Franz Liszt
Franz Liszt nació el 22 de octubre de 1811, (se cumplen hoy exactamente doscientos años), en el pueblo de Raiding, que en aquel momento pertenecía al Reino de Hungría y hoy en día a la República de Austria. Fue el hijo único de Adam Liszt y María Anna Liszt. Su padre, amante de la música, tocaba piano, violín, violoncelo y guitarra, y trabajaba al servicio de Nicolás II de Esterházy, príncipe húngaro, mecenas de Joseph Haydn y otros notables compositores.
A la edad de seis años Franz Liszt comenzó a mostrar interés por la música; percatado de ello, su padre comenzó a darle lecciones y ya a los ocho años produjo algunas composiciones y llevó a cabo sus primeras actuaciones como concertista. Su padre consiguió que fuera presentado en la corte de los Esterházy como “niño prodigio” y recaudar fondos entre la nobleza para que Franz pudiera estudiar en París.
El 20 de septiembre de 1823 la familia Liszt se trasladó a París. Por el camino, Franz daba conciertos en las principales ciudades que atravesaba, para su sustento y el de su familia. Ya se le consideraba que poseía un talento similar al de Mozart cuando era niño. Tan pronto llegaron a París se personaron en el Conservatorio de la ciudad solicitando que el niño fuera aceptado como estudiante. Sin embargo, no lo aceptaron debido una nueva norma que establecía que sólo se permitía estudiar en el Conservatorio de París a los ciudadanos franceses. Por tanto, Adam Liszt se convirtió en el maestro de piano de su hijo.
Durante unos fatigosos tres años de estudios, viajes y conciertos, Liszt empezó a perder interés por la música y pasaba mucho tiempo en meditaciones religiosas. Sin embargo, fue obligado por su padre a seguir dando conciertos.
Con la muerte de su padre en 1827, la carrera de Liszt como niño prodigio terminó. Años más tarde, el propio compositor tendría una actitud escéptica con respecto a esa etapa de su vida. Si bien había ganado mucho dinero y un nombre destacado, no había tenido oportunidad de desarrollar su educación en general. Suplió esta carencia mediante la lectura intensa. A partir de la década de 1830 comenzó a leer vorazmente y, para el momento de su muerte, en 1886, había adquirido varios miles de libros
Después de la muerte de su padre, Liszt regresó a París y durante los siguientes cinco años vivió con su madre en un pequeño apartamento. Renunció a viajar y, para ganar dinero, comenzó a impartir clases de piano y composición, a menudo desde primeras horas de la mañana hasta la noche. Sus alumnos estaban dispersos por toda la ciudad y tenía que recorrer largas distancias para visitarlos. Debido a ello, en ocasiones el compositor se sentía inseguro y también adquirió el hábito de fumar y beber, hábitos que lo acompañarían durante toda su vida
Al año siguiente, se enamoró de una de sus alumnas, Caroline de Saint-Cricq, la hija del que a la sazón era ministro de comercio de Carlos X, pero éste logró que el romance no fructificara. Liszt volvió a caer enfermo (incluso se llegó a publicar una nota necrológica en un periódico de París) y sufrió un largo periodo de dudas religiosas y pesimismo Por segunda vez declaró su deseo de unirse a la Iglesia Católica pero fue disuadido por su madre
Durante ese periodo, el compositor entabló contacto con muchos de los autores y artistas destacados de la época, incluyendo a Víctor Hugo, Lamartine y Heine. No compuso prácticamente nada en esos años. Tras asistir a un concierto de Niccolo Paganini en 1832, Liszt tomó la determinación de convertirse en un gran virtuoso del piano como lo era Paganini del violín. Pasó años estudiando las posibilidades del piano del mismo modo que Beethoven lo había hecho en su juventud.
En 1833 realizó transcripciones de varias obras de Berlioz, incluyendo la Sinfonía fantástica. Su principal motivo para hacerlo fue, especialmente con la Sinfonía, ayudar al empobrecido Berlioz, cuya sinfonía permanecía desconocida y sin publicar. Liszt asumió los gastos de la publicación de la transcripción y la interpretó varias veces para ayudar a popularizar la partitura original. También entabló amistad con un tercer compositor que lo influyó, Frédéric Chopin; bajo su influencia, el lado poético y romántico de Liszt comenzó a desarrollarse.
Liszt mantuvo una relación estable con la condesa Marie d´Agoult entre 1833 y 1844, con la que tuvo dos hijas, Blandina Rachel y Cósima Francesca, que llegaría a ser la esposa de Hans von Bülow primero y luego de Richard Wagner, y un hijo, Daniel.
En 1835 la condesa abandonó a su marido y su familia para unirse a Liszt en Ginebra, donde Liszt impartió clases en el recién fundado Conservatorio de la ciudad. Durante los siguientes cuatro años, el compositor y la condesa vivieron juntos, principalmente en Suiza e Italia, pero en 1839 las relaciones entre ambos se volvieron tensas. Liszt oyó que los planes para el monumento en honor a Beethoven en Bonn estaban en peligro por la falta de fondos y prometió su apoyo. Hacerlo significaba su vuelta a la vida de giras como virtuoso. La condesa volvió a París con sus hijos, mientras que el pianista daba seis conciertos en Viena y luego realizaba una gira por Hungría.
Sus viajes le llevaron a conocer prácticamente toda Europa, llegando a ciudades tan distantes como Sevilla, Valencia y Moscú. Se reunió de nuevo con la condesa y sus hijos en los veranos de 1841 y 1843. En la primavera de 1844, la pareja se separó definitivamente. Ese fue el periodo como pianista de conciertos más brillante de Liszt: recibió honores y fue adulado por todos los sitios por los que pasó. Dado que el pianista aparecía tres o cuatro veces a la semana en conciertos, se podría suponer que se presentó en público más de un millar de veces durante este periodo de ocho años. Además, su gran fama como pianista, que mantendría mucho después de que se retirara oficialmente de los escenarios, se basó principalmente en sus logros durante esta época.
Después de 1842, la “Lisztomanía” recorrió toda Europa. La acogida que Liszt obtenía como resultado era cercana a la histeria colectiva. Las mujeres se peleaban por sus pañuelos de seda y guantes de terciopelo, que hacían trizas, como recuerdos. Ayudaba a fomentar este ambiente la personalidad magnética del artista y su presencia en el escenario. Muchos de los testigos declararon más tarde que la forma de interpretar del pianista elevaba el estado de ánimo de los asistentes a un nivel de éxtasis místico.
También contribuyó al aumento de su reputación el hecho de que el pianista donara gran parte de sus ingresos a la caridad y causas humanitarias. De hecho, Liszt había ganado tanto dinero durante sus más de cuarenta años que prácticamente todos sus honorarios de interpretaciones a partir de 1857 estuvieron destinados a fines caritativos. Si bien su colaboración para la construcción del monumento a Beethoven y la Escuela Nacional de Música húngara son bien conocidos, también realizó generosas donaciones al fondo de construcción de la catedral de Colonia, e hizo donaciones privadas a hospitales, escuelas y organizaciones benéficas. Cuando se enteró del gran incendio de Hamburgo que duró tres semanas en mayo de 1842 y destruyó gran parte de la ciudad, dio conciertos en ayuda de los miles de personas que quedaron sin hogar.
En febrero de 1847, Liszt actuó en Kiev. Allí conoció a la princesa Carolyne zu Sayn-Wittgenstein, que permaneció junto a él durante la mayor parte del resto de su vida. Ella lo convenció para concentrarse en la composición, lo que significaba renunciar a su carrera como viajante virtuoso. Al retirarse del circuito de conciertos a los treinta y cinco años, cuando aún estaba en la cúspide de su carrera, Liszt logró mantener sin tacha la leyenda de su forma de tocar.
Al año siguiente, Liszt aceptó una invitación de larga duración de la Gran Duquesa María Pávlovna de Rusia para establecerse en Weimar, donde había sido nombrado maestro de capilla extraordinario en 1842, permaneciendo allí hasta 1861. Durante este periodo, ejerció como director de orquesta, y dio clases a varios pianistas, También escribió artículos en defensa de Berlioz y Wagner. Por último, Liszt tuvo tiempo suficiente para componer y revisó o produjo las piezas orquestales y corales sobre la que recae principalmente su reputación como compositor.
La princesa Carolyne vivió durante estos años en Weimar con Liszt y estuvo a punto de casarse con el compositor en 1861. Ambos eran católicos y quisieron contraer matrimonio y regularizar así su situación; sin embargo, ella había estado casada anteriormente y su marido todavía estaba vivo, por lo que tuvo que convencer a las autoridades de la Iglesia de que su matrimonio con él no había sido válido. Después de un intrincado proceso, en septiembre de 1860 les concedieron el permiso para contraer matrimonio. La pareja planeó casarse en Roma, para el quincuagésimo cumpleaños del compositor. Liszt llegó a Roma el día anterior, pero el matrimonio no se pudo celebrar; ya que, al parecer, el marido de la princesa y el zar de Rusia, Alejando II, habían conseguido anular el permiso del Vaticano para la realización del sacramento.
La década de 1860 fue un periodo de grandes catástrofes en la vida privada del compositor. En 1859 falleció su hijo Daniel y en 1862 su hija Blandina. En cartas posteriores a sus amigos, anunciaba que se retiraría a una vida solitaria. La encontró en el monasterio de la virgen del Rosario, a las afueras de Roma, donde estableció su residencia en un pequeño y espartano apartamento, uniéndose a la Orden Franciscana. En 1865 recibió la tonsura, por lo que en ocasiones fue llamado Abbé List. Recibió las cuatro órdenes menores, pero nunca fue ordenado sacerdote.
En las décadas de 1860 y 1870, Liszt pasó la mayor parte de su tiempo componiendo obras corales e impartiendo clases gratuitas a un grupo muy selecto de músicos. A pesar del extendido rumor, Isaac Albéniz nunca fue alumno de Liszt; ni siquiera llegaron a conocerse.
Liszt fue invitado de nuevo a Weimar en 1869. Desde entonces y hasta el final de su vida, hizo viajes regulares entre Roma, Weimar y Budapest, continuando lo que él llamó su «trifurquée vie» o triple vida. Se estima que Liszt viajó al menos 6,500 kilómetros por año durante este periodo de su vida —una cantidad excepcional, dada su avanzada edad y los rigores de la carretera y el ferrocarril en la década de 1870.
Durante su intensa vida de viajes, realizó sus últimos conciertos y se dedicó a la composición de sus últimas obras, que ya en esta época se caracterizaban por un estilo atonal muy alejado de sus primeras composiciones clásicas.
El 2 de julio de 1881 Liszt se cayó por las escaleras del hotel en el que se hospedaba en Weimar. Aunque sus amigos y colegas se dieron cuenta de la hinchazón que tenía en pies y piernas cuando había llegado a la ciudad el mes anterior, el compositor había gozado razonablemente de buena salud hasta ese momento, y su cuerpo conservaba la esbeltez y flexibilidad de años anteriores.
El accidente, que lo inmovilizó durante ocho semanas, cambió su estado. Se manifestaron una serie de dolencias y una enfermedad cardíaca crónica, que contribuyó finalmente a su muerte. Poco a poco, su estado de ánimo decayó y lo invadieron sentimientos de desolación, desesperación y muerte, a los que dio expresión en sus obras de este periodo. Como le dijo a Lina Ramann, «Llevo una profunda tristeza en el corazón que de vez en cuando debe estallar en sonido».
Franz Liszt falleció en Bayreuth (Alemania) el 31 de julio de 1886, a la edad de setenta y cuatro años. La causa oficial de su muerte fue una neumonía.
Editado de Wikipedia.org
Extraordinaria interpretación de la Rapsodia Española de Liszt por el joven pianista ruso
Nikolay Khozyainov:
http://www.youtube.com/watch?v=7UkeNEsBb2c