22 de junio de 2010


Lugares:

La Guadalajara de Castilla (España)

A Wad-al-Hayara, (Valle de los castillos, o valle de las piedras para los árabes), la fundaron éstos a finales del siglo VIII o principios del IX como fortaleza en la frontera entre los reinos cristianos y árabes. No se sabe mucho de la historia de Guadalajara en su etapa árabe, se cree que obtuvo cierta importancia sobre el siglo X y ha dejado en la ciudad el Puente del Henares y parte de las ruinas del Alcázar.

El Puente del Henares, (sobre ese río), es el monumento más antiguo de Guadalajara, y fue construido por los musulmanes en la segunda mitad del siglo X. Era el principal enlace con Madrid hasta que se construyó la carretera nacional que bordea la ciudad por el sur. En el año 2008, durante la realización de unas obras, se descubrió que el puente sigue conservando, en uno de sus extremos, cuatro arcos medievales originales.

El Alcázar se encuentra sobre un barranco. De origen musulmán, era parte de las murallas de la ciudad. Es en el siglo XIV cuando con diversas modificaciones y ampliaciones obtuvo su época de mayor apogeo. Allí se celebraban las Cortes del Reino (Castilla) en 1390 y 1408. A partir de esta época comienza su declive.

La ciudad fue conquistada por los cristianos en 1085 por el rey castellano Alfonso VI. De las fortificaciones medievales cristianas se conservan la Puerta de Bejanque y los torreones del Alamín y el de Álvar Fáñez. La Puerta de Bejanque es la única que queda de las murallas medievales del siglo XIV, conservada hasta mediados del XIX.

El Torreón o torre del Alamín y su puente aledaño datan de 1296. Cuando dejó de tener utilidad militar, se convirtió en el Hospital de la Torre (más bien albergue de pobres y vagabundos). En 1923 se le declaró, junto al Torreón de Álvar Fáñez, Monumento Histórico-Artístico.

El torreón de Álvar Fáñez es una torre pentagonal de la desaparecida muralla, quizás del siglo XIV.

Sobre él se cuenta la leyenda de que una noche de San Juan, un traidor sarraceno abrió las puertas de la ciudad para que entraran las tropas de Mío Cid, capitaneadas por Álvar Fáñez Minaya, que conquistaron las ciudad para la cristiandad. Desde entonces la Leyenda del Caballero y las Estrellas sirve para entender el escudo de la ciudad: un caballero en una noche estrellada frente a una plaza fuerte musulmana. Por supuesto, la puerta que se considera fue abierta a los cristianos es ésta, de ahí el nombre de Torreón de Álvar Fáñez.

Entre los monumentos de Guadalajara, sin contar con el Palacio del Infantado, tenemos los siguientes palacios y edificios administrativos: el Ayuntamiento, la Diputación Provincial, el Palacio de Dávalos, el de la Condesa de la Vega del Pozo, y el Palacio de la Cotilla.

También son de destacar, especialmente por su valor histórico, la iglesia y el fuerte o convento de San Francisco. Construido en el siglo XVII, su panteón es una copia del Panteón de los Reyes del Escorial, y allí se encuentran los restos del Marqués de Santillana. Además, en la iglesia estuvo preso el Arcipreste de Hita, y entre sus muros escribió su “Libro del Buen Amor.”

Otros edificios más modernos y de estilo ecléctico que merecen admirarse son la Iglesia de Santa María Micaela y el contiguo edificio de la Fundación de la Condesa de la Vega del Pozo, gran benefactora de la ciudad, destinado a asilo de niños.

Sin dudas, el monumento más conocido y visitado de Guadalajara es el Palacio del Infantado. Pero de su historia nos referiremos en una futura crónica.

Fuente: http://www.unaventanadesdemadrid.com
Foto: Google
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