Todo Sobre el
Desabastecimiento
Tomado de
El Toque, RNW. (http://www.eltoque.com)
Texto: Alejandro Rodríguez Rodríguez.
Texto: Alejandro Rodríguez Rodríguez.
Un
fantasma anda por el mundo: el desabastecimiento. Algunos científicos
estudiaron ya el fenómeno y concluyeron que las riquezas no se pueden
multiplicar de forma perpetua en un planeta con recursos limitados, donde crece
aceleradamente la población.
Sin embargo
esta teoría puede carecer de fundamento para los cubanos, que vivimos en un
país donde los recursos naturales siguen donde mismo estaban cuando llegó Colón
en el siglo XV, y donde las tendencias demográficas no apuntan sino al
envejecimiento, la emigración juvenil y la baja tasa de natalidad.
Cualquiera
diría que el fantasma del desabastecimiento tiene cierta fijación con Cuba,
aunque en los últimos años ha dado un par de vueltas por otros países en claro
simulacro de mudanza, estudiando la acogida que le brindan otras poblaciones,
por si acaso un día le toca recoger e irse de verdad
El origen
del desabastecimiento es diverso: puede deberse igual a la lucha de clases
contra el consumismo capitalista de cuando el mundo era bipolar, a las
sanciones financieras de una superpotencia mundial contra el pueblo
desabastecido en cuestión, o a una guerra económica interna, liderada por la
oligarquía de un país determinado.
Luego es
probable que nuevos orígenes y explicaciones vayan apareciendo a medida que
cambien los escenarios. Tengamos en cuenta que incluso las explicaciones más
alucinadas podría comenzar a emerger dado el caso que fuera necesario, como que
nuestra desgracia se debe a una vieja maldición aborigen, o que la posición
geográfica que habitamos es desventajosamente única
Por todo
lo anterior es mejor centrarnos en algunos rasgos del desabastecimiento que no
varían, a fin de conocer mejor al enemigo y reducir las tensiones de la
convivencia:
1- El
desabastecimiento es como un relato de Borges: eterno, circular, concéntrico,
de hacer espirales en el tiempo… Una vez que se achanta en la dinámica
comercial de la sociedad, no hay Dios ni discurso optimista que lo destierre.
Es decir, pueden aparecer de pronto los productos, pero entonces el subconsciente
te traicionará, y terminará siendo como si no fuera.
2- Como en
la paradoja del huevo y la gallina, nunca sabrás quién llegó primero, si el
desabastecimiento o la especulación comercial y el acaparamiento: unos dirán
que no hay nada porque otros lo compran todo, y otros dirán que lo compran todo
para no ser de esos unos que al final se quedan sin nada.
3- En las
colas, el transporte público y otras aglomeraciones pacíficas del pueblo
encabronado, todo será tan relativo como la Relatividad de Einstein: si te
encuentras al final de la fila o esperando para subir al ómnibus, te parecerá
que los demás deben hacer un esfuerzo para que tú resuelvas; de lo contrario,
si ya estás encima del ómnibus o en la punta de la cola, te cambiarás al bando
del dependiente o chofer, y pedirás paciencia y resignación al resto, porque
¡qué le vamos a hacer, no alcanza para todo el mundo…!
4- Todo lo
que pueda ser “aumentado”, aclarado o rebajado con agua lo será… al menos hasta
que falte también el agua. Productos de limpieza del hogar, pinturas, perfumes,
refrescos, leche y yogurt, encabezan la lista potencial de líquidos que de
repente parecen demasiado densos a la vista del fabricante, y luego a la del
vendedor.
5- En la
praxis médica se pondrán de moda las tradiciones asiáticas, la homeopatía y el
método clínico: agujitas, goticas, hilitos, palitos, semillitas, ojos de buen
cubero, respiraciones profundas y otras espiritualidades, remplazarán a
jeringuillas, rayos x, tomografías, yesos, medicamentos industriales y demás
cosas del consumismo.
6- Además
de colas y úlceras por estrés, el desabastecimiento genera manías y trastornos
compulsivos. Entre los más frecuentes está limpiar con un mendrugo de pan hasta
la última gota de mayonesa antes de tirar el envase a la basura. Una vez que te
acostumbras ya no podrás evitarlo, aunque tengas la despensa repleta. En casos
extremos el envase nunca llega a la basura: se guarda vacío en la despensa,
para lo que surja…
7- El
re-envasaje de productos desde envases grandes hacia envases pequeños será algo
habitual: de hecho, todo lo que signifique ahorro, aunque sea a niveles
subjetivos como el ejemplo de marras, será habitual en tu conducta.
8- Cuando
pienses que la situación llegó al límite, que nada más te puede faltar y laves
tu ropa a golpes contra las piedras del río, escucharás una bola o rumor de que
se van a perder las piedras. Es posible que sea cierto.
Sin
embargo no todo es negativo, entre las muchas virtudes que tiene el
desabastecimiento hay que reconocer su impacto en la alteración y/o
ensanchamiento de las funciones esenciales de los objetos; o sea, que hace
germinar la ingeniería ciudadana: si no lo cree pregúntele a cualquier cubano
para cuántas cosas sirve un neumático de bicicleta, o cuántos usos se le
ocurren para ese cepillo de dientes que ya no da más.
PD: Hasta
el momento no existen evidencias de que hubiese un ama de casa con un chorizo
atado a una roldana, justo encima del fogón, para subirlo y bajarlo y así hacer
con el mismo embutido muchos caldos. Puede tratarse de una exageración popular
que es otro de los efectos secundarios del desabastecimiento.