23 de enero de 2016

Mis amigos se van de Cuba

 
Mis amigos se van de Cuba
Alejandro Ulloa García
Poco a poco la asfixia hace su trabajo. Primero es imperceptible. Pero de eso se trata. De ir lento. Sin prisas. El primer síntoma apareció hace mucho tiempo con un poco de decepción, de desánimo, nada grave, apenas un pensamiento efímero y al parpadear de nuevo, ni rastro.

Pero años después, uno a uno los miembros ya van cediendo. Las piernas, los brazos. También los ojos. La voz. Sobre todo la voz. Y el cuerpo se fatiga más fácil. Desobedece más fácil. Se enquista y no cede.

Luego es el cansancio que comienza una danza lenta, casi fatídica. Y un segundo después ya el camino está recorrido, y no hay retorno, y no hay más intentos posibles, ni santos griales ni cruzadas que ya no se hayan perdido, ni bolsillos repletos de adolescentes esperanzas que aun luzcan sanos. Es el cansancio el síntoma de lo irreversible, porque lo que sigue luego es simple, es dejar fluir, y solo un avión, una lancha, lo que sea, se revela como única ruta.

He visto a mis amigos, uno a uno, padecer esto. Los he visto cuando apenas notan que el cansancio les quema los pasos. Y luego cuando se percatan de caminar ya en una habitación de paredes móviles –siempre más estrechas–. Ý después, cuando sus ojos ya no encuentran aquí color posible para sus vidas. Y al final, cuando se quiebran, y no hay más chance que escapar, que huir de tanta desazón, de tanta grisura, de tanto horizonte truncado. En esos momentos, sus ojos ya andan ciegos, ya están del otro lado del mar, y mi abrazo es el único talismán que puedo darles para el viaje.

Uno a uno mis amigos se van de Cuba. Lían la mayor cantidad de recuerdos, fotos, direcciones, rostros, y se los echan a las espaldas para emprender el camino. El camino es su única cura posible.

Pero llevan a Cuba en todos sus poros. Porque “el amor, madre, a la patria” no es una raíz que te ancla a la tierra, sino un par de alas que saben volar, y regresar, porque siempre mueren por regresar.

Y sus padecimientos también son los míos, aunque yo, aun, no blanquee mis ojos y los ponga más allá del mar. Porque temo al mar, y a la distancia, y porque he decidido estar del lado de acá, quizá a la espera de ellos, de todo.

Sé que la asfixia empieza por los bolsillos, por las “ganas de hacer” frustradas, por el futuro incierto, o inexistente. Sé que el cansancio ataca cuando, en la soledad de los pensamientos, con el lápiz a punta de cálculo, el presente se desnuda rancio, pequeño, leve, sordo, feroz. Y sé que entonces no queda más que alzar la cabeza, fijar un norte, un sur, un este o un oeste, y trazar una línea roja, a veces, con la garganta apretada en la infinitud de las distancias, de los tiempos… (porque Cuba a veces castiga a sus hijos, los devora, y los sume en la espera, en la nostalgia). Entonces sé que solo les queda fluir, y volar. Que todo es gris en sus ojos, que algún día regresarán.

Y yo padezco como ellos, mis músculos se tensan, se hartan, se fatigan, se cansan, sobre todo, por la distancia que nos parte. Y porque Cuba, aun, se deshace en regresos y despedidas.

Tomado de Esquinas

19 de enero de 2016

Profanación del Mausoleo de Catalina Lasa en Cuba

 
La Profanación del Mausoleo
de Catalina Lasa en Cuba
Zunilda Mata
14ymedio

Los amantes más famosos de la Cuba del siglo XX, Catalina Lasa y Juan Pedro Baró, ya no reposan en el hermoso mausoleo donde fueron enterrados en la Necrópolis de Colón en La Habana. En su lugar, unas tumbas vacías y unas lápidas rotas son el epílogo de un amor que alimentó los rumores e hizo palidecer de envidia a la alta sociedad cubana.

En la avenida que se extiende desde la puerta norte del cementerio hasta la Capilla Central, hay un panteón que atrae los lentes de los turistas y los suspiros de los arquitectos. La obra fue erigida para cobijar los restos de Catalina Lasa, quien murió en 1930, apenas 13 años después de conocer a Juan Pedro Baró en una fiesta a la que ella fue del brazo de su esposo, Pedro Estévez Abreu.

Hace algunos años una reparación ejecutada por la Oficina del Historiador de la capital alimentó la ilusión de devolver al mausoleo su antiguo esplendor. Así lo merecía todo el conjunto y en especial el majestuoso portón, que diseñó la Casa René Lalique de París y que fue presentado en el Salón de Artes Decorativas de la capital francesa en 1925.

El mármol de la construcción vino de Bérgamo, en Italia, y el reconocido arquitecto, escultor y conferencista Luis Bay Sevilla escribió en El Diario de la Marina que aquel panteón, “el de Catalina Lasa, de un gran arquitecto francés, dentro de las normas que señalan el arte nuevo, es único en el mundo”.

Sin embargo, los prolongados retrasos sufridos por las obras de restauración han provocado que el interior de la capilla, construida en mármol blanco y con una media cúpula en forma de vaina, muestre un paisaje desolador, donde una vez todo fue lujo y oropel.

Antes de que las obras reforzaran esa imagen de abandono, ya los vándalos habían hecho su parte, atraídos por la codicia que despiertan los rumores sobre un lujoso enterramiento. Una práctica común en los cementerios cubanos, donde en los últimos años más de un difunto ha sido desenterrado para extraerle desde un anillo hasta un diente de oro.

Un acicate para los saqueadores cotidianos debieron ser las crónicas de la época, que aseguraban que el cuerpo de Catalina fue sepultado con un pectoral de piedras preciosas engastadas en oro formando un diseño de rosas. La posible desaparición de estos objetos debido a la rapacidad que sufrió el panteón podría ser el robo de mayor cuantía llevado a cabo en el camposanto habanero donde abundan las tumbas de personalidades y aristócratas.

Un pariente exiliado de los Baró-Lasa aseguró a 14ymedio que las joyas en el ataúd eran sólo “cuentos de novelistas”. Sin embargo, la versión que se maneja en las calles habaneras es que detrás de las espectaculares puertas del panteón estaba uno de los mayores tesoros sepultados en la Isla.

Guiado por esa historia y con el olfato de un experimentado profanador de tumbas, Angelito, un antiguo sepulturero de la necrópolis, desbarató el año pasado con una barreta y a golpe de mandarria las losas que cubrían los ataúdes de Catalina Lasa, Juan Pedro Baró y la madre de éste.

La acción de este saqueador de tumbas se sumó a los pequeños robos anteriores en el mausoleo, en los que se sustrajeron otras piezas, como varios de los cristales que inyectaban una luz lechosa hacia el interior y proyectaban la figura de una rosa. Los vecinos de la barriada aseguran que después del atraco, Angelito dejó tras de sí un rastro de gastos excesivos y noches de locura.

La investigación policial apuntó hacia el depredador funerario, quien fue apresado y recluido siete meses en el centro penitenciario de Valle Grande, según confirmaron a este diario varios custodios del cementerio. En la redada policial también quedaron bajo investigación otros trabajadores del lugar, pero todos resultaron absueltos por falta de pruebas.

Mientras esa trama criminal transcurría, los turistas enfocaban su lente hacia aquella joya del art déco cubano. Hasta hace pocos meses allí estuvieron los restos de Catalina, quien en la pacata época que le tocó vivir escandalizó a muchos al pedir la separación a Estévez Abreu, hermano del vicepresidente de la República e hijo de la conocida como “benefactora de Santa Clara”, Marta Abreu.

La noticia prendió cual pólvora en una Cuba donde todavía no se había aprobado la ley de divorcio, y la bella matancera huyó junto a su amante. Los enamorados regresaron a La Habana en 1917, donde vivieron juntos hasta que ella falleció, en Francia.

Sin acostumbrarse a la viudez, Baró quiso darle a Catalina en la muerte aquello que su fugaz vida no le había permitido y costeó un panteón de medio millón de pesos en el cementerio habanero. Hoy, un bloque de concreto colocado de manera improvisada por la parte trasera sirve como escalón para asomarse a la que fue proyectada como una vivienda eterna.

Desde esa indiscreta posición y auxiliado por una cámara, es posible captar el deterioro de toda la capilla. Los cristales que cubrían las ranuras traseras ya no están y la cruz diseñada por Lalique corrió igual suerte, como las mamparas de cristal colocadas entre las puertas y el recinto más íntimo de las tumbas.

Una fuente cercana al historiador de La Habana comenta que la complejidad patrimonial del panteón exige un estudio “para su reparación”, aunque un empleado del cementerio confirma que las obras de restauración están detenidas desde hace meses porque “los recursos de la Oficina del Historiador tuvieron que ser destinados a algo aparentemente más urgente” .

Los restos mortales de Catalina Lasa, de Juan Pedro Baró y su madre descansan provisionalmente, y hasta que terminen las obras, en el panteón de los Emigrados Cubanos, el mismo lugar donde reposa Leonor Pérez, madre de José Martí. Mientras, Angelito, el saqueador de tumbas, fue finalmente condenado a 30 años de prisión por daño al patrimonio y profanación.

A pesar de la devastación, algo del brillo de la mirada de quien fuera conocida como La Maga Halagadora queda en el lugar. Una triste presencia, de quien no logró en vida ser aceptada por una sociedad llena de prejuicios y después de muerta ha sido víctima de la expoliación y la indolencia.

Para quienes no conozcan esta historia de amor, o quieran releerla, ofrecemos el enlace al trabajo que sobre ella colgamos en este blog hace exactamente dos años: "Catalina Lasa, historia de un gran amor". Escrita por Gina Picart, es un documento histórico de nuestro esplendoroso pasado.
http://palmasamigas.blogspot.com/2014/01/catalina-lasa-historia-de-un-gran-amor.html

18 de enero de 2016

Semana Social Católica en Miami


  IV SEMANA SOCIAL CATOLICA    

 Miami, Florida
  7 al 13 de febrero 2016

EL  EQUIPO COORDINADOR  DE LAS SEMANAS  SOCIALES 
Y LA  VOCALÍA  DE  DOCTRINA SOCIAL DE LA
ASOCIACION DE  CABALLEROS CÁTOLICOS
TIENEN EL GUSTO DE INVITARLO.
PROGRAMA

Primer día - Domingo 7

- Parroquia de St. Raymond, 3475 SW 17th St, Miami, FL 33145.  
  Misa inaugural 8:00 AM Presidida por el P. Roberto Cid, Director de Radio Paz.
- Después de la Misa ─ Día dedicado al contenido social de Evangelii Gaudium y de la encíclica Laudato Si.
Conferencistas: Francisco Javier Muller (análisis científico) y Sixto García (análisis teológico).

Segundo día – Martes 9


- Parroquia San Juan el Apóstol, 475 E 4th St, Hialeah, FL 33010. 8:00 PM.
Día  dedicado a la Encíclica Rerum Novarum.
Conferencistas: Santiago Cárdenas (contexto histórico), Jesús Permuy  (análisis de la Encíclica)

 Tercer día – Miércoles 10

-
Sala Cosculluela del Colegio de Belén, 500 SW 127thAve, Miami, FL 33184. 8:00 PM.
Día dedicado a la labor social de los Caballeros de la Orden de Malta, los Caballeros de Colón y los Caballeros Católicos.

Cuarto día – Jueves 11

-
Parroquia Corpus Christi, 3220 NW 7th Ave, Miami, FL 33127   8:00 PM.
Día dedicado a la obra del P. José Luis Menéndez. Su experiencia sacerdotal en la aplicación de la Doctrina Social de  la  Iglesia en la pastoral social. Además, nos brindará una exhibición de valiosos objetos históricos.

Quinto día – Sábado 13

-Salón Félix Varela - Ermita de la Caridad, 3609 South Miami Ave., Miami, FL 33133.
 9:00 AM ¨La Economía Social de Mercado en el futuro de Cuba Democrática¨. Conferencistas: Nelson Amaro y Horacio Espino Bárzaga.
11:30 AM. ¨30º Aniversario del ENEC. Homenaje y Actualización del Mensaje¨. Conferencistas: P. José Conrado Rodríguez y Dagoberto Valdés.

Lunes 8 a viernes 12 –  Como parte vivencial de la Semana Social se invita a brindar su ayuda a las Hermanas Misioneras de la Caridad de la obra de Madre Teresa de Calcuta en Miami. Para coordinar ayudas llamar:


Responsable: Hna. Méngala, Dirección: 724 NW 17 St MiamiFl. ─ Tel. 305-326-0032                                                                  

Por el Equipo Coordinador:


Helio J. González   305 439 3773
Santiago Cárdenas 786 282 2544
Efraín R. Infante    305 556 5954

17 de enero de 2016

Que sea yo buen vino, Señor

 
QUE SEA YO BUEN VINO, SEÑOR.
Que ponga palabra oportuna
allá donde se desarrolle el desconcierto..
Que irradie música y alegría
cuando brote el escenario de la tristeza y la angustia
 QUE SEA YO BUEN VINO, SEÑOR.
Que hable de Ti y de tus hazañas
aún en medio de incomprensiones y vacíos
Que lleve la esperanza y el optimismo
a un mundo que llora perdido.
Que cargue las tinajas de los corazones de las personas
con tu Palabra que todo lo colma y satisface.
Que convierta el vinagre de muchas historias
en el dulce vino de tu fraternidad y de tu Evangelio.,
 QUE SEA YO BUEN VINO, SEÑOR.
Que, con María, también abra los ojos
y descubra  os sufrimientos y la escasez
el fracaso y tanto aguafiestas
que abortan el espíritu festivo de la humanidad,
el anhelo de fraternidad de este mundo.
 QUE SEA YO BUEN VINO, SEÑOR.
Y sepa darte gloria, por mis obras
Y sepa bendecirte, por tanto signo que realizas.
Y sepa agradecerte, por tantos dones que regalas.
Y sepa alabarte, por salir al encuentro del hombre.
 Gracias, Señor,
tu vino (el único, el mejor y el más auténtico)
alegra la  mesa de toda nuestra vida.
Que en este Año de la MIsericordia,
como buen vino,
sea capaz de ofrecer tu Palabra con mi voz.
tu presencia, en mi entrega,
tu fortaleza, con mi testimonio,
tu amor, a través de mi caridad,
tu corazón, por mi comprensión,
tu reino, en mi forma de entender y de vivir la vida.
Amén.
Javier Leoz, betania.es