27 de julio de 2012

BIENAVENTURADO, OSWALDO

Bienaventurado, Oswaldo

Dora Amador,
El Nuevo Herald

Te han bajado a la tierra cubana y te han cubierto de ella. No volverás a hablar ni a escribir, ni a soñar en este mundo con una Cuba libre, pero tu conciencia está viva, no muere, porque es parte de la conciencia primordial de Dios. Tu cuerpo, tus actos y pensamientos, que formaron en vida parte del Cuerpo de Cristo, ahora están ya fundidos en él, que es amor y reconciliación y libertad y todo eso por lo que luchaste sin cesar desde muy joven. Para ti la ruta única era el repeto pleno a los derechos humanos.

Los proyectos por ti creados, para la democracia verdadera, no el capitalismo neoliberal ni marxista, y la plena dignidad de los cubanos, quedan como obra maestra de tu espíritu cristiano.

Fuiste y eres un bienaventurado. Para personas como tú las proclamó Jesús: "Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos". ¿Y quién es un "pobre de espíritu"? Me lo dijo el mismo Oswaldo en una entrevista en 1997, en la Ermita de la Caridad:

Pregunta: "¿Cómo es tu vida de oración, de comunicación con Dios?"  Respuesta: "Me presento ante Dios de la forma más indigente, en la indefensión total, pero también en la confianza total". (Oswaldo Payá: Un llamado a la conciencia, El Nuevo Herald, 10 de abril de 1997).

"Bienaventurados los mansos, porque el Padre les entregará en herencia la tierra". Bien sabías que manso no quiere decir cobarde, tu mansedumbre fue la que pidió Jesús que tuviéramos ante los lobos que nos rodean: "Sean mansos como una paloma, y astutos como una serpiente".

"Bienaventurados los que lloran, porque el Padre los consolará". ¿no habrás llorado tú, Oswaldo, en la soledad de la cárcel, en los brazos de tu querida Ofelia ante tanta ignominia y maldad, tanta traición e incomprensión desde aquí del exilio donde te condenaban por el Proyecto Varela, sin entender su grandeza, incluso sin haberlo leído, me consta a mí; también allá, donde fuiste ferozmente perseguido; ¿no lloraste cuando tu hijo estuvo a punto de morir y viniste a Miami para un hospital donde podían salvarlo?

Recuerdo que fue el padre Francisco Santana, de la Ermita de la Caridad, quien se ocupó de enviar el avión preparado con todos los equipos médicos y profesionales, para que pudieras llegar a tiempo con tu hijo y salvarle la vida. Fue con la ayuda económica de Elena Díaz-Versón Amos, que tanto ayudó al padre Santana en su programa de envíos de medicinas a Cuba, Fe en Acción. Qué amistad la de ustedes, el cura bueno y el laico que dio su vida sin miedo, con la libertad de los hijos de Dios, buscando siempre la justicia, reafirmando su catolicismo raigal.

Sí, Jesús, lloró en el Monte de los Olivos, y tú lloraste también. Bienaventurado, Oswaldo.

"Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque el Padre los saciará".

"Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos".

"Bienaventurados los misericordiosos, porque el Padre los tratará con misericordia".

"Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán al Padre".

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