14 de febrero de 2015

¡Feliz día del Amor y la Amistad!


Cartas de amor que han pasado a la historia

 
Cartas de amor
que han pasado a la historia

Mónica Arizabalaga, abc.es

«Esas cartas de amor que leen otros, esas cartas que, frías y desnudas, resistiéndose tiemblan de verguenza frente a los ojos que entrevén obscenos los actos inocentes, los más puros, esas cartas raptadas, violadas quizá por otro amor —irresistible», escribía Jorge Guillén. Y bien sabía de qué hablaba porque durante quince años mantuvo una correspondencia casi diaria con su novia y luego esposa, Germaine Cahen.

El medio millón de palabras vertidas por el poeta en las 793 misivas que le escribió de su puño y letra a su amada entre 1919 y 1935 fueron recogidas en 2010 en “Cartas a Germaine” (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores). «No creas que todo mi sentimiento no es más que sensualidad, pero no creas que pueda amarte sentimentalmente, pero sin sensualidad. Te quiero, a ti, mi mujer», le decía el 6 de febrero de 1926 Guillén, que se confensaba en otra «muy tuyo y tuyo siempre».

Con la misma muestra de pertenencia al otro se despedía Beethoven  de su “amada inmortal” en una bella carta de amor en la que le decía: «Tranquila, mi vida, mi amor, sólo contemplando serenamente nuestra existencia podremos conseguir nuestro fin de vivir juntos (...) Siempre tuyo. Siempre mía. Siempre el uno para el otro».

¿Era  su “amada inmortal” Antonie Brentano, la esposa de su amigo Franz? ¿O la condesa Josephine Brunswick? Desde que se encontrara esta carta sin fecha al morir Beethoven en 1827, se ha especulado mucho con quién fue la destinataria de los bellos versos en los que el genial compositor le confesaba que su amor le hacía al tiempo «el más feliz y el más desgraciado de los hombres».

A Simón Bolívar quien le hizo sufrir fue la mujer del acaudalado médico inglés James Thorne. Manuela Sáenz se separó del británico para vivir un turbulento amor con el Libertador. «Cada momento estoy pensando en ti y en el triste destino que te ha tocado. Yo veo que nada en el mundo puede unirnos bajo los auspicios de la inocencia y el honor. Lo veo bien, y gimo de tan horrible situación por ti; porque te debes con quien no amas; y yo porque debo separarme de quine idolatro. Sí, te idolatro más que nunca jamás», le escribió Bolívar el 10 de abril de 1825.

Apasionado -aunque lleno de infidelidades- fue también el amor que Napoleón Bonaparte profesó a Josefina. Once días después de su boda, tuvo éste que marchar como jefe del ejército francés a Italia y desde Niza le escribió: «Ni un solo día ha pasado sin amarte, ni una sola noche sin abrazarte en mis brazos, y ni una sola taza de té he tomado sin maldecir la gloria y la ambición que me mantienen alejado del alma de mi vida. En medio de mis ocupaciones, a la cabeza de las tropas, recorriendo los campos, mi adorable Josefina es la única en mi corazón, la que ocupa mi espíritu y atrapa mis pensamientos».

Napoleón acabaría repudiando a Josefina antes de casarse con María Luisa de Austria, tras un romance con María Walewska, con la que tuvo un hijo. Días antes de su abdicación, Napoleón le escribiría sin embargo una última carta: «Adiós, mi querida Josefina, resignaos como hago yo, y no perdáis el recuerdo del que no os ha olvidado jamás y no os olvidará jamás».

Decía Víctor Hugo que «es en las cartas de un hombre donde hace falta buscar, más que en el resto de sus obras, el sello de su corazón y el rastro de su vida» y lo cierto es que desde la primera carta de amor de la historia de la que se tienen noticias, que escribió un tal Gimil-Marduk a su amada Bhibi hace más de 4.000 años en la antigua Babilonia, ha habido tantas como historias de amor y desamor:

Eloísa y Abelardo, Enrique VIII y Ana Bolena, Robert Schumann y Clara Wieck, Víctor Hugo y Juliette Drouet (ella le escribió 18.000 cartas), Paul Verlaine y Arthur Rimbaud, Emilia Pardo Bazán y Benito Pérez Galdós, Oscar Wilde y lord Alfred Douglas, Sigmund Freud y Martha Bernays, Franz Kafka y Milena Jesenská, Antonio Machado y Guiomar, Neruda y Albertina Rosa, Hannah Arendt y Martin Heidegger, Virginia Wolf y Vita Sackville-West...

El filósofo José Antonio Marina, que analizó en “Palabras de Amor” (Temas de hoy, 2009) más de 1.000 cartas, se preguntaba en el libro por qué se escriben cartas de amor. «Por amor, sin duda. Porque el amor es expresivo, porque los amantes están lejanos, porque quieren acercarse, porque se expresan mejor por escrito que de viva voz, por timidez», respondía Marina antes de señalar cómo muchos escritores prefirieron vivir amores distantes, mezcla de pasión y prosa. El poeta Khalil Gibran y la escritora libanesa May Ziadah, recordaba Marina, «mantuvieron una correspondencia que pasó de la amistad al apasionamiento, a pesar de lo cual nunca tuvieron la necesidad de verse».

Otros pasaron su vida juntos, como Winston Churchill y Clementine Hozier. que estuvieron casados años. El primer ministro inglés le confesó a su querida «Clemmie» en una carta sentirse «deudor, si puede haber cuentas en el amor» porque lo que había sido para él «vivir todos estos años en tu corazón y compañerismo ninguna frase puede transmitirlo».

Conmovedoras son las palabras que el filósofo André Gorz dedicó a su esposa Dorine, antes de suicidarse juntos en 2007: «Acabas de cumplir ochenta y dos años. Has encogido seis centímetros, no pesas más de cuarenta y cinco kilos y sigues siendo bella y deseable. Hace cincuenta y ocho años que vivimos juntos y te amo más que nunca. (...) Necesito reconstruir la historia de nuestro amor para captar todo su sentido. Gracias a ella, somos lo que somos, uno por el otro y uno para el otro (...) Te escribo para comprender lo que he vivido, lo que hemos vivido juntos».

Otras cartas se escribieron pese a que nunca iban a poder ser leídas por su destinatario, como la que le escribió Katharine Hepburn a Spencer Tracy dieciocho años después de su muerte («¿Qué dices? No te oigo...»), la de Yoko Ono a John Lennon, o la del físico Richard Feynman a su difunta esposa, que recoge Shaun Usher en «Cartas memorables» (Salamandra, 2013) : «Tú, muerta, eres mucho mejor que cualquier otra persona viva (...) Amo a mi esposa. Mi esposa ha muerto. Rich. P.D: Perdona que no te envíe esto, pero ignoro tu nueva dirección».

Ilustración: Carta de Amor, óleo de Johannes Vermeer, Rijkmuseum de Ámsterdam 

Amaya y Joan Manuel Serrat en “Palabras de Amor”
https://www.youtube.com/watch?v=xn717Ex2hzo

13 de febrero de 2015

Venus, la diosa del amor

 (El nacimiento de Venus, Boticelli, detalle)
Venus, la diosa del amor

Venus era una importante diosa de la mitología romana  relacionada principalmente con el amor, la belleza y la fertilidad, y la   que desempeñaba un papel principal en muchas fiestas y mitos religiosos romanos.   

Desde el siglo III a. C., la creciente helenización (asimilación de la cultura griega  por las clases altas romanas) la identificó como equivalente de la diosa riega Afrodita. Como con la mayoría de las demás deidades del panteón romano, el concepto literario de Venus está recubierto por las ropas tomadas de los mitos griegos literarios de su equivalente, Afrodita. La anterior diosa etrusca o latina de la vegetación y los jardines pasó a ser relacionada deliberadamente con la griega Afrodita.

Culto
Se sabe que en año 293 a.C. le fue dedicado el templo más antiguo del que se tiene constancia, y en el mes de agosto se instituyó la fiesta llamada la “Vinalia Rustica”.   

En el año 215 a.C.  le fue dedicado un templo fuera de la Porta Collina en la Colina Caitolina   para conmemorar la derrota romana en la Batalla del Lago Trasimeno.  

Venus en el arte clásico

La Venus de Milo
El arte romano y helenístico produjo muchas variaciones sobre la diosa, a menudo creadas bajo el influjo de Praxiteles.   Muchos desnudos femeninos de esta época de escultura cuyos temas son desconocidos se suelen llamar en la moderna historia del arte «Venus», incluso si originalmente pudieran haber sido el retrato de una mujer mortal más que una imagen de culto  de la diosa. El ejemplo más conocido es el de La Venus de Milo que se encuentra en el Museo del Louvre, Francia, que data del año 130 a.C.
 
Venus en el arte posclásico

Venus del Espejo, Diego Velázquez
Venus se convirtió en un tema popular en la pintura y la escultura del Renacimiento europeo. Como una figura «clásica» cuyo estado natural era la desnudez,  era socialmente aceptable representarla sin ropas. Como la diosa de la salud sexual, estaba justificado cierto grado de belleza erótica en sus retratos, que resultaba atractivo para muchos artistas y sus mecenas. Con el tiempo, “venus” llegó a aludir a cualquier representación artística de una mujer desnuda en el arte posclásico, incluso si no había indicios de que se tratase de la diosa. Entre otros muchos ejemplos se destacan “El nacimiento de Venus”, de Boticelli (c 1485-1486), la "Venus del espejo”, de Diego Velázquez, (c.1644) y “Olimpia”, de Eduardo Manet (1863).

Venus en la leyenda y la ópera: Tannhäuser
La leyenda medieval alemana de Tnnhäuser  conservó el mito de Venus mucho después de que su culto fuera desterrado por el cristianismo.  
 
Esta leyenda  apareció por primera vez en el siglo XVI, en una canción que narra la historia de un caballero que había vagado por el mundo hasta llegar a Venusberg (en alemán montaña de Venus), el reino de la diosa del amor, Venus, donde disfruta de los placeres de aquel mundo secreto. Sin embargo, cansado de los placeres que le provee la diosa, se arrepiente y decide volver al mundo real. Venus intenta impedirlo, y Tannhäuser evoca a la Virgen María con lo cual regresa bruscamente al mundo real. 
 
Dispuesto a rehacer su vida, Tannhäuser hace una peregrinación a Roma para pedir el perdón de sus pecados, pero el Papa, escandalizado con su relato, le dice que su bastón reseco de madera se llenará de brotes antes de que Jesús perdone a un pecador como Tannhäuser. Amargado y desilusionado, Tannhäuser vuelve a Venusberg.

Poco después, el bastón del Papa se llena de brotes. El pontífice envía apresuradamente mensajeros que intentan encontrar a Tannhäuser y traerlo de regreso al Vaticano para que sea perdonado, pero el poeta ha desaparecido para siempre.

La leyenda de Tannhäuser fue recogida por el músico alemán Richard Wagner y es el tema  del primer acto de una ópera suya del mismo nombre.

Fuente: Wikipedia.org

12 de febrero de 2015

Amores históricos: Dante y Beatriz

 
Amores imposibles: Dante y Beatriz
El amor imposible de Dante fue Beatriz Portinari a quien inmortalizó en su obra La Divina Comedia y en sus sonetos de la Vita Nuova. Dante nos descubrió una nueva forma de amar, sin egoísmo, sin correspondencia, sin esperanza. Una amor idealizado que le permite seguir viviendo con  Beatriz como musa de su obra.

Dante y Beatriz se conocieron, según algunos, desde la niñez y, según otros, en la adolescencia; como quiera que fuera, Dante se prendó de "la gloriosa señora de sus pensamientos", de quien hizo la razón de su existir. La sonrisa y el leve saludo que Beatriz le prodigaba a Dante cuando casualmente se encontraban, bastaban para satisfacer el profundo amor que el poeta le profesaba. Beatriz contrajo nupcias con un rico banquero y Dante buscó consuelo en el maravilloso mundo de la poesía, dando rienda suelta a su imaginación, produciendo nuevas rimas, todas ellas reflejando el amor que sentía por su dama.

Los jóvenes florentinos difundían las poesías de Dante al recitarlas en las reuniones y, Beatriz al escucharlas, se reconoció en ellas. Ella, dama virtuosa y además casada, se sintió lastimada en su dignidad, por ser la inspiración de un amor insano y, desde entonces, cuando solía encontrarse con Dante, aquel breve saludo con el que contaba el poeta para iluminar su existencia, le era negado. Las congojas de Dante no terminarían ahí, poco tiempo después Beatriz cayó enferma, contagiada de la peste negra o bubónica, y en 1290 la muerte hizo acto de presencia y el fiel enamorado solo pudo seguir de lejos el cortejo, acercándose a la tumba de la amada cuando todos se habían retirado. Dante, hundido, trocó su vida en un constante disfrute de placers, prodigándose múltiples amantes.

Tres años más tarde contrajo matrimonio con Gemma Donati, la joven que su padre le había escogido para esposa, a la cual no amaba, lo que no impedía que ella le brindara su ternura y admiración, comprendiendo que su esposo no era como los demás hombres. Gemma hizo posible que Dante gozara de un breve tiempo de paz y tranquilidad, tiempo que aprovechó para terminar "La Vida Nueva", mitad en verso y mitad en prosa, poemas en los que, una vez más, ofrendaba su amor a Beatriz.

En “La Divina Comedia” pide a Beatriz que le conduzca a su lado:

-«Beatriz, guíame hacia el paraíso, ya que Virgilio ya cumplió su misión.
Nuestro amor no es terrenal, porque este sentimiento es tan inmenso que no lo supera el amor de Dios por la humanidad
»

Nota: La foto que ilustra esta historia es un cuadro del pintor prerrafaelista Henry Holiday y representa el encuentro entre Dante y Beatriz en el Puente Santa Trinidad en Florencia.

grandes-amores.blogspot.com/2008

Tras las huellas de Teresa: la segunda fundación

 
Convento de San José en Medina del Campo

El convento de San José en Medina del Campo es la primera fundación que Santa Teresa de Jesús establece fuera de su ciudad natal. La fundación tuvo efecto el 15 de agosto de 1567, fiesta de la Asunción de la Sma. Virgen María. En 1577 ya se utilizaba la zona de clausura, el huerto y la capilla. En 1603 estaba prácticamente concluida la iglesia que ahora puede verse siguiendo las trazas de Francisco y Andrés López. Es de una sola nave con bóveda de cañón con lunetos   Conserva en la zona de clausura piezas tan interesantes como por ejemplo un San José de Gregorio Férnandez.  

Con ocasión del 5º Centenario del nacimiento de la Santa, podrá visitarse parte de la clausura del convento, concretamente la que corresponde a la zona más antigua del edificio, donde tuvo lugar dicha fundación.Con ella se inicia, fuera de Ávila, la expansión de la reforma carmelitana.

Esta fundación se realizó en unas pobres casas cedidas por Doña María Juárez de Herrera, Señora de Fuente el Sol, ampliándose posteriormente los terrenos y dependencias de dicho convento. En dicho convento se mantiene la tradición de que fue el lugar de encuentro de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz.  

11 de febrero de 2015

¿Cómo va el acercamiento de Obama a Cuba?


¿Cómo va el acercamiento
de Obama a Cuba?

Mary Anastasia O’Grady
Wall Street Journal, 9 de febrero de 2015

Para Mary Anastasia O’Grady, Barack Obama podría pasar a la historia como el presidente estadounidense que prolongó la dictadura militar más longeva del hemisferio occidental. 

Menos de dos meses después de su “histórico” acercamiento a La Habana con una promesa de “normalizar relaciones”, Raúl Castro le muestra la espalda al comandante en jefe de Estados Unidos.

El 17 de diciembre, el presidente Barack Obama presentó su plan para reformular la política de medio siglo de EE.UU. hacia Cuba mediante la promesa de compromiso. “Pretendemos crear más oportunidades para los pueblos estadounidense y cubano”, manifestó. El problema es que, como lo han demostrado sus declaraciones en las últimas semanas, Raúl Castro no tiene interés alguno en hacer las cosas de otra forma que como lo ha hecho hasta ahora.

El mensaje de La Habana es que si Obama desea dejar un legado cubano tendrá que ser bajo las condiciones que imponga la isla. Eso significa que quedará para la historia como el presidente estadounidense que prolongó la dictadura militar más longeva del hemisferio occidental.

En los días previos al 21 de enero, la fecha de la llegada a La Habana de la subsecretaria de Estado para asuntos del Hemisferio Occidental de EE.UU., Roberta Jacobson, el diario estatal Granma publicó la lista de “demandas” del gobierno para normalizar las relaciones. Una de ellas era que EE.UU. reconociera los grupos comunitarios dirigidos por el Estado cubano como organizaciones no gubernamentales. No mencionó ninguno por nombre, pero me vienen a la mente los notorios “Comités de Defensa de la Revolución”, que existen para mantener la represión espiando a sus vecinos. En la lista publicada por Granma también aparece la exigencia de que EE.UU. ponga fin a su programa de asilo para los médicos cubanos que escapan cuando trabajan en países del tercer mundo, a los que han sido enviados a trabajar por salarios de esclavo.

Pocos días después, durante la cumbre de líderes latinoamericanos y del Caribe realizada en Belén, Costa Rica, el hermanito de 83 años de Fidel reiteró algunas de sus otras demandas. Dijo que las relaciones no se normalizarán a menos que Washington levante unilateralmente el embargo, devuelva la base de la Bahía de Guantánamo a Cuba, ponga fin a las transmisiones de radio y TV que envía a la isla y pague reparaciones por el embargo de medio siglo.

Obama podría querer devolver Guantánamo, tal como lo aseguran sus detractores. Pero no está claro que pueda hacerlo sin la aprobación del Congreso. No cabe duda de que necesita el visto bueno del Congreso para levantar el embargo, pero es más fácil que nieve en La Habana que el legislativo acepte la existencia de reparaciones por el embargo y, mucho menos, la necesidad de pagarlas. Raúl Castro lo sabe así que, en otras palabras, le está diciendo a Obama que se olvide del asunto.

Obama, sin embargo, quiere ser amigo de la dictadura militar. Para demostrarlo, ha prometido usar su poder ejecutivo para simplificar el proceso de obtención de permisos para los llamados viajes educativos y culturales por parte de estadounidenses a Cuba. Los militares son los dueños de la industria del turismo en la isla y más visitantes estadounidenses significarán más dólares para sus arcas.

En este punto los Castro no presentan reparos. Sin embargo, no espere algún quid pro quo que requiera un ablandamiento de la maquinaria totalitaria. Eso quedó claro en los días posteriores al discurso de Obama.

Obama indicó que Cuba se había comprometido a liberar a 53 prisioneros de conciencia a cambio de tres cubanos que cumplen largas condenas en EE.UU. por espionaje. Esto era supuestamente la prueba de que La Habana se comportaría de manera más razonable si tan sólo Washington mostraba más humildad.

Un nuevo engaño. Los espías fueron liberados, pero La Habana no cumplió con su parte del acuerdo sino hasta que aumentó la presión, semanas después, e incluso entonces no lo hizo de una manera verdadera. Cuando los nombres de los prisioneros finalmente se hicieron públicos, la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, con sede en La Habana, descubrió que cerca de una decena de ellos habían sido liberados antes de que el “canje” fuera anunciado. Algunos habían cumplido o estaban cerca de cumplir sus sentencias y su liberación ya tenía una fecha prevista.

Marcelino Abreu Bonora estaba en la lista. Había sido liberado en octubre, fue vuelto a arrestar el 26 de diciembre y pasó dos semanas en una celda de aislamiento antes de ser liberado de nuevo a mediados de enero. Su crimen fue sostener un letrero que decía “cambio”. Hubo cerca de 200 arrestos políticos en las cuatro semanas posteriores al discurso de Obama.

Cuba nunca ha concedido libertad a los prisioneros de conciencia, como lo demuestra el tratamiento de los 75 disidentes arrestados durante la “Primavera Negra” de 2003. Sesenta y tres de ellos se han exiliado. Los 12 que se negaron a irse han sido detenidos esporádicamente y se les niega el derecho a viajar al exterior.

Obama dice que Cuba puede ayudar a EE.UU. a luchar contra el tráfico de drogas. Cuba claramente conoce el negocio. Actualmente, dirige la inteligencia venezolana y Caracas es el hogar de algunos de los más conocidos capos de la droga. Pero ¿quién puede creer que La Habana vaya a interferir con el flujo de efectivo que el tráfico genera para su aliado revolucionario más cercano?

La principal demanda de Cuba es que sea sacada de la lista estadounidense de estados que patrocinan el terrorismo. En 2013, sin embargo, fue descubierta transportando armas para Corea del Norte. Es un aliado de Irán y la semana pasada el ejército colombiano interceptó 16 lanzacohetes antiaéreos que iban dirigidos a la guerrilla colombiana de las FARC, a la cual apoya Cuba.

Nadie duda que a Obama le cuesta encontrar amigos en estos días, pero cortejar a Cuba lo hace ver desesperado.

Escriba a O’Grady@wsj.com

Historia de las pelucas

 
Historia de las pelucas

Los egipcios fueron buenos artesanos  elaborando pelucas que se confeccionaban con cabellos naturales. Hoy en día, se conservan algunos ejemplos de dichas confecciones en diferentes museos del mundo. Por aquellos tiempos también eran populares las pelucas entre los pueblos asirio y fenicio.  

La pelucas no fueron tan populares en el lejano oriente, pues solo se usaban entre los actores de teatro. Podemos citar las pelucas katsura usadas en el teatro tradicional japonés. Del mismo modo, las pelucas fueron usadas también por las geishas.

Las pelucas eran populares en la época clásica, en Grecia y Roma. En el siglo I a.C. tuvieron gran aceptación las pelucas rubias en Roma, confeccionadas con cabellos de los pueblos germánicos  sometidos por los romanos. Ya en el cristianismo, la Iglesia trató de eliminar repetidamente su uso por su relación con actividades festivas o licenciosas. En el año 629 D. C. el Concilio  de Constantinopla excomulgaba a los cristianos  que se resistieran a prescindir de dicho complemento. Así, a partir de la caída del Imperio romano  el uso de pelucas entró en decadencia.

En el siglo XVI se volvió a rescatar su uso, primordialmete con la finalidad de ocultar la calvicie. Por ejemplo, a medida que envejecía, la reina  Isabel I de Inglaterra se fue haciendo con una importante colección  de pelucas rojas, elaboradas y peinadas al estilo romano. Las pelucas también tenían el propósito de prevenir la tiña y los piojos, enfermedades muy frecuentes en aquella época debidas a las malas condiciones de higiene, así como para encubrir la suciedad. Por su parte, el rey Luis XIII de Francia puso de moda a partir del siglo XVII que los hombres llevaran pelucas.

Las pelucas se introdujeron en el mundo anglosajón  en la época del rey Carlos II de Inglaterra, al tiempo de la restauración del trono en Inglaterra después de un largo exilio en Francia. Estas pelucas llegaban a la altura de los hombros, imitando los largos cabellos tan de moda entre los hombres desde la década de 1620.

Siendo las pelucas una prenda  obligatoria para los hombres de prácticamente toda extracción social, el gremio de peluqueros ganó un prestigio considerable. El gremio de los peluqueros se estableció en Francia en 1665. Las pelucas en esa época eran muy elaboradas y cubrían fácilmente los hombros y el pecho. No es extraño que fueran pesadas e incómodas. La pelucas más caras se elaboraban con cabellos humanos,   no obstante había materiales alternativos mas económicos como el pelo de caballo y cabra.  

En el siglo XVIII las pelucas se llevaron empolvadas para darles su color blanco característico. Las que usaban las damas de la corte solían ser tan recargadas y voluminosas que se veían obligadas a viajar con la cabeza gacha en sus carruajes para no estropear el efecto de sus aparatosos tocados. Sin embargo en la época georgiana en Inglaterra, el primer ministro William Pitt  impuso un impuesto para que quien quisiera usar una peluca empolvada lo pagase. Fue un un impuesto ridículo y desmesurado, por lo que la misma gente optó por empolvarlas por si mismos con harina o cal.

En el siglo XIX existía una gran variedad de pelucas disponibles, si bien las pelucas completas no estuvieron de moda a lo largo de dicho siglo y a principios del siguiente,  pues prácticamente solo las utilizaban las damas mayores que habían perdido su cabello.

En los Estados Unidos de Norteamérica, las pelucas se llevaban habitualmente
durante los primeros años, según la moda al uso en Ingleterra y en Europa en general.  Así lo hicieron John Adams, Thomas Jefferson, James Madison y Alexander Hamilton.  Actualmente, en la mayoría de los países de la Commonweath las pelucas especiales son llevadas por abogados y jueces  y un cierto número de oficiales del Parlamento como símbolo de su oficio. Hasta 1823, también todos los obispos  del Reino Unido utilizaban pelucas ceremoniales.

10 de febrero de 2015

¿Por qué se nos pone la carne de gallina?

 
¿Por qué se nos pone la carne de gallina?

Pilar Quejada

Escuchar una canción con un significado especial, sentir una caricia, notar frío o tener miedo tienen una respuesta semejante: nos recorre un escalofrío, en nuestra piel aparecen diminutos montículos y el vello se eriza. Solemos decir que se nos pone la carne de gallina. La expresión hace alusión al aspecto de las aves de corral después de arrancarles las plumas.

Pero ¿por qué respondemos de igual forma ante una situación que despierta el deseo, como una caricia, y ante otra que nos prepara huir o luchar, como el miedo? La razón está la fisiología de las emociones, como explicaba en “Scientific American” George Bubenik, profesor de zoología en la Universidad de Guelph, en Ontario. Esa manifestación no es más que un fenómeno fisiológico heredado de nuestros ancestros animales.

La piel de gallina está causada por una contracción de los diminutos músculos que están asociados a cada pelo. Cada músculo en contracción crea una depresión poco profunda en la superficie de la piel, lo que hace que el área circundante sobresalga. La contracción también hace que el pelo se erice.

En los animales con una gruesa capa de pelo esta erección del vello permite la formación de una capa de aire que sirve como aislamiento y protección contra el frío. Cuanto más gruesa sea la capa de pelo, más calor se retiene. El pelo también se les eriza cuando se sienten amenazados, lo que unido a la espalda arqueada, hace que animales como el gato parezcan más grandes, lo que puede ser útil para disuadir a un potencial enemigo.

Emociones a flor de piel


En las personas, aunque no estamos cubiertos de pelo, la piel de gallina persiste. ¿Por qué? Nuestra especie experimenta la piel de gallina en situaciones emocionales, como caminar hacia el altar el día de la boda, escuchar el himno nacional con motivo de un premio, o ver películas   de terror en la televisión, explica Bubenik. Muy a menudo, una persona puede sentir la piel de gallina muchos años después de un evento significativo, con sólo pensar en las emociones que una vez experimentó, tal vez mientras escucha la canción romántica con la que bailó hace muchos años con el amor de su vida.

El origen fisiológico de todas estas respuestas hay que buscarlo en la liberación de una hormona relacionada con el estrés denominada adrenalina. La adrenalina, que en los seres humanos se produce en dos pequeñas glándulas situadas encima de los riñones, no sólo contrae los músculos de la piel, también influye en muchas otras reacciones corporales, como la respuesta de lucha o huida.

En los animales, esta hormona se libera cuando tienen frío o se sienten amenazados, y prepara para la reacción de lucha o huida. Pero en los seres humanos, la adrenalina también se libera frente a las emociones fuertes, ya sean positivas o negativas. Otros signos de liberación de adrenalina incluyen lágrimas, palmas sudorosas, manos temblorosas, un aumento en la presión arterial, aceleración del ritmo cardíaco o la sensación de "mariposas" en el estómago.

Percepción psicológica


Hasta aquí, la fisiología que explica cómo se produce la piel de gallina. Sin embargo, la percepción que acompaña a cada situación es completamente distinta en nuestra especie.

Para William James (1842-1910), considerado uno de los padres de la Psicología moderna, esas manifestaciones externas son las que componen realmente las emociones. “Es totalmente imposible pensar en qué quedaría reducida la emoción si no estuvieran presentes las sensaciones de latidos cardiacos acelerados, respiración acelerada, labios temblorosos, debilidad en las piernas, carne de gallina o agitación visceral”.

James se refiere en el párrafo anterior al miedo, pero esta descripción encaja muy bien con situaciones placenteras, como una caricia sensual. Y quizá ese matiz placentero que ponemos a la misma reacción en distintas situaciones es lo que nos diferencia de los animales. Lo que hace que una misma reacción fisiológica se pueda racionalizar y percibir a veces como muy placentera.

Esa subjetividad está, cómo no, en nuestro cerebro. Un ingenioso experimento publicado en PNAS  demostraba que una misma caricia puede provocar efectos contrarios dependiendo de nuestras expectativas y creencias. Neurocientíficos del Instituto de Tecnología de California observaron con resonancia magnética funcional la activación del cerebro de varones heterosexuales, mientras eran acariciados en una pierna.

El cerebro y la piel, emparentados


“Aparentemente” las caricias provenían de dos personas diferentes que ellos veían en un vídeo. La primera imagen era de una atractiva mujer que se inclinaba hacia ellos en la pantalla. La segunda, de un hombre que los voluntarios definían como poco agraciado físicamente. Cuando notaban la caricia después de ver a la mujer en la pantalla, la experimentaban como placentera, mientras que les resultaba aversiva (rechazo) cuando seguía a la imagen del hombre.

Lo que los participantes en el estudio no sabían es que en realidad la mano que rozaba su pierna después de la proyección de ambas imágenes era siempre la misma, y correspondía a una mujer. Pero lo más sorprendente de todo fue que esa sensación, placentera o no, se iniciaba en el cerebro cuatro segundos antes de que sintieran el roce de la mano en la piel.

Y es que la piel es la prolongación periférica del sistema nervioso, ambos órganos poseen un origen embrionario común. La piel está muy relacionada con lo que sentimos, como reflejan expresiones como tener los nervios a flor de piel. Entre seis y diez millones de sensores táctiles recogen la valiosa información que llega del exterior y del interior del organismo. La mayoría de estos sensores se encuentran en la piel, con mayor abundancia en las zonas erógenas y alrededor de la boca. La información que recogen del exterior desde los primeros momentos de nuestra vida es crucial para mantenernos a salvo. Y si falta la estimulación táctil, el desarrollo del cuerpo y del cerebro se resiente.

Reproducido de abc.es

9 de febrero de 2015

Cuba ¿la salud mas cara del mundo?


Cuba: ¿la salud mas cara del mundo?
Yusnaby Pérez

“Al menos la salud es gratuita en Cuba, si no, me hubiese muerto” me dijo mi padre mientras conversábamos sobre su enfermedad sentados a la mesa de mi casa. Mi papá tiene 51 años; es un hombre robusto y fuerte, de apariencia saludable, pero tiene cirrosis hepática. Nunca ha sido alcohólico, ni siquiera bebe; pero hace 30 años, por negligencia médica, le contagiaron el virus de la Hepatitis C en una transfusión sanguínea al operarse la garganta.  

Mi padre desde entonces se convirtió en donante y realizó múltiples donaciones hasta que en una de ellas, 20 años después del contagio, le detectaron la enfermedad. En aquel momento ya su hepatitis era crónica y, desde hace poco, se convirtió en cirrosis. Como “compensación” por la negligencia, el estado le da prioridad en los turnos médicos, algo que mi padre agradece.

Este servilismo me inquieta. “¿Cómo puedes agradecerle a quien te robó la salud?, tú no estarías enfermo si el estado hubiera hecho bien su trabajo. En cualquier país civilizado te indemnizarían y aquí te recuerdan que “te dan prioridad” para que se lo agradezcas.”-

A la conversación se sumó mi abuela de 77 años, que hoy cobra una pensión de 192 pesos cubanos (8USD) al mes. Ella tiene una úlcera en el estómago. A los pacientes con esta situación los médicos les aconsejan alimentarse con leche y malanga; y se les concede una dieta extra a la canasta básica racionada con un precio reducido.

Para poder acceder a esta dieta mi abuela tiene que someterse cada año a una endoscopia donde le introducen por la boca un tubo para ver su úlcera, y sólo así, el médico le autoriza a poder adquirir estos alimentos. Este año, por el dolor tan grande que le causa el endoscopio, ella se negó a realizar la prueba, y a pesar de que los médicos le informaron que su enfermedad no tiene cura, hoy mi abuela no recibe dieta.

Uno de los llamados “logros de la revolución” fue incrementar el acceso a la sanidad a lo largo del país y hacerlo de forma “gratuita”. La televisión cubana y otros medios de comunicación oficiales se encargan de repetirnos frecuentemente la importancia de este “logro del socialismo”. Yo me pregunto a qué policlínico van los periodistas del Granma, obviamente no debe ser al mismo al que voy yo. Tal vez sea que se refieren al sistema sanitario de los años 70 y 80 que, dicen (yo soy demasiado joven para saberlo), funcionaba.

La masificación de la salud ocurrió en mi país hace cinco décadas, a partir de lo que conocemos como el consultorio médico. Este proyecto tenía como objetivo garantizar el acceso de toda la población a la atención médica primaria, por lo que el estado repartió a un especialista de la salud por cada barrio, el médico de la familia. Recuerdo con mucho cariño a Susana, la doctora que vivía en la esquina de mi casa y me atendía cuando era pequeño. Ella conocía a cada vecino a la perfección.
 
A veces no importaba la falta de medicamentos o el mal estado del consultorio o policlínico, ella te inspiraba tanta dulzura y confianza que hasta yo aprendí a no tenerle miedo a las inyecciones. Estos doctores fueron ubicados en los consultorios médicos, construcciones de dos plantas propiedad del estado, donde abajo hay un pequeño local de consulta a la población y arriba una vivienda para que viva el médico con sus familiares.

Muchos de ellos después de tantos años ya se han retirado o bien han dejado de trabajar para Salud Pública, sin embargo, al no tener otra vivienda donde mudarse se han quedado viviendo en estos consultorios. En otros casos después de muchos años de usufructo la ley permite que los médicos obtengan la propiedad de la vivienda, dejando así huérfano el concepto original del proyecto.

Hoy, ya Susana no vive en la esquina de mi casa, en el consultorio vive un señor que trabaja en un hotel. Así ha ocurrido en muchos lugares del país. Ese acceso sencillo y cercano a la atención médica primaria ha perdido su masividad.

El punto clave de este tema es la gratuidad aparente con la que el gobierno cubano hace campaña; y justo aquí comienzan los sobornos. Un turno médico puede conseguirse de forma inmediata llevándole un regalo al médico, desde una merienda hasta dinero, en dependencia del caso.

“Ayúdame que yo te ayudo” es la frase que se escucha mucho en Cuba cuando alguien quiere sobornar sin tener que decir “te voy a pagar”. Este método funciona en todas las escalas, desde resolver una cama en un hospital hasta la disponibilidad de unos rayos x.

Un ejemplo es lo que ocurrió hace poco en el hospital Maternidad Obrera, el director tenía montado una consulta privada especializada en cirugía estética; por supuesto, usando recursos estatales y cobrando en dólares lo cual, además de ilegal, es una irresponsabilidad social. Este caso terminó con prisión y anulación del título de medicina a los implicados en el tema.

Esta situación es consecuencia directa de los salarios de los médicos y el poco incentivo que reciben del estado. El salario de un médico oscila alrededor de los 600 pesos cubanos (25 USD) al mes, que alcanzan para muy poco.

Muchos especialistas de la salud se han desvinculado del sistema, algunos se han ido del país y otros trabajan en el sector del turismo, donde gracias a las propinas de los extranjeros, hoy ganan 40 veces más que salvando vidas. Nuestros médicos sueñan con “el viaje” a Venezuela ¡y ahora a Brasil!.

Es la única forma de ganar algunos dólares. Por supuesto, en la selección para el envío internacional sólo califican los mejores, que dejan un espacio vacío en la atención nacional. Brasil paga por cada médico más de 4000 USD al mes, pero este dinero no llega al doctor bien preparado y dispuesto que se fue a trabajar día y noche para ayudar a su familia; este dinero se le entrega al gobierno de Cuba que luego le paga al médico menos del 10%. 
 
Pero claro, este irrisorio 10% representa 16 veces lo que gana en Cuba, y con este mecanismo de explotación, los médicos cubanos sobreviven y el gobierno de mi país recibe la divisa que tanto necesita.

Ante el déficit nacional de médicos, agudizado por estas misiones internacionales, estudiar medicina se convirtió en una carrera priorizada en Cuba.

Hoy en día, hasta los estudiantes preuniversitarios con los promedios más bajos pueden optar por estudiar esta carrera. Los profesores de la universidad se quejan de que no pueden suspender a sus estudiantes en los exámenes cuando no cumplen los objetivos del mismo. Carlos, un profesor de la facultad de medicina me contaba: “Los profesores que suspenden a estudiantes de medicina en Cuba se pueden meter en serios problemas.

Lo que importa es la cantidad de médicos graduados y no la calidad de los mismos. El objetivo es exportarlos y mientras más haya - mejor.” Por supuesto, en Cuba hay excelentes doctores, no es mi intención opacar el mérito que se merecen. Conozco a muchos que les apasiona la medicina, que lo hacen de corazón y que prueban ser excelentes profesionales. Justo eso es lo que necesita mi país, médicos de vocación, no de super-producción nacional como la papa o la caña de azúcar.

Ya en la mesa de mi casa éramos varios debatiendo. Además de mi padre y mi abuela, se incorporaron mi madre y dos vecinos. Todos coincidimos en un punto. El gobierno de Cuba dice que los bajos salarios estatales son debido a las subvenciones y gratuidades como la salud. Entonces, si mi mamá que es científica y gana 30 USD al mes pero que con sus manos le genera miles de dólares al gobierno… entonces  ¡Tenemos el sistema de salud más caro del mundo!