23 de febrero de 2013

ANTE EL 5º CENTENARIO DEL DESCUBRIMIENTO DEL OCÉANO PACÍFICO



ANTE EL QUINTO CENTENARIO DEL
DESCUBRIMIENTO DEL OCÉANO PACÍFICO

¿Quién fue Vasco Núñez de Balboa? Antes de comenzar, sirva un libro de guía para profundizar: «Núñez de Balboa», biografía del escritor panameño Octavio Méndez Pereira (Colección Austral de Espasa-Calpe)

Nacido en tierras extremeñas, pero de familia originaria de León, y tras servir como paje en su infancia de un señor de Moguer (cercana a la descubridora Palos de la Frontera), Núñez de Balboa acudió al llamado del Nuevo Mundo a los 25 años de edad, en la expedición que encabezaría Rodrigo de Bastidas, descubridor de Panamá. En un viaje que le llevaría desde el puerto de Cádiz a las nuevas tierras junto a otro ilustre, Juan de la Cosa.

En esa primera experiencia americana, Núñez de Balboa contemplaría las costas atlánticas de Panamá, Colombia y el mar Caribe. Retirándose en 1502 a la isla de La Española. América ya era parte de Núñez de Balboa, y este estaba llamado a nuevas venturas.

No duró mucho nuestro protagonista en La Española, actual República Dominicana. Acosado por las deudas embarcó como polizón en 1509 en una expedición de Martín Fernández Enciso hacia San Sebastián de Urabá con el objetivo de socorrer al gobernador español. Fue descubierto y aprovechado por sus conocimientos de las costas por la expedición. Su carisma hizo el resto.



Fundación de Santa María la Antigua

Uno de sus primeros hitos en esta nueva aventura en tierras son la conquista y colonización de una de las primeras ciudades establecidas en Tierra Firme: la fundación de Santa María la Antigua del Darién, en la actual Panamá.

Los españoles tuvieron que enfrentarse a la tribu del régulo Cemaco. La lucha fue corta pero encarnizada y en ella destacó Núñez de Balboa.  Una vez enterrados los muertos y recogidos los heridos, los vencedores tomaron posesión de la población abandonada. Finales de 1510. «Aquella misma noche quedó decidido que en ese valle, a la orilla izquierda del río Tarena, se establecería una colonia con el nombre de Santa María la Antigua.

La conquista del istmo de Panamá

En la región de Veraguas, Núñez de Balboa se topó con el mando del jienense Diego de Nicuesa, fundador de la población “Nombre de Dios” en la costa atlántica y quien consideró un intruso al conquistador extremeño. Tras un intento de desembarcar en Santa María, Nicuesa fue repelido y nunca más se supo de él. Era el 1 de marzo de 1511. Núñez de Balboa obtuvo así el cargo de gobernador de Veraguas, una de las actuales nueve provincias de Panamá. Comenzaba entonces una nueva aventura para el conquistador de Jerez de los Caballeros: el istmo de Panamá.

Como en toda la Historia de la colonización de América, el español trabó amistad con algunas tribus y peleó con otras. A finales de 1512 llegaría a los dominios del cacique indígena Careta, quien pactó la alianza con el español llegando a ser bautizado. Con este pacto, españoles e indígenas se internaron en territorios de los caciques Ponca y Comagre, siendo en la región de este último donde Núñez de Balboa escucha por primera vez ecos de un lago de oro, otro mar, otro azul... un nuevo reto.

Ante ese desafío de llegar al mar de oro, Núñez de Balboa se pertrecha de nuevo con más hombres y emprende la aventura hacia el mar del Sur. Tras otras luchas con caciques locales, mil indígenas y 190 españoles se internaron de nuevo por el istmo de Panamá. La batalla final fue con el cacique Torecha, que fue vencido y muerto en combate, aliándose sus hombres con Núñez de Balboa tras su derrota.

«El día 23 de septiembre de 1513 tomaba posesión el capitán Balboa del caserío de Torecha, y ese mismo día tuvo informes, sin lugar a dudas, de que la montaña que se levantaba por el lado occidental, en este valle dilatado y fértil de Cuarecuá, era la última barrera que cubría el mar del Sur», relata la biografía.

El amor indígena de Núñez de Balboa

Haciendo un alto en el camino, hay que destacar en la figura de Vasco Núñez de Balboa la presencia de «una mujer extraña, dotada de una belleza singular y de un espíritu sutil y delicado». Era Anayansi, hija del cacique Careta, quien robó el corazón de Núñez de Balboa. Era Anayansi «quien había logrado imponerse al vencedor de los suyos».

Así destaca Méndez Pereira la influencia que esta indígena ejercía sobre el español extremeño: «Siempre que se trataba de proteger al indio, y sobre todo a la mujer, Balboa obraba bajo la influencia de Anayansi. Ella le había enseñado que no había diferencias fundamentales entre las dos razas, que las diferencias en las costumbres y los hábitos eran cuestión de ambiente y de grado de civilización más bien que de vicios o torpeza innata».

Monuento a Vasco Núñez de Figueroa en la ciudad de Panamá

La visión del mar del Sur

Núñez de Balboa se internó en las cordilleras del río Cuchunaque el 25 de septiembre de 1513. Según los indígenas que le acompañaban, desde allí podría ver el nuevo mar... «De pronto, como a eso de las diez de la mañana, uno de los indios que servían de guía se volvió hacia el jefe y le señaló con el dedo una cresta pelada. [...] Balboa mandó entonces hacer el alto. Y luego, ante la expectación ansiosa de sus hombres, continuó subiendo solo hacia la cumbre señalada. De improviso lo vieron clavar la vista en el espacio, quitarse el sombrero empenachado y caer de rodillas, en uncioso recogimiento.

   El padre Andrés entonó un "Te Deum Laudeamus" y las voces de los soldados, ennoblecidas y puestas al unísono con la grandeza del momento se elevaron solemnes aquel glorioso domingo   Entonces con voz estentórea y temblante de emoción, Vasco Núñez de Balboa anunció a todos los vientos que tomaba posesión de aquellas tierras bañadas por el mar del Sur en nombre de los soberanos de Castilla.

Y mientras algunos soldados daban gritos y vivas de contentos, otros se pusieron a cortar un gran árbol, hicieron con él una cruz, grabaron el ella los nombres de los Reyes Católicos y la clavaron con los brazos extendidos hacia los dos océanos». No era el oro, ni los palacios lo que esperaba a Núñez de Balboa... era el azul inmenso lo que aguardaba.

La ejecución de Núñez de Balboa fue producto de su rivalidad con Pedrarias Dávila

Tras este descubrimiento, Núñez de Balboa tomó posesión de las tierras adyacentes y mandó un quinto de las riquezas, como se estipulaba, a la Corona en tierras europeas. Sin embargo, una rivalidad comenzaría a nacer: la de Núñez de Balboa y el gobernador de la nueva provincia de Castilla de Oro, Pedro Arias de Ávila, conocido como Pedrarias Dávila, quien más tarde destacaría por su sed de sangre.

La Corona reconoció la labor de Núñez de Balboa con el cargo de Adelantado del Mar del Sur; además   sumado a eso el rey recomendó a Pedrarias que guardase toda consideración a la figura de Núñez de Balboa.

Desde ese momento, Núñez de Balboa quería proseguir su conquista por las costas del Pacífico desde una nueva posición en Acla. Era el año 1518. Una figura aparecería entonces por esas tierras, la de Francisco Pizarro quien para ganarse el favor de Pedrarias detuvo, previo aviso de que regresase a los dominios de Pedrarias, a Núñez Balboa bajo acusación de que este quería usurpar el poder de Pedrarias y crear una gobernación en el mar del Sur. Algo que Núñez de Balboa negó.

El 15 de enero de 1519, junto a cuatro de sus fieles hombres, Núñez de Balboa sería decapitado. Antes de ser ejecutado, el de Jerez de los Caballeros espetaría ante la acusación de traición a la Corona: «Mentira, mentira; nunca halló cabida en mí semejante crimen; he servido al Rey como leal, sin pensar sino en acrecentar sus dominios». Tras su muerte sería Gaspar de Espinosa quien exploraría el mar del Sur y, con el plácet de Pedrarias, Pizarro inició su expedición hacia el Perú.

En 1520 Fernando de Magallanes rebautizaría aquel inmenso azul con el nombre de Pacífico, dada la apariencia de calma en sus aguas.

Fuente: Esteban Villarejo
ABC, Madrid

FRASE DE SABIDURÍA

Desear lo mejor, recelar lo peor y tomar lo que viniere.
- Eugène Delacroix (1798-1863), pintor francés.

22 de febrero de 2013

SERIE MÚSICA CUBANA: A LA NIÑA UNA FLOR DEJÓ CAER



 A la niña una flor dejó caer

Marlene María Pérez Mateo

   ¿Y tu que has hecho de mi pobre flor? Es una línea en los versos de una de las canciones cubanas mas cantadas y recordadas, de esas que no se olvidan. A su autor  van dedicadas estas lineas.

     Eusebio Delfín Figueroa nació en Palmira, Cienfuegos, en 1893 en el seno de una familia acomodada. Estudió en el Colegio de Monserrat y de los hermanos maristas en su ciudad natal. De profesión contador ejerció como presidente del Banco Comercial y se casó con un miembro de la familia Bacardí. 

     Su trayectoria musical se inició bajo el auspicio de los profesores  Gelabert, Vicente Sánchez Torralba y Fernando Barrios. Siendo sus mejores aliados la guitarra y la voz. Su debut ocurrió en el Teatro Terry siendo solista, aunque en ocasiones formo dúo con Rita Montaner. La mayor parte de sus derechos de autor  los donó a obras de caridad en su ciudad natal.

    Delfín guitarristicamente fue cautivador para todos los que le escuchaban. Cambió el estilo hasta entonces conocido de tocar boleros por medio del rasgueo al arpegio y redistribuyendo los tiempos musicales en la pieza.

   “En el tronco de un árbol” es la melodía emblema en su obra. ¿Quien no la ha tarareado alguna vez? Detengámonos esta vez en ella. En su sencilla belleza. En ese diálogo entre el madero y la chiquilla. Entre víctima y agresor. Entre el ser humano y su entorno. Si releemos en las estrofas es una simple lección de perdón: “A la niña una flor dejó caer”. Dejemos pues a María Teresa Vera, inconfundible voz de la trova cubana  que por medio del ciberespacio nos regale su interpretación del tema.
  

 Marlene María Pérez Mateo
Terminado Enero 2013
Secuencia música cubana

GOTERO DE NOTICIAS


Gotero con noticias
de la prensa mundial

**** Los cardenales que participarán en el cónclave que elegirá al próximo papa tras la renuncia de Benedicto XVI serán 116 debido a la renuncia del cardenal Julius Riyadi Darmaatmadja, arzobispo emérito de Yakarta (Indonesia), de 79 años, por motivos de salud. El cardenal ha confirmado que debido al "deterioro de sus condiciones físicas" no podrá viajar a Roma.  (La Razón, Madrid)

**** José María Aznar, expresidente del Gobierno español recibió ayer jueves a Rosa María Payá Acevedo, hija del disidente cubano Oswaldo Payá, fallecido en un supuesto accidente de tráfico en julio pasado. Rosa María Payá confirmó que entre sus objetivos está reunirse con Ángel Carromero, para lo cual su familia "ya ha iniciado gestiones".  (http://www.diariodecuba.com)

FRASE SABIDURÍA

Refranes que no sean verdaderos y febreros que no sean locos, pocos.
- Refrán

21 de febrero de 2013

OBITUARIO, CHALÓN RODRÍGUEZ SALINAS


Obituario
Chalón Rodríguez Salinas

Ana Dolores García

En horas tempranas de anoche, 20 de febrero de 2013 y a la edad de noventa y dos años, ha fallecido en Springfield, norte de Virginia, un médico villaclareño que sentó raíces en Camagüey, allí forjó su familia y llegó al pleno éxito de su profesión como urólogo:  el Dr. Chalón Rodríguez Salinas.

Aún más, Camagüey  y su historia cultural han quedado con él en  deuda eterna por su gestión y esfuerzo al frente de una Sociedad de Conciertos que durante la década de los años cincuenta nos permitió escuchar y admirar a cuanto artista de renombre en las artes musicales visitaba Cuba. 

Gracias a su empeño y la colaboración de otros valiosos camagüeyanos, como Rosa Martínez de Cabrera, Antonio Martínez y Víctor Romero Sóñora entre otros, nuestra capital provinciana pudo disfrutar de las actuaciones personales de Andrés Segovia, Jacha Heifetz, Alicia de Larocha, la soprano Victoria de los Ángeles y otros múltiples y renombrados virtuosos, durante las varias temporadas anuales de  la Sociedad de Conciertos de Camagüey. Todo ello a precios increíbles, puesto que no hubo nunca ningún otro interés lucrativo en esta ardua gestión, sino el solo propósito de desarrollar la cultura musical popular.

Chalón Rodríguez Salinas, a más de prestigioso galeno, era también un amante apasionado de la música y, aún más allá de ello, musicólogo y violinista consumado. Ya en el exilio, asentado en la zona de la Virginia metropolitana de la capital de la nación, organizó entre amigos -también serios diletantes-, tertulias musicales para escuchar obras representativas de autores clásicos y, a la vez, desarrollar temas de estudio sobre ellas.  

Hoy lloran su ausencia sus hijos, nietos y demás familiares. Sus amigos entrañables, y los que conocimos desde el terruño sus múltiples méritos profesionales, artísticos y de calidad humana y, los que en estas tierras que a todos nos acogen, también disfrutaron de su jovialidad e interminables anécdotas, y aprendieron a conocerle y apreciarle.

Descansa en paz, Chalón. Te va a sorprender un celestial coro de ángeles a tu llegada al más allá.