St. Mary´s City, Maryland
Ana
Dolores García
En
1634 tuvo lugar el primer asentamiento de un grupo de peregrinos en las costas
de Maryland a orillas de la bahía de Chesapeake. Hoy en día el enclave es una
gran área en la que se ha reconstruido el original asentamiento para que cuente al visitante por si mismo su
propia historia.
La actual
ciudad que se emplaza en el sítio histórico conserva el mismo nombre que le
fuera dado por su fundadores: St. Mary. Se le señala igualmente como el cuarto
asentamiento inglés más antiguo en el terrtorio actual de los Estados Unidos y,
al mismo tiempo, se le considera el lugar donde naciera la libertad religiosa
en todo el terriotorio de la América del Norte: donde católicos, y protestantes
ajenos a la denominación anglicana, pudieron profesar libremente su fe.
A Sir George Calvert
(1579-1632), primer Barón de Baltimore, le fue otorgado por el rey inglés
Carlos I el derecho a la fundación de la Colonia o
asentamiento, así como los derechos sobre ella a nombre de la Corona británica.
Retribuía
de tal modo la probada lealtad de Calvert
y sus valiosos servicios al Reino. Calvert, que ya habia abrazado la fe
católica aunque manteniéndolo en secreto debido a las intrigas de la corte y la
persecución religiosa existente en Inglaterra,
pensaba que aquella sería una magnífica oportunidad para que los perseguidos
por su fe pudieran iniciar una nueva vida. Sin embargo, no llegó a ver
realizado su proyecto al fallecer en 1632. Su primogénito Cecil heredó Colonia
y Título, y nombró a su hermano Leonard para liderar la fundación y ser el
primer gobernador de la misma.
Fue así que en 1633 dos barcos, el
“Ark” y el “Dove”, desplegaron sus velas rumbo a lo ignoto al mando de Leonard
Calvert, el segundo hijo de Sir George. En ellos iban los llamados a ser los
primeros colonos y varios misioneros jesuitas, además de labriegos y gentes de
pueblo que por el precio del pasaje, casa y comida, se comprometían a servir
con su trabajo. Luego de un largo y dificultoso viaje y una escala de
avituallamiento en Barbados, las naves arribaron a las costas de Maryland el 27
de marzo de 1634 y los peregrinos fijaron su asentamiento en una pequeña colina
desde la que se admiraba un río de suaves y tranquilas aguas, al que también
dieron el nombre que escogieron para su poblado: St. Mary.
Aunque todos los historiadores no
estén completamente de acuerdo sobre la etimología del nombre que fuera dado al
asentamiento, al río y posteriormente al propio Estado de Maryland, si es mayoritaria
la opinión de que hace referencia a María, la Madre de Jesús, ya que tanto
Leonard como la casi totalidad de los
colonos eran católicos.
En aquel sitio ya existía una villa de
nativos americanos de la tribu de los Yaocomicos, integrantes de la Nación de
los Piscataway. Los recién llegados lograron entenderse fácilmente con ellos gracias
a un antiguo colono de Virginia que se les había unido y que ya entendía el
lenguaje. El jefe del grupo le vendió a los ingleses 30 acres de tierra y allí
se establecieron.
El grupo original de colonos era de
unos 300, la mayoría de ellos ingleses aunque también los había irlandeses. Leonardo Calvert, (1606-1647), un
católico romano él mismo, se hizo el gobernador de la nueva colonia y siguió dirigiendo
a los colonos. La ciudad de St. Mary se convirtió en la capital de la nueva Colonia
de Maryland, y permaneció como tal durante sesenta y un años hasta 1694.
La histórica ciudad de St. Mary es practicamente un
museo de la que fue la primera capital de Maryland. Junto a la bahía de Chesapeake,
el viajero puede incluso abordar una réplica de la primitiva “Dover” que trajo
hasta el “nuevo mundo” a los fundadores del asentamiento.
En el centro de la ciudad se puede
recorrer un mercado abastecido con toda clase de artículos utilizados por
aquellos primeros colonos, visitar un moderno motel, o admirar una antigua
imprenta que fuera la única que existió por mucho tiempo al sur de Boston.
También se puede visitar la zona donde
vivían los Yaocomaco, con sus sencillas construcciones de madera, o la primera Iglesia
Católica en las colonias inglesas, reconstruida sobre los cimientos originales. En la antigua Tobbaco Plantation sigue siendo
1661. Allí se puede descubrir la variedad de plantas usadas hace 350 años como
alimento o medicina.
Se recomienda al viajero permitirse al
menos cuatro horas para una visita completa, y se le asegura que dejará la
ciudad con una nueva apreciación sobre la vida que se disfrutó a orillas de la
bahía de Chesapeake.