2 de marzo de 2013

LOS ESCONJURADEROS



¿Sabes qué son…
Los Esconjuraderos?

Los Esconjuraderos (del aragonés   esconchurar: conjurar, y palabra no consignada por el DRAE como existente en castellano aunque a todas luces se deriva de “esconjuro”) son construcciones de origen medieval típicas del Pirineo y más concretamente del Pirineo Aragonés, aunque también se pueden ver aun en las vecinas provincias de Lérida y Gerona (Cataluña). 
    
Se construían cerca de la iglesia del pueblo, especialmente de las ermitas,  y son edificaciones generalmente cuadradas, de piedra y con cuatro aberturas orientadas a cada uno de los cuatro puntos cardinales. Son de geometría simple y precisa, con arquitectura sobria y fría, escasísimos elementos decorativos y confeccionados con materiales comunes (mampostería, piedra tosca, losa de piedra o teja árabe). Ocasionalmente conservan una cruz, ya encima de la techumbre o dentro del edificio. 

Los esconjuraderos se usaban en un principio para conjurar cualquier tipo de mal que acechara al pueblo y lo mismo servían para  un mal de ojo que para una maldición o para alejar la “peste” o epidemia. Pero su principal uso, para lo que se recurría con más frecuencia, era para ahuyentar tormentas o tronadas,  plagas y otros peligros que amenazaban a las cosecha.

En cuanto por lontananza se divisaban negros nubarrones que pudieran traer tormenta, el pueblo entero con el párroco a la cabeza se dirigían al esconjuradero y desde allí comenzaban a conjurar a la tormenta para que alejara de ellos el temido granizo que arruinaría sus cosechas.


Suponen una importante muestra de la cultura pirenaica. La sociedad montañesa atendía los aspectos de la climatología con la misma superstición y prácticas que en otros aspectos de la vida cotidiana. Los esconjuraderos configuraban un espacio importante desde el cual el sacerdote y la población invocaban para desviar o deshacer las tormentas o tronadas que pudiesen malograr los campos y cosechas. Es por ello que estas edificaciones se localizaban en puntos que poseyeran una amplia panorámica del horizonte.

Los rituales destinados a esconjurar tormentas y plagas se enmarcan dentro de las creencias y prácticas de una sociedad que creía firmemente en que los rituales mágico-religiosos eran la única arma con la que contaban para poder controlar el efecto devastador de la naturaleza sobre su vida. Por eso no es raro comprobar que en la vida cotidiana tradicional pirenaica existía gran número de rituales relacionados con la protección de las casas, las personas, los campos, los animales,... (como por ejemplo los espantabrujas en las chamineras (chimeneas tradicionales) o los cardos y patas de animales en las puertas de las casas).

Como tantas otras tradiciones de origen pagano, este intento de control de la naturaleza que el ser humano realizaba desde tiempos ancestrales fue cristianizado por la Iglesia.  El rito no era muy complicado: unas plegarias a Santa Bárbara, protectora de las tormentas, una rociada de agua bendita por parte del cura y un conjuro en forma de palabras mágicas.

Si bien la misión prioritaria de estos rituales fue probablemente el ahuyentar las tormentas o tronadas y proteger los campos de los devastadores efectos de rayos y pedriscos, también está documentada su misión como ahuyentador de plagas y animales nocivos.  

Fuentes:
Wikipedia.org
http://historiasconhistoria.es
y un PPS enviado por Juan G. Arrabal

FRASE DE SABIDURÍA

Solo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio, pues la vida no es un juego.
- Arístoteles (Estagira, 384 a.C–Calcis, 322 a.C.)

1 de marzo de 2013

CHÁVEZ, METÁSTASIS EN EL PULMÓN IZQUIERDO


Los médicos envían a Chávez a casa
ante el avance de un nuevo tumor
en el pulmón izquierdo


emili j. blasco @ejBlasco / ABC, Madrid
corresponsal en washington
Día 01/03/2013 - 13.56h

Hugo Chávez habría sido trasladado hace varios días a su residencia presidencial de la isla de La Orchila, con el fin de pasar en un entorno familiar los últimos compases de su enfermedad. El traslado desde el Hospital Militar   se habría hecho después de que el pasado viernes los médicos evaluaran muy negativamente   el resultado de una última tomografía. Esta constataba que una tumoración pulmonar, desarrollada velozmente, le afectaba ya al 35% del pulmón izquierdo, según informan a este diario fuentes en contacto con los facultativos.

Ante esa evidencia, la permanencia en el Hospital Militar, donde en cualquier caso ya solo era sometido a cuidados paliativos,se consideró innecesaria  y se optó por un lugar fuera de Caracas donde la familia pueda residir junto al paciente todo el tiempo, para poder reaccionar en todo momento ante cualquier eventualidad.

En La Orchila, isla situada a 160 kilómetros de la capital venezolana, Chávez hizo instalar en 2011 instrumentación para cuidados especiales, transformando la enfermería de la residencia presidencial. Durante meses hubo en la isla un retén de miembros de su equipo médico, que le sometieron allí a algunas pruebas y tratamiento, como en su día ya informó este diario. Chávez podía esconder más fácilmente desplazamientos a La Orchila que viajes a Cuba, para los que necesitaba permiso de la Asamblea Nacional.

Chávez llegó de La Habana el 18 de febrero con sus condiciones vitales estables. Durante su tiempo en el Hospital Militar estuvo consciente, pero sus problemas respiratorios se fueron agravando, con la necesidad de volver a utilizar ventilación artificial para facilitar la respiración.   Esa complicación desbarató cualquier posible intento de acto de juramentación en privado.

Examen médico

Las fuentes consultadas aseguran que en el examen médico que se le practicó en el momento de la operación del 11 de diciembre no se detectó ninguna tumoración pulmonar. Sí se observaron unas pequeñas sombras, pero no pudo determinarse nada con claridad. Posteriormente, en el líquido que se le fue extrayendo de los pulmones se encontraron células cancerígenas, si bien esto no se consideró relacionado con la grave infección pulmonar que Chávez sufrió en el postoperatorio.

El hecho de que el último examen, cuyo resultado fue valorado por la junta médica el viernes 22, mostrara que el tumor alcanzaba ya el tercio inferior del pulmón izquierdo, indica que se trata de algo que avanza con gran rapidez, de modo incluso más agresivo que la metástasis que sufre en otras partes de la zona pélvica, como la médula ósea. La nueva tumoración sería metástasis del rabdomiosarcoma pélvico diagnosticado al mandatario, aunque eso no ha sido aún ser determinado.

Las mismas fuentes advierten que el presidente venezolano  tiene el sistema inmunológico extremadamente deteriorado, de manera que no sería capaz de combatir una infección con antibióticos, por eso las medidas de esterilización de todo lo que entra en contacto con él son sumamente exigentes. En los traslados del paciente ha sido necesario llevar la camilla en una burbuja de plástico.

El día de agravamiento del diagnóstico de Chávez fue precisamente la jornada en la que el vicepresidente Nicolás Maduro y otros miembros del Gobierno aseguraron haber estado cinco horas tratando con el presidente asuntos del Gobierno. El traslado a La Orchila habría ocurrido ese mismo viernes o durante el fin de semana.

El presidente de  Bolivia, Evo Morales, habría finalmente visitado personalmente a Chávez en La Orchila, después de que en viaje previo la semana antes a Caracas, en escala hacia Nueva York, no pudiera ver al enfermo. Se trata de una excepción que responde a la estrecha relación personal mantenida por ambos presidentes.

Reproducido de ABC, Madrid,
edición digital del viernes 1 de marzo de 2013.


  2 comentarios:

¡Que enfermedad tan terrible!
Que acabe de descansar y que Dios decida su suerte y la de Venezuela.


Anónimo3/01/2013
Como dice Maggie, es una enfermedad terrible. Y terrible también es la burla que están haciendo estos monigotes que se han quedado al frente del gobierno en Venezuela, contra su pueblo. El pueblo tiene derecho a saber lo que sucede en realidad con aquel a quien han confiado su destino.
Elsa M. Rodríguez

LA IGLESIA SIGUE VIVA



La Iglesia sigue viva

Crónica, impresiones y sentimientos de Jesús de las Heras Muela, enviado especial  a Roma, director de la revista digital www.revistaeclessia.com tras la última audiencia general del Papa Benedicto XVI.


El 7 de abril de 2005 estoy seguro de que fue la Providencia la que quiso que pudiera viajar a Roma para despedirme, al igual que hacían aquellos días cientos de miles de personas de todo el mundo, del tan querido Papa Juan Pablo II. Aquel día era su funeral y sepultura.

Casi ocho años después, entendí que también debía regresar a Roma, peregrinar a Roma, para despedirme del Papa luminoso y sereno que durante este tiempo ha regido, en medio de bonanzas, esperanzas y tempestades, la nave de la Iglesia. Y así lo hice, me puse, de nuevo, en camino para volver a ser testigo de la historia y, sobre todo, para vivir y sentir lo que es la Iglesia y, en este caso, sumarme a la hermosísima sinfonía y polifonía de la acción de y por Benedicto XVI.

Y al igual que hace ocho años, la jornada romana era radiante de luz y repleta de fieles.  Ni las circunstancias ni los escenarios eran los mismos, aunque su significado para la vida de la Iglesia y de la humanidad era tan parejo. La mañana romana del 27 de febrero de 2013 era –dicho queda- radiante y luminosa, sí, y también conmovida y, ante todo, serena. Diríase que ni el mismo Joseph Ratzinger hubiera podido diseñar y desear una mañana así, una mañana, una jornada tan “suya”: sencilla, sobria, contenida, apacible, clara, diáfana, entrañable, firme y frágil a la vez,  evangelizadora y eclesial.

No hubo grandes actos, ni escenografía extraordinaria. Nada chirriaba, ni era distinto apenas a las otras 347 audiencias generales de los miércoles –muchas de ellas también en la Plaza de San Pedro, también con el recorrido del Santo Padre en el papamóvil-, en las que habían participado 5.116.600 peregrinos y a los que ya hay que sumar los 150.000 que participaron, que participábamos en la audiencia del miércoles 27 de febrero. Eso sí, esta mañana de luz del 27 de febrero de 2013 era una mañana para la historia. Era, más si cabe que otras tantas veces, una mañana para la Iglesia. Y de la Iglesia –su misterio, su don, su reto,  sus luces y sombras-, versó la catequesis de quien hasta ahora y desde el 19 de abril de 2005 había sido el primer pastor, el primer viñador, humilde, eficiente y eminente, de la Iglesia.

El 24 de abril de 2005, en la misa del comienzo de su pontificado, Benedicto XVI repitió hasta en cuatro ocasiones que la Iglesia está viva, en alusión a una hermosa y afortunada frase del Papa Juan XXIII. Y que la Iglesia está viva, que no es una organización o una asociación para fines  religiosos o humanitarios, sino “un cuerpo vivo, una comunión de hermanos y de hermanas en el Cuerpo de Jesucristo que nos une a todos”, fue el hilo argumental de la catequesis papal de este miércoles para la historia.

Esta Iglesia que está viva, es, en primer y fundamental lugar, la Iglesia de Jesucristo, su auténtico y único Señor, que siempre la acompaña y acompañará, más aún en medio de las tormentas y de las noches oscuras. Una Iglesia que está viva y que hace que ni el Papa ni ninguno de sus miembros deban sentirse jamás solos. Una Iglesia que está viva en sus pastores, en sus sacerdotes, en sus consagrados, en el entero pueblo de Dios. Una Iglesia que está viva porque, al igual que el corazón del Papa, se alarga, se prolonga al mundo entero.


Una Iglesia que está viva y que sabe, ha de saber siempre, que cuando la vida se da es cuando, en realidad, se recibe  a manos y a  corazón abiertos. Una Iglesia que está vida y que sabe que su destino es siempre la Cruz –el único preludio de la Pascua, la única esperanza definitiva, el auténtico torrente de la plenitud- y que de la Cruz nunca se baja, más allá de los distintos modos en que se puede estar frente y junto al Señor Crucificado. Y es que, sí, “Dios guía a su Iglesia y la sostiene siempre, también y sobre todo en los momentos difíciles. No perdamos nunca esta visión de fe, que es la única visión auténtica del camino de la Iglesia y del mundo”.

http://www.revistaecclesia.com

SEDE VACANTE



Sede Vacante

Desde las ocho de la tarde de ayer jueves 28 de febrero Benedicto XVI ha dejado de ser Papa. El símbolo más visible ha sido el abandono a esa hora de la Guardia Suiza de la puerta del Palacio de Castel Gandolfo.


La única señal visible que anuncia que Benedicto XVI ya no es Papa se ha visto en la puerta del Palacio de Castel Gandolfo, cuando a las ocho de la tarde de este jueves la Guardia Suiza, que prestaba guardia en ese lugar, ha concluido su servicio y ha abandonado el lugar. A partir de este momento, la Guardia Suiza deja de prestar servicio a Ratzinger, cuya seguridad seguirá estando garantizada por la Gendarmería Vaticana. A esa misma hora se han cerrado las puertas del Palacio de Castel Gandolfo.

Además, el apartamento del Papa en el Vaticano y el ascensor que lleva directamente al mismo, situado en la tercera planta del Palacio Pontificio, han sido sellados a las ocho de la tarde de este jueves, en el momento en el que Benedicto XVI ha dejado de ser pontífice. La normativa vaticana prevé que tras la muerte o, en este caso, renuncia del papa, el apartamento papal del Vaticano tiene que quedar libre y es sellado hasta que haya nuevo papa.

A la misma hora, a las 20:00 pm, Benedicto XVI se ha quitado el anillo del Pescador, que simboliza el poder pontificio. Según explicó el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, en este caso el anillo no será destruido, sino inutilizado o “anulado”. Hasta ahora, tras la muerte de un Papa, el Cardenal Camarlengo es el encargado de verificar la muerte y de retirarle del dedo el anillo del Pescador, que es la señal de que el reinado terminó. Pero en esta situación inédita en la que no se trata del fin de un Papado por la muerte del Santo Padre sino de una renuncia, ese anillo sólo ha sido "inutilizado" para que Joseph Ratzinger pueda seguir conservándolo, y ha sido además él mismo quien se lo ha quitado.

Al igual que el anillo, también quedará inutilizado el sello de plomo que usa el pontífice para sellar documentos importantes, entre ellos las bulas. El anillo del Pescador usado por Benedicto XVI es diferente al que llevó Juan Pablo II, ya que tiene inciso el mismo tema que el Sello Papal de plomo, el que usa el Pontífice para sellar documentos: Pedro tirando las redes para pescar.

Desde las ocho de la tarde de este jueves 28 de febrero de 2013 Benedicto XVI continúa llamándose Su Santidad Benedicto XVI, pero ahora con el título de “Papa Emérito” o “Romano Pontífice Emérito”. A partir de ahora vestirá sotana blanca pero sin esclavina, y calzará zapatos marrones, especialmente los que le regalaron unos artesanos durante su viaje a México del año pasado.

Por lo tanto ya ha comenzado el período de “Sede Vacante”, que terminará tras la elección del nuevo Papa. Hasta entonces, la Iglesia permanecerá bajo el gobierno de colegio cardenalicio, al frente del cual está el cardenal Solano, como decano del mismo. Los asuntos de la Santa Sede, sin embargo, los manejará el cardenal Bertone, Camarlengo de la Iglesia Católica.

La página web del vaticano anuncia la 'Sede Vacante' con una imagen que dice: 'Apostolica sedes vacans', lo mismo que en la cuenta oficial de Twitter de Benedicto XVI, @Pontifex, que anuncia la 'Sede Vacante' y han desaparecido los tuits publicados por Benedicto XVI.

Remitido por Rogelio Zelada