7 de octubre de 2013

Otra vez la transhumancia




 Otra vez la transhumancia

Un rebaño de unas 2.000 ovejas merinas cruzó ayer domingo el centro de Madrid en la vigésima edición de la Fiesta de la Transhumancia, con la que se recupera una tradición de la Edad Media. 

La trashumancia es el paso del ganado y sus pastores de las dehesas de verano a las de invierno, o viceversa. En España este movimiento de ganado se realiza mediante un sistema de caminos establecidos durante siglos. 

Es un método extensivo de sistema agrario ya que se trabaja únicamente con ganado, sin parcelas, en grandes extensiones de terreno que van variando para no producir la desertificación por un excesivo pastoreo. 

Por ello, a la llegada del otoño, los pastores recogen sus rebaños de vacas, cabras o principalmente ovejas, y los conducen hasta terrenos más al sur donde el clima sea más cálido y los pastos más frescos. 

A la llegada de la primavera, el recorrido vuelve a hacerse a la inversa hasta llegar al punto de partida, atravesando incluso las ciudades y carreteras que estos grandes rebaños encuentren a su paso.  Ni siquiera Madrid ha logrado librarse de ellos. 
  

Históricamente la tecnología ha sido muy rudimentaria, aunque en los últimos años se ha visto beneficiada por los avances en telefonía móvil y GPS.   La trashumancia en España se ha realizado a pie, pero al introducirse el ferrocarril a mediados del siglo XIX, éste comenzaría a ser un popular medio de transporte. 

Sin embargo, al ser substituido a su vez cincuenta años más tarde por el transporte motorizado, volvió a incrementarse el pastoreo a pie, no tanto para conservar viva tan antigua tradición, como para eludir los elevados costes del transporte a través de camiones. 

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