Un tesoro escondido de Camagüey
Dra. Rosa M. Cabrera
En el año 1951 se celebró en Camagüey, en los salones del Círculo de Profesionales, una exposición del pintor Fidelio Ponce, orgullo de nuestro terruño y de todo el país; dicha exposición fue organizada por el Comité de Cultura del Camagüey Tennis Club. El Dr. Luis de Soto y Sagarra, profesor de Historia de Arte de la Universidad de La Habana, fue invitado a dar una conferencia sobre el artista y su obra, tan bien conocida y apreciada en el extranjero.
Durante su estancia entre nosotros, el Dr. De Soto quiso visitar las iglesias y edificios coloniales. Al llegar a la Plaza de San de Dios, admiró con interés las casas y el hospital allí emplazado. Mostró igualmente gran curiosidad por ver la capilla anexa a dicho centro de salud, que fue construida en 1751. Se encontraba cerrada, y después d muchas pesquisas, supimos que la llave la tenía un señor que trabajaba en la limpieza del hospital; pudimos localizarlo y nos abrió la capilla.
Nunca olvidaré el asombro que mostró el visitante al ver el altar mayor, ante el cual exclamó: «¿cómo nadie me había dicho nada de este tesoro?». No sabíamos qué quería decir, y entonces nos explicó que las tres figuras en el altar eran del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Estas figuras, talladas en maderas preciosas, son verdaderamente un tesoro único en Cuba y en la mayor parte de América Latina. Según nos explicó el Dr. de Soto, la Iglesia, a fines del siglo XVIII, prohibió la representación del Espíritu Santo en figura humana, pues debía ser representado como una paloma.
A raíz de esta prohibición, se destruyeron múltiples retablos en España, Portugal y América Latina. De la eliminación total, sólo quedan un retablo de las tres personas divinas representadas en forma humana en una pequeña aldea de la región andina del Perú y ésta de Camagüey.
El Dr. de Soto, entusiasmado con el hallazgo de algo que los camagüeyanos que lo acompañábamos desconocíamos, nos dio muchas explicaciones sobre el valor artístico de las figuras, que estaban en perfecto estado de conservación. Esperamos que este tesoro religioso e histórico se convierta algún día en un lugar de interés para cubanos y extranjeros, por el mérito que le corresponde en nuestro acervo cultural.
Rosa M Cabrera,
Profesora Emérita de la Universidad de Nueva York,
Recinto de New Paltz
Ilustración: http://conojodegato.blogspot.com
En el año 1951 se celebró en Camagüey, en los salones del Círculo de Profesionales, una exposición del pintor Fidelio Ponce, orgullo de nuestro terruño y de todo el país; dicha exposición fue organizada por el Comité de Cultura del Camagüey Tennis Club. El Dr. Luis de Soto y Sagarra, profesor de Historia de Arte de la Universidad de La Habana, fue invitado a dar una conferencia sobre el artista y su obra, tan bien conocida y apreciada en el extranjero.
Durante su estancia entre nosotros, el Dr. De Soto quiso visitar las iglesias y edificios coloniales. Al llegar a la Plaza de San de Dios, admiró con interés las casas y el hospital allí emplazado. Mostró igualmente gran curiosidad por ver la capilla anexa a dicho centro de salud, que fue construida en 1751. Se encontraba cerrada, y después d muchas pesquisas, supimos que la llave la tenía un señor que trabajaba en la limpieza del hospital; pudimos localizarlo y nos abrió la capilla.
Nunca olvidaré el asombro que mostró el visitante al ver el altar mayor, ante el cual exclamó: «¿cómo nadie me había dicho nada de este tesoro?». No sabíamos qué quería decir, y entonces nos explicó que las tres figuras en el altar eran del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Estas figuras, talladas en maderas preciosas, son verdaderamente un tesoro único en Cuba y en la mayor parte de América Latina. Según nos explicó el Dr. de Soto, la Iglesia, a fines del siglo XVIII, prohibió la representación del Espíritu Santo en figura humana, pues debía ser representado como una paloma.
A raíz de esta prohibición, se destruyeron múltiples retablos en España, Portugal y América Latina. De la eliminación total, sólo quedan un retablo de las tres personas divinas representadas en forma humana en una pequeña aldea de la región andina del Perú y ésta de Camagüey.
El Dr. de Soto, entusiasmado con el hallazgo de algo que los camagüeyanos que lo acompañábamos desconocíamos, nos dio muchas explicaciones sobre el valor artístico de las figuras, que estaban en perfecto estado de conservación. Esperamos que este tesoro religioso e histórico se convierta algún día en un lugar de interés para cubanos y extranjeros, por el mérito que le corresponde en nuestro acervo cultural.
Rosa M Cabrera,
Profesora Emérita de la Universidad de Nueva York,
Recinto de New Paltz
Ilustración: http://conojodegato.blogspot.com
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