El hombre que le hacía sombra a Fidel:
Camilo Cienfuegos
Camilo Cienfuegos
Pedro Corzo,
Especial para El Nuevo Herald
Camilo Cienfuegos, quizás sin quererlo, opacaba al propio Fidel Castro --como se lo aprecia en la escena durante el ingreso de los guerrilleros a La Habana, el 8 de enero de 1959--, aunque su muerte, a poco de haber apresado al comandante Húber Matos por órdenes de Castro, le ha servido al régimen para endiosarlo como uno de los mártires de la revolución.
STR/AFP/Getty Images
El comandante Camilo Cienfuegos Gorriarán, un hombre que al decir de muchos tenía tanto arraigo popular como Fidel Castro, desapareció sin dejar rastro en octubre de 1959 en un vuelo entre las ciudades de Camagüey y La Habana.
Cienfuegos, quien al morir era jefe del Estado Mayor del Ejército, se caracterizaba por usar un sombrero de ala ancha y era, según sus amigos, muy bromista. Ejercía una gran influencia sobre las masas y había participado en la expedición del yate Granma, siendo uno de los líderes de la sobredimensionada invasión de Oriente a Occidente, junto con el también comandante Ernesto Guevara.
Sin embargo, su enigmática y prematura muerte posibilitó que se convirtiera en uno de los dioses de la mitología del totalitarismo cubano. También hizo pensar a muchos que Castro había ordenado su desaparición.
Según la versión oficial, Cienfuegos había viajado a Camagüey para arrestar al comandante Húber Matos, jefe militar de la provincia, quien había remitido a Castro una enérgica carta en la que denunciaba la penetración y control que los comunistas estaban ejerciendo en todas las esferas del gobierno revolucionario. La carta, sin duda uno de los documentos más polémicos en la historia reciente de Cuba, hizo que Matos cumpliera 20 años de cárcel y, probablemente, que Cienfuegos nunca llegara a su destino.
LOS CASTRO LE TEMIAN
El 23 de octubre de 1959, Cienfuegos compareció en el Canal 11 de la televisión de Camagüey para informar sobre el arresto de Matos. La conferencia de prensa, la última de Cienfuegos, fue conducida por el periodista y publicista Cebrián de Quesada, quien en entrevista con el autor hizo una síntesis de lo que manifestó el desaparecido comandante:
a) Que Matos había estado conspirando, pero que para justificar su acusación sólo pudo presentar unas fotos de la revista Cuba Nueva, que editaba el regimiento de Camagüey, en la que aparecían unos niños desnutridos;
b) Que Matos había sido trasladado a La Habana donde iba a ser juzgado por Fidel y Raúl Castro;
c) Que entre los hombres más valiosos de la Revolución se encontraban los comunistas, restándoles importancia a las acusaciones de Matos de que el proceso estaba bajo influencia marxista, y
d) Calificó de prensa amarilla y como enemigo del pueblo a los medios que estaban denunciando los fusilamientos, defendió las ejecuciones y negó que se estuviera fusilando a personas inocentes.
Por otra parte, estudiosos de la desaparición de Cienfuegos y defensores de la hipótesis de que fue asesinado afirman que los agentes de la Seguridad del Estado que dirigía Osvaldo Sánchez, tenebroso dirigente de las fuerzas de choque del Partido Socialista Popular, primer jefe G-2, y que curiosamente también pereció en un accidente aéreo, vigilaban estrechamente a Cienfuegos. Según ellos, la Seguridad del Estado llegó al convencimiento de que Cienfuegos no creyó la trama urdida alrededor de Matos, y que por temor a que descubriera el complot los hermanos Castro ordenaron su muerte.
Según varios testigos, un oficial de la Fuerza Aérea de Cuba encontró una cinta grabada en la que estaban registrados los datos del despegue de la avioneta Cessna, modelo 310, en la que viajó Cienfuegos, que contenía la información de que cuatro minutos después de despegar el Cessna número 53 lo hizo un caza británico tipo Sea Fury, al mando del piloto personal de Raúl Castro con su cañón de 20mm. desenfundado.
Publicaciones de la época señalan que el comandante Camilo Cienfuegos partió del aeropuerto de Camagüey aproximadamente a las 6 p.m. del 28 de octubre de 1959 en compañía del soldado Félix Rodríguez y, como aviador, el teniente Luciano Fariñas Rodríguez, que tenía más de 2,000 horas de vuelo y vasta experiencia como piloto en el modelo de avión que los transportaba. Según los archivos oficiales, Fariñas nunca informó la ruta por la que volaría y sólo en una ocasión se comunicó con la base para que Cienfuegos le impartiera instrucciones al capitán Méndez, quien quedaba al frente de la provincia de Camagüey.
Es importante destacar que las altas esferas del gobierno se percataron de la desaparición de Cienfuegos 24 horas después de su partida de Camagüey. Es difícil comprender cómo una dirigencia política que se ha caracterizado por la paranoia, que percibía conspiraciones por doquier, ignorara por tanto tiempo la situación de uno de los hombres más importantes de la Revolución que, por otra parte, venía de sofocar un supuesto complot militar.
El Gobierno Revolucionario, en un comunicado oficial, señaló que la desaparición de la avioneta fue consecuencia del mal tiempo existente entre las provincias de Camagüey y Matanzas. Sin embargo, investigaciones meteorológicas sobre ese día indican que las condiciones climáticas eran razonablemente buenas. No obstante, varios reportes indican que por lo menos la tripulación de dos aviones comerciales reportaron fuertes turbonadas.
Pedro Corzo, El Nuevo Herald,
Tomado de http://www.conexioncubana.net
Especial para El Nuevo Herald
Camilo Cienfuegos, quizás sin quererlo, opacaba al propio Fidel Castro --como se lo aprecia en la escena durante el ingreso de los guerrilleros a La Habana, el 8 de enero de 1959--, aunque su muerte, a poco de haber apresado al comandante Húber Matos por órdenes de Castro, le ha servido al régimen para endiosarlo como uno de los mártires de la revolución.
STR/AFP/Getty Images
El comandante Camilo Cienfuegos Gorriarán, un hombre que al decir de muchos tenía tanto arraigo popular como Fidel Castro, desapareció sin dejar rastro en octubre de 1959 en un vuelo entre las ciudades de Camagüey y La Habana.
Cienfuegos, quien al morir era jefe del Estado Mayor del Ejército, se caracterizaba por usar un sombrero de ala ancha y era, según sus amigos, muy bromista. Ejercía una gran influencia sobre las masas y había participado en la expedición del yate Granma, siendo uno de los líderes de la sobredimensionada invasión de Oriente a Occidente, junto con el también comandante Ernesto Guevara.
Sin embargo, su enigmática y prematura muerte posibilitó que se convirtiera en uno de los dioses de la mitología del totalitarismo cubano. También hizo pensar a muchos que Castro había ordenado su desaparición.
Según la versión oficial, Cienfuegos había viajado a Camagüey para arrestar al comandante Húber Matos, jefe militar de la provincia, quien había remitido a Castro una enérgica carta en la que denunciaba la penetración y control que los comunistas estaban ejerciendo en todas las esferas del gobierno revolucionario. La carta, sin duda uno de los documentos más polémicos en la historia reciente de Cuba, hizo que Matos cumpliera 20 años de cárcel y, probablemente, que Cienfuegos nunca llegara a su destino.
LOS CASTRO LE TEMIAN
El 23 de octubre de 1959, Cienfuegos compareció en el Canal 11 de la televisión de Camagüey para informar sobre el arresto de Matos. La conferencia de prensa, la última de Cienfuegos, fue conducida por el periodista y publicista Cebrián de Quesada, quien en entrevista con el autor hizo una síntesis de lo que manifestó el desaparecido comandante:
a) Que Matos había estado conspirando, pero que para justificar su acusación sólo pudo presentar unas fotos de la revista Cuba Nueva, que editaba el regimiento de Camagüey, en la que aparecían unos niños desnutridos;
b) Que Matos había sido trasladado a La Habana donde iba a ser juzgado por Fidel y Raúl Castro;
c) Que entre los hombres más valiosos de la Revolución se encontraban los comunistas, restándoles importancia a las acusaciones de Matos de que el proceso estaba bajo influencia marxista, y
d) Calificó de prensa amarilla y como enemigo del pueblo a los medios que estaban denunciando los fusilamientos, defendió las ejecuciones y negó que se estuviera fusilando a personas inocentes.
Por otra parte, estudiosos de la desaparición de Cienfuegos y defensores de la hipótesis de que fue asesinado afirman que los agentes de la Seguridad del Estado que dirigía Osvaldo Sánchez, tenebroso dirigente de las fuerzas de choque del Partido Socialista Popular, primer jefe G-2, y que curiosamente también pereció en un accidente aéreo, vigilaban estrechamente a Cienfuegos. Según ellos, la Seguridad del Estado llegó al convencimiento de que Cienfuegos no creyó la trama urdida alrededor de Matos, y que por temor a que descubriera el complot los hermanos Castro ordenaron su muerte.
Según varios testigos, un oficial de la Fuerza Aérea de Cuba encontró una cinta grabada en la que estaban registrados los datos del despegue de la avioneta Cessna, modelo 310, en la que viajó Cienfuegos, que contenía la información de que cuatro minutos después de despegar el Cessna número 53 lo hizo un caza británico tipo Sea Fury, al mando del piloto personal de Raúl Castro con su cañón de 20mm. desenfundado.
Publicaciones de la época señalan que el comandante Camilo Cienfuegos partió del aeropuerto de Camagüey aproximadamente a las 6 p.m. del 28 de octubre de 1959 en compañía del soldado Félix Rodríguez y, como aviador, el teniente Luciano Fariñas Rodríguez, que tenía más de 2,000 horas de vuelo y vasta experiencia como piloto en el modelo de avión que los transportaba. Según los archivos oficiales, Fariñas nunca informó la ruta por la que volaría y sólo en una ocasión se comunicó con la base para que Cienfuegos le impartiera instrucciones al capitán Méndez, quien quedaba al frente de la provincia de Camagüey.
Es importante destacar que las altas esferas del gobierno se percataron de la desaparición de Cienfuegos 24 horas después de su partida de Camagüey. Es difícil comprender cómo una dirigencia política que se ha caracterizado por la paranoia, que percibía conspiraciones por doquier, ignorara por tanto tiempo la situación de uno de los hombres más importantes de la Revolución que, por otra parte, venía de sofocar un supuesto complot militar.
El Gobierno Revolucionario, en un comunicado oficial, señaló que la desaparición de la avioneta fue consecuencia del mal tiempo existente entre las provincias de Camagüey y Matanzas. Sin embargo, investigaciones meteorológicas sobre ese día indican que las condiciones climáticas eran razonablemente buenas. No obstante, varios reportes indican que por lo menos la tripulación de dos aviones comerciales reportaron fuertes turbonadas.
(Continuará)
Pedro Corzo, El Nuevo Herald,
Tomado de http://www.conexioncubana.net
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La teoria del derribo por un caza con las posiblidades tactico tecnicas de un Sea Fury, como piloto, me parecen poco probables, en primer lugar el avion no disponia de radar ni existian en Cuba Oficiales conductores para interceptar un objetivo nocturno, el fuego emitido por un avion contra otro es como una verdadera "lluvia de estrellas" que muchos observadores terrestres hubieran denunciado. La caida del avion interceptado envuelto en llamas y su obligado impacto cono la tierra tampoco fue conocido, si existian nuves en el area o si no tambien seria una tarea muy didicil para un piloto no entrenado como eran los pilotos que habi en esa epoca en Cuba, el Sea Fury basicamente era un caza bombardero y los pocos pilotos que habian en Cuba solo sabian aterrizar y despegar siempre con mucha cautela, recuerdese que los Sea Fury llegaron en Julio de 1958 y empezaroon a volar meses despues, en 1959 habian quizas nos mas de 6 pilotos capaces de volarlo y quizas 3 que pudieran interceptar de noche, Carreras, Prendes y Del Rio.?)
ResponderEliminarSin lugar a dudas para mi la conspiracion de la reunion en la Cienaga de Zapata me parece la mas cercana a la realidad...