26 de septiembre de 2009



Estampas costumbristas
La guagua

José Sánchez-Boudy

La cubana guagua no fue, como sucede aquí o en otros sitios, un lugar callado donde la gente va pensativa, ensimismada en sus pensamientos, rumiando sus desgracias y sus desdichas.

No. Ella era un mundo abierto sin reglas sociales. Un mundo donde se creaba un léxico: «Pasito alante, varón»; «No te pongas bravo, mi tierra, pero menéate que voy en el estribo»; Conductor, tírame en la calle C»; «Se la comió ese chofer», «Lo que tiene en el cerebro es tiza»; «Tiene cronometrados los semáforos».

Donde se charlaba de pelota: «Sagüita es un reventao»; «Ayer la chifló de cordón de zapato». Donde se enteraba uno de los chismes del barrio: «A mí me lo dijo Cusita, que tú sabes que es la candela y no falla, así que puedes dar la vida que es verdad. El chofer para en la esquina para recoger a la mulata gorda, que parece que es socia de él».

Sitio de democracia donde se hablaban de igual a igual todos los habaneros; donde no había, pues, distinciones sociales y donde se observaba una exacta cortesía con sus reglas rigurosas: «Oye tú, tanguiao: ponte de pie que hay una dama». «Perdone, Señora, es que no la vi»

Las guaguas eran sitios de conversaciones infinitas donde sin sal ni odio, los que nos acabábamos de ver por primera vez , sin que nos presentáramos, hablábamos como si nos conociéramos de toda la vida: «Voy a visitar al ministro, que es compañero mío de colegio, a ver si me traslada la hija, que es maestra, para la Habana.» «Yo voy, ‘mijito’ para el cementerio. Hace muchos años que se me murió el muchacho. Tú tienes que haberlo leído. Se ahogó en una poceta del muro del Malecón». Y entonces la ancianita nos detallaba la vida del muchacho, los padecimientos de la familia, sus dolores de madre. Y nosotros compungidos le decíamos: «No se preocupe, viejita, que Dios lo tiene en su seno y nunca olvida a los buenos».

La habanera guagua era sitio, si, de mucha tristeza: «Coopere con el artista cubano». Y allí mismo un punto cubano, mal cantado lleno de gallos, tronaba el aire. Después el negrito con el cepillo recogía lo que daban los pasajeros. «Déjame en el Reina Mercedes que tengo operado a mi marido que está cesante». Sitio de mucha tristeza y de mucha alegría«Cómo está de linda esa mulata!» «Muchacho, y muy preparada, que es maestra y está estudiando para pedagoga». «Déjame sacar la cabeza por la ventanilla que allí vive una jevita que está que corta».

La guagua: compendio de la vida habanera; lugar sin odio, de amistad. De amistad profunda, como aquella que hacíamos con el guagüero, cuyo nombre ni conocíamos, pero al que «llevábamos en la sangre» porque era «barín». El guagüero que nos decía a los pocos días de conocernos: «Ahorita entra el inspector y es candela. No se le va una, mi tierra». «Pasito alante, varón» «Ya subió el hombrín»; «Listo Arcaño y dale Delmo» . «Para en firme».

Y el filete que camina entraba en la guagua entre miradas golosas de los solteros, el temblor del bigote del conductor, el guillo del chofer que «vacilaba por el espejito» y el pellizco que llegaba al alma: «Como te coja mirándola vas a ver quien soy yo, Ñico.»

José Sánchez-Boudy
Ilustración: Google.
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Muere Alicia de Larrocha,
la voz del piano español

Alicia de Larrocha y de Calle, la voz del piano español como la calificara uno de sus admiradores, Asier Vallejo, falleció ayer viernes 25 de septiembre en Barcelona. Había nacido allí en 1923.

«El Periódico», diario barcelonés, nos esboza los datos principales de su biografía y triunfos:

La pianista Alicia de Larrocha falleció anoche en el Hospital Quirón de Barcelona a los 86 años, como consecuencia de una larga enfermedad cardiorespiratoria.

Alicia de Larrocha es considerada la pianista de mayor proyección internacional del panorama musical español al atesorar, entre otros premios, dos Grammy, además de haber sido distinguida con el Príncipe de Asturias de las Artes en 1994.

Virtuosa de la música desde la más tierna infancia, de Larrocha, nacida en Barcelona en mayo de 1923, dio su primer concierto público a los seis años y a los 11 ya participó en su primer concierto oficial, con la Orquesta Sinfónica de Madrid.

Fue descubierta para la música por Frank Marshall, discípulo de Enrique Granados, que la llevó a iniciar su carrera como concertista en 1940, con escasos 17 años.

En 1947, comenzó sus giras por Europa, donde actuó en las más importantes salas de las grandes ciudades de la época, y en 1955 dio el salto a Estados Unidos para celebrar nueve conciertos en California con la orquesta de Los Ángeles.

En los años 60, su carrera se acelera y llega a programar alrededor de 120 conciertos anuales en todo el mundo, sola o acompañada de orquesta, además de realizar cada año tres giras por diferentes ciudades de Estados Unidos. Esta vertiginosa carrera está a punto de verse truncada en 1968 cuando se lesiona un dedo con la puerta de un taxi, aunque consigue recuperarse.

PREMIOS
Entre otros premios, de Larrocha estaba en posesión del título de Mejor Artista del Mundo (1977), del Premio Nacional de Música (1985) y del Premio de la Fundación Guerrero (1999), además de obtener dos Grammy: uno en 1989 a la mejor solista instrumental de música clásica por los Cuadernos de Iberia de Albéniz, y el segundo en 1994 por su interpretación en el disco Goyescas.

En 1988 fue también nombrada académica electa de la sección de música y académica honoraria de la Real de Bellas Artes de San Fernando y en 1990 consiguió la medalla de honor de la Fundación Albéniz. En junio de 1995 obtuvo el Laurel del Consejo Internacional de la Música (CIM) de la Unesco. Alicia de Larrocha fue la única concertista española incluida en unas grabaciones con recopilaciones de los 74 mejores pianistas del siglo XX promovidas por diversas compañías discográficas.

Casada con el también pianista Juan Torra y madre de un hijo y una hija, se mantuvo activa hasta hace poco. Emprendió una gira en el 2000 por países de Suramérica, ofreció un recital en Miami en el 2001, y varias actuaciones en el 2002, en el Palau de la Música de Barcelona y la sala Carnegie Hall de Nueva York.»

Recogido de:www.elperiodico.es
Ilustración: Google

Alicia de Larrocha y la Orquesta Mostly Mozart, en el mov. final del concierto Nº 25 de Mozart:

http://www.youtube.com/watch?v=xuqV3cYDn5k&feature=related

Nota: Puedo agregar que también se presentó como solista en el Kennedy Center de Washington DC en la década de los años 80, a cuya presentación tuve la suerte de asistir. adg

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Pablo Pineda
Concha de Plata al Mejor Actor
en el Festival de Cine de San Sebastián

El desinterés que, por lo general, rodeó a una sección oficial francamente decepcionante, culminó este sábado con la indignación de gran parte de los periodistas acreditados a esta 57 edición del Festival de San Sebastián, que abuchearon el palmarés anunciado.

La decisión más sorprendente fue la de otorgar la Concha de Plata a la mejor interpretación masculina a Pablo Pineda, que se convierte así en la primera persona con síndrome de Down en ganar uno de estos premios. También cogió a todos de imprevisto el que la película china City of life and death, de Lu Chuan, obtuviera Concha de Oro a la mejor película, mientras que Lola Dueñas, por su trabajo en Yo, también (donde comparte protagonismo con Pineda) haya sido elegida mejor actriz.

Contra todo pronóstico, el cineasta argentino Juan José Campanella, su película El secreto de sus ojos, elegida por Argentina para competir en los Óscar, y el actor Ricardo Darín se han ido de vacío, ya que la Concha de Plata al mejor director ha correspondido a Javier Rebollo por el filme La mujer sin piano.

El Premio Especial del jurado, que ha estado presidido por el cineasta francés Laurent Cantet, ha sido para la película francesa Le refuge, de François Ozon, y el Premio FIPRESCI, que concede la crítica internacional, ha ido a parar a la cinta española Los condenados, de Isaki Lacuesta.


El jurado, formado por el director coreano Bong Joon-ho, el actor mexicano Daniel Giménez Cacho, la actriz española Pilar López de Ayala, el director de cine y teatro británico John Madden, la directora iraní Samira Makhmalbaf y la actriz portuguesa Leonor Silveira, ha decidido conceder el premio a la mejor fotografía a City of light and death y el de mejor guión a la australiana Blessed.

Eso sí, finalmente ha sido Lola Dueñas, la que se ha impuesto a Carmen Machi, protagonista de La mujer del piano, y a otras como Chiara Mastroianni, cabeza de cartel del filme de Christophe Honoré, Making plans for Lena, o Frances O'Connor y Miranda Otto, miembros del reparto coral de la australiana Blessed, de Ana Kokkinos.

Lo que está claro es el carácter español de estos premios, que han elegido también a Javier Rebollo como mejor director e Isaki Lacuesta se ha llevado el de la crítica.

Pero si por algo pasará a la historia esta edición que hoy termina es porque de la noche a la mañana, su jurado lanza internacionalmente a Pablo Pineda, que a sus 35 años es, además de la primera persona con síndrome de Down en tener una titulación universitaria, en el primer actor con una discapacidad de este tipo en conseguir un premio de cine de carácter internacional.

No ha sido muy bien acogido este galardón por la prensa acreditada, que ha abucheado en su mayoría la decisión del jurado. Entre los premios paralelos, el público ha elegido Precious, de Lee Daniels; los jóvenes han votado por la turca-alemana The children of Diyarbakir, de Miraz Bezar, y el Horizontes Latinos ha sido para la uruguaya Gigante, de Adrián Biniez, con una mención especial en este apartado para Francia, de Israel Adrián Caetano.

Foto y texto recogidos de:
http://www.20minutos.es/noticia/527540/0/festival/san-sebastian/palmares/


Nota: Las objeciones al premio otorgado a Pablo Pineda como mejor actor se basan en la consideración de que realmente no se trata de una actuación, sino de la natural forma de conducirse quien sufre, como él, de síndrome de Down. Me inclino a pensar que la decisión del premio habrá sido motivada en parte para reconocer el gran esfuerzo de este hombre en memorizar y desempeñar su papel. Esfuerzo que no deja de ser de gran mérito. adg

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Paquetes, mulas y otros espantos

Pablo Alfonso

Las nuevas medidas adoptadas por Estados Unidos para facilitar el envío de paquetes a Cuba podrían conducir a que “espanten la mula” las personas dedicadas al transporte ilegal de bienes comerciales entre ambos países. Ese sería uno de los efectos primeros de la medida que, al menos por el lado norteamericano, tiende a normalizar el envío de paquetes y bultos postales entre Cuba y Estados Unidos.

Subrayo lo del “lado norteamericano” porque este es un asunto entre dos. Es decir, no basta con que Estados Unidos apruebe normas más racionales en beneficio de las personas que quieren enviar paquetes de donaciones a familiares y amigos en la isla. Del otro lado del Estrecho, el régimen castrista tiene también que poner a tono sus reglamentos y disposiciones para que los residentes en Cuba puedan beneficiarse de estas medidas.

La nueva disposición del Departamento de Comercio de Estados Unidos que entró en vigor el pasado 3 de septiembre crea una nueva dinámica en el envío de paquetes a Cuba.

Hasta ahora los paquetes estaban limitados a alimentos y medicinas. En lo adelante se podrá enviar a Cuba, en calidad de donativos o regalos, ropa, calzado, utensilios de higiene personal, semillas, avíos de pesca, medicina y suministros veterinarios, equipos para fabricar jabón y una amplia gama de artículos electrónicos que van desde computadoras, hasta teléfonos satelitales.

La medida elimina el límite de un paquete por persona al año y autoriza a cualquier persona en Estados Unidos a enviar una vez al mes, un paquete de regalo o donación, a cualquier individuo en la isla, siempre y cuando esa persona no sea un dirigente del Gobierno, el Partido Comunista y sus principales organizaciones políticas. Los envíos incluyen, además, a organizaciones caritativas, educacionales o religiosas en Cuba, que no estén administradas o controladas por el gobierno cubano.

El nuevo reglamento aumenta de 400 a 800 dólares mensuales el valor permitido de los paquetes y elimina la restricción de 44 libras que se permitían a los viajeros a Cuba como equipaje personal. Además, no pone límites de frecuencia o valor para el envío de paquetes de comida o artículos electrónicos como donaciones individuales. Aquí es donde entra a jugar la parte cubana.

De acuerdo con las regulaciones de la Aduana General de la República de Cuba “el límite de valor establecido para los envíos es de doscientos pesos, según lo dispuesto en el artículo 15 del Decreto Ley No. 22, de 16 de abril de 1979”.

El sitio oficial de la Aduana de Cuba, que aparece en Internet define que “a los efectos aduaneros, se entenderá por ENVIOS todos aquellos recibidos utilizando los servicios que brindan las empresas y entidades expresamente autorizadas para ello, ya sea mediante la vía postal o de mensajería”.

Un simple cálculo matemático deja claro la gran diferencia entre lo que ofrece Estados Unidos y lo que permite Cuba. La suma de doscientos pesos cubanos, apenas equivale a unos $10.00 dólares y si se convierten en pesos convertibles o CUC serán acaso nueve.

En cuanto a las prohibiciones a los artículos que pueden ingresar al territorio nacional, el asunto es más complicado. En lo que se refiere a los electrodomésticos las mismas van desde hornillas eléctricas hasta tostadoras de pan.

Si hablamos de equipos electrónicos de comunicación, hay varios que requieren aprobación previa del ministerio de Informática y Comunicaciones, a cargo del inefable Ramiro Valdés. Ni fax, ni routers, o teléfonos inalámbricos, y mucho menos teléfonos satelitales, antenas parabólicas y GPS.

No hay dudas de que para que las medidas aprobadas por Estados Unidos para beneficiar a los cubanos en la isla puedan ser efectivas, se requiere que las autoridades del régimen modifiquen un buen número de regulaciones.

De lo contrario servirán de muy poco la utilización de los servicios de correos o de agencias de mensajería y paquetes.

Quizás respondiendo a esas realidades se celebró el jueves la reunión entre delegaciones de Cuba y Estados Unidos para analizar el restablecimiento de los servicios postales entre ambos países.

Hasta ahora el resultado de esas conversaciones no se ha dado a conocer. Sin dudas que hay muchas cosas que definir y conciliar antes de que ambas partes logren ponerse de acuerdo.

Mientras tanto, parece que “las mulas”, que cobran un servicio de “flete” de entre 10 y 15 dólares por libra, seguirán recorriendo la ruta hacia Cuba a través de las vías que hasta ahora, han hecho posible que muchas familias de la isla, puedan enfrentar con menos agobios las carencias de un “período especial” que ya se prolonga por veinte años.

Pablo Alfonso,
Diario Las Américas, Miami
19 de septiembre, 2009
Ilustración: Google

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Rafael de León

Ana Dolores García

Rafael de León y Arias de Saavedra, posee un título de nobleza popular que le ha dado más fama que los de Conde Gómara o Marqués del Valle de la Reina, heredados de sus padres. Ocho mil canciones que llevan sus versos lo avalan.

Nació en Sevilla -hizo un siglo el pasado año-, estudió allí en los mejores colegios y en ellos coincidió con otros grandes poetas como Rafael Alberti. Más tarde en la Universidad de Granada estudió la carrera de Derecho y entabló amistad con Federico García Lorca.

Pudo darse el lujo de vivir de rentas y fue partícipe asiduo de tertulias y espectáculos folclóricos en el ambiente farandulero andaluz. Escribió versos en los que se decantó siempre por los temas populares y a los que otros se encargaban de poner música. En 1932,se trasladó a Madrid. Surgió entonces el trinomio "Quintero, León y Quiroga" que lleva la firma de más de cinco mil canciones españolas.

El inicio de la Guerra Civil lo sorprendió en Barcelona. Allí fue encarcelado porque su rancio y burgués origen lo hacían sospechoso como monárquico y derechista. Sus relaciones amistosas con poetas como Antonio Machado, García Lorca o León Felipe hicieron disipar esas sospechas.

Al término de la guerra, los temas de sus canciones cobraron una nueva y singular actualidad. Auspiciado por el gobierno de Francisco Franco surgió en España un impulso nacionalista y conservador que se manifestaba, sobre todo, en canciones y filmes. El folclore andaluz ocupaba un primer término en ese sentimiento de lo nacional y típicamente español, y las carteleras cinematográficas se llenaban de temas históricos o de dramas melosos e inocentes comedias, algunas de ellas con libretos de Rafael de León.

Conchita Piquer, Carmen Sevilla, Marujita Díaz, encabezaban la lista de folclóricas que llevaba la copla por toda España y por toda América. La musa de Rafael de León iba también con ellas en María de la O, en La Parrala, o en La Zarzamora, Tatuaje, No me Quieras Tanto, Ojos Verdes… Después, a sus nuevas canciones le ponían música Augusto Algueró y Manuel Alejandro y las han cantado Rapahel, las dos Rocío, Nino Bravo…

Como poeta, Rafael de León nos ha dejado innumerables poemas, impregnados también de ese sabor popular que emana de los versos que escribiera para ser cantados en coplas inolvidables. Pena y Alegría del Amor, Romance de la Sangre, Toíto te lo Consiento, Romance de la Lirio, Profecía

Apenas se le menciona enttre los poetas de la Generación del 27, y tal vez no sea muy reconocido en los círculos académicos; tal vez no sea muy leído pero sí es el más escuchado, porque gracias a la popularidad de sus temas es uno de los más queridos del pueblo español. Ese que sobrevive al estruendo y ruido del rock duro que ahora impera en España.

Rafael de León murió en Madrid el 9 de diciembre de 1982.

Ana Dolores García © 2008
Ilustración: Google

«Profecía», poema de Rafael de León en la voz de Nati Mistral, en vivo desde el Corral de la Pacheca, Madrid:

http://www.youtube.com/watch?v=1XDt0Tuxf0g


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25 de septiembre de 2009

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¿Por qué decimos...?

La ocasión la pintan calva

La diosa Ocasión era una divinidad alegórica de la mitología clásica a la que los griegos y romanos representaban como una hermosísima doncella desnuda o semidesnuda, alzada de puntillas sobre una rueda y con alas en los talones, con un largo mechón de cabellos sobre la frente y el resto de la cabeza totalmente calva.


Con ello pretendían expresar lo efímero de su paso, la brevedad de la buena suerte, el giro constante de la rueda de la fortuna y la imposibilidad de asirla por los cabellos una vez que la ocasión pasaba de largo.
Tomado de
http://www.1de3.com/2004/09/04/ocasion-pintan-calva/

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Los tranvías de mi ciudad
Los recorridos

Ana Dolores García

Libertad Mártires

La línea Libertad-Mártires, cuyo embrión fue aquel primer trozo que iba desde la Estación de San José a la Plaza de la Soledad (1894) al paso cansón de caballos o mulos, y que luego fue extendida hasta la Plaza de la Caridad por un extremo, y a la calle Van Horne por el otro, llegó aún más al norte a todo lo largo de la Avenida de Los Mártires para cubrir la populosa barriada de La Vigía. Redondeaba su recorrido en la plaza de la sabana del arroyo de Beatriz Méndez, el mismo lugar escenario del fusilamiento de Joaquín de Agüero, Tomás Betancourt, Fernando de Zayas y Miguel Benavides, y donde en tiempos de república levantaban sus carpas el circo Santos y Artigas y los demás circos que visitaban nuestra ciudad periódicamente.

Desde allí bajaban hacia el sur aquellos grandes y anaranjados tranvías a través de la mencionada Avenida de Los Mártires y continuaban su recorrido por la calle República hasta la Plaza de la Soledad. Doblaban a la derecha para tomar la calle Estrada Palma rumbo a la Plaza de la Merced y allí hacían un nuevo giro, esta vez a la izquierda, y tomaban toda la calle de Cisneros hasta la Plazuela del Puente sobre el río Hatibonico. El final de la ruta eran la Avenida de la Libertad y la Plaza de la Caridad.

Daban la vuelta y emprendían el regreso hacia el lugar de origen, la Plaza Méndez, tomando esta vez la calle Independencia en lugar de Cisneros. Atravesaban la Plaza de Paula (Maceo) y enfilaban por Maceo hasta la de la Soledad, verdadera encrucijada de todas las líneas, dirigiéndose entonces a la calle Estrada Palma, -la breve cuadra que cubre a todo lo largo la iglesia de La Soledad- y, doblando a la izquierda, se adentraban en la calle Avellaneda rumbo norte hasta Van Horne y, de nuevo, la Avenida de Los Mártires hasta la Plaza Méndez.

Bembeta-Garrido

La ruta Bembeta-Garrido poseía también un recorrido no menos importante y extenso. Si tomamos como punto de partida la Plaza de la Soledad podríamos reconstruir su recorrido de esta forma: Estrada Palma, Avellaneda, San Esteban (Oscar Primelles) y, cruzando otro pequeño puente sobre el Hatibonico, las líneas se adentraban en La Zambrana y Garrido. Al regreso de ambos repartos, después de pasearse por la Avenida Camagüey y otras calles, los tranvías tomaban de nuevo la calle Estrada Palma, llegaban a la Plaza de La Soledad y seguían por esa misma calle hasta la Plaza de La Merced. Allí bordeaban la iglesia y giraban hacia la calle Padre Valencia, rumbo al otro extremo de la ruta: Bembeta. En la esquina de Padre Valencia y Bembeta, doblaban a la izquierda en esta última calle hasta llegar a San Clemente (Raúl Lamar), punto final del recorrido, desde donde se emprendía el camino del regreso. Pasaban de nuevo cerca de la puerta del cementerio y junto al Parque Gonfaus, y desandaban todo el camino hasta llegar a la Plaza de la Soledad y dirigirse otra vez al extremo este de la ciudad: Garrido.

Ana Dolores García
Copyright
Ilustración: www.ellugareno.com

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Zelaya: los pies y el sombrero
en tierras de Honduras


Como lo ve Pontet
http://www.elnuevoherald.com

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Ojalá,
subliminal mensaje
de una conciencia traicionada

Por Pedro Juan López Díaz .

El gran problema de hacer un juicio sobre algo, cuando se trata específicamente de analizarlo con profundidad objetiva, para no caer en los espejismos propios de los deseos, es no desechar ni el más mínimo elemento, que aunque no nos agrade, es parte de la realidad, que aunque se nos presente distinta y lejana, tienen cierta similitud con nuestro presente.

¿Quienes eran, antes de que fueran lo que son ahora Mijail Gorvachev, Boris Yersin, Lech Walessa, Bladimir Putin, etc. cuando estaba en pleno apogeo el silencio impuesto por la KGB?

¿Quíenes eran y donde están ahora los hermanos la Guardia, el General Ochoa, Anibal Escalante, Joaquín Ordoqui, Carlos Lage, Robertico Robaina, Pedro Pérez Roque y muchos otros más que sucumbieron fingiendo hasta el último momento su lealtad a un viejo gobierno de difuntos y flores?

No es mi intención maltratar la conciencia de un hombre, o de cualquier hombre, que en su momento actuó bajo su soberana libertad de pensamiento y acción. Más bien he recordado estas cosas para dar pie a una profunda reflexión sobre un detalle que no se le puede escapar al que verdaderamente quiere tener una idea objetiva del verdadero mensaje subliminal del concierto de Juanes que se produjo por la espontaneidad de una conciencia traicionada.

Silvio Ridriguez sabe que esta canción suya siempre ha sido interpretada y cuestionada desde el mismo momento en que la compuso. Aidee Santamaría, su gran protectora en aquellos difíciles dias de sus contradicciones con el régimen, si estuviera viva, estaría muy preocupada y seguramente, porque no era una mala mujer, le estaría aconsejando que tuviera cuidado con los siquiatras de Villa Marista que están viendo locos por todas partes.

Lo vi viejo y cansado. Torpe. Como buscando por sus alrrededores su unicornio perdido. Una bella dama que lo acompañó con su flauta en la interpretación del " escaramujo ", una canción refrescante para los " segurosos " que tenían bajo vigilancia a Juanes, sirvió de escudo para que el pueblo no le viera sus ojos.

En resumen creo que el pueblo cubano, y sobre todo la juventud, si recogió un mensaje subliminal. El mensaje más importante que se haya oído en el concierto, porque se lo dijo todo al tirano, aunque el autor se vaya a la tumba, diciendo que donde dijo, no lo dijo. En resumen, eso no importa, porque todos sabemos que el mensajero fue su conciencia traicionada.

Pedro Juan López Díaz
Foto y texto: Cuba Nuestra
http://www.cubanuestra.nu/web/folder.asp?folderID=72

Nota: Quizá no pudimos oir bien lo que cantaba Silvio en su «Ojalá» cuando ¿intencionalmente? la cantó en el Concierto de Juanes. Aquí va la letra:

Ojala que las hojas
no te toquen el cuerpo cuando caigan

para que no las puedas convertir en cristal
ojala que la lluvia
deje de ser el milagro que baja por tu cuerpo

ojala que el deseo se vaya tras de ti
ojala que la tierra no te bese los pasos
(coro)
ojala se te acabe la mirada constante
la palara precisa, la sonrisa perfecta
ojala pase algo que te borre de pronto
una luz cegadora, un disparo de nieve
ojala por lo menos que me lleve la muerte
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones
ojala que no pueda tocarte ni en canciones
Ojala que la aurora
no de gritos que caigan en mi espalda

ojala que tu nombre se le olvide esta voz
ojala las paredes
no retengan tu ruido de camino cansado

ojala que la luna pueda salir sin ti
a tu viejo gobierno de difuntos y flores.

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24 de septiembre de 2009


A propósito de Yom Kipur:
Los judíos en Cuba

Ana Dolores García

Los judíos españoles llamaron a España Sefarad, originándose de esa palabra el nombre de sefarditas o sefardíes con el que son conocidos. Algunos de ellos alcanzaron tanta fortuna que en general eran mal vistos por nobles y banqueros, y las intrigas lograron que el poder de la Inquisición cayera sobre ellos. Se estima que más de cien mil judíos escaparon de España presos de terror, lo que representaba algo más de la mitad de la población sefardí.

En los primeros tiempos de la conquista se prohibió que los judíos se embarcaran hacia el nuevo mundo, aunque se sabe que dos de ellos llegaron con el propio Cristóbal Colón. Se dice también que Isabel de Bobadilla, que llegó a ser Gobernadora de Cuba, era judía conversa, y que hasta el propio obispo Morell de Santa Cruz en su lecho de muerte había recitado una antigua oración judía.

Durante los largos años de la colonia, la inmigración judía fue escasa: las autoridades que gobernaban en la Isla eran las mismas de la Metrópoli, nada propicia al establecimiento de judíos sefarditas. Así y todo, se considera que el cultivo de la caña de azúcar fue introducido en Cuba por judíos aunque legalmente pasaran por portugueses.

También muchos judíos formaron filas junto a nuestros mambises, tanto en la Guerra Grande de 1868 como en la Guerra de Independencia del 95. Quizá el más conocido de todos ellos fue el Mayor General Carlos Roloff, nacido en Polonia.

En realidad la primera comunidad judía comienza a establecerse en Cuba con la primera intervención de los EEUU al cesar la dominación española. La primera sinagoga fue creada en 1906, y en ese mismo año se fundó en Guanabacoa el primer cementerio judío. Se calcula que por entonces habría en Cuba un millar de judíos.

En 1914 se produjo otra oleada de judíos expulsados de Turquía, mayormente sefarditas, y los países balcánicos, incluyendo a Polonia, Alemania y Francia. Estos eran los llamados judíos ashquenazíes.

En 1925 había en Cuba unos ocho mil judíos, de los cuales la mayoría eran ashquenazíes (poco más de cinco mil). Los sefarditas sumaban poco menos de tres mil, y los de origen norteamericano apenas llegaban a un centenar. En efecto, en esa década de los años veinte se había producido una importante inmigración judía en Cuba. Provenían principalmente de Europa Central, eran ashquenazies y hablaban el Ydizsh, un dialecto la mayoría de cuyos vocablos provenían del alemán. El hebreo propiamente no existía como legua popular: estaba reservado exclusivamente para uso religioso.

La mayoría de estos inmigrantes llegaban con la idea de poder seguir rumbo a EEUU. A pesar de las restricciones inmigratorias del país del norte, quedaba abierta la posibilidad de viajar desde Cuba después de un año de residencia en nuestro país. Al cabo de ese tiempo, no fueron pocos los que se establecieron entre nosotros y quedaron en nuestra tierra.

La mayor parte de ellos, que provenían de una Europa destruida por la Primera Guerra Mundial, desconocedores de nuestro idioma y sin mayores recursos, tuvieron que dedicarse al comercio ambulante. Fueron ellos quienes comenzaron en Cuba ese tipo de negocio, vendiendo de casa en casa y «al fiáo», desde telas hasta joyas. Y los cubanos comenzaron a llamarles «polacos» aunque el patronímico incluyera también a libaneses, turcos y alemanes. Jesús Alvariño creó con ellos un simpático personaje para nuestra radio: «Bedro Bolaco, vendo brendas y bandalones baratos…»

Para 1938 la cantidad de judíos en Cuba se incrementó rápidamente a consecuencia del obligado éxodo de Europa ante la barbarie nazi.

Por otra parte, los vendedores ambulantes fueron deshaciéndose de sus maletas y estableciéndose en prósperos comercios. Se levantaron más sinagogas, no solamente en la Habana, sino también otras ciudades del interior de Cuba, así como se abrieron cementerios en Santiago de Cuba, Camagüey y Santa Clara.

En 1939 tuvieron lugar los dramáticos sucesos del vapor Saint Louis, a cuyos 937 pasajeros judíos se les prohibió desembarcar en Cuba. Familias enteras que provenían de Europa huyendo del odio antisemita desplegado por los nazis, se vieron obligadas a regresar a países europeos donde más de la mitad de ellas murió en los campos de exterminio. Las autoridades cubanas sólo permitieron el desembarco de veintidós personas.

Al arribo del régimen castro-comunista, la población total de los judíos en Cuba era ya de quince mil personas. Una comunidad trabajadora, establecida económicamente y de modo principal en la rama del comercio. El sistema comunista implantado por el nuevo gobierno, conducente a la total eliminación de la propiedad privada, fue causa de un nuevo éxodo judío. Despojados de sus negocios, emprendieron junto con otros miles de cubanos, cristianos o agnósticos-, el camino de una nueva diáspora.

Estadísticas realizadas muestran que entre 1959 y 1989 emigró de Cuba el 94% de su población judía, y que sólo quedaban en esa fecha unas 300 familias que hacían un total de unas 900 personas. Familias que estaban constituidas mayoritariamente por matrimonios mixtos de judíos y cubanos.

La situación económica de los que quedaron era caótica, pero la comunidad judía internacional no los ha abandonado. A través de Panamá reciben alimentos Kosher para la fiesta del Pasjá y otras celebraciones. El mayor problema es la continua disminución de miembros, a veces hasta los más activos, que deciden marchar al extranjero. También sufren la profanación de sus cementerios, unas veces ocasionadas por robos, y otras por cultos de santería. Los seguidores afrocubanos de Palo Mayombe, una mezcla de cultura bantú centroafricana y santería, creen que los huesos judíos tienen propiedades mágicas porque no pertenecen a almas bautizadas y por eso los robaban con regularidad del cementerio. Actualmente el Joint Distribution Committee paga la seguridad de los mismos. Esta organización es la que canaliza la ayuda que desde el exterior se presta a la comunidad judía en Cuba.

Superada en parte la postura antirreligiosa que el gobierno mantuvo durante varias décadas, pequeñas comunidades han podido reagruparse y subsistir en Cienfuegos, Sancti Spiritus, Camagüey y Guantánamo. En La Habana permanecen abiertas tres sinagogas.

Ana Dolores García
Ilustración: Google
Sinagoga Bet Shalom, Vedado, Habana

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Del Calendario de la Historia Cubana:


24 de septiembre de 1870:
Muerte en garrote del patriota Luis Ayestarán y Moliner.


Del libro “Un día como hoy”, publicado por Emeterio S. Santovenia en 1946, recogemos el relato de los hechos:

«Luis Ayestarán y Moliner se hallaba en la plenitud de su vida cuando, apenas en marcha la revolución de 1868, ingresó en el campo insurrecto. Había nacido en La Habana el 16 de abril de 1846. En un plantel de Nueva York y en el colegio El Salvador, de José de la Luz y Caballero, recibió educación. Para Luz y Caballero, educar no era ‘dar carrera para vivir, sino templar el alma para la vida’, y la de Ayestarán se mostró de altísima ley.

Fue alumno de la Universidad de La Habana, y en ella se graduó de abogado. Sobresalió por la frescura de su talento y la solidez de sus conocimientos. Al ejercicio de su profesión se dedicó al lado de José Morales Lemus en el bufete de este reputado jurisconsulto, hasta que sonó la hora de guerrear.


Un año largo llevaba en el seno de la Revolución, ya cargando los equipos guerreros ya realizando labor sana e inteligente en la Cámara de Representantes, al comisionársele para que marchase al extranjero. Se trasladó a los Estados Unidos. Tan luego como dejó satisfecho el encargo que lo había llevado a la Unión se dio prisa en regresar a Cuba.

Tomó en Nassau el barco de vela Guanahaní con rumbo a la Isla. Después de un viaje desgraciado por todos estilos, según su propio relato, llegó a Cayo Romano el 14 de septiembre de 1870. Estuvo perdido por espacio de cuatro días. Cayó en poder de los españoles. Se hallaba completamente rendido. Llevaba mucho tiempo sin comer ni beber. Fue trasladado en el guardacostas Centinela a La Habana. A este puerto arribó en la mañana del 23 de septiembre. A un consejo de guerra sumarísimo quedó entregada su suerte. El mismo 23 el consejo lo condenó a muerte.

No conocía aún el fallo del tribunal militar en los momentos del 23 de septiembre en que escribió a su madre una carta conmovedora. Aunque ignoraba si el consejo de guerra que acababa de juzgarlo había dictado sentencia, no se le ocultaba la índole extrema de ella. A la autora de sus días advirtió:

Moriré como he vivido; con conciencia de haber cumplido mi deber, de no haber hecho mal a nadie y sí mucho bien a infinidad de personas.’

Sus recomendaciones postreras, en documento íntimo, trazado con mano firme, evidenciaron la serenidad de su ánima en hora tan crítica. Se esforzó en infundir consuelo a la noble mujer que le había dado el ser. En 24 de septiembre de 1870 dejó la vida en el suplicio.»

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FARC:
¿Ejército del pueblo o ejército terrorista?


Tal vez el mundo encuentre la respuesta
en el siguiente vídeo:


http://www.youtube.com/watch?v=VNDqqgRv-nQ&feature=red


Colaboración: Emily Turriago

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Santa María de la Merced

Maria Teresa Villaverde Trujillo
ashiningworld@cox.net

Los Mercedarios se dedicaron al rescate de los desprovistos de libertad: presos, refugiados, encarcelados, perseguidos. San Pedro Nolasco, fundador de los Mercedarios, nació cerca de Toulouse, en Francia, hacia el año 1180. En su adolescencia se instalo en la ciudad de Barcelona. El primer testimonio de su presencia en aquella ciudad data de 1203, cuando entristecido al ver el estado miserable en que eran reducidos los cristianos convertidos en esclavos de los moros, -entonces dueños de gran parte de España- se hizo comerciante para viajar fácilmente por el territorio ocupado y comprar esclavos. Pero, a pesar de todos sus esfuerzos, no dejaba de aumentar el número de esclavos. Pedro llegó a pensar en retirarse del mundo para llevar una vida contemplativa, pues se sentía impotente para frenar la situación.

Durante una de sus noches de oración, del 1 al 2 de agosto de 1218, la Virgen María le inspiró para que fundara una orden religiosa que se dedicaría especialmente a la redención de los esclavos que además de haber perdido la libertad, estaban en peligro debido a los sufrimientos por las presiones para que abjuraran de su fe y asumieran el Islam.

La Orden fue aprobada por el Papa Gregorio IX el 17 de enero de 1235 y en el año 1272 los redactores de la constitución establecieron que la Orden asumiría el nombre de "Santa María de la Merced". La Real, Celestial y Militar Orden de Nuestra Señora de la Merced y la Redención de los Cautivos más conocidos como “Orden de la Merced o Padres mercedarios”


Ilustración: Imagen de Nuestra Señora de la Misericordia. A su derecha, San Ramón Nonato y a su izquierda, San Pedro Nolasco,que con la guía espiritual de San Raimundo de Peñafort, fundó la Orden Mercedaria.

Maria Teresa Villaverde Trujillo
ashiningworld@cox.net

Creyentes o no, tengamos hoy una oración o un pensamiento especial para nuestros hermanos que sufren prisión en las cárceles cubanas, y por todos los encarcelados en el mundo.


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La Librería, Distribuidora, y
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Telf: 305-642-3234 / FAX 305-642-7978
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Anuncia las siguientes novedades
en libros sobre Cuba:

Fidel y Raúl, mis hermanos
Juanita Castro y Mª Teresa Collins
Fecha de aparición: Octubre 26, 2009
Precio: $19.99
432 pp

Memorias de un guerrillero cubano desconocido
Juan Juan Almeida
Año de edición:2009
Precio: $39.00

Rolando Masferrer en el país de los mitos
Roberto Luque Escalona
Fecha de la Edición: Junio, 2009
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Palabras esperadas: Memorias de
Francisco H. Tabernilla Palmero
Autor: Gabriel E. Taborda
Fecha de la Edición: Junio, 2009
264 p
Precio: $24.95

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Cecilia Valdés

Ana Dolores García

Cecilia Valdés es tal vez la zarzuela cubana más popular. La parte musical se debe a uno de nuestros mejores músicos: el maestro Gonzalo Roig, y el libreto y adaptación a José Sánchez Arcilla y Agustín Rodríguez. La base del argumento la puso Cirilo Villaverde, eximio novelista cubano del siglo XIX.

Gonzalo Roig nació en La Habana en 1890 y desde joven se consagró a la composición musical. Comenzó integrando un trío, prosiguió como violinista y contrabajista de la orquesta del Teatro Martí, y a su empeño y esfuerzo se debió la fundación de la Orquesta Sinfónica de La Habana en el año 1922. Murió en La Habana en 1970.

Compositor inspirado, nos dejó el inolvidable bolero «Quiéreme Mucho», que se prodiga en los repertorios de cantantes internacionales como Plácido Domingo. No menos hermosas son “Ojos Brujos” y otras de sus muchas canciones.

Se arriesgó a incursionar en obras de mayor envergadura y produjo varias zarzuelas, entre ellas «Cecilia Valdés» que, junto con «María La O» del maestro Lecuona, constituyen nuestros dos máximos logros en este género.

La historia de Cecilia Valdés está basada en la novela homónima de Cirilo Villaverde, cuyo primer tomo fue publicado en 1839. Como la novela, la zarzuela nos ofrece un vívido retrato de la época colonial y de sus costumbres y convencionalismos.

En 1987 Reinaldo Arenas nos dejó una Cecilia Valdés con su peculiar e irreverente estilo en su personal versión de “La Loma del Ángel”. La misma historia anteriormente había sido llevada al cine en 1982 por el director cubano Humberto Solás en el filme “Cecilia”.

Cecilia Valdés, la zarzuela, se estrenó en el teatro Martí de La Habana el 26 de marzo de 1932. Había sido compuesta para Caridad Suárez, renombrada cantante cubana de la época, pero esa noche se escuchó en la voz de la soprano mexicana Elisa Altamirano.

De Cecilia Valdés se han vestido las más notables y populares sopranos y mezzo-sopranos cubanas: Zoraida Marrero, Hortensia Coalla, Ana Margarita Martinez Casado, Martha Pérez… Sin menospreciar a otras, es inolvidable la Cecilia Valdés de Blanca Varela con su voz límpida y tersa. Rita Montaner y Miguel de Grandi fueron Cecilia y Leonardo en 1935. Ninguna de nuestras divas rechazó el deseo de cantar esta partitura.

Dos de los temas más gustados de esta zarzuela nos los ofrece Youtube:

«La Salida de Cecilia Valdés», en la voz de Alina Sánchez, soprano cubana radicada en España:


http://www.youtube.com/watch?v=LELl4cfl-Vg

y el tema congo «Po po po» interpretado por Tania Martí, cantante cubana radicada en Miami, en el papel de la esclava Dolores Santa Cruz.

http://www.youtube.com/watch?v=e3o-PwZJKo4


Ana Dolores García
Copyright 2006
Ilustración: Cecilia Valdés, óleo del pintor cubano
Cosme Proenza,

Google
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23 de septiembre de 2009

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La «bronca» de Juanes y Bosé
con los organizadores del «Concierto»,

perfectamente audible aquí:


http://www.penultimosdias.com/2009/09/23/23924/


Recogido de www.penultimosdias.com

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Los Aldeanos,
el grupo hip hop cubano
al que no dejaron actuar en el concierto «por la paz»:

Niñito cubano

http://www.youtube.com/watch?v=MICcWoI81Gc&feature=related


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La Ceiba Cubana, rodeada de misterio.

Maria Teresa Villaverde Trujillo
ashiningworld@cox.net

Probablemente es el árbol que ha recibido mayor número de símbolos y mitos. Cargada de leyenda y misterio, con un encanto especial. Ni se corta, ni se quema.

Si se interroga a un cubano sobre el misticismo que despierta este árbol originario de la América tropical, él diría que "está bendita", que sus antecesores decían que es sagrada y es el árbol mas respetuoso del mundo. Y algunos repetirán una y otra vez, como nos dice la leyenda:

"Es el verdadero árbol del santísimo"
"Del Poder de Dios"
“Dios está en la Ceiba,
y a la Ceiba no la tumba el viento”
"La Ceiba es santa",
"Es el árbol de la Virgen María"
“Madre de los árboles y del hombre”

Algo extraño hay en todo lo que rodea a la Ceiba porque es cierto que hasta los elementos desencadenados la respetan y no la abaten, no la desgaja ni el ciclón caribeño más fiero; ni la fulmina el rayo; como si ella fuera la “madre del mundo”.

En tiempo de la esclavitud se colgaban amuletos entre sus ramas. Existía la idea de espíritus alrededor del tronco, quizás instinto religioso de los negros en tiempos de la Cuba colonial.

Algún escritor dijo una vez que "... hablándole dulce a la Ceiba, cantándole y suplicándole, se llega a conmoverla y ella hace lo que uno quiere. Todo lo malo que uno quiere"... El que va a solicitar su concurso para producir un mal, se pondrá de cabeza bajo el árbol, como un murciélago, y en esa posición sentirá la acción de un espíritu que lo elevará del suelo..”

Y estoy segura que al amparo de su sombra nocturna
los revolucionarios forjaban sus planes
para libertar a Cuba.

Ilustración: La Ceiba de San Cristóbal de La Habana, a cuya sombra se celebró la primera misa para festejar el nacimiento de la villa, asentándose sus fundamentos civil y religioso.

Agosto 2009
ashiningworld@cox.net

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Bochinches y figuras de bazar

Víctor Manuel Domínguez, Sindical Press
LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org)

Las revoluciones usan como banderas los sitios donde iniciaron sus bochinches y la imagen de figuras que las llevaron al poder. Convertidos en íconos, estos símbolos son promocionados en los medios de comunicación, y a la hora de los mameyes se venden a precio de remate en un oscuro bazar.


Los fetiches de la revolución cubana no son la excepción. De nada vale que muestren grietas que permanecían ocultas en páginas de una historia escrita desde el poder. Acá la única diferencia está en la moneda que se utiliza para comprar.

En el bazar del arte revolucionario, en Obispo y Habana, lo mismo se vende un pulóver con la imagen de Ché Guevara, un candelabro de bronce con la forma del yate Granma, o un folleto de papel cromado con la Constitución del país.

También se puede adquirir frente al Seminario de San Carlos una réplica del cuartel Moncada en papier maché, un tanque de madera en las arenas de Playa Girón, o el lienzo de una bandera cubana, dibujado por un pintor que se cae de sueño entre sorbos de Heineken.

Eso sí, nada se vende en moneda nacional, pues a los monumentos y a los héroes hay que darles el máximo valor. Pero mientras exista la gerontocracia que alimenta desde su andador sin ruedas (aunque pintado de colores vivos y altavoces de última generación) el concepto revolución, las masas peregrinarán por estos sitios y esconderán sus muecas ante el adusto rostro de un legendario aunque desconocido señor.

Y no por creer en la autenticidad de los restos de un calzoncillo olvidado por un héroe en un zarzal durante el combate de Las moscas locas, o por tragarse el cuento de que tras una loma pelona tres hombres desarmados detuvieron a gritos un batallón.

Tampoco por identificarse con los símbolos de un país, donde muchos ciudadanos escarban en los archivos para encontrar un abuelo español que les saque las castañas del fogón.

Pero si comprar la imagen de un héroe o un objeto que simbolice la revolución se dificulta al comercializarse en moneda convertible, visitar un sitio histórico vinculado al triunfo de enero de 1959, también.

La denuncia de un ciudadano de la provincia Granma que quiso visitar La pata de la mesa, comandancia de Ché en las estribaciones de la Sierra Maestra, fue una trompetilla al promocionado turismo histórico en esa región oriental.

Este señor, quién pensaba fotografiar para su álbum personal los sitios donde Ché luchaba contra el asma, los mosquitos y las tropas batistianas, tuvo que renunciar a su sueño porque el permiso costaba cinco CUC.

Indignado por un hecho que consideró antipatriótico, porque de nada valía que pagara el equivalente a los cinco CUC en moneda nacional con la imagen del guerrillero, pensó romper la cámara contra una guásima boba que daba sombra a un trillo.

Menos mal que se aconsejó, porque seguro se la había enviado su hijo comunista, que perdió el rumbo y apareció en Madrid, alejado de los bochinches y las figuras de un bazar.

Víctor Manuel Domínguez
Foto y texto, cubanet.org

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Manuel Ramón Mendiola

Ana Dolores García

Nació en Camagüey el 15 de noviembre de 1892. Estudió la Primaria y el Bachillerato en las Escuelas Pías. Prosiguió estudios en el colegio St. Michael en Toronto, Canadá. Después de tres años regresó a Cuba y entró en el Seminario San Carlos de La Habana. Allí cursó Latin y Filosofía, y completó Derecho Canónigo y Pedagogía en España. De vuelta en Cuba, el 29 de junio de 1925 recibió la Orden del Sacerdocio por el entonces Obispo de Camagüey Mons. Enrique Pérez Serantes.

Sacerdote, profesor, deportista y líder cívico: las cuatro facetas de este camagüeyano que bien merece ser recordado por las generaciones nuevas de nuestra legendaria ciudad.

Fue activo párroco de la Iglesia del Santo Cristo de Camagüey y de la iglesia de Guatao, Santa Fe y Punta Brava, en la provincia de La Habana.

Como profesor, impartió enseñanza elemental en Camagüey así como de Bachillerato en Guanabacoa, y llegó a ocupar el cargo de Superintendente Provincial de Escuelas de Camagüey.

En cuanto a deportes, fue coach de basket ball en Camagüey, Guanabacoa y hasta en Nueva York. Incluso, el primer equipo de basket ball femenino que jugó en Cuba fue bajo su dirección en el Parque Público de Guanabacoa.

A la par que sacerdote, fue líder cívico. Fundó en Camagüey la Tropa de los Boys Scouts, mixta, que además contaba con una banda de música de 35 miembros. Para los Scouts fundó también dos bandas de música en Nueva York.

Sacerdote amante de su patria, criticó siempre los actos contra el pueblo cubano, lo que le costó dos encarcelamientos. El primero de ellos fue durante los azarosos días de la dictadura machadista, el 27 de noviembre de 1931:

Estando en el Colegio Calasancio de la Avenida de los Mártires, en Camagüey, para conmemorar la fecha del fusilamiento de los Estudiantes de Medicina, se presentó en el acto el Suipervisor Militar de Camagüey Capitán Samaniego con tres soldados y dio la orden de arresto del sacerdote. Dirigiéndose a los niños, les pidió sin éxito «que rompieran filas», los que al fin se dispersaron a ruegos del P. Mendiola. Fue llevado al «Vivac Municipal» y encerrado en la Galera de Mujeres que a la sazón estaba vacía. A los tres días dos soldados lo llevaron al Cuartel Agramonte ante un Tribunal Militar. Fue condenado a 100 días de arresto y a 50 pesos de multa que fueron recogidos por los Scouts entre numerosas personas a razón de 5¢ cada una. Durante su arresto celebró diariamente la Misa en la cárcel.

En aquellos días visitó Camagüey el Presidente Machado, y a petición del Obispo Pérez Serantes intentó dejar en libertad al sacerdote, a lo que se opuso el Coronel Rangel replicándole: «Presidente, ese cura es un preso mío».

Se dio la circunstancia que entonces fungía de Alcalde Interino el sacerdote Pablo Gonfaus por ser el Concejal más antiguo. Esto dio lugar a que corrieran de boca en boca los siguientes versos:

«Dos cosas hay en Camagüey
que hacen morir de risa:
un cura que hace de alcalde
y un preso que dice Misa».

Al cumplir los 100 días de arresto, el P. Mendiola partió para Nueva York en un exilio que duró veintidós años. Pero más tarde, en 1961, tuvo que emprender de nuevo la ruta del destierro, esta vez no voluntariamente. Se desempeñaba entonces como párroco en la iglesia de Santa Fe, y ante el desembarco de la Brigada 2506 en Bahía de Cochinos el 17 de abril, el gobierno castrista estimó necesaria la recogida en toda la Isla de aquellos ciudadanos conocidos como desafectos al régimen. No escaparon sacerdotes ni obispos, considerada la Iglesia Católica como enemiga histórica del comunismo que se intentaba implantar.

En un acto sin precedente en nuestra historia republicana, fue obligado a embarcar el 17 de septiembre junto a otros 130 sacerdotes, -entre ellos el obispo de La Habana Eduardo Boza Masvidal, y el después Obispo Auxiliar de Miami, Agustín Román-, rumbo a España en el vapor Covadonga. Pronto logró pasar a Nueva York y de allí a Miami, donde le fue asignada la parroquia de St. Joseph en Miami Beach, que dirigió durante siete años hasta su retiro. Murió en Miami años después.

Información y foto recogidas de la revista
El Camagüeyano, Miami, FL.


22 de septiembre de 2009


Como lo vio Pong

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Cómo comenta el Concierto
el Diario ABC de Madrid


MANUEL M. CASCANTE | CIUDAD DE MÉXICO
Actualizado Martes, 22-09-09 a las 09:15

El cartel pudo haber sido mejor. Las medidas de seguridad, menos estrictas. Incluso el tremendo calor debía haber aflojado un poco. Pero difícilmente Juanes y sus catorce cuates musicales imaginaron un éxito mejor para su concierto «Paz Sin Fronteras» en La Habana. Y nadie soñaba que ante el rostro del «Che» fueran a escucharse: «¡Viva Cuba libre! ¡Arriba Estados Unidos, Miami, Nueva York y Washington! ¡Una sola familia cubana! Llegó el momento de cambiar. Vencimos el miedo para estar aquí con ustedes, y esperamos que ustedes también lo puedan vencer».

Para los anales quedará que un millón de personas vestidas de blanco se reunieron en la Plaza de la Revolución para escuchar a Aute, a Víctor Manuel, a Miguel Bosé, a Orishas, a Silvio Rodríguez, a los Van Van... Y que muchos millones más pudieron hacerlo en directo a través de internet y de los medios de comunicación en español de Miami, donde se congrega el grueso de la oposición al régimen castrista.

En Florida, el espectáculo fue acompañado por debates en televisión (con opiniones a favor y en contra) y encuestas a pie de calle, en general favorables al concierto. Aunque tampoco faltó alguna quijotesca hoguera —en realidad, una apisonadora— para destrozar los discos de los músicos participantes; ni, tampoco, discusiones subidas de tono e incluso peleas en la popular Calle Ocho.

En Univisión, Barack Obama aseguraba que «en sí, no creo que perjudique a las relaciones estadounidenses y cubanas este tipo de intercambios culturales». Y en América Tevé, el opositor Elizardo Sánchez destacó que el concierto no tenía trascendencia alguna para la política de la isla.

El diario oficial «Granma» se felicitaba de que Juanes «cumplió con altura» su compromiso para «promover un voto por el entendimiento humano». Un hecho «histórico, pa' contarle a mis hijos», comentaba Joel, un mecánico de 23 años. Una probadita a la libertad en la que no faltaron ni las banderas arcoiris que sirven de emblema al movimiento homosexual, largamente perseguido en la isla.

En declaraciones a Efe, Juanes reconoció haber llorado antes, durante y después de lo que considera «una semilla muy bonita». Aunque para Elena Chomat, una exiliada de 78 años, sólo represente «un paréntesis para la terrible realidad de los cubanos».

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El quilo

Cuando comenzó la primera intervención norteamericana en Cuba en 1898, todo el papel moneda emitido por el Banco Español de la Isla de Cuba se declaró nulo y sin canje, y comenzó a circular la moneda norteamericana, o sea, el dólar.

Esta situación se mantuvo, aún instaurada la república, hasta que durante el gobierno del general Mario García Menocal (1913-1917) y siendo secretario de Hacienda el doctor Leopoldo Cancio Luna, se estableció el sistema monetario cubano.

La moneda cubana tomó como patrón el oro, siendo su símbolo monetario el peso cubano, que se compone de cien centavos. De momento no se emitieron billetes, sólo monedas de 1, 2, 5, 20 y 40 centavos.

La antigua peseta española se componía de cien céntimos a los que popularmente se les llamaba quilo. De ahí viene la costumbre cubana de llamar quilo a la moneda de un centavo.

Aunque había la creencia de que el modesto quilo no tenía mucho valor (“No vale ni un quilo” decían los cubanos viejos para indicar que algo tenía poco valor), con un quilo se podían comprar muchas cosas, como por ejemplo: un pirulí, una melcocha, un cigarro, un chicle, azúcar, sal, por señalar algunas. Con tres quilos un taza de café y con cinco quilos podías ir al cine. Una popular tienda habanera, que vendía artículos de a quilo se llamaba “La Casa de los Tres Quilos”. Y en Cienfuegos recordamos a la tienda “El Centavo”.

Recogido de
http://www.adpuello.com/cuba/historia.htm
Ilustración: Google

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Versos otoñales

Alfonsina Storni

Al mirar mis mejillas, que ayer estaban rojas,
he sentido el otoño; sus achaques de viejo
me han llenado de miedo; me ha contado el espejo
que nieva en mis cabellos mientras caen las hojas.

¡Qué curioso destino! Me ha golpeado a las puertas
en plena primavera para brindarme nieve
y mis manos se hielan bajo la presión leve
de cien rosas azules sobre sus dedos muertas.

Ya me siento invadida totalmente de hielo;
castañean mis dientes mientras el sol, afuera,
pone manchas de oro, tal como en primavera,
y ríe en la ensondada profundidad del cielo.

Y lloro lentamente, con un dolor maldito,
con un dolor que pesa sobre mis fibras todas,
¡Oh, la pálida muerte que me ofrece sus bodas
y el borroso misterio cargado de infinito!

¡Pero yo me rebelo!...¿Cómo esta forma humana
que costó a la materia tantas transformaciones
me mata, pecho adentro, todas las ilusiones
y me brinda la noche casi en plena mañana?

Alfonsina Storni (1892-1938), nació en Suiza en una familia italiana que luego emigró a la Argentina. Maestra de escuela y poetisa, de temas fundamentalmente amorosos y feministas. Abandonó la corriente del modernismo en busca del mundo real. Fácil presa de depresiones, un cáncer de mama fue causa de grandes trastornos emocionales. En medio de una crisis depresiva se suicidó arrojándose al mar en la playa La Pela, del Mar del Plata, Argentina.


Ilustración: Google

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21 de septiembre de 2009


Ramón Grau San Martín

Alberto Pardiño

El 10 de Septiembre del 2009 se cumplieron 76 años de la toma de posesión de la Presidencia de Cuba por el Dr. Ramón Grau San Martín. Este señor fué el símbolo de la demagogia y con su espíritu revanchista animó a una política de tolerancia para el crimen político. Aprobó una ley nefasta por la cuál el 50% de los trabajadores tenían que ser cubanos nativos. Miles de españoles, muchos de ellos ciudadanos cubanos y con familias establecidas en la isla, se quedaron sin trabajo y en la más absoluta miseria.

En el mundo civilizado, especialmente las fuerzas vivas radicadas en España, Francia, Inglaterra, Canadá, Argentina, Estados Unidos, y otros países, se opusieron a la aprobación de esta ley del 50% que violaba el principio de solidaridad internacional. En algunos lugares de Cuba se llegó al 100% en la aplicación de esta ley.

En 1930, bajo la Presidencia de Hoover, comenzó en Estados Unidos la crisis económica más grande que ha sufrido esta nación. Un desempleo que había sido sólo del 3% de la fuerza laboral en 1929, escaló en 1934 hasta el 28%. Chicago les debía a sus maestros 20 millones de dólares. En Nueva York 300,000 niños no podían recibir educación porque no había fondos. Sin embargo, no hubo en los Estados Unidos ninguna ley en contra de los trabajadores extranjeros. En esta gran nación aunque la persona no sea nativa, si tiene residencia, se le respeta el derecho al trabajo, como en todas las naciones arriba mencionadas. A pesar de la fragilidad de los actos demagógicos, éstos no deben de hacernos dudar de la libertad, así como un eclipse no nos hace dudar de la existencia del sol.

Como reflexión creo que los gobernantes deben de ser prudentes y responsables, y aunque sea de Perogrullo, hay que recordarlo. Si no, mirar hacia nuestra querida América Latina, donde los Chávez, Ortega, Evo, Correa y Cristina Fernández, son buenos ejemplos de gobernantes irresponsables y corruptos.

Para finalizar quisiera traer a colación algunas “perlas” del presidente Grau.

•En su gobierno, el Sr. Alemán, ministro de educación, fue el político más corrupto de la historia de Cuba: se robó la friolera de ciento ochenta y cuatro millones de dólares.

•Cuando desapareció el diamante del Capitolio, reapareció, como por arte de magia, encima del buró del presidente Grau San Martín.

•Cuando fue presidente, hizo de su cuñada la Primera Dama de la nación, sin importarle que por su relación con Paulina, su hermano y esposo de la misma, se había suicidado.

En este sentido, decía Cicerón que “la historia es la maestra de la vida pues aprendemos del pasado”.

Alberto Pardiño
albertopardino@bellsouth.net

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No lo vi

Elsa M. Rodríguez

Mi cuñada me pidió que se lo grabara porque tenía que visitar a alguien en un hospital, y creí que hablaba de una novela, pero no, ella quería que grabara el concierto del colombiano Juanes, con la "más macho" de todos es decir la Tañón (digo lo de macho porque ella dijo que había que tener los hu... muy grandes y que yo sepa las mujeres no tenemos de esos), del españolito que suelta aceite Miguelito Bosé y cualquier otro más que se haya sumado a este carro. Total, que le dije a mi cuñada que no se lo podía grabar porque yo no lo iba a ver. Y es que claro, ¿cómo iba a darle ratings a ninguna de estas emisoras que se han hecho un espacio en el Sur de la Florida gracias a los cubanos exiliados? Hacerlo, era ser parte de este juego deshonesto en el que nos han querido mezclar a los cubanos para que les apoyemos. Algunos lo han hecho, pobre de ellos porque ya perdieron la vergüenza y lo que es peor aún, la dignidad. Otros, no hemos querido participar. Es más ni siquiera dar opiniones. Una vez aprendí en Cuba aquello de que "a un bagazo, poco caso" y eso es lo que he hecho. Tanto hablar de esa gente los ha convertido en héroes para alguna gente que ignora o prefiere ignorar la problemática cubana. El género humano es así, muchos ahora estarán hablando maravillas de los cantanticos como que son lo mejor del mundo y se enteraron de su existencia por este Concierto que decían era por la Paz. Ya lo dieron ¿dónde está la paz que buscaban? ¿el pueblo de Cuba reaccionó por sus arengas por la paz? ¿alguien ha comprendido de una vez por todas que los Castro son unos tiranos totalitarios? No, yo creo que todo sigue igual. Así que podían haber ahorrado el gasto.

Elsa M. Rodríguez
lapupasmiami@att.net

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La vida soñada de los pacíficos

De un largo comentario de Zoé Valdés.

* Lo mejor que tuvo el concierto por la Paz de Juanes fue lo malo que estuvo. Empezando por el público, lo que ya sabíamos, aunque con una variante; parece que ya hasta los militantes comunistas cubanos escasean tanto en la isla, que tuvieron que llenar los primeros kilómetros de militantes chavistas venezolanos. Era fácil darse cuenta, un militante cubano, por muy castrista que sea sabe menearse de la cintura para abajo.... Nos viene desde la época de la esclavitud, era lo que hacían los esclavos en los barracones. Sólo que la ración de comida que les daban los capataces era mucho más copiosa que la de la libreta de racionamiento actual (desde hace 5 décadas). Pero vivimos tiempos de crisis en que hasta la esclavitud ha ido degenerando…

* Las banderas cubanas brillaron por su ausencia, salvo una o dos, todas las demás eran venezolanas. El periódico El Mundo publicó ayer una foto donde confundía la bandera de Puerto Rico con la de Cuba, estamos mejorando, diría Juan Abreu; ya ni siquiera nos reconocen por la insignia nacional.

* El concierto fue espantosamente mediocre; pero a los ojos del mundo o de la gran mayoría, aparecerá como bueno, bondadoso, etc. Hubo cientos de miles –ellos creen que eso es el pueblo cubano-, la plaza de la Robolución se llenó a tope, lo que estaba previsto. Se cantó, se aplaudió, se vitoreó, y todo era blanco.

*No me porto caprichosamente cuando digo que el concierto fue malo. Primero, las pausas fueron extraordinariamente largas, contando las que hicieron Amaury Pérez Vidal y Cucú Diamantes con Yerbabuena. Cada actuación de éstos fue un una pausa encorchetada. Amaury Pérez Vidal es un buen letrista, sin duda alguna, con melodías melcochosas, voz gangosa (no de ahora de viejo, siempre la tuvo así), y la escena y él están divorciados.

*Pero lo peor fue Cucú Diamantes, voy a salir de ella rápido, lo intentaré. Yo no sabía que esta señora era tan puñeteramente mala. Voz ninguna, ritmo atroz, pero ¡ni siquiera afina! Por otro lado, yo esperaba, con ese nombre, no sé, toparme con un mujerón despampanante. La chica sabe producirse, se acoteja bien la ropita de Berlington, los pulsitos, aunque el diamante en forma de bindi entre las cejas parecía una linterna de minero. Creo que fue ella la más politizada a favor del régimen, que el mundo se abra a Cuba, susurró con tono de papisa. Lo que aún no comprendemos si era un desafío al Vaticano ante su negativa a aceptar mujeres para el puesto de Su Santidad. Es probable que lo haya dicho por esa cosa del Vaticano.

Ahora, Yerbabuena sigue siendo un grupo formidable, otro gallo hubiera cantado si la Negra Laugart hubiera puesto ese galillo sagrado en el cielo azul cubano. Pero “no está, se fue”, como diría la canción.

* Dios y Celia Cruz castigan sin piedras y sin palos, la Tañón perdió la voz. La verdad es que no sé si la tuvo alguna vez, porque en épocas de crisis parece que también se ponen de moda las cantantes afónicas. Estaba afónica, y lo subrayó diciendo que no importaba que se le fueran los “gallitos”, que ella estaba allí por la buena voluntad de la paz, y la bendición de su padre que tiene 90 años y de su madre, y de dios, y de la virgen, y de… no sé, en ese instante me despertaron mis ronquidos.

* Pasemos de Aute y de Víctor Manuel, dos ceros a la izquierda, realmente. Ni siquiera me enteré lo que quisieron decir. Ah, lo mejor estuvo cuando el segundo habló de la memoria histórica. ¡Coñó, y nadie le recordó su canción al Generalísimo Franco! Ni siquiera Bosé. Aunque lo más sublime fue cuando acunó una banderita venezolana, creyendo, estoy segura, que era cubana.

* A esas alturas del concierto, todavía nadie había pronunciado la palabra libertad. Dos lo hicieron, el payaso italiano, en inglés. Y Miguel Bosé, dentro de la letra de una canción. Lo más audaz de Bosé, o eso creyó él, fue cantar Amante bandido. Pero claro, han pasado tantas décadas que ya el impacto de esa canción, cuando estuvo prohibida en Cuba, ya pasó, nadie se acordaba de que estuviese prohibida.

* Por fin pude echarme unas cuantas canciones de Juanes, aunque en ese mismo momento, su página de Yahoo cancaneó, se encasquilló, y tuve que verlo pixeleado. Bien, a esas alturas, Juanes pixeleado por fin cantó. El más joven del concierto (37 años) también desafina. Eso sí, tiene un ceremillal de Grammy’s; lo que es cantar no canta, pero lo que son Grammy’s, ya me han soplado que, cuidado con lo que digo, que Grammy’s tiene para comer y para llevar. Ñico Membiela no tuvo ningún Grammy’s y cantaba y componía mejor que todos ellos juntos, así como Osvaldo Farrés.

* Abreviemos: Silvio cantó Ojalá, y ¡no llovió, tú! Ese fue el primer milagro del concierto. Como dice César Reynel Aguilera, muerto Papito Serguera, el censor de turno de los Castro, el público extranjero, o sea, el exilio, pudo haber interpretado que se la cantó al MuertoenVida, al Coma Andante. Silvio es un gran poeta, siempre me decía a mí misma. Ahora añado, que firmó una carta donde se pedía el fusilamiento para tres jóvenes negros –junto con QuijáEscaparate-, y que le hizo la vida un yogur a Mike Porcel. Sin embargo, Mike Porcel declaró el otro día en Oscar Haza que sí que Silvio le había hecho todo eso, pero que Amaury era su amigo porque no le hizo mítines de repudio –o sea, que haya firmado la carta aprobando los fusilamientos igual que el otro- para Mike no es cosa como para considerarlo su enemigo. Hay que decir que este exilio es recalcitrante, señores.

* X Alfonso y familia intentaron h-ojo-menear a otro Mike, al Jackson; de forma deslavada, porque ya sabemos que en Cuba: Black no es White. Los White en Cuba están en el poder. Los Black en las cárceles. Ni una mención a los presos políticos, mucho menos a las Damas de Blanco. De las que ya, apropiándose del símbolo, desvirtúan de alguna manera la labor por la paz, realmente pacífica, de estas mujeres. En Argentina, las hubieran sacado al escenario, aquí hicieron todo, todo por esconderlas. Y menos mal, digo yo. Con semejantes personajes, las embarradas habrían sido ellas.

* Me cuenta un amigo que está en Cuba y que intentó entrar por uno de los tres puntos por los que se permitía, que la policía acordonó los alrededores. Los que podían acceder llevaban un brazalete blanco en la muñeca, un carnet azul, más el carnet de militante comunista. Es sabido que las advertencias a los jóvenes, detenciones, y demás, se produjeron horas previas al evento. Pero eso no lo ve el mundo, ni quisieron se enteraron Juanes y sus Juanetes y si se enteraron no les importó. Ellos cantaron, y como dijo ese Juan Formell del que hablaré en un instante: “el concierto se dio, duélale a quien le duela”. O sea se defecó olímpicamente en la madre de nuestros muertos.

Van Van interpretó un popurrí de su propia inspiración –diría mi madre- de éxitos antiguos. Yo he bailado muchísimo con los Van Van, me encanta el recholateo de su música. Pero de ahí no pasó, de un recholateo por la paz, y del reto, de Juan Formell, en mejor forma que nunca. O sea, mientras en sus anteriores apariciones se notaba como si estuviera cansado, empequeñecido. Durante el concierto se creció, o sea le salió el ñángara que lleva dentro y que lo autoriza a cualquier indisciplina. Hacia el final del concierto pronunció aquella frase estelar: “el concierto se dio”. Por fin, los diez millones no fueron, pero su concierto sí se dio. Tremendo revés convertido en victoria (para ellos), treinta años más tarde ganaron el reto.

* Entonces ahí fue donde el patetismo se acentuó. Juanes, como buen bicho que es, se dio cuenta de que aquello se acababa, y que aún no había dado el mensaje final. Ya pensando en el público que realmente le compra los discos –no, para nada, en el que tenía delante, y toda esa bobería de la paz-; no en el que lo espera en Miami, el que tiene realmente la moña, el juaniquiqui… Y voceó entre unos cuantos países, el nombre de Miami. Juan Formell le quitó el micrófono. Porque ya los cubanos en el escenario advirtieron que el colombiano estaba asegurando el post-concierto, y que él se iba, pero ellos se quedaban. No sé cómo volvió a retomar el micrófono (es lo que más he disfrutado: esa lucha por el micrófono en plena Plaza), y dijo eso tan melosamente graciosito: “Por una sola familia cubana”. Olvidó añadir quién dividió a esa familia. Pero claro, para esa mayoría de la izquierda mundial, los que hemos dividido a la familia cubana hemos sido el exilio cubano, sobre todo el de Miami; es lo que se desprenderá de esa frase tan pendeja. Y luego, suspiró un saludo con cargo de culpa a Los Aldeanos (deberían haber estado muertos de risa) y a Silvito El Libre (después de la entrevista que le dio a María Elvira debemos cuestionarnos su apodo).

* Bosé lloró, seguramente recordó cuándo fue la última vez… La Tañón también amagó unos pucheros, es probable que haya recordado a Celia. Porque la verdad, lo más mediocre de la noche fue terminar con Chan Chan de Compay Segundo. Unos artistas que piden la paz ni siquiera tienen los cojones de pedir libertad, pero no ya eso, ya sabemos que la palabra libertad estaba terminantemente prohibida. Ni siquiera se atreven a pronunciar una sola palabra: “¡Azúcar!” Y de tararear un estribillo de Celia Cruz. Con lo solidaria que fue esa gran dama de la música cubana y universal con todos ellos. En ese punto, la mediocridad y la cobardía rebosaron el aire de la isla, lo emponzoñaron aún más.

¿Me falta alguien? Ah, sí, Orishas. Creo que soy una excepción en la regla, no me gustaron nunca. Entre Habana Abierta y Orishas, me quedo con los primeros; como ven no es cuestión racial, es majaderías de gusto: Habana Abierta tiene cosas que cantar, son buenos músicos, se pasean cómodamente por todos los géneros; mientras que los Orishas son rapperos para franceses con el tímpano roto.

*¿Se me queda alguien? Sí, Carlos Varela. En el mismo camino de Silvio, su maestro, cantautor protesta que ya no protesta. Me agradó, sin embargo, que estuviese vestido de luto, y que enviara un saludo a los exiliados. El Muro, fue lo mejor de la noche. ¡Qué pena que no la cantó él!

* Muchos artistas del patio se quedaron fuera de ese concierto, sin contar a los reggaetoneros que son los que mandan en Aquella Isla en estos momentos, y los soneros, y los rapperos. Con los rockeros nunca han contado, de hecho, ni siquiera Juanes mencionó a Porno para Ricardo, lo que estaba cantado que no iría a hacer. Esos artistas del patio no se quedarán con los brazos cruzados. Sin embargo, el pueblo que asistió a la plaza, venezolano primero y cubano después, en el fondo, en lo último del gallinero; tendrá energía para unos cuantos años. Porque eso sí, Juanes y el resto de los circenses, les habrán hecho creer que eso es el mundo, que ellos están ahí porque representan al mundo, y que ese mundo los quiere, los “ama”, tal como ellos son, viven, y se sacrifican.

El pueblo cubano es un pueblo ninguneado, aplastado, reprimido, dividido, y acorralado. Ellos fueron a cantarle a ese pueblo, a sabiendas, así como sabiéndolo han querido legitimar con su arte al gobierno de Raúl Castro, sucesor dinástico de un régimen castrocomunista. Un arte que han vendido como blanco, como apolítico, y más político y más negro no ha podido ser. Ahora, aténganse a las consecuencias.

Por otro lado, y volvamos al concierto, y sus posibles consecuencias. Ya hemos pronosticado la que tendría en los músicos de adentro que no fueron invitados: no se quedarán de brazos cruzados. La ausencia de Pablo Milanés se sintió. La creación de estos músicos, eso sí (alguien dijo que habría un antes y un después de ese concierto, como si ellos hubieran sido los primeros y los únicos), será más límpida, más fuerte, más bella, más libre. En cuanto a los músicos de afuera, algunos pueden aguardar, y apertrecharse de esperanzas de que los inviten la próxima vez. Fue un concierto tan espeluznantemente aburrido, que algún que otro músico de Miami Beach, al menos ya puede aspirar a que, por lo menos, lo contraten para profesor –experiencia no les faltará- en la Universidad de La Habana. Ahora, eso sí, con el oído musical del cubano de a pie, le costará su esfuerzo deformar el gusto musical. Porque el mendó de la música nuestra es imposible transformarlo en descarga existencialista.

Juanes, Tañón, Bosé, ya dieron su concierto. Las cárceles siguen llenas, las Damas de Blanco seguirán en su lucha diaria y pacífica por la liberación de sus familiares. Oscar Elías Biscet continúa en una celda tapiada. Pánfilo en un hospital psiquiátrico. Cuba sigue siendo esclava de un régimen totalitario que dura 50 años y meses. Una dictadura que ellos acaban de legitimar con ese concierto, enredando aún más el destino de América Latina. Ahora sigan vendiendo su paz al que quiera comprársela. Y para finalizar, cuando les toque a ustedes, como ya les tocó a los venezolanos, aunque advertidos estaban: “No quiero llanto”. Llanticos, no.

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Foto: El nuevoherald.com