11 de junio de 2010

Recorrido por las
antiguas plazas de toros de Madrid


Si hay una catedral del toreo mundial, un lugar que puede consagrar o desterrar a un matador de toros, ese es Madrid. Hoy, todo el mundo conoce la monumental de Las Ventas, pero en nuestro habitual recorrido por las anotaciones más curiosas y destacadas de la blogosfera, nos gustaría que viajaras con nosotros en el tiempo para descubrir las antiguas plazas de toros que hubo en la capital y que ya forman parte de la historia de la tauromaquia de nuestro país.

Hay quién sitúa el origen de las corridas de toros en el siglo XII, cuando comenzaron a popularizarse en España, Portugal y sur de Francia, contando con la prescripción de ilustres personajes como Alfonso X El Sabio.

Desde sus comienzos y durante mucho tiempo, cualquier lugar de la ciudad lo suficientemente céntrico y amplio era válido para el noble arte del toreo; es por ello que las plazas mayores de las diferentes villas se convirtieron, de forma natural, en los cosos primitivos.

En el caso de Madrid, hasta comienzos del siglo XVIII, fue la Plaza Mayor la que tuvo el honor de celebrar las principales corridas, aunque compartiendo el protagonismo con otras tradiciones y actos públicos de la villa, como el comercio o los actos de fe.


En 1737 comenzó a construirse la primera plaza de toros ad hoc de la ciudad bajo una estructura circular y en madera, aunque de caracter provisional. Se situaba junto al río Manzanares y era conocida bajo el nombre de Casa Puerta. El diámetro del ruedo era de 50 metros y tenía una capacidad de 10.900 espectadores. Acogió tan sólo tres corridas y estuvo funcionando cerca de doce años, hasta que el rey Fernando VI financió la obra de la primera plaza permanente, la de la Puerta de Alcalá.

Aunque con base de madera en sus tendidos, la Plaza de toros de la Puerta de Alcalá fue rodeada en su exterior por una base de cal y canto, con una fachada de mampostería enfoscada carente de decoración. Su aforo era de 12.000 espectadores, aunque en 1833 se redujo con la reforma de sustitución de las gradas de madera por piedra. Se ubicaba donde actualmente se encuentran las calles Claudio Coelho y Conde de Aranda. Con las obras del ensanche de la ciudad, tuvo que ser derruida a comienzos de 1.870.

Su sustituta fue la Plaza de Toros de Goya; se situó en el actual emplazamiento del Palacio de los deportes, lucía un aspecto mucho más ortodoxo y fue diseñada bajo un estilo mudejar por los arquitectos Emilio Rodríguez y Lorenzo Álvarez. Entre sus características principales, un ruedo de 60 metros de diámetro y un aforo para 14.867 espectadores, incluidas las localidades de favor: Palco Regio, Presidencia, Diputación y Música. Fue inaugurada el 4 de septiembre de 1874 y durante sesenta años, testigo de una de las épocas más brillantes del toreo en Madrid.

Pese a la popularidad de esta plaza y sus años de gloria, la ciudad, y la cultura hacia los toros fue creciendo por lo que se necesitó preparar una monumental adaptada a los tiempos. Es así como en 1931 comienza a construirse la actual Llaza de Las Ventas, respetando el estilo de la de Goya, pero ampliando sus localidades hasta cerca de 25.000. Se inauguró finalmente en 1.934, se trata de la mayor plaza de toros de España y la tercera con más aforo del mundo tras las de México y Valencia (Venezuela), no obstante es la segunda mas grande en cuanto al diámetro de su ruedo tras la plaza de Ronda. Pero quizá su grandeza resida en ser considerada por profesionales, aficionados y críticos como la más importante del mundo. Ya se sabe, «de Madrid, al cielo».


Recogido de ABC, Madrid
7 de junio
de 2010
Foto: Plaza de Las Ventas, Madrid, Google
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