SOPA DE GATO Y SOPA DE AJO
Las sopas de gato son un tipo de sopa muy humilde típica en la cocina clásica del sur de España. No pensemos que se haga con carne de gato, ¡no! En su confección es muy similar a las sopas de ajo, pues emplea los mismos ingredientes pero dispuestos de otra forma. Es una sopa muy espesa que se sirve bien caliente y es muy adecuada en los fríos meses de invierno.
Se sitúa el origen de estas sopas en tierras gaditanas. En el siglo XVI la ciudad de Cádiz era asediada por continuos ataques piratas y los saqueos consecuentes. Esta situación hizo que el hambre y la imaginación de la cocina de la zona hiciera invención de este plato de sopas con ingredientes de pan y ajo.
A medida que se divulgó esta sopa por el territorio nacional, al llegar al Madrid de la corte del siglo XVIII y XIX devino en las conocidas sopas de ajo que tan populares se hicieron en los cafés de tertulia de la época. La gran diferencia era el pimentón y los huevos que se hilaban casi enteros sobre la sopa. Los panes mojados mantenían su estructura y no eran diluidos como en las sopas de gatos.
La sopa de gato es una sopa que se elabora con abundante aceite de oliva y ajo, y a la mezcla se le suele añadir pimienta molida. Resulta muy sencilla de hacer y los ingredientes son muy baratos. A la sopa, cuando ha hervido, se la añade pan duro cortado en láminas muy finas y poco a poco para que se vaya deshaciendo poco a poco y quede al final con la textura de una papilla blanca y sedosa.
Suelen batirse unos huevos con un poco de queso rallado y bien batido que se añade a la sopa hirviente. Se tapa y se retira del fuego, sirviéndose bien caliente a los comensales. Una de las características de esta sopa es que se realiza sin pimentón y que no posee caldo. (Y desde luego, tampoco lleva carne de gato aunque ese sea su nombre).
RECETA DE LA TRADICIONAL SOPA DE AJO
(Para estos días de frío)
Aunque en muchas regiones de España las tradicionales sopas de ajo son un plato típico del tiempo de cuaresma y Semana Santa al no llevar ninguna carne, nada más indicado que ellas para calentar el estómago en estos días de frío tan gélido.
La sopa de ajo es un tipo de sopas que contiene fundamentalmente agua o caldo, pan (que suele ser pan duro que ha sobrado de días anteriores), pimentón, laurel, ajo y aceite de oliva). Se trata de una sopa de origen humilde, pero como todo plato popular, está sometido a múltiples variantes según la economía de la familia y los gustos de la cocinera o cocinero, por lo que es común que se le añadan otros ingredientes, como huevo, chorizo, tocino fino, jamón, bonito, etc.
La sopa de ajo ha sido un almuerzo muy frecuente en la antigüedad en muchos sitios de España. El desayuno consistía en un café bebido al alba y, un par de horas después, para mantener las fuerzas, se tomaban las sopas de ajo, generalmente con uno o dos huevos dentro, que se cocinaban con el calor de la sopa.
Hay tantas recetas como variedades de sopa de ajo. He aquí una de ellas.
200 gr de pan del día anterior
5 cdas de aceite de oliva,
50 gr de jamón Serrano
sal, al gusto
4 dientes de ajo
1 cda de pimentón dulce,
4 huevos,
6 tazas de agua
Cortar el pan en rebanaditas pequeñas y finas y reservarlas. Calentar el aceite en una cacerola, agregar los ajos, pelados y picados, y freírlos hasta que estén bien doraditos, cuidando que no se quemen, pues darían mal sabor.
Seguidamente, retirar la cacerola del fuego, incorporar el pimentón, salar y revolver con una cuchara de madera. Incorporar el pan reservado y el jamón previamente picado y rehogar todo junto ligeramente.
Añadir 6 tazas de agua caliente y poner la cacerola de nuevo al fuego. Dejar hervir durante 15 minutos a fuego suave. Por último, repartir la sopa en 4 cuencos de barro, cascar un huevo sobre la sopa de cada cuenco con mucho cuidado para que no se rompa, e introducir en el horno, con el gratinador encendido, durante 3 ó 4 minutos para que se cuajen los huevos.
4 raciones
Fuentes:
Wikipedia
www.cocinavino.com
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