16 de octubre de 2009


Los dioses rotos
buscan una candidatura a los Oscar


Ana Dolores García

El ICAIC de Cuba ha elegido el filme «Los Dioses Rotos» para contender en Hollywood por un Oscar a la mejor película en lengua no inglesa.

La película, dirigida por Ernmesto Darana, fue estrenada en el XXX Festival de Cine Latinoamericano de La Habana en 2008, donde naturalmente recibió los premios del público y de la crítica cinematográfica. Y, por supuesto, también ha sido seleccionada por la Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica como la mejor película cubana de 2008. Todos ellos, premios dados en casa, aunque igualmente ha sido alabada por críticos progres de otros países.


El argumento narra las andanzas de Alberto Yarini, famoso proxeneta habanero que fuera asesinado en 1910. El tema resulta idóneo para que el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematograficas retome el trillado tema de la prostitución y revuelque el filme en todas las inmoralidades y suciedades que tratan de mostrar como imperantes en la Cuba anterior al castro-comunismo.

Sin embargo, en la propia Cuba se reconoce un «cierto paralelismo» con la actualidad cubana. En una crónica publicada por Juventud Rebelde, en La Habana, se lee: «Los oponentes de la tesis de Laura [… ] consideran que la aspirante toma por pretexto el mito de Alberto Yarini para hurgar en La Habana del presente. Lo mismo podría sospecharse de la película toda. Y así es, nadie lo oculta, Daranas menos que nadie: la investigación de Laura se comporta como el resorte que ayuda a entender, más que las circunstancias de la muerte de Yarini, ciertos hilos invisibles, o visibles, que mueven el tejido social cubano de ahora mismo».

Otra crónica desde Cuba -nada menos que en Granma-, insiste: «No es necesario desempolvar lo vigente y está claro que Yarini es sólo el pretexto. Más que en el tema o el personaje que abordes, las verdaderas claves de una historia suelen estar en su tratamiento. Y nuestra historia se arriesga con lugares que se han hecho comunes justo porque suelen abordarse estereotipadamente, impidiendo apreciar la tremenda riqueza que hay en ellos. […] De nuevo el insepulto Yarini, aquel gallo de San Isidro, vuelve a dar guerra en este paralelismo social y cultural contemporáneo de chulos y prostitutas, […] es una tesis oblicua del filme, no importa que la profesora universitaria que investiga sobre el asunto resulte seducida por el joven proxeneta (bajo una explicación formal de que 'fue drogada'). No señor. Hubo algo más en esa entrega carnal y el director lo subraya…»

Por otra parte, y desde el exilio, una crónica aparecida en La Puntilla, (http://s14.zetaboards.com) en el pasado mes de marzo, la cataloga como «un brodio del ICAIC», y basa su calificación en consideraciones como la siguiente:

«… Y caballeros, por favor, eso que ustedes vieron ahí, no representa para nada la cubanía, esa mezcla de prostitutas, santeros, chulos, profesores, escritores y cuanta m… existe revolcada en un ridículo drama sentimental, no son los cubanos, esa es la obra de la dichosa dictadura en sus 50 años, y esos son los problemas por los que atraviesan las familias decentes en Cuba día a día, pero que al parecer a nadie le interesan, o son problemas muy riesgosos que otro chulo verde olivo y zurdo puede acabar al mismo estilo que Rosando, a tiro limpio…»

Recojo también dos párrafos de la crónica que sobre este filme hizo Néstor Díaz de Villegas en mayo de 2009 y que apareció publicada en Cubaencuentro.com:

«En el filme de Ernesto Daranas todo es vulgar y perdulario. Su falso sentido crítico parece trasplantado del primer volumen de las 'Reflexiones’ […] Incapaz de mirarse de frente en toda su bajeza, y a fuerza de no asomarse nunca a la cloaca del presente, a La Habana no le queda más que escapar al pasado...

Ana Dolores García
Ilustración: Google

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