Una fiesta en La Habana
Martha Pardiño,
para mi nieta Sofía
Quiero hacerte una fiesta allá en mi Habana:
Una fiesta de luces y colores,
Bajo el cielo azul del patrio suelo,
Con espuma de mar, versos y flores.
Quiero hacerte una fiesta allá en mi Habana:
Con música de guitarras y pregones,
Con melcocha, almendra y tamarindo,
Ajonjolí, arroz con leche y chicharrones.
Quiero hacerte una fiesta allá en mi Habana:
Y en tu vestido de gasa azul celeste
Se reflejarán con envidia los luceros,
Y mariposas blancas adornarán tu pelo.
Quiero hacerte una fiesta allá en mi Habana:
Que guardes Sofía en tu pupila joven,
Y quede grabada en tu amoroso pecho,
Como recuerdo vivo de cuanto yo te quiero.
Quiero hacerte una fiesta allá en mi Habana:
Cuando sin amo, libre al fin, ondee mi bandera.
Cuando no existan cárceles ni verdugos ni cadenas,
Y en un círculo de amor cantemos los cubanos.
Tu abuela que te quiere.
Martha Pardiño
Querida Lolita:
ResponderEliminarHe abierto La Gaceta, no solo para ver mi poesía a Sofía, tan bellamente adornada con la foto de mis nietas, sino para leer algunos artículos muy interesantes. Gracias, Lolita.
Sería para mi un sueño tener un blog como el tuyo y te felicito por tu esfuerzo y tu buen gusto. Tienes de todo en tu blog y tan bien coordinado todo, escritos, fotos, etc., que tengo que felicitarte nuevamente.
La vida es tan corta que apenas nos deja tiempo para hacer las cosas que nos gustan, esas que alegran el alma y los ojos.
Cuando tenía 14 años, estaba loca por cumplir los 15, para que me dejaran ponerme zapatos de tacón alto, pintarme los labios y, sobre todo, para estrenar vestido largo.
Después de los 17 estaba loca por cumplir los 20 años, para graduarme de bachillerato, salir de noche con amigas y amigos, bailar y tener novio.
Y el tiempo que nunca miré con importancia, pasó y empecé a trabajar, me casé, me metí en la lucha contra Fidel, estuve presa, y tuvimos que dejar la patria y ambandonar familia, hermanos y amigos que nunca más volvimos a ver.
Un día, ya en este país y con hijos, me dí cuenta que no tenía regreso y me puse a escribir sobre Cuba y ha imaginarme una Habana que ya no existe. Aquella Habana preciosa donde nací y donde se abrió la flor de mi juventud.
Y entre mis añoranzas y criar a mis hijos y el trabajo, han pasado 49 años y yo todavía ansío hacer cosas que nunca he podido realizar.
Y esta corta vida se me va de las manos y no he podido dejar ni siquiera un libro de versos, o de cuentos cortos de cosas que he vivido allá en la tierra que me vió nacer, y que tengo frescas en mi memoria...
Esta vida que a los 14 años me parecía tan larga y que pasaba tan lentamente, me ha dado una sorpresa a los setenta y pico: es realmente una vida muy corta.
Un abrazo,
Martha Pardiño
Bellísima poesía. A Martha Pardiño la felicito y le diría que no nos prive de poder disfrutar sus recuerdos de la tierra que nos vió nacer. Nunca es tarde.
ResponderEliminarMaría del Carmen