6 de junio de 2010

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Cancún: ¿la conexión cubana?

Miguel Cosío
El Nuevo Herald

¿Cuánto tiempo más va a esperar Cuba antes de salir a aclarar qué tipo de relación tuvieron o no funcionarios o personas próximas a su gobierno con el ex alcalde de Cancún y actual candidato de la coalición de izquierda PRD-PT-Convergencia al gobierno de Quintana Roo, Gregorio ``Greg'' Sánchez, arrestado la semana pasada y encerrado en una prisión de máxima seguridad, en Tepic, Nayarit, bajo cargos de vínculos con el narcotráfico?

¿Por qué el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba no ha publicado aún una sola línea para despejar posibles dudas respecto al hecho de que un ex miembro de las fuerzas armadas cubanas (1975-1991) está involucrado en el asunto, acusado de delitos graves? Su nombre: Boris del Valle Alonso, ex asesor de seguridad del ex alcalde de Cancún y pieza clave en el proceso en su contra.

¿Cómo caen en La Habana las revelaciones de la esposa de Sánchez, la cubana Niurka Sáliva, de que su padre es el coronel del Ministerio del Interior José Angel Sáliva Pino? ¿O la declaración suya de que ``si alguien puede hablar bien sobre mi padre es el actual presidente de la república de Cuba, Raúl Castro''?

Si bien la señora Sáliva de Sánchez niega que el gobierno de Raúl Castro apoye o esté detrás de la candidatura de su marido, quedan un sinfín de preguntas y surgirán muchas más, conforme pasen los días y aparezcan nuevos datos de la investigación.

``Greg'' Sánchez es acusado por la Fiscalía de México (PGR) de enriquecimiento ilícito, producto de los abultados ingresos que nunca pudo justificar, así como de nexos con la mafia de traficantes de cubanos que operaba en Isla Mujeres, Cozumel y Cancún, y cuyo destino final era Miami, por un pago de entre $10 mil y $12 mil por persona.

Según la prensa mexicana, la acusación contra el ex alcalde se veía venir desde la detención el 6 de marzo del 2009 de su entonces asesor de seguridad y socio en negocios inmobiliarios, el cubano naturalizado mexicano Boris del Valle, en el aeropuerto de la Ciudad de México.

La Fiscalía mexicana acusó a ``El Boris'', junto a otros detenidos, de proteger, colaborar y pasar información a la banda de ``Los Zetas'', el brazo armado del Cártel del Golfo o de ``Los Beltrán Leyva''. Los delitos señalados en la imputación fueron delincuencia organizada y fomento al narcotráfico, así como el homicidio intencional del general Mauro Enrique Tello Quiñones, quien fue ejecutado en Cancún el 3 de febrero del 2009.

Tello había sido comisionado por el secretario de Defensa de México apenas un mes antes de su ejecución para que redefiniera la estrategia de seguridad del célebre balneario mexicano. Al momento de su muerte, el militar investigaba las conexiones de dos células de ``Los Zetas'' y el Cártel de ``Los Beltrán Leyva'' en Cancún con altos funcionarios de la administración municipal.

Al parecer, Boris del Valle no era el único cubano vinculado al gobierno del ex alcalde. En abril pasado, fuerzas del ejército mexicano descubrieron un centro de espionaje que operaba en un edificio de condominios en pleno corazón de Cancún y que era manejado por funcionarios municipales de Sánchez y algunas personas presuntamente de origen cubano. La estación estaba equipada con scanners telefónicos y tecnología israelí de punta destinada a espiar a políticos, empresarios y periodistas.

Los supuestos malos pasos del ex alcalde de Cancún no terminan ahí. La prensa mexicana acaba de revelar que el todavía candidato de la izquierda a gobernador de Quintana Roo, ``Greg'' Sánchez, exigía cuotas a la policía, como si cuidar a la ciudadanía fuera un oficio de renta pública. La información se conoce gracias a un documento oficial en el que se exigía al departamento de Policía entregar una suerte de diezmo de $2.7 millones, entre marzo y diciembre del 2009, sin especificar en qué forma obtener esos fondos y para qué sería esa recaudación.

Por cierto, el tesorero del gobierno municipal de Cancún, Carlos Trigos, renunció a su cargo tras la detención de Sánchez y desde entonces está desaparecido.

Niurka Sáliva de Sánchez insiste en la inocencia absoluta de su marido. Dice que la acusación en su contra es una sarta de mentiras fabricadas por el PRI estatal y por el gobierno federal de Felipe Calderón, para impedir que ``Greg'' llegue al gobierno de Quintana Roo, cuando las encuestas lo colocan a la cabeza de la contienda electoral.

Mientras el caso concluye, La Habana debería ofrecer algunas explicaciones, a modo de control de daños. Quizás las mismas que nunca dio hace diez años con el caso del gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid, juzgado hoy en una corte federal en Nueva York.
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