13 de octubre de 2009


¿Por qué decimos….
…hacerse el sueco?

Ana Dolores García

Cuando decimos de alguien que «se hace el sueco» queremos indicar que se está haciendo el distraído para no enterarse de algo que no le conviene.

¿Sería ésa una mala costumbre de algún sueco, que se generalizó hasta convertirse en una de esas expresiones populares, -lugares comunes del hablar o escribir-, que repetimos continuamente sin saber su origen? No, no le echemos toda la culpa a los suecos, a quienes ya les está sonando bastante su oído izquierdo en estos días.

Según la Real Academia Española, la frase aparece por primera vez en una obra de teatro de 1841: «Dios los cría y ellos se juntan», del autor español Bretón de los Herreros. El significado que se le da en la obra es algo así como «hazte el desentendido». En el mismo diálogo se suelta otra expresión popular: «Estoy en Babia». Ejemplos similares se suceden en la literatura española, y en 1906 aparece un libro que recoge cantares y refranes antiguos de España, entre ellos esta cuarteta:

«Dos súbditos pierde España
cuando se presta dinero,
el que lo da, se hace inglés
y el que debe, se hace sueco».

Son variadas las teorías sobre el origen de la frase. Una de ellas señala que no se refiere a los suecos de Suecia, sino a los suecos de Sueca, un pequeño poblado de Valencia formado por campesinos, gentes de poca instrucción que cuando iban a la capital, Valencia, se sentían perdidos o no entendían el lenguaje, es decir, se comportaban más o menos como tontos.

Otros aducen que ese modismo en nuestro idioma es mucho más antiguo, aunque no hay mucha base en qué sustentarse para ello, por la distancia de siglos que media entre la primera mención escrita de él en lengua castellana (siglo XIX) y el posible origen de la época romana que se le atribuye. En esta versión, «sueco» deriva de «soccus», zapatos de madera que usaban los comediantes jocosos, torpes o ignorantes. De soccus derivan también los zuecos, zapatos de madera que los asturianos prefieren llamar madreñas.

Hay más hipótesis todavía. Una de ellas, increíblemente falsa, relaciona la frase con los turistas suecos que invaden España desde la pasada década de los sesenta y que, como desconocen el idioma, no entienden lo que se les dice.

Algunos la remontan a la época de la guerra de los Treinta Años (1618-1648) entre España y Suecia, y no faltan quienes atribuyen el origen al comercio entre Inglaterra y España en los comienzos del siglo XIX. No van muy despistados. Ya por aquella época, el vino de Jerez (sherry para los ingleses) se consumía más en la pérfida Albión que en la propia España. Sin embargo y a causa de las guerras, el traslado de la mercancía en barcos ingleses o españoles se hacía arto difícil, por lo que se recurrió a los barcos suecos o a usar en sus barcos la bandera sueca, ya que Suecia era una potencia neutral y muy respetada) O sea, que simplemente aquellos barcos «se hicieron los suecos».

Muchas versiones y ninguna logra acuñar su veracidad. Escojamos, pues, la que mejor nos convenza.

Ana Dolores García
Foto: Google

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