Cien Ovejas
Juan Romero
Eran cien ovejas
que había en un rebaño,
eran cien ovejas
que amante cuidó.
Pero una tarde
al contarlas todas,
le faltaba una,
le faltba una
y triste lloró.
Las noventa y nueve
dejó en el aprisco
y por la montaña
a buscarla fue.
La encontró llorando,
temblando de frío;
ungió sus heridas,
la cargó en sus hombros
y al redil volvió.
Esta antigua historia
vuelve a repetirse,
todavía hay ovejas
que errabundas van;
con el alma rota
van por los collados,
temblando de frio,
vagando en el mundo,
sin Dios y sin luz.
Pero todavía
existen pastores
que por la montaña
a buscarlas van,
y cuando las hallan
las traen al camino,
al camino bueno,
la Verdad y la Vida,
que es el Cristo, el Señor.
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