Los tres lutos
Bonifacio Byrne
Bonifacio Byrne
Cuando el mancebo marchó a la guerra,
de él, despidiéronse lacrimosas,
su triste madre, su pobre hermana
y su doliente pálida novia.
En su caballo de blancas crines
a la carrera partió el mancebo:
Las tres mujeres inconsolables,
¡ay!, lo esperaron por mucho tiempo.
Sin el jinete que fue a la guerra
volvió el caballo de blancas crines,
y por su dueño le preguntaron
a un mismo tiempo las infelices.
-Una certera, traidora bala,
le abrió en el pecho sangriento surco.
Corre -él me dijo- dile a mi madre,
hermana y novia, que están de luto.
El de la novia duró tres meses;
el de la hermana duró tres años;
el de la madre... ¡duró hasta el día
que al cementerio se la llevaron!
de él, despidiéronse lacrimosas,
su triste madre, su pobre hermana
y su doliente pálida novia.
En su caballo de blancas crines
a la carrera partió el mancebo:
Las tres mujeres inconsolables,
¡ay!, lo esperaron por mucho tiempo.
Sin el jinete que fue a la guerra
volvió el caballo de blancas crines,
y por su dueño le preguntaron
a un mismo tiempo las infelices.
-Una certera, traidora bala,
le abrió en el pecho sangriento surco.
Corre -él me dijo- dile a mi madre,
hermana y novia, que están de luto.
El de la novia duró tres meses;
el de la hermana duró tres años;
el de la madre... ¡duró hasta el día
que al cementerio se la llevaron!
Bonifacio Byrne, (1861-1936) poeta cubano
Foto: Google.
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