22 de marzo de 2010


La última hora

Dulce Maria Loynaz

Por mísero cinismo compelido
se encuentra Judas en aquella cena
y aunque la envidia y el temor refrena
entorna las pupilas confundido.

Cristo, de sus ensueños abstraído,
y con palabra de dulzura plena
sin ira dice, con quietud serena:
“¡Uno que aquí se encuentra, me ha vendido!”

Entonces los apóstoles temblaron;
mirándose con miedo, vacilaron…
y Pedro, levantándose exclamó:

-¡Di quién es de nosotros el culpable
para escupir el rostro al miserable!-
y Cristo nada dijo. Sonrió.

De la colección «Diez Sonetos a Cristo»,
publicados en 1921 por Dulce María Loynaz.

Foto: La Ultima Cena, pintura mural de Leonardo da Vinci,
Refrectorio del Convento Santa María de las Gracias, Milán.
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