10 de septiembre de 2011

CURIOSIDADES: EL PAPAMOSCAS



El Papamoscas


El Papamoscas es esa curiosa figura de reloj que se encuentra en la catedral de Burgos, España, y que todas las horas en punto abre la boca al mismo tiempo que mueve su brazo derecho para accionar el badajo de una campana.

Este singular personaje se encuentra  situado en lo alto de la nave mayor, en el ventanal sobre el triforio, (la galería que rodea el interior de una iglesia sobre los arcos de las naves), en el primer tramo de los pies de la basílica. Se trata de una figura de medio cuerpo que se asoma sobre la esfera de un reloj. Viste de encarnado, los rasgos de su rostro son mefistofélicos y muestra una partitura en su mano derecha.

Con esta misma mano empuña la cadena del badajo de una campana. Cada hora en punto se acciona un mecanismo que mueve el brazo que provoca los campanazos. La mejor hora para ver en marcha al autómata es, lógicamente, las doce del mediodía, cuando da doce golpes y abre y cierra doce veces la boca.

Está documentada la presencia de estos relojes en la catedral desde la época medieval. La imagen actual data del siglo XVIII, cuando se sustituyó la figura primitiva del siglo XVI.  

A la izquierda del Papamoscas, a menor altura y de menor tamaño, se sitúa en un balconcillo otra figura llamada "Martinillo", que se encarga de señalar los cuartos de hora. En este caso mueve ambos brazos y acciona sendas campanas que le flanquean. Cada cuarto de hora está señalado por dos campanadas, más agudas que las del Papamoscas.
El Papamoscas es muy celebre y aparece en numerosas obras, especialmente en los diarios de viajes o las memorias de viajeros que visitaban Burgos. Entre otros autores, hablan del Papamoscas Edmundo de Amicis, Víctor Hugo y Benito Pérez Galdós, quien lo cita en sus novelas "Napoleón en Chamartín", y la conocida "Fortunata y Jacinta".

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UN PUENTE ENTRE CUBA Y MIAMI

Un Puente entre Cuba y Miami

Juan Abreu

El Puente. Ahora se ha puesto de moda lo del Puente. Un Puente entre Cuba y Miami. Para la Reconciliación, para el Necesario Abrazo. ¿Otro? Me pregunto. Ya existe ese Puente. Es de dólares, que envían los exiliados a sus familiares y a sus amigos.

¿Que más Puente de concordia y reconciliación que ese río de dólares enviado por amor, sin esperar nada a cambio? 

Lleva tiempo el Puente, funcionando a toda máquina. De aquí para allá, dólares, de allá para acá campañas difamatorias, censura, espías que se infiltran en organizaciones humanitarias exiliadas y ayudan a derribar avionetas y asesinar inocentes. De allá para acá esbirros culturales y sanguijuelas que vienen a ver que pueden sablear a los exiliados. De allá para acá odio y prohibiciones, humillaciones e insultos. Y chulos, y chulería. Y guitarreros vendidos, y analfabetos que se las dan de filósofos. Y escritores mediocres que en cuanto llegan a Miami, es curioso, son tratados como eminencias. 

Ese Puente de dólares exiliados ha dado mucho de sí. En cuanto se levantó, en cuanto empezó a fluir el dinero exiliado ya no éramos gusanos, sino brillantes mariposas. Ya nuestros padres y otros familiares que no nos hablaban porque éramos enemigos del amado Fidel, vendidos al Imperialismo y traidores a la Revolución, de pronto, llamaban por teléfono para pedir calzoncillos y desodorante. Fue fantástico. Una maravilla ese Puente. 

El Puente ya existe. Lo han construido los exiliados. Los exiliados no tenemos que construir ningún Puente. Ya lo hemos hecho. Enorme Puente, caben más de mil millones de dólares al año en ese Puente. Un Puente de amor y solidaridad. 

Si hay que construir algún otro Puente, lo tienen que construir los cubanos sumisos del interior, los que lo han aguantado todo, los que han colaborado en todo, los que apalean a los cubanos insumisos, los que delatan a sus compatriotas, los que los torturan, los que los arrojan al mar, los que llevan cincuenta años llenando la Plaza de Fidel....

El Puente. A mí me gustaría ver ese Puente que tienen que construir los cubanos de dentro. Pero no veo ese Puente por ninguna parte. 
Reproducido de El Nuevo Herald

FRASE DE SABIDURÍA

Las batallas contra las mujeres son las únicas que se ganan huyendo.
  - Napoleón  Bonaparte  (1769-1821) Emperador francés.
 

9 de septiembre de 2011

CELEBRACIONES




Santa Misa en Honor a
Nuestra Patrona
la Sma. Virgen María de la Caridad del Cobre
Cripta de la Basílica del Santuario Nacional 
de la Inmaculada Concepción
400 Michigan Ave NE Ave 
Washington DC
Sábado 10 de septiembre 10:00 AM
Concelebrarán los sacerdotes cubanos del área
Coro Hispano de la Catedral Metropolitana de S. Mateo
y Coro de Niños de la Parroquia Mother Seton.


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¿ESO NO SE APRENDE EN LAS ESCUELAS DE INDONESIA?

¿Eso no se aprende en las escuelas de Indonesia?

Manuel Márquez Sterling.
Diario las Américas.
 
La incompetencia y la ineptitud que brota de la Oficina Ovalada de la Casa Blanca ya ha llegado a niveles que sobrepasan al cuatrenio de Jimmy Carter, quien está categorizado como el peor presidente del siglo XX. Hay que también remontarse a la administración del presidente James Buchanan para encontrar tanta incapacidad. Este Buchanan, por su ineptitud e incapacidad en el siglo XIX se le achaca el haberle abierto las puertas a la Guerra Civil que por poco acaba con esta nación en 1860. Alguien ha dicho que en política más daño hace un incapaz que un pillo.

Hay legiones de norteamericanos que dicen, y están convencidos, de que el presidente tiene todas las intenciones de descalabrar al país, y que todo esto es una conspiración. Hasta que no se nos den pruebas fehacientes no podemos, o mejor dicho, no queremos creer en la tesis de una conspiración. Ese río, por lo pronto, no lo queremos cruzar. Nuestro punto de vista es que se hacen las cosas por inexperiencia, ineptitud e incompetencia. Cosas que advertíamos allá por la campaña presidencial de 2008.

Y es que todos los días tenemos una y otra prueba de esto. Hace poco, unos días, el primer magistrado anunció que le había comunicado al presidente de la Cámara sus intenciones de dirigirse a la nación frente al Congreso. Esto se había hecho públicamente sin aunciárselo al presidente de la Cámara.

La respuesta de Boehner, como debía ser, fue instantánea y tajante: “De eso nada señor presidente. Ese día en el calendario ya está tomado. ¿Qué le parece a Ud. el día siguiente?” Ese día, el que quería el presidente, el miércoles, iban a transmitir por televisión el debate de los candidatos presidenciales republicanos.

A la actuación de la Casa Blanca no se la puede coger por ningún lado. Si le damos el beneficio de la duda, o el beneficio de la buena fe, para no pensar que el primer magistrado con su petición del miércoles lo que quería hacer era torpedear el debate republicano, hay que llegar a la conclusión de que en esa Oficina Ovalada lo que gobierna, o mejor dicho, lo que reina, es una incompetencia desmedida.

Primero: Los mensajes presidenciales frente al pleno del Congreso, no se utilizan de forma rutinaria. Estos están reservados al mensaje anual del Estado de la Nación y para otras situaciones de verdadera emergencia
 
nacional. Si el presidente había esperado dos semanas de vacaciones y golf, muy bien podía esperar otro día más. Segundo: Esa petición presidencial no se hace pública hasta que el presidente de la Cámara la haya recibido. De otra forma se le pone en la picota ante la nación en cuanto a su decisión. Así no se procede. Eso, en la forma en que fue hecho es un insulto.

Esto revela otras cosas. Primero: La arrogancia de las oficinas ejecutivas que se arrogan un derecho sobre el poder legislativo que no tienen. En nuestras clases de cívica y gobierno aprendimos que los tres poderes, el ejecutivo, el legislativo, y el judicial se reparten la gobernación del país al rango de igualdad y cada uno con sus prerrogativas. Y segundo: una ignorancia supina de los procedimientos y tradiciones constitucionales de más de doscientos años.

Hay mucha gente que no saben que el presidente no puede, ni siquiera a título de turista, aparecerse en el perímetro del poder legislativo, que reside en el edificio del Capitolio. Para hacer una simple visita, para admirar la arquitectura, o una pintura que se exhiba en ese edificio, el presidente tiene que anunciárselo al titular de la Cámara y esperar por su invitación so pena de transgredir las delimitaciones constitucionales.

Esta tradición se remonta a la vieja Inglaterra, madre del sistema, que con sus modificaciones rige en este país. Sucedía que por los finales del siglo XVIII el rey, o la reina asistían a las sesiones del Parlamento, hasta que éste le pidió al monarca que era mejor para el funcionamiento de los debates parlamentarios, que el rey estuviera ausente. Y que en su ausencia se nombrara un miembro del Parlamento, para que le reportase a éste por escrito preferiblemente, de todo lo que se había discutido, rechazado y aprobado. Con esto sin sospechárselo nadie, se había creado el cargo y la oficina del Primer Ministro.

Los que hicieron el tinglado constitucional de los Estados Unidos, los llamados “Founding Fathers,” no crearon un cargo de Primer Ministro, pero si pusieron en el presidente de la Cámara muchas de sus funciones, y una de esta es la invitación o denegación de la petición del primer magistrado a plantar sus reales en el recinto del poder legislativo. El señor Boehner, lo que hizo simplemente fue usar de su privilegio para negarle la entrada al rey, o mejor dicho, al presidente, para que se dirigiera a la nación frente al pleno del Congreso en el día que quería. Y de paso darle una lección.

Pero, ¿no nos habían dicho que el presidente era un experto en materia constitucional? Debe ser que nada de esto se enseña en las escuelas de Indonesia.

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FRASE DE SABIDURÍA

Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu propia casa.
- Proverbio chino

8 de septiembre de 2011

LA ORACIÓN DEL CUARTO CENTENARIO



Oración
del Cuarto Centenario

Virgen de la Caridad del Cobre,
hija amada del Padre, Madre del Señor Jesús,
templo del Espíritu Santo y Madre de todos los cubanos.

Al prepararnos a celebrar con alegría el cuarto centenario
de la presencia de tu bendita imagen
en nuestra tierra cubana,
 te alabamos y te damos gracias
por ser regalo de Dios para nuestro pueblo,
por peregrinar con nosotros
mostrándonos a Jesús,
por animar siempre a la Iglesia
que, guiada por el Espíritu Santo,
quiere servir a su pueblo.

María de la Caridad,
mujer creyente, fortalécenos en la fe;

Maestra de esperanza,
enséñanos a vivir esperanzados;

Reina y señora de la caridad,
muéstranos el sendero del amor,
del perdón y la reconciliación
entre todos los cubanos.

Acompáñanos en la oración,
enséñanos el camino de la conversión,
ayúdanos en el compromiso
y en el servicio a los hermanos,
especialmente a los que más sufren.

Madre de la Caridad,
que eres signo y vínculo de unidad,
te suplicamos por todos tus hijos
que, desde dentro y fuera de la patria,
desean lo mejor para Cuba,
te miran como símbolo de cubanía,
y sienten que la Caridad nos une.

Cuídanos y protégenos, líbranos de todo mal.
Contigo, primera discípula y misionera,
queremos seguir anunciando a Cristo
como el Camino, la Verdad y la Vida
para que nuestro pueblo, en Él,
tenga vida abundante, verdadera y eterna.

Santa María, Virgen de la Caridad del Cobre,
ruega por nosotros a Dios.
Amén.

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A LOS 400 AÑOS



A los 400 años


Marlene María Pérez Mateo

Ernest Miller Hemingway pisó suelo cubano por primera vez en 1928 y luego en dos ocasiones más en 1932. Casi fortuitamente llegó a San Francisco de Paula, Provincia Habana, y estableció allí su casa, nombrandola “La Vigia”.

 Su apego al cristianismo y muy en particular al catolicismo no es el aspecto más nombrado en sus semblanzas y biografías. Superan en mucho las referencias a su vida bohemia, aventurera y errante. Aunque no hay dudas que su hacer literario con justicia ostenta la mayor de las reflexiones en cuanto a su persona.
          
Hacer alusión a dos hechos que trazan líneas comunes entre la vida del escritor y Cuba, es el tema que con gusto elijo en esta secuencia de lo tanto y tan bueno hecho en este año que recién se inaugura en homenaje al 400 aniversario de tener a “Cachita” en  nuestra bella y buena patria. Sirvan estas reseñas de grato tributo en esta Fiesta Mariana, donde prefiero tocar con suave pincel y acotar temas, quizás no de los mas traídos y llevados. Bienhallados estén los gustosos de acercarse a estas líneas.

Hemingway había pasado por Zaragoza, España, en uno de sus tantos periplos y allí llegó al Pilar, reconocido sitio de adoración a María y primero de su tipo en el mundo. Tiempo después en Cuba bautizó a su yate con el nombre Pilar en correspondencia con su recuerdo, y seleccionó de patrón al pescador Gregorio Fuentes, recientemente fallecido a la edad de 104 años. De sus incursiones marinas nace “El Viejo y el Mar”. Aunque gran parte de sus libros nacieron en Cuba total o parcialmente.

 En 1954 se le otorgó al escritor el Premio Nobel de las Letras. Él mismo calificó “inmensa deuda con el pueblo cubano” el haber recibido tan alto honor,  y llevó hasta el Santuario del Cobre la medalla acreditativa de dicho reconocimiento. Él confesó no haber encontrado mejor lugar que a los pies de la Virgen de la Caridad para hacer tangible su gratitud.

 Mucho tiempo después vi en dicho Santuario,  en el área de las reliquias y milagros ,el preciado galardón. Conocí a la religiosa que recibió a Hemingway  el día de su visita al lugar y cuando hizo la entrega de su premio. Para entonces era ya muy anciana. En una ocasión la medalla fue robada pero se recuperó rápidamente.
         
La virgen morena fue depositaria del fruto en la larga carrera del más amado norteamericano en Cuba.

Marlene Maria Perez Mateo
Septiembre  5, 2011
Reseña Nº 1
Lugar:Elizabeth , New Jersey  

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ASUNTOS INTERNOS

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ASUNTOS INTERNOS

Elsa M. Rodríguez

Los departamentos de policía, tanto de las ciudades como de los condados, tienen un departamento que se llama "Internal Affairs" o sea Asuntos Internos, donde se ventilan situaciones delicadas que pueden presentarse con respecto a un oficial o varios oficiales de ese cuerpo de cuidadores del orden. Muchas veces, el oficial o los oficiales en cuestión pueden ser suspendidos de su puesto mientras dure la investigación, y algunas veces también se les suspende su sueldo. 

En la ciudad de Miami, desde hace ya varios meses existe una situación de tirantez entre el Alcalde Sr. Tomás Regalado y el actual Jefe del Departamento de Policía Miguel Expósito. La realidad es que nadie sabe a ciencia cierta el porque de este estira y encoge entre el alcalde y el jefe de la policía. Si se sabe que desde hace unos meses después de unos tiroteos entre delincuentes y la policía, murieron 7 Afro-americanos. En ese entonces el alcalde descalificó a su jefe, porque al parecer tenía mucha presión por parte de líderes de la comunidad Afro-americana que le pedían la renuncia del jefe. También el alcalde y el jefe han tenido mucha controversia por el asunto de las maquinitas de juegos de azar instaladas en comercios privados. Hoy sin embargo se dice que al suspender al jefe, lo hacen porque según el Administrador de la ciudad Johnny Martínez, éste "incumplió instrucciones cuando no consultó para retirar de sus funciones a tres oficiales, y porque tampoco cumplió órdenes en cuanto a no reducir gastos en pagos por horas extra".

El jefe Expósito no habla porque según parece el asunto está bajo investigación, y también porque según informan que por una regla impuesta por el administrador Martínez, ningún funcionario de la ciudad puede ofrecer cualquier tipo de declaraciones.

El caso es que al remover al jefe Expósito de su cargo y nombrar como interino al mayor Manny Arosa, y estando todos ellos privados de la libertad de hablar de los problemas internos del Departamento de Policía, la investigación del departamento de Asuntos Internos está afectando el buen funcionamiento de la ciudad, se le está desmoralizando tanto al jefe de policía como al propio alcalde al no aclarar una situación que afecta no solamente a los implicados sino a todos los ciudadanos votantes de Miami. Esperamos que cuando los Concejales tengan que emitir su voto para tomar una decisión en este caso lo hagan sopesando las verdaderas causas que lo han motivado y se alejen por un instante de sus conveniencias personales dentro del distrito que cada cual representa, para que puedan actuar con verdadera justicia y liderazgo, a pesar de que ya hace algunos años uno de los comisionados, la Sra.Michelle Spence Jones hizo una declaración que nos preocupa, cuando dijo que "el liderazgo en algunos lugares no sirve para mi distrito", y es que cuando se habla de liderazgo debe ser el de tener una actuación igualitaria sin distinción del área donde se aplica.

Elsa M. Rodríguez
Hialeah, FL


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ANTONIN DVORÁK


 Antonin o Anton Dvorák fue uno de los más grandes compositores de la segunda mitad del siglo XIX. Dvorák y Smetana son los dos más notables compositores checos.   

Musicalmente fue un posromántico y nacionalista, que a más saber aprovechar los recursos eslavos de la música de su tierra, pudo  también hacerse conocido y triunfador en el ámbito musical internacional.  Son de gran mérito y muy populares sus Danzas Eslavas, su Humoresque Nº 7, la obertura Carnaval,  el Concierto para Violín y Orquesta,  la sinfonía número 8 y, sobre todo, el Cuarteto para Cuerdas “Americano” y la sinfonía Nº 9, “Del Nuevo Mundo”, compuestos durante su estancia de tres años en Nueva York. Había nacido en Nelahozeves, a 25 km de Praga, el 8 de septiembre de 1841, fecha de la que se cumplen hoy 170 años, y falleció en Praga el 1 de mayo de 1904.

Pulse sobre este enlace de Youtube para escuchar el 3er. mov. (allegretto) de la Sinfonía Nº 8 de Dvorak:
http://www.youtube.com/watch?v=zfu14Au1EPA&feature=related



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FRASE DE SABIDURÍA

Para un buen matrimonio hay que enamorarse muchas veces, siempre de la misma persona.
 - Mignon McLaughlin  (1913-1983) Periodista estadounidense.
 

7 de septiembre de 2011

LUGARES: ORCHHA, INDIA



 Orchha
Orchhā  es una ciudad muy antigua que fuera capital de un prominente principado y  que se encuentra situada  en la región central de la India.Fue fundada en el primer año del siglo XVI por un príncipe o rajá que junto a la ciudad y su monumental fortaleza inauguró también dinastía, cosas ellas de las que no pudo disfrutar por mucho tiempo al morir cuando trataba de salvar una vaca de los ataques de un león. Sus sucesores continuaron enriqueciendo la ciudad con fastuosos edificios y templos y, como eran vecinos de los mongoles -mucho más poderosos que ellos y aficionados a bacanales-, se dedicaron a ser espléndidos anfitriones y a simular opulencia con la fastuosidad de sus palacios y convites.
Un ejemplo de ello, aún en pie, es la enorme fortaleza -en realidad servía como residencia palaciega y estaba constituida por varios edificios-, que se encuentra junto al río Betwa. No menos impresionantes son la muralla que la rodea y los numerosos templos y monumentos funerarios llamados chhartris que se encuentran en sus inmediaciones, muchos de ellos convertidos ya en ruinas. En realidad estos chhartris no son tumbas, porque los indúes acostumbran a cremar a sus muertos.


Hoy en día,  Orchha  no disfruta de la magnificencia por la que se destacó en sus primeros siglos, pero aunque disminuida su población y deteriorados sus palacios por el paso del tiempo, sigue centrando su vida en torno a ellos.  Ahora son reliquias de un pasado esplendente que exhibe con orgullo a los muchos turistas que la visitan y que  constituyen su mayor fuente de riqueza.  

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LA VIRGEN DE LA CARIDAD

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La Virgen de la Caridad

Carlos Cabeza

Tres embarcaciones condujeron a los conquistadores españoles hasta el Nuevo Mundo. Una de ellas –la nao capitana llamada Santa María- jamás regresó al Viejo Continente, quedando destruida en la isla La Española. Tal parece con ello, que la Santísima Virgen nos simbolizó su deseo de permanecer para siempre entre nuestros pueblos, marianos por excelencia.

Como todas las naciones de América también Cuba tiene una devoción especial por la Madre del Redentor. Todo comenzó en los albores del siglo XVII, cuando tres hombres bregaban después de una tormenta por la Bahía de Nipe en busca de sal. Un resplandor blanco que les pareció un ave, yacía sobre las aguas. Al acercarse hallaron una pequeña imagen de Nuestra Señora flotando sobre una tabla, con un letrero que decía: “YO SOY LA VIRGEN DE LA CARIDAD”.

El hecho milagroso no fue el hallazgo de una imagen seca después que amainó la tempestad, la cual pudo ser lanzada al mar -como era costumbre en esa época- implorando protección ante el mal tiempo. El milagro consistió en que María decidió unirse para siempre con el pueblo cubano bajo el título de la Virgen del Amor, porque Caridad es Amor.

Pronto su culto se propagó y fue venerada, estando presente en todo el quehacer cubano. La devoción pasó a formar parte de los valores del pueblo, siendo el estandarte de las ansias espirituales de un país que daba los primeros pasos para convertirse en nación, buscando su independencia económica y su libertad político-social.

María de la Caridad se fue a la manigua combatiendo junto a sus hijos al colonialismo español. Padeció con su pueblo –junto a los esclavos, prisioneros y la impedimenta mambisa- y murió con cada uno que ofrendaba la vida en aras del ideal patrio. Pero también resucito imbricada a la nueva república que, esperanzada y llena de ilusiones a pesar de sus sombras, hizo presente que el sacrificio no fue en vano.

Miembros del Ejército Libertador encabezados por el general Jesús Rabí, pidieron a la Santa Sede que declarara a esta Virgen Mambisa, Patrona de Cuba. Así surgió una nueva era en la pequeña nación de gran corazón. Pero la Virgen –cuyo palpitar late al unísono de sus hijos- vio venir días grises y difíciles, que desembocaron en una más que prolongada noche oscura.

El odio, antítesis del amor que ella predica, se apoderó del poder y luego de los hombres, para controlar sus mentes y acciones. Se entabló una batalla férrea entre las fuerzas del bien y del mal, muy bien definidas desde siempre, aunque agoreros modernos quieran negarlo.

Por momentos interminables, luego por años, los paredones de fusilamiento no pudieron ocultar el grito agónico y viril de sus hijos e hijas asesinados, dando vivas a Cristo Rey. Las cárceles crecieron tanto, que el archipiélago se convirtió en una gran prisión. El cubano ha sido perseguido, reprimido, golpeado y vejado, pero el manto de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, no deja de abarcar a uno solo, dándonos a todos sitio en su barca.

Desde su Basílica en El Cobre, nos mira para ser bañados del amor que irradia, pero ella no permanece estática, se traslada a donde quiera que estemos, ya bien sea entre los héroes que murieron por la Patria, en la cárcel con los opositores y prisioneros de conciencia, en las calles o templos con las Damas de Blanco reprimidas y golpeadas, junto a los disidentes y contestatarios que han sido hasta macheteados, al balsero que llega y a los muchos que son presas de la mar endemoniada, o como el otro yo de los combatientes que se aferraron al fusil y todavía aspiran al mismo como vía redentora.

¡Madre, mira a tus hijos que sufren de una tiranía cruel!, danos sitio en tu barca protegiéndonos bajo tu manto para ser junto a tí amor, y ayúdanos a forjar esperanzados "con el concurso de todos y para el bien de todos”, una Patria digna, soberana y democrática, basada en la verdad, justicia, amor y libertad.



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UNA FERIA DE LA CARIDAD DE 183...



Una feria  de la Caridad de 183…

Ana Dolores García

Estos días del comienzo de septiembre a los camagüeyanos nos traen recuerdos imborrables. Son los de la “feria” que anualmente se instalaba en la plaza alrededor de la iglesia de la Caridad, cuando Waldo de la Fe y su troupe armaban sus carpas y conectaban sus estridentes altavoces para deleite de paseadores  y tormento de vecinos. 

Los clásicos caballitos, los carros locos, la estrella y otros aparatos mecánicos más, compartían la plaza con quioscos de juego en los que sus encargados no perdían la voz gritando: “¡vaya, 2 pelotas por una peseta!” y te animaban a probar suerte y puntería. Si lograbas que tu tiro tumbara  al muñeco o mono que colgaba enfrente, o tu pelota atravesara un aro bastante estrecho…. ¡Zas! podías escoger una hermosa muñequita o un león de peluche para tus hijos. Otros quioscos vendían refrescos y cerveza, dulces… 

No faltaba tampoco el heladero o el hombre que enrollaba el algodón de azúcar. Los fiñes se daban un gran gusto comiendo esas chucherías y montando en los aparatos mecánicos para los que papi o mami daban permiso.  Para ellos era un gran final del verano que se iba y el colegio que volvía. Pepillos y pepillas también disfrutaban la feria, en la que algún encuentro podía resultar en noviazgo y con suerte hasta en boda.  
   
Pero nuestra “Feria de la Caridad”  no siempre fue así, porque cuando comenzó a celebrarse, allá por el año 1734, ni siquiera existían los aparatos mecánicos.  Eso sí, parece que siempre fue importante y acreedora de alguna fama, ya que se cuenta que en 1821 el propio gobernador de la Isla, el General Concha, se paseó con su familia por la feria de aquel año.

Más o menos de entonces, -sólo una década posterior-, nos ha quedado un relato muy fiel de aquellas ferias que disfrutaban los principeños del siglo XIX. Se encuentra en una pequeña novela o cuento camagüeyano, (como prefirió llamarlo su autor), cuya trama se desarrolla durante una de estas ferias. El libro en cuestión es un clásico de nuestra literatura vernácula, excelente ejemplo de un costumbrismo lleno de detalles sobre usos y costumbres de los habitantes del Príncipe.  

Su autor lo fue José Ramón de Betancourt, nacido en Camagüey, quien quiso darle precisamente el título de “Una Feria de la Caridad de 183…” Así, indefinido, sin especificar la fecha. La novela, o cuento camagüeyano, fue publicada por primera vez en el “El Fanal de Camagüey”, periódico literario que entonces circulaba en Puerto Príncipe. De ella se hicieron posteriormente varias ediciones y hoy incluso se puede leer íntegra en Internet. 

José Ramón de Betancourt fue escritor asiduo de la original Gaceta de Puerto Príncipe. Además ocupó la dirección del Liceo Artístico y Literario de La Habana  y llegó a ser Diputado a Cortes en el año 1870.  

 En esta modesta Gaceta de Puerto Príncipe no tenemos espacio suficiente para publicar su novela, pero no nos privaremos de reproducir los segmentos de ella que se refieren a aquella Feria de la Caridad de 183…  Al fin y al cabo, en estos días de la festividad de Nuestra Patrona, muy probablemente estuviéramos dándole vueltas a la iglesia y hasta disfrutando de un buen algodón de azúcar. Como no nos es posible, conformémonos con el recuerdo y  la esperanza.
 

Estos son dos fragmentos de la novela de José Ramón de Betancourt: 
  
“Era una tarde de agosto: el sol declinaba al occidente deslizándose por un cielo azul y sin nubes: sus últimos rayos lucían en los ángulos de las torres de una ciudad alzada en su llanura, y venían a perderse reflejadas en las aguas de dos ríos, que la ceñían cariñosamente.

El Tínima parecía, en la tarde a que nos referimos, arrastrar con languidez sus raudales, sombreados por altos bambúes, entre cuyas cañas se deslizaba apenas la luz del crepúsculo, para brillar un instante en la blanca clavellina abierta en sus márgenes.


El Tínima es el rio bello por excelencia para los camagüeyanos, es el de sus inspiraciones, el que describen e invocan siempre en sus sencillas trovas. Para nosotros tiene también encantos; pero bañados de cierto tinte melancólico que muchas veces nos obligó a dejar sus orillas, vivamente afectados. Sus turbias aguas parecen traer de manantiales desconocidos, recuerdos y memorias de otros tiempos; pero recuerdos vagos, memorias impregnadas de cierta tristeza indefinible, que nos inspira a retazos la historia ignorada, acaso fantástica, de otros hombres y de otras sociedades que alzaron sus caneyes en aquellas márgenes, y cuyas últimas huellas se encuentran tal vez en lo profundo de sus arenas.

Cuando queremos evocar una creación indiana, volvemos la espalda á la hermosísima sabana que se extiende a la orilla del Tínima, desviamos nuestros ojos de la modesta cúpula de San Lázaro, de esa ermita tan poética como santa, tan sencilla, como pura es para nosotros la memoria del hombre, cuyos restos encierra: procuramos oír el sencillo cantar del campesino que se aleja de la ciudad, y reclinados en los muros del puente, damos rienda suelta a nuestra imaginación en medio del vapor que forman las aguas. Entonces sentimos, y al volver en nosotros, notamos que una lágrima espontánea se resbala por nuestra mejilla. 

¿Qué emoción la crea? ¿Qué memoria la arranca de nuestra alma? No lo sabemos, pero así sucede, y he aquí porqué vamos a alejarnos con presteza del puente del Tínima para conducir a nuestros lectores al de la Caridad, en una tarde de agosto de 183…

El Hatibonico es más alegre, más cristalino, más risueño, y aunque en realidad parece dividir en dos a un pueblo, el hermoso puente que cubre sus aguas los estrecha de nuevo, y la ciudad y el barrio se comunican constantemente.

Retumbaban los arcos de ese puente bajo las ruedas de un lucido cordón de carruajes, que desde el interior de la ciudad se dirigía al pueblecillo de la Caridad, donde en esa tarde parecía haberse reconcentrado todo el movimiento y vida del Camagüey.

—Magnifica feria vamos a tener este año, padre mío, dijo un caballero, acercándose a un anciano que estaba tranquilamente sentado en los pretiles del puente.

—Me alegraré, contestó éste, porque con ansia deseo volver a gozar del espectáculo que presentaba el barrio de la Caridad en esta época y en mi juventud. ¡Ay aquellos eran otros tiempos! exclamó reclinando su barba en el puño de un largo bastón de Castilla.

—Y yo presumo, replicó el caballero, que entonces valdría poco la feria, porque en lugar de esta hermosa calle, sólo habría maniguas, alguna ermita escondida en el monte, poca gente, mucho fanatismo y pare usted de contar.

—Presumís mal, dijo el anciano, y aunque veáis mi frente calva y mis pobres cabellos canos, no creáis que alcancé malezas donde hoy veis casas. Cuando yo nací, hallé la calle como ahora, mejor aún, parecíame entonces más ancha, más regular y bella. Os diré. Mis padres fueron de los primeros habitantes de este barrio y en realidad encontraron las malezas, la ermita y un mal puente de madera sobre este rio, mas apenas se erigió la iglesia a Nuestra Señora, (que si no estoy trascordado, hubo de ser por los años de 1734,) se fabricó a su  costado una casa redonda, (dicen que bajo el mismo plan que ocupaba otra de guano, alzada por los indios); junto a ésta se hicieron otras, y así apareció como por encanto esa ancha plaza de portales corridos, en cuyo centro veis descollar el templo, adornado hoy con nuevas galerías.


Las personas devotas de Puerto Príncipe venían de romería todos los años en agosto y setiembre al pueblecillo de la Caridad, reducido entonces a la plaza. Allí pasaban el novenario y la octava, haciendo ejercicios piadosos, dando limosnas, cumpliendo promesas y celebrando en fin el nacimiento de la Santísima Virgen. Tal era la devoción que esta Señora inspiraba, que se hubiera reputado como un crimen entregarse al juego y a diversiones puramente mundanales en esos días, y tal el entusiasmo de los camagüeyanos por la feria de la Caridad, que no bastaron las casas de la plaza a contener el gentío, y se fabricaron otras que en breve han formado esta calle. 

Había entonces tal espíritu de unión entre nosotros y tanta fe, que cada vecino al construir su casa no pensó sólo en su familia, sino en las de aquellas personas a quienes debía dar hospedaje durante el novenario y la octava; por esto casi todas son espaciosas y algunas tienen dos departamentos. Formábanles anchos portales, para que el vecindario pudiese venir a la Caridad sin hollar el lodo ni sufrir el sol (entonces no había carruajes) y por último sembraron árboles alineados a lo largo de las aceras para hacer aquellos más hermosos y frescos, y he aquí porqué conserva aún el nombre de alameda. Figuraos si sería linda esta calle, improvisada en pocos años, adornada por este tiempo con arcos, banderas y flores, con sus casas enlazadas y erigidas casi bajo un propio plan, aunque no por desgracia con la rectitud debida….

En otro capítulo, José Ramón de Betancourt retoma el relato de la feria:

“La noche era hermosa, salía la luna en todo su esplendor de un grupo de nubes, sobre cuyos bordes resplandecían sus plateados rayos. Para gozar del espectáculo de la feria, muchas familias habían dejado sus carruajes en el puente de la Caridad y dirigíanse a pié á la iglesia.

A uno y otro lado de la acera innumerables mesas iluminadas con faroles de papel de distintos colores, veíanse cubiertas de sabrosos dulces, tostadas panetelas e hirviente ponche: en otras la perinola, la roleta y el boliche formaban grupos de muchachos y negros. Destacábanse dos de estos de los ángulos de esas mesas para vigilar, mientras que otro tiraba con indecible maestría un par de dados. Aquí el pregón de la lotería confundíase con el de la trova cubana, acompañada de un arpa o de un bien punteado tiple; allá el disparo de los cohetes y el repique de las alegres campanas del templo vecino, ahogaban el rezo de los devotos, las imprecaciones de los jugadores y los chillidos de los pilluelos, mientras que un gentío inmenso transitando por la calle daba a este cuadro una variedad y animación que no acertamos a bosquejar.

Al resplandor de innumerables bujías reflejadas en altas gradas de plata, veíase desde la plaza la pequeña Virgen de la Caridad, radiante de oro y de preciosas piedras….”

“Una Feria de la Caridad de 183…” puede leerse íntegramente en:




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