Sanguily,
¡sácame de estas ruinas!
Liliane
Ruiz LA HABANA, Cuba, www.cubanet.org.-
En medio de las ruinas, las personas que viven en Tulipán 216 (El Cerro), están
convencidas de habitar la misma casa donde vivió Manuel Sanguily.
“Aquí
vivió Sanguily. En la terraza tomó café con Maceo”, se les escucha decir,
emocionados.”
Más
allá del mito o la verdad, la casa se cae a pedazos con sus
moradores dentro.
Leonila
Mirtha Cruz tiene 61 años de edad y fue a vivir a la casa con 3 años. “Mi
abuela era la que cobraba los alquileres de los cuartos.” Los ojos se le
encienden cuando dice: “Yo sí sé la historia de esta casa.”
Cuando
llueve, sale del cuarto al que ha quedado reducida su propiedad y se cobija con
un nylon bajo el alero de la casa de enfrente −cruzando la calle−, hasta que
pasa la lluvia.
Si
no es mucha agua, arrincona la cama a la puerta de entrada de la habitación,
donde todavía queda un pedazo de techo sano y ahí se queda dormida escuchando
el sonido de las piedras caer en el falso techo. “Adonde único no se moja es en
ese pedacito.”
Cruz
explica la razón de la caída de los fragmentos del techo:
“Lo
que yo tengo allá arriba es una arboleda. Una Yagruma, un árbol de Paraíso y
otro de Capulí. Las raíces crecen por la noche”.
Atravesando
el techo y las paredes de adobe, cuelgan las raíces. Por más que resulte
extravagante para la percepción, el crecimiento vegetal de la casa, que
conserva la majestuosidad del siglo XIX, contiene la ruta precisa de su final.
Patrimonio
inhabitable
Por
el peligro inminente de derrumbe, la casa tiene orden de demolición, pero las
autoridades no han ofrecido más salida que el desalojo.
Cruz
cuenta que, hace años, a algunas familias que habitaban los cuartos de la vieja
mansión “les dieron casa”. Pero la mala suerte de no haber estado en esa lista
se la achaca al hecho de estar sola. Los hijos de Cruz se fueron como balseros
en 1994 y no ha vuelto a saber de ellos. “Se fueron porque no podían más”,
asegura.
Según
su relato, la casa iba a ser declarada como un bien patrimonial en 1979. En esa
ocasión, les dijeron que el inmueble no se podía tocar.
“Yo
me conformo con un cuartico chiquitico así”, dice mientras junta las yemas del
índice y el pulgar. Y agrega: “A veces me digo que es preferible vivir en
un cuarto de cartón, porque tienes menos peligro. Viviendo aquí, una piedra te
cae arriba, y te mata. Cuando el muerto no tiene dolientes, es peor”.
Como
para salir de la tristeza en que ha quedado sumida por un momento, Cruz expresa
con cierta picardía: “Sanguily, sácame de aquí, por favor. Búscame un cuarto
bueno”.
“Un
ataúd es más barato”
En
otro cuarto de la casa convive una familia compuesta por 3 generaciones. Los
niños, de 10 y 11 años, nacieron ahí. Cuando se les derrumbó la cubierta,
levantaron una casita de tabla y tejas de fibrocen dentro de la habitación.
Los
dos niños asisten a la escuela. La tendedera con ropa limpia y unos cacharros
de cocina, otorgan un toque hogareño que habla de humanidad, lo que resiste la
miseria.
El
abuelo de los niños pretende arreglar una silla enderezando puntillas con un
cuchillo de mesa. Rompe el silencio: “Hemos pedido ayuda para arreglar la
casa, pero parece que un ataúd es más barato”.
Señala
la calle: “Por ahí han pasado los jefes, el de Vivienda y el de Sector
(policial). Dicen que van a derrumbar, pero sin decirle a la gente adonde las
van a llevar”. Concluye con tristeza: “Esto está abandonado y nos tratan como
si fuéramos animales”.
Tulipán
14
Según
datos históricos, en la casa de Tulipán 14, Manuel Sanguily recibió a Maceo en
su visita a la Habana. Ambos habían luchado en la Guerra de los 10 Años.
En
la pausa anterior a la Guerra del 95, específicamente en 1889, se organizaron
tertulias en dicha casa, donde los patriotas discutían el futuro de Cuba.
Sanguily era considerado por Maceo como la figura ejemplar de la democracia.
Con
el crecimiento urbanístico, la numeración de la calle Tulipán cambió. Lo que
antes era Tulipán 14, ahora podría ser el 216. Pero ya no se habla de
democracia. Sus moradores se contentan con haber sobrevivido el último
aguacero.