6 de julio de 2016

Origen del título de Príncipe de Asturias

Origen del Título de Príncipe de Asturias

 El 8 de julio de 1388, mediante un Tratado firmado en Bayona, enclavado en la actual Galicia, Juan I de Trastámara, Rey de Castilla, y Juan de Gante, duque de Lancaster, pusieron fin a sus disputas por el trono de Castilla pactando el matrimonio de sus hijos Enrique III de Castilla y Catalina de Lancaster.
 
El matrimonio se celebró  en la Catedral de Palencia y a ambos contrayentes se les otorgó la condición de Príncipes de Asturias, quedando así instaurado el Principado de Asturias y el título que en adelante ostentará el Heredero de la Corona de Castilla y de España.
 
Además, se vinculaban de este modo a la corona una serie de territorios que, debido a su aislamiento, constituían un foco constante de rebelión. En los primeros tiempos de la institución, al Príncipe de Asturias le pertenecía el territorio asturiano como patrimonio y podía nombrar jueces, alcaldes, etc. que gobernaban en su nombre. Esta situación cambió durante el reinado de Isabel La Católica, nieta del primer Príncipe de Asturias, que redujo el título a una condición honorífica correspodiente al heredero de la Corona.

5 de julio de 2016

Cuba: algunos cambios deseables pero, ¿esperables?


Cuba: Algunos cambios deseables
pero, ¿esperables?

Alejandro Rodríguez

Cuando empezaron los cambios –que parece que fue ayer por el largo inmovilismo-, pero que ya se acerca la primera década de “actualización” y el gobierno decidió que todo se haría siguiendo unos Lineamientos, los jodedores de siempre no tardaron en descomponer y chotear la palabra para darle un sentido menos solemne a la cosa:

-     ¿Sabes qué significa lineamiento?
-     ¿Qué?
-     Pues que primero te meto una línea y luego te miento.

El chiste estará un tilín pesado, pero trasluce el recelo que muchos tuvieron desde el principio. La interpretación mas directa, sin embargo, es posible hallarla en este otro que trata sobre un supuesto “saco de lineamientos”.

-     ¡Alto ahí, ciudadano! ¿Qué trae usted allí en ese saco tan sospechoso?
-     Normal, agente. Aquí traigo Lineamientos.
-     ¿Cómo que Lineamientos? ¿Qué falta de respeto es esa? A ver, abra ahí eso ahora mismo… ¡Pero aquí lo que hay son cangrejos, ¡mercancía illegal!
-     No, agente, de verdad le juro que son Lineamientos; mire: una muela, otra muela mas grande todavía, poca carne, y ¡déjalos sueltos pa´ que veas cómo van pa´trá y pa´ trá..!

Con esto intento ilustrar que en lo mas genuino de nuestras bases proletarias nunca coló del todo, ni creo que cuele ahora, la cafetera que nos anima todos los días en Granma a confiar como enamorados en un programa de desarrollo común que, por no ser, no es siquiera suficientemente público.

Voy a confesar que alguna vez sí me dejaron boquiabierto: nunca pensé, por ejemplo, que se relajaría la política migratoria así de pronto; y aunque luego se dieran pasos de Lineamientos…, o sea de cangrejo, con la restauración del permiso de salida para los profesionales de la salud, sin dudas se trató de una apertura auténtica, como mismo fue la oportunidad masiva al trabajo por cuenta propia.

Ambos constituyen cambios profundos con impacto significativo en la vida socioeconómica del país. Cambios, además, que suenan irreversibles  porque cuesta imaginar un repliegue forzado a estas alturas en que al menos medio millón de cubanos se han adaptado a vivir en libertad laboral.

En el colmo de la autoconmiseración hay quien ha dicho “si se arrepienten y se deciden a dar marcha atrás no habrá revolución social ni un carajo..”, pero no comparto esta hipótesis. El camino de seguir “actualizando” cosas, aun a velocidad de góndola de Venecia, o a niveles subjetivos, como es bajarle el precio al orégano en polvo… ¿? me parece la suposición correcta.

Lo preocupante es entonces que en la línea del cambio no aparezcan esbozados muchos de los problemas que mas machacan a la gente.

El transporte es uno de ellos. Han pasado casi diez años desde que los medios oficiales anunciaran la recuperación del ferrocarril con la importación de equipos de China y la reparación de las vías principales. Por ahí están las noticias entusiastas que llenaron planas durante todo el 2007.

Con ello contrasta ahora no solo la ausencia de la cacareada recuperación, sino también de un programa concreto que se proponga hacer del transporte ferroviario cubano algo mas que una fuente diarreas, cosas pegajosas, cucarachas alemanas y cuentos de horror y desesperación.

Si alguien quisiera una estampa de la Cuba que no se ve desde el malecón, sin pensarlo dos veces deberíamos mandarlo en el tren regular hasta Santiago de Cuba.

Yo hubiese querido también (y díganme hambriento, que no me duele), un lineamiento específico que prometiera la normalización del comercio de carne de res en Cuba. Aunque fuera demagogia, a uno le hubiera gustado leer que en “X” cantidad de años ya los campesinos podrían disponer de sus animales en calidad de dueños verdaderos, y que quedaría  atrás esa peculiaridad restrictiva, ridícula, seminorcoreana y única en toda la Vía Láctea.

Además, si hay párrafos enteros que hablan de campos de golf, una cosa que en Cuba solo le importa al 0,0001% de la población, ¿por qué no incluir uno sobre la carne de vaca, lo cual sí interesa a todo el mundo  menos al 0,0001% anterior que solo come vegetales importados de las praderas de Escocia.

La última vez que miré en una tienda, de reojo –porque si miro directo pierdo el equilibrio- un kilogramo de carne de res de primera calidad costaba 14 CUC, y las de segunda y tercera no bajaban de los 7. Eso significa que aun rebajándole el 50% a esos precios, cosa que seguramente no pasará en este siglo, seguirán estando muy por encima de la capacidad de compra del cubano común, igual que lo está el internet   de 2 CUC por hora tras la rebaja del 50% del precio anterior.

Otro asunto que brilla por su ausencia es el referente a la emigración juvenil y de profesionales: sería lindo que hubiese al menos un plan orientado por lo claro a evitar que se vayan los millones que se quieren ir y que regresen los que ya se fueron.

Me quedan aproximadamente 500 cambios deseables, incluyendo un amparo legal a las libertades de expresión y asociación que nos coloque al fin en la zona de los países civilizados, pero con esto ya los atormentaré otro día.

Reproducido de alejo3399.wordpress.com

4 de julio de 2016

4 de Julio: God bless America


Aloja, el refresco de la Villa y Corte de Madrid


La Aloja, el refresco
de la Villa y Corte de Madrid

Acabamos de quitar el envoltorio al séptimo mes del año, un periodo que por lo general en Madrid es sinónimo de muy altas temperaturas. Reconozco que de mi vida en Madrid, su asfixiante calor era lo que peor llevaba de todo. Quizás para combatirlo me hubiese venido bien tomar los primeros refrescos que se consumieron en la ciudad.

Como digo, durante los meses de julio y agosto, Madrid se hace especialmente duro por ese calor que sale rebotado de su suelo y que a la vez azota desde las alturas. La ciudad se convierte en una gigante barbacoa en la que es complicado salir a la calle a según que horas. Para llevar esta convivencia de la mejor manera posible echamos mano de muchos líquidos que almacenamos en nuestras neveras pero ¿cómo combatían este calor antiguamente?

En la actualidad es fácil entrar a cualquier comercio y comprar una bebida bien fría de entre las múltiples opciones que disponemos. Antiguamente no existían estos refrescos con gas pero sí otros igual de efectivos. La primera receta de todas que hubo en la Villa y Corte para sofocar los calores fue la aloja, una bebida compuesta de agua, miel y especias que se tomaba muy fría. Antes de que los refrescos con gas invadiesen nuestras vidas, en Madrid ya tenían sus propios remedios.De hecho, hasta mediados del Siglo XIX hubo en Madrid numerosas alojerías, donde se despachaba esta bebida, sin alcohol, que resultó la precursora de una larga lista. 
 
Estos establecimientos tenían en la puerta una bandera blanca con una franja roja, distintivo que recordaba a las tiendas de los campamentos cristianos, donde se repartía este brebaje a los soldados con fines curativos. En 1640 se creó el gremio de los alojeros. Como curiosidad, en tiempos de Mariana de Austria (esposa de Felipe IV) en 1647 se consumían en Palacio, cada día, 252 maravedíes de aloja.

Más tarde llegaron las aguas de anís, de hinojo, de romero etc… una evolución en donde posteriormente aparecen bebidas que aún podemos seguir disfrutando como los granizados o las limonadas.

¿Y cómo se hacía para servir estas bebidas bien frías sin frigoríficos ni neveras? Es aquí donde toca mencionar a los denominados Pozos de Nieve, unos lugares en los que se almacenaba la nieve que los neveros traían con sus mulas desde la Sierra de Guadarrama y que se ubicaban en la zona de la Glorieta de Bilbao. De estos curiosos, y fundamentales lugares hablaré más adelante. El fuerte calor de Madrid seguro que me lo recuerda en más de una ocasión a lo largo de todo el verano.

© Manu, secretosdemadrid.es

*Aloja es el nombre dado a diversos tipos de bebida en España, Argentina, Chile, Bolivia y algunos otros países hispanoamericanos.  Dependiendo del lugar del mundo al que se refiera, la aloja puede tener diversas recetas. La etimología de la palabra, pese a que la primera sílaba de la palabra sugiere un origen arábigo, pasó al español desde el griego (λόη (halóé), ξεα (óxia)= áloe agrio) a través de la transcripción latina: aloxia.

3 de julio de 2016

Del dicho al hecho no va mucho trecho -V-


Del dicho al hecho,
no va mucho trecho

 Marlene María Pérez Mateo                       

    La literatura sapiencial saturada de historias, mitos, personajes y sobretodo gran saber es parte de todo pueblo. En el saber popular se crece: “Vox populus, vox Deus”. Es esta sencilla, pero para mi entrañable reseña,  un viaje por su razón y origen en la patria cubana, y en las muchas patrias que a ella dieron origen. “La sabiduría viene llamando por las calles y levanta su voz en las plazas”, nos recuerda un versículo bíblico (Pro 1, 20). Así sea.

V

“Anda como Pedro por su casa”
 

Pedro I, Rey de Aragón
 
       Huesca, localidad española al pie de los Pirineos, hacia el 1096 se encontraba bajo el dominio de enemigo. El Rey Pedro I de Aragón y sus hombres protagonizaron un asedio  hasta lograr su objetivo de poner la ciudad bajo su dominio. Logrado su cometido, el monarca se paseó con mucha altivez e hidalguía por su recién conquistada urbe. Los vecinos le recibieron e hicieron gran reverencia ante la adusta bien-hallada figura del aragonés.

       Al parecer el hecho fue impactante, pues hasta nuestros días llegó el nombre de su protagonista, Pedro, y el sentido de pasearse sin recato como si de su propia estancia y propiedad tratara a los que tienen ese hábito de  comportamiento.