de decirte “si” cuando mi interior
me empuje a desertar de tus sendas,
de ser valiente en mis decisiones.
De anunciar tu Palabra que salva
y de llevarla a mi vida.
De seguir tus pasos y tus huellas
y alejarme de otras que son polvo y nada.
Que no me canse, Señor,
de regresar de caminos equivocados.
De pedir perdón por los errores cometidos.
De ser más humilde y menos soberbio.
De caminar hacia la santidad
y de luchar contra mi propia mediocridad.
Que no me canse, de Ti, Señor.
Javier Leoz,
www.betania.es
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