28 de julio de 2012

CARTA DE UN NIÑO CUBANO A HARRY POTTER

Carta de un niño cubano 
a Harry Potter

Querido compañero Harry Potter:

Te escribo porque he tenido una discusión larguísima con mi primo Yorch por causa de tu magia y tus poderes, y quiero tener respuesta tuya de primera mano para salir de mis dudas.

Todo comenzó cuando vimos una película tuya que él trajo de Miami y que para verla le alquilamos 2 horas la máquina de video (DVD) a una aeromoza de al lado de casa. Al finalizar todos se quedaron pasmados con tus poderes, pero a mi no me parecieron gran cosa y es por eso que te escribo, para que me aclares. Para mi, las cosas que salen en la película las puede hacer cualquiera y todavía mas.

Déjame contarte desde el principio para que no te pierdas, que ya se que aunque eres mago, no eres cubano y por tanto un poquito lento. Yo vivo en una isla mágica, que se estira y encoge a voluntad del jefe (que es algo así como Voldemort, pero con mucho mas poder) o dependiendo de la situación, creo que no creo pase en Gryffindorf.

Un día somos "una pequeña islita al lado de un monstruoso imperio" y 24 horas mas tarde podemos ser "la Mayor potencia médica del mundo". Lo mismo pasa con la gente que vive aquí; a veces son "El Pueblo" (que es una cosa gigantesca capaz de las hazañas mas increíbles y que nunca hace nada malo) y otras veces, la misma gente, son "la población" (una cosa chiquita que siempre se está equivocando, que no comprende las medidas tomadas, o "un Grupito" que hace actividades ilegales.

¿Como se convierte el Pueblo en Grupito y viceversa? Eso contéstamelo tu si eres mago de verdad. Pero no creas que solo la isla es mágica, no, mi familia está llena de magos también. Mi padre, que era ingeniero químico, una noche al conjuro de las palabras mágicas "¡a la m... con todo!", se convirtió en cuentapropista porque en su trabajo le habían dicho que no era Idóneo, cosa que era mas que evidente porque el trabajaba allí desde hacía 10 años y todos sabían que el era Chucho. Mi madre hace tres actos de magia diarios, con resultados asombrosos, como el de convertir una cáscara de plátano en bisté, o un pan de la bodega en torrejas.

Mi primo Yorch también es mago. Hace 5 años se fue al campin de Mégano a pasar un fin de semana con sus padres y todos desaparecieron por arte de magia. Ahora apareció, mas gordo que la Guía telefónica de Beijing, rosado y con unos zapatos que cuando caminas encienden unas lucecitas, con un cassette tuyo en la mano y hasta con un nombre nuevo, porque cuando se fue de campismo se llamaba Jorgito

Por cierto que me dijo que si yo me iba al Campin del Mégano también podía cambiarme de nombre y en vez de Quientusabes, regresar llamándome Youknow, pero con ese nombre yo no me aparezco en la escuela ni a matao.

Hablando de escuelas, vi que un día fuiste a tu escuela montado en un fotingo. ¿Y a eso le llaman magia? ¡Ay, Harry, que inocente eres!

Yo voy TODOS los días a la escuela en camello. no arriba sino dentro, y no voy solo (ojalá). Dentro de esos camellos cabe un número indeterminado  (pero alto, altísimo) de integrantes de la población, que también son magos. ¿Tu crees que podrías meterte dentro de un camello y salir exactamente frente a tu escuela sin haber podido mirar hacia afuera? Pues yo lo hago facilito. ¿Como? Eso te lo dejo de tarea, a ver si puedes hacerlo.

Te aclaro que no tengo varita mágica, la magia está aquí generalizada. Aquí hay carros mucho mas viejos que el de tu película y que todavía andan por las calles, camiones que nadan, mesas redondas que informan, perros sin tripas que vienen en vez en cuando a las carnicerías,  pollos de dieta, plátanos burros, pollo por pescado, ocas en pasta, refrescos de extintores, inalcanzables logros alcanzados, voluntad hidráulica, batallas de ideas, bloqueo y dólares, pesos que sirven para comprar dólares aunque no son convertibles, escuelas de bueyes, vacas embalsamadas y embajadores de la salsa.

La isla (que vista en un mapa parece un camaján, digo un caimán), además de estirarse o encogerse, puede replicarse y así crear una isla virtual que es solo visible a los ojos de los turistas y que no se parece en nada a la otra, aunque es la misma.

Pero el mas mago de todos aquí es Voldemart (el jefe de que te hablé, pero me gustó el nombrecito); si agarra al Voldemort de tu película segurito que lo convierte en algo. Ese es el bárbaro convirtiendo cosas.

El puede convertir reveses en victorias, Presidentes en lamebotas, paraguayos en uruguayos (así de un palo), profesionales en gusanos, gusanos en turistas y mas tarde en señores. Ingenieros en maleteros, licenciados en taxistas, médicos en dependientes, analfabetos en millonarios, profesores en soldados y después en muertos, prostitutas en universitarias (¿o era al revés).

Puede agrandar el picadillo quitándole carne, convertir agua en leche, frijoles en queso, soya en picadillo, chícharos en café, oro en papelitos, dólares en chavitos, orientales en palestinos, animales en policías, avenidas en terraplenes...

¡Ay, Harry,! ¿Mago tu?

Te voy a dar una oportunidad para que demuestras tus poderes. Mira coge un sobre de carta y pones mi nombre y esta dirección: Luis Estévez #313, entre Escobar y Campanario, Plaza, ciudad de La Habana, Cuba. Mete adentro un billete de 100 libras esterlinas y mándalo por correo. (No uses la lechuza Hedwing si no quieres que termine en fricasé en cuanto sobrevuele el espacio aéreo de la isla). Esta dirección no existe, si recibes la carta de vuelta con un cartelito que dice "Destinatario desconocido", eres un tipo de suerte, pero si trae el billete dentro de regreso, ¡entonces eres un verdadero mago!

Se despide de ti con afecto,
Quientusabes.

*¡Error! Nombre de archivo no especificado.

(Circula como mensaje electrónico por Internet sin otro nombre de autor).

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