29 de enero de 2011


ESPEJO DE PACIENCIA


Mayra Montes

 
Autor:                                     Silvestre de Balboa
Año escrito:                           1608
Selección, estudio y notas:   Ángel Aparicio Laurencio
Edición publicada:                1970

El poema ẻpico-histrico escrito por  Silvestre Balboa, es el primero de las letras cubanas según los investigadores y expertos en este material. Su titulo, “Espejo de Paciencia” refleja el tema principal de la obra que es la paciencia con que el obispo de Cuba Fray Juan de Cabezas y Altamirano mostró cuando fue secuestrado por el pirata francés Gilberto Girón cuando se encontraba en el Hato de Yara en Oriente en una misión pastoral.

El poema es una obra donde se mezcla la historia con la mitología Greco-romana y donde predomina el tema religioso a través de todas sus octavas. Ambas expresiones son producto de la época y lugar especifico donde ocurrieron los hechos, o sea en el año 1608 en Cuba que era una colonia Española donde las influencias y costumbres de la madre patria eran obvias.

Si bien el autor exalta la virtud de la paciencia mostrada por el obispo en su cautiverio, ésta es solo una de las finalidades morales que Silvestre de Balboa exhibe en su libro. Hay otras, como la condena del delito cometido por el pirata luterano, la hidalguía del capitán Ramos, el cual toma la decisión de rescatar al obispo y la valentía mostrada por los monteros en ayudar a Ramos en el rescate. El obispo no es el protagonista de la obra. Los protagonistas son una colectividad de  finalidades morales que el poeta esboza a través de todas sus octavas.

A pesar de que el poema tiene que ver con capitanes, piratas y el mar, en ningún momento el autor menciona el nombre de las naves ni siquiera describe como son. El mar sólo se menciona cuando este parece tomar un aspecto ficticio controlado por fuerzas extrañas que lo enfurecen.  En cambio, la naturaleza, a través de sus exuberantes flores y frutos es parte integral de la obra. Todo el campo cubano se alegra y muestra su grandeza y frondosidad cuando el obispo es liberado.

Es peculiar ver como el autor en una de sus octavas proclama como Salvador, el esclavo etíope, después de matar al pirata Girón, merece ser puesto en libertad.  Una vez mas, vemos como una finalidad moral, en este caso la condescendencia hacia el esclavo después de un hecho heroico, es protagonista de la obra. Este concepto de libertad para un esclavo parece estar muy avanzado para la época.

En mi opinión es contraproducente ver como el autor mezcla la mitología Greco-romana con los hechos reales. Que tienen que ver las ninfas o nereidas en el contexto de la obra que es un hecho histórico? Pudiera ser que como el poeta griego Homero era considerado como uno, si no, el mejor poeta de todos los tiempos, todo autor se veía en la obligación de rendirle tributo o quizás emularlo a través de su obra haciendo alusión a sus deidades. 

Hay dos hechos posteriores a la fecha de la primera publicación de este poema que parecen estar inspirados por este. El primero es el Himno Nacional Cubano y el segundo  es una leyenda que existió y posiblemente aún exista en los campos de Cuba a principios del siglo XX llamado “La Luz de Yara.”

En la octava del poema que termina “Animo! A la batalla, que ya es hora! Que un buen morir cualquiera afrenta a dora,” el autor indica como el capitán Ramos alienta a los bayameses a pelear y a morir por la causa con honor. El mismo concepto esta expresado en El Himno Nacional Cubano cuando exalta al combate a los bayameses al final de la primera estrofa i.e., “que morir por la patria es vivir.”

“La luz de Yara” es una leyenda sobre una luz misteriosa que aparecía por la noche en los campos de Camagüey y Oriente y se posaba sobre los jinetes ahuyentándolos del área. Esta luz según los “guajiros” o campesinos provenía de hechos sangrientos ocurridos años atrás durante el tiempo de la colonia en el Hato de Yara. 

Mayra Montes
Miami Beach, FL

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