28 de abril de 2012

TERESA CABARRUS 3ª PARTE


JEAN-lAMBERT TALLIEN
Teresa Cabarrús
Tercera Parte

La mayoría de las hipótesis coinciden en que fue la relación con Tallien la verdadera razón que movió a Teresa a tomar aquella decisión, aunque también se barajan más hipótesis. Unas apuntan al posible encarcelamiento de Cabarrús y otras hablan de los «intereses políticos» de Teresa, dejando entrever la probabilidad de que ésta trabajara como agente para Inglaterra, tesis avalada en la biografía de Teresa Cabarrús escrita por su biznieta.

Es posible que nunca conozcamos la verdadera razón por la que Teresa Cabarrús decidió quedarse en Burdeos, pero sí sabemos que su presencia resultó beneficiosa. Se cuenta que Teresa, ex esposa de un aristócrata huido, fue arrestada y encarcelada. La joven esperaba el turno para entregar su cabeza a la guillotina, pero Tallien, seducido por su belleza, la rescató de la prisión y se convirtieron en amantes.

Los muertos y detenidos eran cada día más numerosos. Tal vez para evitar complicaciones, pérdida de tiempo o situaciones embarazosas, el Comité de Vigilancia dispuso que cualquier persona que acudiese a solicitar piedad para los prisioneros sería considerada y tratada como sospechosa. A pesar de la orden, curiosamente, llegó una carta al Fuerte de Hâ; la firmaba Teresa Fontenay. Intercedía por una ciudadana de Burdeos cuyo marido había sido decapitado unos días antes. La fecha de la carta, noviembre de 1793, nos permite afirmar que en esos momentos Tallien ya se había enamorado de Teresa Cabarrús. Porque ¿cómo se explicaría si no que la carta además fuese atendida?
El amor que Teresa despertó en Tallien produjo un cambio decisivo en la conducta del sanguinario revolucionario. Disminuyeron las detenciones y la guillotina permaneció silenciosa. Teresa utilizará su influencia con Tallien para interceder por sus amigos.
Cuentan que ella instaló en el café del hotel Franklin, donde vivía, una oficina de ayuda. Allí escuchaba todas las peticiones que después transmitía a Tallien. Teresa se hizo acreedora del nombre de Nuestra Señora del Buen Socorro (Notre-Dame de Bon Secour). Lo cierto fue que muchos bordeleses salvaron la vida gracias a Teresa. En la historia han quedado algunas manifestaciones de agradecimiento:

«Teresa Cabarrús era muy buena, y yo he tenido pruebas de ello.» «La Cabarrús fue el ángel libertador de Burdeos.» «He vivido en Burdeos. He tenido amigos que deben la vida a madame Tallien.» «He sabido allí mismo todo el bien que ha hecho Teresa Cabarrús en Burdeos».

Pero también acusaciones:
«Tallien vendió la República por dinero de acuerdo con una dama que… » «La Cabarrús tenía en su casa una oficina en la que vendía las gracias y las liberaciones.» «Tiene tal influencia sobre Tallien que si esta mujer continúa a su lado, la representación nacional va a caer en el descrédito".
Tomado de

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(Continuará mañana)

 

FRASE DE SABIDURÍA

Raro y celestial don, el que sepa sentir y razonar al mismo tiempo.
-Vittorio Alfieri (1749-1803) Dramaturgo y poeta italiano

27 de abril de 2012

TERESA CABARRÚS 2ª PARTE



Teresa Cabarrús

Segunda parte

Teresa Cabarrús llegó a Burdeos. Se sabe que su intención era regresar a España al lado de su padre, como lo prueba la documentación guardada en el Archivo Histórico Nacional, según la cual en la primavera de 1793, el 15 de abril, el conde de Cabarrús solicita el pasaporte para su hija Teresa. Once días más tarde se autoriza el pasaporte, sin embargo, Teresa no viaja a España.

Es verdad que España, como prevención, y para aislarse de lo que estaba sucediendo en el país vecino, restringió las entradas por la frontera francesa. Las autoridades españolas querían evitar todo tipo de propaganda de las ideas revolucionarias. Pero ello no debería afectar a Teresa Cabarrús, ya que había sido autorizada a regresar. Aunque bien es verdad que aquel no era el mejor momento para volver, ya que su padre atravesaba una situación muy complicada.

El conde de Cabarrús se encontraba en la cárcel acusado de distintas malversaciones y delitos de índole fiscal. Y es muy posible que ante esta situación, Teresa sopesase los riesgos que corría en Francia y los que podía encontrar en España, con su padre en prisión y con una situación política inestable. Teresa también pudo tener otras razones -como veremos más adelante- para quedarse en Burdeos.

Mientras tanto, la revolución seguía su curso y el terror se extendía por toda Francia. El rey Luis XVI había sido ejecutado en la guillotina. Meses más tarde, la reina María Antonieta seguiría la misma suerte. El partido radical de la Montaña dominaba la Convención Nacional, muchos de los representantes de la Gironda murieron decapitados y Robespierre se convirtió en jefe del gobierno revolucionario.

En Burdeos la vida resultaba muy peligrosa. Para controlar la insurrección girondina en esta ciudad, la Convención Nacional decidió enviar allí a un joven que se había distinguido por su celo revolucionario, Jean-Lambert Tallien. Tallien era diputado de la Montaña, vicepresidente de los jacobinos, secretario de sesiones de la Comuna de París y miembro del Comité de Seguridad.

En Burdeos se conocerán Teresa Cabarrús y Jean-Lambert Tallien. ¿O ya se conocían antes y por ello Teresa decide no regresar a España? Documentalmente está confirmado que Teresa deseaba viajar a España en abril de 1793 y que en septiembre de ese mismo año, sin embargo, ya tenía decidido quedarse en Francia. Así lo prueba su solicitud de permiso de residencia en Burdeos.

¿Qué había sucedido en estos meses? ¿Qué le hizo cambiar de idea? ¿Se enamoró de Tallien? ¿Se quedó Teresa en Burdeos porque el amor del revolucionario le aseguraba un lugar destacado en aquella sociedad? Tallien encarnaba en aquellos momentos el poder.

Tomado de

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(Continuará mañana)

FRASE DE SABIDURÍA

El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice.
- Aristóteles (384-322 AC) Filósofo griego

26 de abril de 2012

TERESA CABARRÚS, UNA VIDA CASI NOVELA


 
Teresa Cabarrús

Una vida casi novela.

Y como novela va: por entregas.



Primera Parte


Hija del conde de Cabarrús, ilustrado al servicio de la corona española en tiempos de Carlos III y fundador del Banco de San Carlos, el primer banco nacional español, Teresa había nacido para ser admirada y amada. 


Alegre y desenfadada, provocadora y valiente, práctica y generosa, Teresa Cabarrús fue una de las más bellas y seductoras jovencitas de su tiempo y también uno de los personajes femeninos que más influyó en los acontecimientos que marcaron el rumbo de la Revolución francesa. Una mujer que supo luchar por lo que quería, entrando en el juego social permitido en aquel tiempo al género femenino. Y así, Teresa Cabarrús no dudará en utilizar su belleza y encanto como armas para acercarse al poder.


Teresa supo desde muy joven que poseía un gran atractivo. Las expresiones de los caballeros que embobados la miraban constituían una prueba evidente. Su padre, Francisco Cabarrús, conocedor del éxito de su hija y temiendo que iniciara una relación poco conveniente con alguno de aquellos jóvenes que la asediaban en Madrid, decidió enviar a su familia, su mujer y sus hijos, a Francia donde vivirían con unos parientes. Si lo que Cabarrús pretendía era evitar una unión poco ventajosa o poner punto final a alguna ya iniciada, resultaba lógica su postura, pero si su objetivo era que Teresa se olvidara de los coqueteos, la mandaba al lugar menos apropiado y él debería saberlo; claro que tal vez Francisco Cabarrús esperaba y deseaba en el fondo algo que iba a suceder al poco tiempo.


Aún no había cumplido los quince años cuando Teresa se casó en París con el marqués de Fontenay. Era un matrimonio que respondía más a los intereses de los cónyuges que al amor entre ellos. Él, Jean-Jacques-Devin, tenía veinticinco años y ya le había llegado la hora de casarse. Teresa era hermosa, ambiciosa. Sin duda, desempeñaría bien su papel como marquesa de Fontenay y, además, el no estar muy enamorada de su marido le permitiría ciertas «libertades». El matrimonio con el marqués de Fontenay le brindaba la oportunidad de situarse en aquella sociedad que tanto le atraía.

Teresa triunfó. Se convirtió en la reina del París prerrevolucionario. Muy pronto sus fiestas se hicieron famosas. En su casa se reunían algunos de los personajes más importantes del momento: Lafayette, Lameth, Mirabeau... La política cada día adquiría mayor protagonismo y Teresa participaba activamente en ese ambiente. Anhelaba estar cerca y participar del poder y sabía cómo hacerlo. Pero la situación política francesa se complicaba.

La vida en París resultaba más difícil cada día. La revolución marchaba por senderos peligrosos: después del asalto a las Tullerías en agosto de 1792, la Convención Nacional destituyó al rey Luis XVI proclamando la I República. Las ejecuciones en masa eran muy frecuentes. El terror no había hecho más que empezar. Los marqueses de Fontenay, como muchos aristócratas, decidieron abandonar París.

Una vez instalados en el campo, en su casa de Fontenay, Teresa y su marido, aprovechando la instauración del divorcio, decidieron separarse. En tiempos de armonía la unión entre ellos podía funcionar pero en aquellos momentos difíciles su proyecto en común ya carecía de sentido y cada uno decidió su futuro por separado.

Tomado de
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(Continuará mañana)

FRASE DE SABIDURÍA

No vayas fuera, vuelve a ti mismo. En el hombre interior habita la verdad.
- San Agustín (354-430) Obispo y filósofo

25 de abril de 2012

CINE, LAS MUJERES DEL 6º PISO



LAS MUJERES DEL 6º PISO

Suele decirse que a la hora de las historias, nada es mas difícil de contar que la bondad y la felicidad. Se afirma que la dificultad radica en que la bondad es absoluta, y en que la felicidad carece de matices. Habla mucho de la condición humana que la maldad, a la que también podría caracterizarse como absoluta, se cuenta con facilidad pasmosa, y que los infortunios de diverso calibre nutren todo tipo de narraciones.

Sin embargo de vez en cuando alguien descubre un modo de contar la bondad y la felicidad sin villanos ni esquemas melodramáticos. Como ahora el francés Philippe Le Guay.

Había una vez en el París de 1962 una casona señorial. En el quinto piso vivían Jean-Louis Joubert (Fabrice Luchini) y su esposa Suzanne(Sandrine Kiberlain). Él es un asesor de inversiones (uno más y van…) (pero es 1962 y el daño recién empieza…). Ella se dedica a ser una señorona. Son muy formales, correctos, hacen lo que se debe, los mandatos sociales son su segunda piel. Muy conservadores, bah. Aunque no lo saben, están mas muertos que el Mar ídem. Por suerte a él la frustración soterrada no lo ahoga como para no ver que a su alrededor hay personas necesitadas de ayuda. Y un pequeño gesto solidario lo pondrá en contacto con las mujeres del sexto piso: unas españolas mas vivas que un bebé recién palmeado. 

Las españolas dejaron atrás afectos y familias para hacer “la Francia” y llevarse de vuelta algunos francos trabajando de sirvientas. La vida en el sexto piso es más que precaria. Se mueren de calor en verano y de frío en invierno, no tienen baño para higienizarse y sólo disponen de un excusado. Una canilla y la luz eléctrica son todos sus lujos. Aunque esto no mella su vitalidad, su alegría, sus ganas de comer rico, tomarse un buen vinillo y cantar coplas.

Así que Jean-Louis al entrar en contacto con ellas descubrirá que lleva una vida gris y vacía aunque tenga la panza llena y casi todas sus necesidades satisfechas.

Como en todo relato que se centra en la bondad y en la felicidad hay algo de cuento de hadas. No es para menos. No se necesita ser ningún Einstein para comprobar que estamos hasta las orejas de maldades, mezquindades y desgracias… Pero es hermoso y gratificante ver para variar gente que lucha por ser feliz, por no perder la alegría y que ejerce la solidaridad no como una obligación moral o religiosa sino como algo natural, de pura buena gente que son.

Fabrice Luchini (visto el año pasado como marido de CatherineDeneuve en Potiche/Las mujeres al poder de Ozon) es, aunque parezca una contradicción de términos, tan sutil como histriónico. Se ven con claridad los cambios de su personaje pero no los hace obvios. En las escenas de la oficina es donde mas se nota esta metodología de trabajo. En apariencia sigue siendo el mismo y sin embargo ya no lo es. Sandrine Kiberlain está también muy bien en su burguesa convencional pero que no ha perdido la bondad. Y sin desvirtuar su personaje se permite actuarlo con alguna ironía. A la cabeza de las españolas está Natalia Verbeke, actriz argentina formada en España a la que vimos como pareja de Darín en El hijo de la novia de Campanella y junto a Nancy Duplá y Pablo Echarri en Apasionados de Jusid. Aquí se la ve segura, dueña de sus medios expresivos y en la escena de la ducha ratifica que está para el “crimen”. Es María, la nueva mucama deJean-Louis y Suzanne, que desempolvará los muebles y las ganas de vivir perdidas. Las demás españolas son el colmo del gracejo y superan con talento los estereotipos propuestos por el guión y le dan carnadura de personajes. Dejo para lo último a la extraordinaria, descomunal, iridiscente Carmen Maura que ganó el César, el Óscar francés, a la mejor actriz de reparto por esta película. Cuando está en escena es imposible mirar para otro lado. Destella.

En resumen una película bella y luminosa. Eso sí, si a ustedes los conmueven como a mí los actos solidarios espontáneos lleven pañuelos descartables. Se me empañaron los anteojos más de una vez.

Un abrazo, Gustavo Monteros
http://cronicas-de-cine.blogspot.com/ 

Filme disponible en DVD

FRASE DE SABIDURÍA

Los vicios vienen como pasajeros, nos visitan como huéspedes y se quedan como amos. 

- Confucio (551-478 AC) Filósofo chino

24 de abril de 2012

DEL DICCIONARIO DE DICHARACHOS CUBANOS



Del diccionario de dicharachos cubanos


¡Fuego a la lata! (Adelante, no importan las consecuencias).
Se formó un arroz con mango. (Se armó una discusión)
Lo pusieron en tres y dos. (Lo pusieron en un aprieto)
Chuparle el rabo a la jutía. (Emborracharse)
Se llevó la cerca. (Hizo algo extraordinario)
Ser retama 'e guayacol. (Ser extramdamente malo)
Se tiró en el suelo. (Se negó)
Sacarse la rifa del guanajo. (Que le suceda algo desagradable)
Estoy arrancao. (No tengo dinero)
Quedó en la página dos. (Se murió)