El Domingo del Amor
(Jn 13, 31-35)
Por ti, Señor,
amaremos, aún no siendo amados.
Y, en medida rebosante y sin cuenta,
colmaremos y calmaremos
los corazones que necesitan paz,
las almas que se han tornado en tibias,
los pies que se resisten a caminar,
los ojos que se han quedado en el vacío.
Por ti, Señor,
mantendremos, eternamente nuevo,
el mandamiento que Tú nos dejaste:
amar, sin mirar a quién
amar, sin contar las horas
amar, con corazón y desde el corazón,
amar, buscándote en el hermano.
amaremos, aún no siendo amados.
Y, en medida rebosante y sin cuenta,
colmaremos y calmaremos
los corazones que necesitan paz,
las almas que se han tornado en tibias,
los pies que se resisten a caminar,
los ojos que se han quedado en el vacío.
Por ti, Señor,
mantendremos, eternamente nuevo,
el mandamiento que Tú nos dejaste:
amar, sin mirar a quién
amar, sin contar las horas
amar, con corazón y desde el corazón,
amar, buscándote en el hermano.
Javier Leoz, Betania.es
____________________________
No hay comentarios:
Publicar un comentario