28 de marzo de 2018

¡QUÉ CARA DE TORRIJA TIENES!


¡Qué cara de torrija tienes!




La torrija es un dulce  de origen europeo​ de larga tradición que España y Portugal se encargaron de difundir en América. Cada país  de Europa tiene   su propia versión de la torrija tradicional.

En Francia llaman a su versión el pan perdu, o sea, el pan perdido En Gran Bretaña y Alemania las denominan algo parecido: poor knights of Windsor, y Arme Ritter respectivamente. Los portugueses las conocen como rabanadas, aunque son mas un dulce típico de Navidad. Los norteamericanos a las torrijas las llaman french toast, los suizos las denominan  fotzelschnitten y los austríacos pofesen. En Hungría son bundás kenyér, y wentelteeijfe en los Países Bajos.

De las torrijas ya se hablaba en la época de los romanos. Recetas del siglo I d.C., escritas por el gastrónomo romano Marcus Gavius Apicius, ya mencionaban un dulce muy similar a las torrijas, pero sin darles ese nombre.

En España, la torrija o torreja aparece ya documentada en el siglo XV, citada por Juan de Encina:   «miel y muchos huevos para hacer torrejas». Las primeras recetas escritas se remontan al “Libro de Cozina” de Domingo Hernández de Maceras (1607) y “Arte de cozina, pastelería, vizcochería y conservería” de Francisco Martínez Motillo (1611).  Las torrijas parecidas a las que hoy conocemos tienen su origen en el siglo XV y nacen como una costumbre muy alejada de la celebración de la Semana Santa.

Siempre se asociaron a tiempos difíciles y estrecheces económicas, en los que disponer de un elemento barato y asequible como los restos del pan, permitían poder comer   algún dulce de vez en cuando sin gastar mucho.

Estos dulces, elaborados a base de pan duro, huevos, azúcar, leche o vino, comenzaron a prepararse para aliviar a las parturientas al dar a luz y favorecer su recuperación posterior al parto allá por los años 1600. Al principio se preparaban con rebanadas de pan de pequeño tamaño y se servían acompañadas de una copita de vino.

Aunque siguen comiéndose durante todo el año, ¿cómo llegaron a ser un dulce de Cuaresma y Semana Santa? Porque se han instalado como postre típico en esas fechas, y lo cierto es que al ser un alimento calórico portador de energía, comenzaron a incluirse en la Cuaresma para compensar los días de abstinencia de algunos alimentos.

Consiste en una rebanada de pan  (habitualmente de varios días) que es empapada en leche o vino y, tras ser rebozada en huevo,  se fríe   en una  sartén  con aceite.  Se endulza con miel, melaza o azúcar y es aromatizada con canela. Hoy en día en las pastelerías se encargan de disfrazar la torrija original con los mas variados aditamentos que pueden ir desde zanahorias, fresas, crema pastelera, chocolate….

 ¡Ah!, En España la torrija tiene también un sentido popular insospechado. ¿Qué tal si alguien te dice “’¡Qué cara de torrija tienes!”? Por si acaso te lo dicen, te conviene saberlo: te han dicho que tienes cara de borracho.    




PLEGARIA A DIOS


Plegaria a Dios

Diego Gabriel de la Concepción Valdés,

Plácido

 

Marlene Maria Perez Mateo

                                                    Plegaria a Dios

                               Ser de inmensa bondad, Dios poderoso,
                               a vos acudo en mi dolor vehemente;
                               Extened vuestro brazo omnipotente,
                               rasgad de la calumnia el velo odioso
                               y arrancad este sello ignominioso
                              con que el mundo manchar quiere mi frente. 
 
                              Rey de los reyes. Dios de mis abuelos,
                              vos solo sois mi defensor, Dios mio:
                              todo lo puede quien al mar sombrío
                              olas y peces dio , luz a los cielos,
                              fuego al sol, giro al aire, al Norte hielos,
                             vida a las plantas , movimiento al río.

                             Todo lo podéis vos, todo fenece
                             o se reanima a vuestra voz sagrada
                             fuera de vos,Señor, el todo es nada
                            que en la insondable eternidad perece,
                            y aun esa misma nada os obedece
                            pues de ella fue la humanidad creada.

                           Yo no os puedo engañar Dios de clemencia;
                           y pues vuestra eternal sabiduría
                           ve al través de mi cuerpo el alma mía
                           cual del aire a la clara transparencia.
                           estorbad que humillada la inocencia
                           bata sus palmas la calumnia impía.

                           Mas si cuadra a tu suma omnipotencia
                          que yo perezca cual malvado impío
                           y que los hombres mi cadáver frío
                           ultrajen con maligna complacencia,
                           suene tu voz y acabe mi existencia:
                           cúmplase en mi tu voluntad, Dios mio.  


               Es Plácido el poeta de mayor aceptación popular  entre los escritores  cubanos siglo XIX, “siglo cubano” por antonomasia. Este sitial de honor le cabe al joven matancero por razones que huelgan. Pese a la poca instrucción formal por el alcanzada y la pobreza, constante en su vida; fue Plácido un ser dotado por Dios de una sensibilidad poco común; y un carisma personal y literario acucioso.
             
               El infortunio marco su vida desde su nacimiento acaecido el 18 de marzo de 1809. Su madre fue Concepción Vazquez bailarina flocklorica española natural de Burgos y su padre el negro libre cubano Diego Ferrer Matoso artesano peinetero. Fue dejado por su progenitora en la Casa de Beneficencia para huérfanos a los días de nacido, por lo cual siempre acompaño su nombre con el apellido Valdés, era un dolor imborrable. Vivió su infancia entre las ciudades de La Habana y Matanzas; con su padre y abuela paterna; aprendiendo oficios , malamente instruyéndose; y pasando penurias. Se vio obligado a dejar a un lado las clases por razones financieras. Fue: carpintero, aprendiz de tipógrafo (donde entra en contacto con el mundo poético), peinetero, orfebre, versificador e improvisador por encargo y animador de fiestas. De tan rocambolezca existencia lo sustrajo un tanto el ganar un certamen literario convocado a la sazón. Conoció a José María Heredia, una autoridad entonces y ahora de la lírica cubana. Una epidemia de cólera morbo le arrebato la vida a su primer amor, posteriormente contrajo matrimonio en dos ocasiones. A su pluma debemos obras tales como Jicotencal,  Flor de café,  Al Yumurí,  Mi casa, Recuerdos, entre otras.

                  “Plegaria a Dios”, poema razón de estas lineas en esta Semana de Pascua, fueron los últimos versos de Plácido o “El peregrino”, seudónimo que tanto le gustaba. Desde 1840 fue victima del asedio, por parte de algunos envidiosos que fungían de autoridades por entonces. Cuatro años después fue injustamente culpado de pertenecer a la falsamente conocida Conspiración de la Escalera, siendo por ello encarcelado y condenado a muerte. En la Capilla del penal escribió un poema a su madre y Plegaria a  Dios, dos obras muy poderosas, desgarradora y decisivas; por las tensas circunstanciasen el momento de ver la luz. No por ello renunciando a valores líricos de alta tesitura, y de una ética incomiable. 

                 Plácido fue iniciador del criollismo y siboneyismo en la lírica cubana. Lezama Lima le describió muy bien: “... capturo el verdadero espíritu cubano en sus versos...”.

Fecha 25 de Marzo del 2018, para el Martes Santo del 2018

26 de marzo de 2018

NO ME MUEVE SEÑOR PARA QUERERTE


No me mueve
o Soneto a Cristo  crucificado

 Marlene María Perez Mateo

 
Cristo crucificado a San Juan de la Cruz
Dalvador Dalí


                                   No me mueve, mi Dios, para quererte
                                   el Cielo que me tienes prometido
                                   ni me mueve el Infierno tan temido
                                   para dejar por eso de ofenderte.

                                   Tú me mueves, Señor. Múeveme el verte
                                   clavado en una cruz  y escarnecido;
                                   múeveme el ver tu cuerpo tan herido,
                                   múeveme tus afrentas, y tu muerte.    

                                   Múeveme, en fin, tu amor, y en tal manera
                                   que, aunque no viera Cielo, yo te amara  
                                    y, aunque no hubiera Infierno, te temiera. 

                                   No me tienes que dar porque te quiera,
                                   pues, aunque lo que espero no esperara,
                                   lo mismo que te quiero te quisiera.    


                       El soneto “A Cristo crucificado” mas reconocido comúnmente como el soneto “No me mueve” es una de esas obras del arte de la que se pudiera decir por haberlo expresado todo,  es difícil adicionar algo.  Sin dudas esta joya del misticismo cristiano es para muchos la mejor poesía de la segunda mitad del siglo XVI donde rivalizaba con  obras de excelente calidad de muy notables escritores.

                           La obra explica bellamente en sus catorce versos endecasílabos la mas alta meta del ideal cristiano, la motivación al supremo bien sin  espera de recompensas o retribución. Una fe cristocentrica por excelencia. Existe una composición predecesora en la pluma del  místico musulmán  Abu Bark Muhamadd ibn Arabi (1164-1240) de similar factura.
                                                                        

                  Fue Menedez Paleyo en su colección selecta de poemas el mayor responsable de la  difusión de esta obra  hacia 1906. La autoría del poema ha sido muy discutida. Juan de la Cruz, Teresa de Avila, Lope de Vega, Ignacio de Loyola, Francisco Javier, Juan de Avila, Antonio Panes por solo mencionar algunos han tenido el privilegio de ser contados como posibles escritores del citado soneto. En este momento se  apunta como el mejor candidato, aunque 

aun discutido, al agustino mexicano Fray Miguel de Guevara. Un hijo de la llamada por entonces Nueva España, y familiar del conquistador Hernan Cortes; políglota en lenguas indo-americanas y amplio conocedor de la doctrina católica. Según reza en sus múltiples manuscritos trato de consolidar y armonizar sus dos mayores campos del conocimiento ya mencionados. No pocas veces escribió en prosa las ideas gestoras de su archiconocida poesía; paradojicamente es donde su nombre menos se reconoce. 
  
                      “No me mueve” es decir “No me motiva”es una excelente motivación muy   a tono con la Semana Mayor del año que ahora vivimos, y también para antes y después de ella. Enhorabuena a Fray Guevara por tal gema plantada  en los albores de la historia de este lado de la “Mar océano”

25 de marzo del 2018, para el Lunes Santo de 2018


25 de marzo de 2018

¿QUÉ TENGO YO QUE MI AMISTAD PROCURAS?



¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?

 Marlene María Pérez Mateo

 Conocí del Soneto XVIII de las “Rimas Sacras”  escritas hacia 1644 por Lope de Vega Carpio hace relativamente poco, en la voz autorizada y emotiva de la actriz  Naty Mistral.
      
 Sabida es  la gran elocuencia poética del “Fénix” de las letras hispanas; es muy difícil sustraerse, pues su buena pluma  supo versificar de tal manera  y buen modo dando luz unos tres mil sonetos y otro buen número de otras formas estróficas. La cantidad es asombrosa, pero la calidad no lo es menos.

 “Que tengo yo que mi amistad procuras”  ocupa el lugar dieciséis en una de las publicaciones poéticas donde el autor se debate entre sus propias experiencias personales y su aspiración, su meta dentro de su  cosmovisión ética y religiosa.

Tal es la distribución de las sílabas y la cadencia  fonética. La obra dibujada en imágenes que llega a dar la sensación casi idílica, debido a un fraseo natural y fluido; supuestamente fácil, por parte del autor.

El poema está escrito en primera persona: el autor, y segunda es Cristo. Un Jesús obstinado  en espera de la conversión interna por parte del ser humano. Una conversión aplazada, incómoda  y de difícil aceptación bajo la intercepción de un tercero “un ángel” increpante y paciente.

Sirvan estas líneas de elogio a tan bella obra en homenaje póstumo a la que a ella me acerco, la Señora Mistral.     


                                            Rimas Sacras

                                            Lope de Vega Carpio
                                                 Soneto XVIII

                           ¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
                           ¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
                            que a mi puerta, cubierta de rocío,
                            pasas las noches del invierno oscuras?

                             ¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
                             pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío
                             si de mi ingratitud el hielo frío
                             secó las llagas de tus plantas puras!
                          
                             ¡Cuántas veces el ángel me decía:
                             «Alma asómate ahora a la ventana;
                              verás cuánto amor llamar porfía».

                              ¡Y cuántas, hermosura soberana,
                              «Mañana le abriremos» respondía
                               para lo mismo responder mañana!
 
Septiembre 8 del 2017
Festividad de la Virgen de la Caridad del Cobre
Para la Semana Santa del 2018