el Estado de Colorado, en su esfuerzo para combatir el abuso de niños en todo el estado. La novedad de este año es un número de teléfono para todo el estado (1-844-CO-4-KIDS) que cualquiera puede utilizar para informar de los casos de negligencia o abuso de niños.

La serie del Boston Globe sobre el escándalo de abusos por parte del clero fue exactamente lo que todo periodista espera que sea su trabajo—el catalizador que provoque el cambio en un sistema que está fallando.

¿Por qué la película “Spotlight” ha ignorado los efectos duraderos que siguieron a la investigación del Globe? No se sabe , pero lo que es evidente es que se ha hecho mucho bien para corregir los errores del pasado, y eso es una victoria para el Globe, para las víctimas, y para todos nosotros.

Este artículo fue publicado originalmente por El Pueblo Católico en noviembre de 2015. Otro de los datos que no cuenta la película es que el ex sacerdote John Geoghan, acusado de abusar de decenas de niños, fue condenado a prisión en 2002 y murió asesinado en la cárcel un año después.

28 de febrero de 2016

El líder "light", el caudillo malo y el profeta enardecido

 
El líder ‘light’, el caudillo malo
y el profeta enardecido

Carlos Alberto Montaner    

El 1 de marzo será el  Super martes. Doce estados norteamericanos realizarán sus primarias en una atmósfera de suspense que tiene mucho de pasión irracional. Será un “duelo al sol”, pero a tres pistolas, como se vio en el debate de la noche del jueves, ganado claramente por Marco Rubio en el  O.K. Corral de CNN y Telemundo. Quien salga victorioso el  Super  martes poseerá una altísima probabilidad de ser el candidato de su partido.

En los años sesenta, Sergio Leone, director de cine italiano, llevó a la cumbre el  spaghetti  western con una trilogía de películas que, de paso, dieron a conocer a Clint Eastwood. Uno de aquellos filmes, el más famoso, se conoció como  El bueno, el malo y el feo.

Marco Rubio es el bueno. Tiene una cara juvenil de muchacho bondadoso que lleva la abuela a la terapia los sábados por la mañana. Es un líder  light. Alguien que es seguido por un tipo de adhesión en la que no entra la fe incondicional. Es gentil y risueño. Tiene en su haber una hermosa familia y una impresionante cadena de triunfos políticos, pero lo acusan de ser un  peso  ligero. Probablemente lo sea, aunque sospecho que ese rasgo no es un problema serio. Lamentablemente, la mayor parte de los políticos son pesos ligeros. También lo acusan de hablar español y ser bicultural (como a Mitt Romney le imputaban hablar francés, como si ese raro conocimiento en un país monolingüe fuera un oscuro delito).

Lo verdaderamente grave en Rubio es su falta de empatía con la tragedia de los indocumentados, y muy especialmente la de los jóvenes dreamers

Lo verdaderamente grave en Rubio es su falta de empatía con la tragedia de los indocumentados, y muy especialmente la de los jóvenes  dreamers. Para alguien que ha convertido en un  ritornello la idea del “sueño americano”, esa dureza, real o impostada, contra jóvenes traídos por sus padres a Estados Unidos cuando eran unos niños, personas que son cultural, emocional e intelectualmente norteamericanas, aunque no lo sean legalmente, es una penosa contradicción. Si realmente lo cree, tiene muy poco corazón. Si lo dice para contentar a la derecha republicana, tiene muy poca espina dorsal.

Donald Trump es el malo. Le encanta serlo. Es un  bully y por eso mucha gente lo sigue. Los  bullies arrastran a cierto tipo de ciudadanos. Mussolini o Hitler eran  bullies. Trump no es un líder, sino un caudillo. A los caudillos se les obedece incondicionalmente porque Dios te libre de no hacerlo. Su gesticulación es la de una persona siempre colérica a punto de propinarte una bofetada o de ordenarles a los guardaespaldas que te den una paliza. Pone cara de malo, eleva el mentón, cierra los ojitos y saca el pecho porque le gusta intimidar. Su castigo comienza con los gestos. Se convirtió en una celebridad cesanteando ejecutivos en un programa de televisión llamado “El Aprendiz” ( The  Apprentice). Su inconfundible consigna de batalla era gritarle al concursante:  ¡you’re fired!  

Trump es un populista de derechas. Es autoritario, nacionalista, y proteccionista, como todos ellos. Hay mucho de racismo en su ideología. Algunos de sus partidarios difunden una vergonzosa consigna  supremacista: “vote por Trump, no por los dos  cubanos”. Los “cubanos” son Rubio y Cruz, dos estadounidenses hijos de cubanos. Por la misma regla racista se podría decir “no vote por el alemán Trump”, pero sería igualmente injusto. Trump desciende de alemanes, pero es tan gringo como el pie de manzana.

Para Trump, el esplendor norteamericano se consigue por medio de opacar el de los mexicanos, japoneses, chinos y surcoreanos. Si lo dejan, hará una enorme muralla en la frontera sur. Está decidido a que la paguen los mexicanos, incluso Vicente Fox, que se niega vehementemente. Quiere exportar a manos llenas, pero impedir las importaciones porque no cree en la libre elección de los consumidores. En su hipotético gobierno todo el que lo contradiga será castigado al grito de  you’re fired! Si pudiera, los fusilaba al amanecer. Menos mal que no puede.

Ted Cruz es el feo. Es un hombre inteligente lleno de certezas. Esa combinación entre un IQ muy alto y unas convicciones muy firmes suele transformarse en una repelente inflexibilidad. Por eso es el feo. No conoce la duda ni le preocupa el ridículo. Puede hablar sin ton ni son durante dos días en el senado para tratar de boicotear inútilmente una legislación. Su personalidad se ha fosilizado en un sistema binario de blancos y negros. No caben los grises. Está seguro de que la Biblia es el libro que contiene todo lo bueno y noble que debe preservarse en el terreno espiritual. Y está seguro, también, de que la Constitución de 1787, con las enmiendas y el  Bill of Rights, es la única fuente de las virtudes ciudadanas. Por eso puede ser durísimo con los pobres inmigrantes. Estos tipos han mentido. Es verdad que lo han hecho para sobrevivir, pero han mentido. Han pecado. Han violado las leyes. Viven escondidos. Las mujeres  pro-choice y los matrimonios gays se quemarán para siempre en el infierno. Cruz no conoce la compasión, sino las reglas. Hay que castigarlos y extirparlos del país. No es un líder light, como Rubio, ni un caudillo, como Trump. Es un enardecido profeta, como Jeremías, que se inspira todos los días en el  Libro de las lamentaciones.

¿Quién ganará el martes? ¿El líder light, el caudillo malo o el profeta enardecido? Según las encuestas, Donald Trump, el caudillo  bully, malo como un forúnculo en la abertura del recto, encabeza el pelotón. Mala cosa. Como diría Ted Cruz: “Dios nos coja confesados”. Ya se sabe que no es el fin del combate electoral, pero es una batalla muy importante.

@14 y medio