Ha
muerto Payá. Lo han asesinado. Hombres como el son molestos... por coherentes,
por luminosos, por puros, por valientes, por creyentes. Hombres como el
escasean en estos tiempos... tiempos en los que se necesitan hombres como el.
Fue
cubano hasta la médula, fue católico hasta la médula. Su desaparición física es
una invitación a un examen de conciencia a los que sabemos de eso... y una
acusación mas al régimen miserable que impera en Cuba. Lo peor es la escasez de
materia prima para que resurjan hombres como el.
Que
Dios le regale vida eterna a el y a Harold -ex seminarista, amigo, gran
colaborador-. Me embarga una sensación de que Cuba está cada vez mas perdida e
inmejorable.
Gracias
Payá por ser ejemplo de laico, por hacer tan buena síntesis entre fe y
política. Gracias por tu vida. Mi mas sentido pésame a Ofelia, a tus hijos y la
familia de Harold. Haz fiesta con tu gran amigo Mons. Salvador en el cielo... y
desde allá sigue trabajando por nuestra devastada Cuba.
P.
Manolo Puga
Bellísima carta, honesta y de frente, tenía qué venir de un sacerdote joven. No sabía qué Harold era exseminarista. Al padre Puga le dicen "Manolito Terremoto",y es extraordinario según he leido.
ResponderEliminarHijo de nuestra compañera teresiana Marinita Resto. Y Maggie, él es sobrino de tus amigos Alberto Puga y su esposa Sylvia. Marinita me dice que su hijo es muy abierto, muy querido. Ojalá pronto lo podamos conocer personalmente.
ResponderEliminarMaría del Carmen Expósito