26 de octubre de 2009


Besos

Gabriela Mistral
(1889-1957)

Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.

Hay besos silenciosos, besos nobles,
hay besos enigmáticos, sinceros,
hay besos que se dan sólo las almas,
hay besos por prohibidos, verdaderos.

Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.

Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia,
cuántas rosas en broche han deshojado.

Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.

Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.

Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.

Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.

Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien, son besos míos
inventados por mí, para tu boca.

Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.

¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenáronse de lágrimas tus ojos.

¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.

Yo te enseñé a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.

Lucila Godoy Alcayaga, conocida por su seudónimo Gabriela Mistral, nació en Chile en 1889 y murió en Nueva York en 1957.

Como maestra escribió numerosos poemas y cuentos para niños, que son populares en todos los países de habla hispana. Publicó su primer libro de poemas (Desolación) en 1922. A éste siguieron Ternura, Tala, Lagar y otros más, que han sido traducidos a diferentes idiomas. Siempre se le ha considerado como una escritora modernista, aunque no cultivara los temas exóticos propios de éstos. Al contrario, sus temas siempre tuvieron como escenario el campo y los pueblos chilenos.

En 1945 le fue otorgado el Premio Nobel de Literatura, convirtiéndose en el primer escritor latinoamericano en recibirlo. Premio aún más sorprendente por haber sido concedido a una mujer. adg

Foto: Google
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2 comentarios:

  1. Me encanta Gabriela Mistral. Sus poemas rezuman honestidad. Me gusta su palabra fácil, sin rebuscamientos, y su alma de mujer sincera.
    No sé si se acordarán que a las últimas tres estrofas de este verso sobre los besos, en La Habana, le pusieron música y fue un bolero tremendamente popular.
    Gracias, Lolita, por traer a esta bella mujer a tu blog.
    Martha Pardiño

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  2. Claro que recuerdo aquella canción con los versos de Gabriela Mistral, Martha. Últimamente hasta han hecho un regeaton con ellos.

    Aparte de lo que representa para las mujeres por haber sido una mujer quien recibiera en toda América Latina un premio Nobel de Literatura, su poesía es pura y sencilla y llega al alma.

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