La Navidad suele ser una
fiesta ruidosa:
nos vendría bien un poco de silencio,
para oír la voz del Amor.
Navidad eres tú cuando…
Navidad eres tú, cuando decides nacer de
nuevo cada día y dejar entrar a Dios en tu alma.
El pino de Navidad eres tú, cuando resistes
vigoroso a los vientos y dificultades de la vida.
Los adornos de Navidad eres tú, cuando tus
virtudes son colores que adornan tu vida.
La campana de Navidad eres tú, cuando
llamas, congregas y buscas unir.
Eres también luz de Navidad, cuando iluminas
con tu vida el camino de los demás con la bondad, la paciencia, alegría y la
generosidad.
Los ángeles de Navidad eres tú, cuando
cantas al mundo un mensaje de paz, de justicia y de amor
La estrella de Navidad eres tú, cuando
conduces a alguien al encuentro con el Señor.
Eres también los reyes Magos, cuando das lo
mejor que tienes sin importar a quien.
La música de Navidad eres tú cuando
conquistas la armonía dentro de ti.
El regalo de Navidad eres tú, cuando eres de
verdad amigo y hermano de todo ser humano.
La tarjeta de Navidad eres tú, cuando la
bondad está escrita en tus manos.
La felicitación de Navidad eres tú, cuando
perdonas y restableces la paz, aun cuando sufras.
La cena de Navidad eres tú, cuando sacias de
pan y de esperanza al pobre que está a tu lado.
Tú eres, sí, la noche de Navidad, cuando
humilde y consciente, recibes en el silencio de la noche al Salvador del mundo
sin ruidos ni grandes celebraciones; tú eres sonrisa de confianza y de ternura,
en la paz interior de una Navidad perenne que establece el Reino dentro de ti.
Una muy feliz Navidad para todos los que se
parecen a la Navidad.
Remitido por Josefina Hasegawa