7 de marzo de 2015

Mesopotamia, objetivo del Estado Islámico


 
La misteriosa Mesopotamia,
el objetivo del Estado Islámico

Entre los ríos Tigris y Éufrates,
florecieron las primeras civilizaciones de la Historia.
Hoy, los yihadistas atacan las huellas
de los inventores de la escritura, la agricultura,
el comercio, la contabilidad y el primer sistema de leyes

César Cervera
abc.es  

El rechazo a otras culturas está incrustado en el ADN de los fanáticos de todos los periodos, que destruyen lo que no pueden explicar o lo que perciben como una amenaza a su verdad indiscutible. Los asirios actuaron igual contra los babilónicos, y éstos se vengaron después en los mismos términos. En nuestros días, la destrucción absoluta de Nimrud, la capital asiria, ya es prácticamente un hecho. Aunque las razones del Estado islámico para arrasar decenas de estatuas asirias y acadias en el Museo de Mosul y el sitio arqueológico de Nimrud no tienen más fondo que el sadismo gratuito y la propaganda, no deja de ser paradigmático que el objeto de su ataque sea una de las primeras civilizaciones de la historia, la semilla de lo que hoy es el mundo. La antigua Mesopotamia fue tan imprescindible como misteriosa.

En nombre de una interpretación radical del islam, un grupo de yihadistas del Estado Islámico difundió el pasado jueves 26 de febrero un vídeo del asalto al Museo de Mosul, donde hicieron añicos piezas que databan de la época asiria (siglos VIII y VII a.C). Los arqueólogos han advertido que las barras de hierro que contenían algunas de las estatuas dan fe de que eran reproducciones en yeso, pero no pudieron afirmar lo mismo de la esfinge alada que aparece mutilada a causa de los mazazos de los fanáticos.  Esta incalculable estatua, perteneciente a los Asirios, custodió durante milenios la ciudad de Nínive, descrita por la Biblia como una urbe «grande sobremanera, de tres días de recorrido» y cuyas murallas volaron por los aires los yihadistas a principios de año.

Los sumerios

La historia nació allí. En el cuarto milenio antes de Cristo surgió la civilización de Sumer entre los ríos Tigris y Éufrates, lo que hoy son las áreas no desérticas del actual Irak y la zona limítrofe del noreste de Siria. Los sumerios, de los que no se conservan grandes monumentos como los egipcios pero si tablillas de arcilla con los testimonios escritos más antiguos desenterrados hasta la actualidad, pusieron los cimientos para el desarrollo de los imperios asirio y babilónicos. Su capital, Uruk, está considerada entre muchos arqueólogos como la primera organización estatal de la Historia, con una clara estratificación social y una emergente actividad comercial que se extendía por varias colonias cercanas.

La burocracia, la contabilidad y el comercio exterior, son, de hecho, invento suyo. Como les ocurrió a los primeros habitantes de Macondo –la célebre población creada por García Márquez   para «100 años de Soledad»–, «hubo un tiempo en el que el mundo era tan reciente que muchas cosas carecían de nombre y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo». Los sumerios inventaron los elementos básicos de la civilización y no se limitaron a señalarlos con el dedo, fueron los primeros en dejarlo por escrito.

Además de los aspectos políticos, los sumerios dividieron el año en doce meses, los días en 24 horas y los minutos en 60 segundos, establecieron un sistema de medición y pesaje, elaboraron el primer sistema legal de derecho civil –siglos después evolucionado en el famoso código de Hammurabi y estipularon el descanso sabático, tomarse un día de descanso a la semana.

El Imperio babilónico  

En el año 2350 antes de Cristo la región vivió la invasión de pueblos semíticos encabezados por Sargón «el Grande». El imperio sumerio-arcadio, del que también se conservaban piezas en el Museo de Mosul, extendió su poder por toda Mesopotania e instauró una administración unificada. Los sucesores de Sargón mantuvieron la unidad del imperio durante siglos, pero cerca del 1792 antes de Cristo ascendió al trono un jefe amorreo, Hammurabi, dando inicio al Imperio babilónico.

Además de su aportación en materia jurídica –especialmente recordado por el código que lleva su nombre–, Hammurabi llevó las fronteras del imperio de las costas mediterráneas hasta el Kurdistán y el Golfo Pérsico. No obstante, los sucesivos asaltos de los hititas  y de los casitas erosionaron el poder babilónico en los siguientes siglos.

Los asirios

Hacia el 1.250 a.C. se establecieron en el norte de Babilonia los asirios, quienes tomaron el control de todo el país valiéndose de su superioridad militar. «Llené con sus cadáveres las cuevas y acantilados de las montañas. Saqueé sus ciudades y las convertí en montañas de ruinas. Así me convertí en señor del extenso territorio de los qutu», escribió el monarca asirio Tukulki-Ninurta sobre la violenta ofensiva llevada a cabo para conquistar Mesopotamia. Los asirios –víctimas culturales de los ataques yihadistas hoy– se alzaron como una despiadada máquina de guerra que arrasó los territorios de la antigua Babilonia.  


Tras un periodo de gran esplendor de este imperio en torno al año 1230 a.C., durante el cual la capital estuvo en Asur –actualmente en al-Charquat (Irak)– y un ulterior periodo oscuro que se alargó varios siglos, los asirios renacieron en el siglo ocho antes de Cristo con todo su potencial militar intacto. Su nueva capital seestableció en Nínive, de donde proceden la mayoría de las piezas mutiladas por el Estado Islámico, y se convirtió rápidamente en una de las ciudades más prósperas de la Antigüedad.

No en vano, el esplendor de Nínive y el renacer asirio fueron efímeros. Alrededor del 633 a. C. el Imperio Asirio empezó a tambalearse y los medos (tribus nómadas procedentes de Irán) atacaron Nínive. Una muestra de debilidad que fue aprovechada por los babilónicos, siempre hostiles al dominio asirio, para declarar la independencia de Babilonia. Nínive fue reducida a cenizas y los medos ordenaron inundar los canales que rodeaban la ciudad para hacerla desaparecer de la Historia.

Los persas

La nueva independencia de Babilonia tampoco duró mucho tiempo. La ciudad cayó en manos de Ciro II, el Rey persa, y, cuando la población se levantó contra el invasor varias generaciones después como había hecho con los asirios, el Rey Jerjes ordenó destruir la ciudad y masacrar a la población. La ubicación de Babilonia fue olvidada durante milenios.

Más allá de sus aportaciones al avance de la humanidad, las civilizaciones que nacieron en Mesopotamia dejaron numerosas incógnitas, sobre todo en lo relacionado con sus religiones, que la arqueología no ha sabido responder. Visto como la puerta a los infiernos por algunas tradiciones antiguas y uno de los lugares donde más sangre se ha derramado en la Historia, el reino entre los ríos Tigris y Éufrates es el epicentro de numerosas leyendas de la humanidad.   

Los dioses mesopotámicos tenían la apariencia, las cualidades y los defectos de los hombres, pues habían sido concebidos a semejanza humana, pero los hombres no amaban a los dioses, sino que los temían. Un panteón de dioses con formas demoniacas y simbologías que, como el hombre anfibio Oannes o las misteriosas esferas de arcilla con representaciones mitológicas aparecidas en el yacimiento de Choga Mish (Irán oriental), siguen causando fascinación y desconcierto entre los investigadores.

50 años de Celebración Eucarística en lengua vernácula

 
Cincuenta años de los cambios en el Misal Romano
aprobados por el Concilio Vaticano II

Se cumplen 50 años este 7 de marzo de la celebración de la primera Misa en lengua vernácula, es decir, la propia de cada país. En la homilía de esa primera Misa celebrada en italiano en la historia (1965), el Papa Pablo VI dijo: «se inaugura hoy la nueva forma de la Liturgia en todas las parroquias e iglesias del mundo, para todas las Misas en las que participa el pueblo. Es un gran acontecimiento que se recordará como principio de abundante vida espiritual, como un compromiso nuevo para corresponder al gran diálogo entre Dios y el hombre».

Una de las reformas del Concilio Vaticano II (1962-1965) convocado por el Papa san Juan XIII bajo la consigna del “aggiornamento”, (puesta al día), fue la celebración de la Misa en los idiomas locales, tal como se realiza en la actualidad.

El P. Gianni Todescato fue convocado a colaborar con el Papa Pablo VI en la redacción de un nuevo Misal, y asegura que el tema del lenguaje «claramente cambió la óptica de cómo se veía la Misa. Cuando era en latín, el 99 por ciento de la gente no entendía nada». «Un sacerdote –de espalda a los fieles- pronunciaba las palabras y poquísima gente, solo el público cultísimo, podía seguirlas. De modo que el cambio a la lengua viva, el italiano, cambió la ambientación de la Misa y permitió entender los textos sagrados y seguirla».

Asimismo, la Plegaria Eucarística –también conocida como Canon–fue otro cambio fundamental para los fieles. «Antes era en latín, y pronunciado en voz baja y la gente no sabía lo que se decía. En cambio ahora se dice en voz alta y ha cambiado el rostro de la Eucaristía», subrayó el P. Todescato.

Otras novedades del nuevo misal fueron la posibilidad de recibir la hostia  consagrada con la mano para luego llevarla a la boca, o la inclusión del don de la paz. «El gesto de la paz dio un pequeño toque de gracia. Todos juntos. Se hacía algo más partícipe, con más sentido», afirma. Para el P. Todescato, los nuevos elementos de la liturgia fueron bien recibidos por los fieles.

 Estos cambios fueron consecuencia de una reflexión teológica dentro de la Tradición eclesial, aunque han llegado a ser motivo de cisma como el de los lefebvristas.

El Papa Benedicto XVI publicó en 2007 el Motu Proprio “Summorum Pontificum  recordando que el misal de San Pío V, en latín, nunca fue abolido jurídicamente y, por consiguiente, la celebración de la Eucaristía de esta forma siempre ha estado permitida. En efecto, la Misa en latín no desapareció con el Concilio Vaticano II, y por ejemplo, en la iglesia de la Santísima Trinidad de los Peregrinos de Roma se sigue celebrando en esta lengua. Una tradición que además constituye un fuerte patrimonio cultural.

Para recordar la primera Misa celebrada en italiano, el Papa Francisco preside este sábado la Eucaristía en el mismo templo elegido por Pablo VI hace 50 años, el de la parroquia Todos los Santos, en Roma.

Editado de aciprensa.

Horario de verano


Viacrucis de la mano de Teresa de jesús

VIA CRUCIS DE LA MANO DE
SANTA TERESA DE JESÚS
 

Segunda Estación

JESÚS CON LA CRUZ A CUESTAS
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS

Del profeta Isaías. 53, 4-5
Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado; pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron.

Del Evangelio según san Juan. 19, 16b-17
Tomaron a Jesús, y, cargando él mismo con la cruz, salió al sitio llamado “de la Calavera” (que en hebreo se dice Gólgota).

TEXTO DE SANTA TERESA

Del libro de santa Teresa de Jesús sobre el Camino de perfección y de una de sus cartas: 18, 1; Carta S. 31, 2
«A los que Dios mucho quiere, lleva por camino de trabajos, y mientras más los ama, mayores. El premio de los trabajos es el amor de Dios. Por tan precioso precio, ¿quién no los amara?».

ORACIÓN

Escucha, Señor, nuestras súplicas, y concédenos la gracia de imitar la pasión de tu Hijo, para sobrellevar con serena firmeza nuestra cruz cotidiana. Por Jesucristo, nuestro Señor. Am
én

Todos juntos, dicen el Padre nuestro.

Ecclesia Digital – www.revistaecclesia.com

 

5 de marzo de 2015

Un hombre que tuvo tres nombres

Un hombre que tuvo tres nombres

Esta historia nos llega a través del prisma de la prensa oficialista cubana. A pesar de ello, resulta altamente interesante comprobar, por boca propia,  lo que siempre se supo: que el gobierno de los Castro desde sus comienzos persiguió la implantación del comunismo.

Esta historia cumple hoy 55 años. Comenzó la tarde del 4 de marzo de 1960, cuando un avión, procedente de Curazao, toca tierra cubana. En el aeropuerto de Rancho Boyeros reina la confusión. Una y otra vez el personal de aduana revisa pasaportes y requisa bolsos y maletas.

 —¿Qué sucede?, pregunta un recién llegado, un cincuentón de complexión fuerte, bajo de estatura, cabello escaso y algo canoso. Llaman la atención sus ojos profundamente azules y expresivos.

—Una explosión en el puerto de La Habana, responde alguien sin más explicación.

Se trata del vapor francés La Coubre. Traía armas a la Revolución. Un sabotaje, una nueva provocación yanqui. El hombre no tardará en conocer detalles.

Viene desde la Unión Soviética, y pasó por Checoslovaquia y Bélgica. Por motivos que muy pocos conocen encubre su verdadero nombre bajo la personalidad de un pequeño comerciante de tabaco, de ahí las necesarias escalas que lo han ido acercando con seguridad a Cuba.

Calmado, decide abandonar cuanto antes la terminal aérea. ¿A dónde dirigirse? Lo mejor será alquilar un taxi hasta la ciudad. Camina rápido, con agilidad maratónica. En la valija: escasas prendas, un estuche con puros y 50 dólares. Sin percatarse, alguien le sigue...

—¡Oiga, oiga, deténgase por favor!

El recién llegado para en seco. Presiente que es a él, y se voltea con igual brusquedad.

—No mire para atrás y vaya hasta la máquina aquella, el chofer sabe a dónde llevarlo.

¿De quién se trata en realidad? ¿Qué lo trae al convulso escenario de Cuba en plena efervescencia revolucionaria? ¿Quiénes y a dónde le llevan?

Te llamarás Ángel Martínez Riosola

Francisco Ciutat de Miguel es su nombre de pila, pero amigos y familiares le llaman Paco. Hasta que el 28 del propio mes, durante un recorrido por la Laguna del Tesoro, en la Ciénaga de Zapata, el Comandante en Jefe Fidel Castro le propone:

—Hay que cambiarle el nombre, camarada. ¿Cuál le pondremos? Bien, lo he pensado, le pondremos Ángel. Usted es el más viejo de todos y muy parecido a mi papá, que también era español. Se llamará Ángel, Ángel Martínez Riosola. Luego veremos lo de los grados.

 «Así me lo contó Paco, pasados unos cuantos años del encuentro. Estuvieron varios días por la Ciénaga, recorrieron la zona, estudiaron la geografía de la región y conversaron ampliamente sobre la situación cubana y una posible y cercana agresión», refiere Sofía Kokuina, la esposa rusa con quien se uniera años más tarde de su arribo a la Isla de la Libertad.

A Sofía, veterana de la Gran Guerra Patria, participante en la defensa de Moscú, fallecida el pasado 11 de agosto, la entrevisté en diciembre de 1988, en su casa del reparto Kolly, La Habana. Su historia es tan interesante y heroica como la de su compañero:

«Nos conocimos el 21 de marzo de 1964, de casualidad, en un cumpleaños al que me había invitado un aviador coterráneo y amigo de Paco. Nos enamoramos a primera vista, enseguida arreglé los papeles y nos casamos».

—¿Quién fue el hombre que lo llamó al salir del aeropuerto?

—Flavio Bravo, comunista de fila que lo condujo a casa del también militante, Secundino Guerra. El 6 o el 7 le presentaron al Che, y unos días después, como el 10 o el 11, a Raúl, de quien llegó a convertirse en asesor, pues desde los 16 años ya Paco estudiaba en colegios militares. Cuando se produce el alzamiento dirigido por el fatídico general Francisco Franco contra la República, ostentaba el grado de teniente coronel del Ejército Popular Español.

«A pesar de su formación guerrera, lo caracterizaba la dulzura, hablaba muy bajito, siempre muy cariñoso; jamás gritaba, ni al dar una orden a sus subordinados. De no ser por el uniforme, nadie pensaría que se trataba de un curtido estratega de dos grandes contiendas bélicas, porque Paco también combatió en la URSS, durante la Gran Guerra Patria».

—Sofía, ¿compartieron ustedes familiarmente con Fidel?

—Relativamente, porque trabajábamos intensamente, a veces hasta 15 horas diarias. Algunos domingos, de pesquería, en la playa de Santa María, con la familia, como si fuera un bañista más. Recuerdo que Paco hacía unas tortillas españolas, a la catalana, con papas y aceite, que Fidel estimaba deliciosas, únicas. Todo muy sencillo, comíamos debajo de los pinos, a veces el propio alimento del mar, recién capturado durante una pesquería previa.

«Fidel es un magnífico anfitrión, incansable narrador de anécdotas, junto a él no existe espacio para el aburrimiento. Posee una energía extraordinaria, creo que de él emana cierto fluido vigorizante. Hay que verlo reír a carcajadas, a veces hasta de sus propias maldades. Durante aquellas excursiones lo disfrutábamos mucho, igual que a Raúl. Con Guevara nos relacionábamos de igual modo, pero el Che era más parco y sobrio».

—¿Cree de verdad que Paco se parecía al padre de Fidel?

—Yo pienso que esa fue una galantería de su parte, para distinguirlo entre unos diez españoles que integraban este grupo de militares de academia llegado a Cuba como asesores. Lo cierto: Paco y Fidel establecieron muy buenos lazos, tal vez por esa forma de tratar con la gente que tenía mi marido que, aunque nada bien parecido, poseía unos ojos azules magnéticos, preciosos, incapaces de reflejar ira, odio u otro sentimiento parecido.

«Tampoco a él le escaseaban los cuentos, hablaba sin parar. Además, compartían el gusto por el ejercicio físico. A pesar de su complexión, Paco se mostraba muy liviano. Esa prontitud fue la que le permitió abordar, en solo segundos, el último barco que, perdida la República española, se separaba rápidamente del muelle, proa a Inglaterra, atestado de emigrados, niños, jóvenes, viejos, hombres, mujeres, soldados, milicianos».

—¿Volvió Paco a España?

—Después que murió Franco y legalizaron el Partido Comunista Español, en 1977, hasta el 8 de abril de 1985, cuando enfermó. La Orden Playa Girón se la dieron en el hospital. Hasta el Centro de Investigaciones Médico-Quirúrgicas (CIMEQ) fueron Fidel y Raúl. Quería morir en Cuba y aquí murió, el 30 de noviembre de 1986. Está enterrado en el panteón de las FAR.

Llevó a las FAR la organización y la estrategia militar modernas

En su despacho de la Oficina de Historia del II Frente Oriental Frank País, en el reparto Kolly, en Ciudad Habana, nos recibe el comandante Belarmino Castilla Mas —fallecido recientemente— para hablarnos del Comandante Angelito, con quien estrecha relaciones en el Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

«Yo lo veo como ese hombre excepcional que llevó a las FAR la organización y la estrategia militar modernas. Él tuvo la virtud de enseñarnos el camino, los primeros pasos en aquella gran tarea, en aquella importante empresa que fue la creación y organización de las fuerzas armadas de nuevo tipo.

«Angelito fue uno de los que más se destacó, por su experiencia, por su brillantez, por sus conocimientos, por su lealtad permanente a la causa revolucionaria, por la identificación tan estrecha lograda entre nuestros principales jefes, incluidos los compañeros Fidel y Raúl. Y a todo ello contribuyó grandemente su calidad como ser humano, su gran cultura general y militar, y su ferviente amor a las causas de la clase obrera y, específicamente, a la de nuestra Revolución cubana».

—¿Por qué piensa que los soviéticos lo escogieron cuando Cuba les pidió asesoramiento military?

—Porque reunía todas las condiciones, incluso, hablaba la misma lengua materna.

—¿La misión en concreto?

—Ya tenían lugar las primeras medidas que apuntaban el carácter socialista del proceso revolucionario, y el enemigo imperialista amenazaba con una invasión. Nuestro ejército, nacido con el desembarco del «Granma» y forjado en la lucha guerrillera, carecía de conocimientos militares profesionales. En concreto: requeríamos asesoramiento para formar grandes unidades regulares y sus estados mayores, ejército, divisiones, defensa antiaérea, marina de guerra, centros de dirección, capacitación del personal capaz de asimilar la nueva técnica combativa. Y fueron estos compañeros, veteranos, los primeros que nos ayudaron.

—¿Y en la Lucha Contra Bandidos (LCB)?

—Junto con el Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, Angelito funda el Ejército Central. Aquí su labor no se limitó solo a la instrucción y asesoramiento. En el Escambray trazó y tomó parte en varias acciones, hasta que cae herido en combate. La bala se le incrustó en un pie, cojeó durante bastante tiempo.

—También cumplió misiones en el exterior...

—Cumplió varias misiones, entre ellas en Argelia, cuando el referendo con Marruecos, y en Vietnam. El estilo de la guerra en este último país nos resultaba vital, un objetivo estratégico, una escuela que hoy podemos resumir en el concepto de Guerra de todo el Pueblo.

—¿Verdad que Fidel lo estimaba con preferencia?

—Tal vez. Fidel siempre ha estudiado profundamente las grandes campañas y contiendas bélicas en el curso de la humanidad, siente admiración por los hombres que se revelan como grandes estrategas...

—Y Angelito lo era, ¿cierto?

—Ante todo, fue un maestro que no se limitó a la teoría, que supo compartir sacrificios y riesgos, consecuente con el internacionalismo proletario, gente sencilla, modesta, de sentimientos fraternales, de elevado prestigio. Un hombre que no vaciló en ningún momento para trasladarse nuevamente a su patria a continuar luchando por su pueblo desde las filas del Partido Comunista Español, a cuyo Comité Central pertenecía. Solamente una cruel enfermedad, cuando ya físicamente le era imposible continuar, y la persistencia del propio Comandante en Jefe, pudieron hacerlo regresar a Cuba.

—¿Con cuál de los nombres se le recuerda más?

—No importan los nombres. Un hombre puede llamarse de cualquier manera, en este caso Francisco Ciutat de Miguel, el verdadero; Pavel Pablovich Stepanov, su patronímico ruso, o Ángel Martínez Riosola. Al Comandante Angelito, se le recordará siempre por su obra, por su amistad y lealtad al Comandante en Jefe y a las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

Reproducido de eltimbeque.com

3 de marzo de 2015

Limpiar la sangre de La Cabaña

Limpiar la sangre de La Cabaña

Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, CUBANET - Hace días terminó en la Fortaleza de La Cabaña la XXIV Feria Internacional del Libro, donde fueron fusilados cientos de cubanos a partir de 1959. El lugar menos idóneo para comerciar libros, de difícil acceso, donde hay que caminar un kilómetro para entrar a él y con una terrible historia de muerte.

En cambio, por los años cincuenta del siglo pasado, las Ferias del Libro se celebraban a lo largo del Paseo del Prado. Eran verdaderas Ferias del Libro, en las que participaban todas las editoriales del país, las librerías particulares y cualquier ciudadano que quisiera vender sus propios libros. Allí compré Mi vida, de Adolfo Hitler y La nueva clase, de Milován Djilas.

Son muchos los ex presos políticos que han escrito sobre lo que ocurrió en La Cabaña, cuando era prisión particular de Fidel Castro. Sus libros están prohibidos en Cuba, prueba irrefutable de cómo el régimen viola la libertad de expresión. En las ferias sólo se venden los títulos que el régimen aprueba.

Ni siquiera los más renombrados y traducidos a numerosos idiomas: Contra toda esperanza, de Armando Valladares, Veinte años y cuarenta días, de Jorge Valls, Rehenes de Castro, de Ernesto Díaz Rodríguez y Cómo llegó la noche, de Huber Matos, se han vendido en ninguna de las veinticuatro ferias organizadas por la dictadura castrista.

Sus autores, fundamentales para conocer la verdadera génesis de la tiranía castrista, narran cómo fue que pudieron sobrevivir en los calabozos subterráneos de La Cabaña.

El poeta Jorge Valls estuvo preso allí a partir de 1964. Todos dormían amontonados en el piso, sobre trozos de cartón, cerca de un túnel horadado en el grueso muro, con mucha humedad. La entrada estaba cerrada con una gruesa puerta de acero. La misma noche que llegó fusilaron a su mejor amigo.

«La prisión –escribió- es el único territorio libre de Cuba, donde ya no podías temerle al arresto policial. Podían ejecutarte, pero estábamos acostumbrados a la idea de la muerte».

Huber Matos llegó a La Cabaña el 29 de mayo de 1966, junto a 160 presos plantados. «Nos hacen requisa con violencia -escribe-, nos despojan de las fotos familiares, las rompen, las tiran al suelo, las pisotean. Duele más que los golpes físicos».

El Comandante Matos sobrevive en una celda de castigo construida en los tiempos coloniales, un hueco oscuro sin cama, sucio, lleno de ratones y cucarachas. Cuando suena el cañonazo, duerme en el piso, los zapatos de almohada. Pierde la cuenta de los días que lleva sin bañarse. Eran miles de presos plantados en todo el país. Pero el pueblo no tenía cómo saberlo. Los medios de prensa eran propiedad estatal y la prensa extranjera dejó de venderse en los estanquillos del país en 1959. Ernesto Díaz Rodríguez todo lo cuenta en detalles: las golpizas, el hambre, los fusilamientos, el hacinamiento de La Cabaña, donde cada galera albergaba un promedio 280 ó 300 prisioneros, todos sin ropa, cuando su capacidad era apenas de 60. La población penal era de 3 mil 500 presos políticos durante la primera mitad de la década del sesenta. Muchos estaban enfermos, o eran ancianos del Ejército de Batista que cumplían condenadas de 20 y 30 años. Allí, «se fusilaba a todo el que se opusiera a la Revolución», como respondió en 1961 el Che Guevara a periodistas de la ONU.

El 26 de julio de 1972, visité, con mi hijo que entonces tenía diez años de edad, a los presos plantados de La Cabaña. El quería ver a su padre, Guillermo Rivas Porta, condenado a 30 años por razones aún no aclaradas, quien cumplió 22 en prisión y murió en el exilio en 1999.

El recuerdo de aquel lugar es demasiado doloroso para mí. Nunca pude borrar de mi mente aquel espectáculo tan desgarrador. Ese día descubrí, sin duda alguna, la verdadera naturaleza de Fidel Castro: monstruosa, vengativa, perversa y cruel.Si les preguntáramos a los ex presos políticos plantados que quedan vivos en el exilio, por qué una fiesta de libros se realiza en ese lugar, responderán:

Ni un millón de ferias limpiarán de sangre las paredes de La Cabaña.

Naty Revuelta, la amante burguesa de Fidel Castro

Naty Revuelta,
la amante burguesa de Fidel Castro
Carmen Muñoz
abc.es

Natalia Revuelta Clews, conocida como Naty, era una bella burguesa con inquietudes sociales a la que la dictadura de Fulgencio Batista volvió radical. Militante delPartido Ortodoxo cubano y uno de los miembros fundadores del Movimiento 26 de Julio, fue notoria por su relación extramatrimonial con Fidel Castro,  de la que nació Alina Fernández, la hija “rebelde”   del dictador cubano.

Nació en La Habana el 6 de diciembre de 1925, hija de un emigrante español y una cubana. Tras estudiar en centros laicos y católicos en Cuba y Estados Unidos, se licenció en Lengua y Literatura Francesa en 1978, según Efe. Trabajó en la compañía Esso Standard Oil y, tras el triunfo de la revolución en 1959, en diversos organismos oficiales. Desde el Instituto Nacional de la Reforma Agraria (Inra) al Ministerio de Comercio Exterior, donde se jubiló en 1980.

Naty Revuelta murió el pasado sábado en La Habana, a los 89 años, víctima de un enfisema pulmonar, confirmaron a la página web “CaféFuerte” fuentes próximas a su familia. La examante del anciano líder de la revolución cubana que había ingresado en un hospital a mediados de semana, pidió que la incinerasen y lanzaran sus cenizas al mar. El año pasado sufrió un problema cardiovascular, del que al parecer se recuperó y pudo reanudar la rutina diaria en su casa del Nuevo Vedado. Su enfermedad facilito el pasado agosto el regreso a la isla de Alina, de 58 años, que había huido de Cuba en 1993 disfrazada de turista y con un pasaporte español falso. La única mujer de los nueve hijos conocidos de Castro estaba con su madre en el momento de su muerte, señalaron las mismas fuentes.

El golpe de Estado de Fulgencio Batista, el 10 de marzo de 1952, fue decisivo para que Revuelta, una joven burguesa casada con un reconocido cardiólogo, se convirtiera en activista política. La casa del matrimonio formado por Naty Revuelta y Orlando Fernández se convirtió en centro de conspiración, donde se fraguó el asalto al cuartel Moncada del 26 de julio de 1953  y el movimiento clandestino que tomó su nombre de esa fecha.

Alina Fernández escribió en ABC que su madre contribuyó a la causa con «gestiones, dinero y contactos. Había pasado de ser un burguesa con inquietudes sociales al estatus de radical». Naty quedó encargada de distribuir los manifiestos del Movimiento 26 de Julio en La Habana mientras los jóvenes del Partido Ortodoxo, al mando de Fidel Castro, asaltaban el Moncada en Santiago de Cuba. Tras el frustrado ataque, Castro ingresó en la cárcel de la isla de Pinos.

El 21 de febrero de 1997, ABC publicó en primicia mundial seis de las cartas  que el futuro dictador envió a Naty Revuelta, escritas desde su celda durante los años 1953 y 1954, que retrataban a un Fidel inédito. En ellas le hablaba de libros y revoluciones, de amor y nostalgia.

Las cartas iban acompañadas de un artículo de Alina Fernández Revuelta, en el que relataba el comienzo del romance: «Pensando en la madre del convicto, le hizo llegar una nota anónima de solidaridad. La madre se la mostraría al hijo en una de las visitas a la cárcel. Fidel reconoció la letra de Naty y le respondió. Fue así como empezó una correspondencia que poco a poco se fue convirtiendo en amistad amorosa. Fidel salió de la cárcel gracias a una amnistía y con la condición de abandonar la isla. Una corta estancia en La Habana le acercó nuevamente a Naty Revuelta. De esa unión nací yo en 1956, y el esposo de Naty me reconoció como suya». Pero Naty y Orlando se divorciaron. El médico se marchó a Estados Unidos en 1961 con su hija Natalie y Alina se quedó con su madre en Cuba.  

A diferencia de Alina Fernández –que describió a su padre como un hombre «cruel»–, Naty Revuelta se mantuvo fiel a Fidel Castro y al régimen cubano hasta el final de sus días. A principios de siglo aseguró en una entrevista que a quien fue su amante, de 88 años, «tardé muchos años en sacarlo del corazón para tenerlo solo en la cabeza».