9 de octubre de 2009

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La noticia monda y lironda


La noticia no la repito porque todos la conocen ya. Es la noticia del día. La que nos despertó esta mañana y escuchamos incrédulos, todavía dormitando.

A medida que pasan las horas de este primer día, la noticia sigue levantando ronchas y loas. No hay más que repasar los periódicos de Europa, del mundo, y leer los comentarios de las propias redacciones, a favor o en contra, o de los simples ciudadanos que ahora pueden expresar libremente sus opiniones (perdón, debo agregar que los de los países libres) y ser leídas al momento por miles de personas gracias a Internet.

Me sumo a ellos y expreso la mía. Primero, agradezco a Dios que pueda hacerlo, porque eso significa que vivo en un país libre. Bien, acabo de oír por la radio que Obama ha dicho «que se encuentra asombrado». Pues si él dice que se encuentra asombrado, ¿qué diremos los demás?

Otros candidatos aparentaban ser más «premiables» si atendemos a una larga trayectoria pacifista o en pro de los derechos humanos, como el disidente chino Hu Jia, el primer ministro de Zimbabue, Morgan Tsvangirai, o la colombiana izquierdista Piedad Córdoba, que contaba con bastante «palanca». Pero los suecos prefirieron hacerse los suecos y los ignoraron.

A mi entender, los esfuerzos de Obama por fortalecer las relaciones diplomáticas internacionales se reducen a pedir excusas y más excusas. Su acercamiento al mundo musulmán puede tener otras intenciones, no elaboro, sólo sospecho, y que no logran resolver el impasse entre palestinos e israelíes y, en cuanto a lo de disminuir la proliferación nuclear en el mundo, ya vemos el caso que le hacen Corea del Norte e Irán. Por lo demás, me resulta como un parto muy prematuro antes de nueve meses de gestación gubernamental, para poder calibrar el resultado de sus esfuerzos verbales. A lo mejor lo logra con el tiempo y un ganchito, pero no me parece muy lógico premiar por adelantado.

Es el tercer norteamericano que logra el Nobel de la Paz en los últimos años, Carter, Gore y ahora Obama. Lo de Gore fue un premio a la paz verde. Lo de Carter, bueno, para qué recordar. Y lo de Obama lo veremos a su tiempo. Que no nos llene el pesimismo y no pensemos como Dante cuando dijo que el camino del infierno estaba empedrado por buenas intenciones.

Este mediodía hablé por Skype con un primo en España. Le pregunté su opinión sobre el premio. Me contestó solamente con una sonrisa irónica. No hizo falta más.

Entre los muchos comentarios que he estado leyendo entresaco éste de los de la gente de la calle que se entretiene en jugar al periodismo y que muchas veces ofrecen opiniones razonables y concretas, y no se limitan a insultos y groserías:

«Cuando pensamos en el premio Nobel de la paz, estoy seguro que muchos soñadores se imaginan a gente como Gandi, ... pero a él nunca se le concedió el galardón. En cambio, si miramos la lista de nobeles de la Academia Sueca, veremos gente como Arafat, terrorista durante años, al que sí se le ha concedido el galardón. Obviamente no quiero comparar al Presidente Obama con Arafat, pero una vez más la dicha institución muestra su lado político, porque realmente el presidente de los EE.UU. no ha hecho absolutamente nada para merecérselo. Sinceramente, lo único que ha hecho es lo mismo que hizo para ganar las elecciones. Dudo que si el Presidente Obama tuviera la piel más clara le hubieran concedido el Nobel. Pero claro, nuestra sociedad se "apiada" de las "minorías" y tilda este tipo de obras como "discriminación positiva", cuando realmente hay muchos otros que se merecen este y otros galardones. Igualmente, enhorabuena Presidente Obama, a pesar de que aquí en los EE.UU. todavía nadie puede entender porqué has recibido este premio. Espero de corazón que dones tu millón de dólares a una organización sin ánimos de lucro para la paz en el mundo.»

El Presidente Obama ya ha anunciado que donará el premio a una institución de caridad.

¿O a un nuevo plan de estímulo?

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1 comentario:

  1. Anónimo10/10/2009

    Muy buen trabajo de María Teresa sobre el 10 de Octubre que, por cierto, ya casi nadie comenta en el exilio. Cuba y su historia se van olvidando, ¡qué pena y qué dolor!
    Gracias por esta estampa.
    Martha Pardiño

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