Espectacular robo
en el Museo de Arte Moderno de París
en el Museo de Arte Moderno de París
El espectacular robo de cinco obras de Pablo Picasso, Henri Matisse, Amedeo Modigliani, Georges Braque y Fernand Léger, del fondo del Museo de Arte Moderno de la ciudad de París, por un valor que oscila entre los 100 y los 500 millones de euros, según las fuentes, relanza de manera espectacular el incendiario debate sobre la seguridad de los grandes museos parisinos.
Una fuente interna del Museo, citada por Le Parisien, afirma que el sistema de alarmas anti robos hacía dos largos meses que no funcionaba, agregando: «Ese fallo de la seguridad había sido señalado por el personal en varias ocasiones. Y, teóricamente, la jerarquía del Museo debía alertar a la alcaldía de París. Alguien tendrá que explicar por qué no se hizo nada durante dos meses».
Las primeras filtraciones policiales sugieren que el robo de cinco obras maestras, «Le Pigeon aux petit pois» (Picasso), «La Pastorale» (Matisse), «L’Olivier près de l’Estaque» (Braque), «La Femme à l’éventail» (Modigliani) y «Nature morte aux chandeliers» (Léger), pudo consumarse con aparente “facilidad”, por un hombre solo o un grupito de ladrones muy bien informados sobre el mal estado de la seguridad del Museo.
La desaparición de los cuadros fue constatada poco antes de las 7 de la mañana, cuando comenzó a llegar el personal del Museo. Los responsables descubrieron muy pronto que una ventana y varios candados estaban rotos.
Las cámaras de vigilancia grabaron la imagen de un hombre introduciéndose en el museo. Se trataría, según esas primeras versiones, de un robo tan espectacular como simple. Unas alarmas que no funcionan desde hace meses. Una ventana de fácil acceso. Y unos candados que pueden romperse con relativa facilidad. Alguien razonablemente bien informado pudo llevarse esas cinco obras maestras, u otras, con una facilidad inquietante.
El Museo ha permanecido hoy cerrado, para permitir a la policía trabajar en profundidad, intentando encontrar pistas y comprender los fallos que permitieron el robo. Según la dirección del Museo, las cinco obras robadas podrían valorarse en unos 100 millones de euros. La fiscalía del Tribunal de París hace una evaluación mucho más alta, estimando las obras robadas en unos 500 millones de euros.
El alcalde de París, Bertrand Delanoë puso el grito en el cielo, inmediatamente: «Estoy particularmente triste, ante un robo que es un atentado intolerable contra el patrimonio cultural y universal de París».
Sin embargo, son los servicios de seguridad del Museo, dependientes de la alcaldía, quienes, aparentemente, no han funcionado con la eficacia presumida.
Conocido el robo, los servicios especializados de la Policía judicial y la Oficina central de lucha contra el tráfico de bienes culturales, han puesto en marcha los procedimientos tradicionales, comenzando por la distribución de las imágenes de las obras robadas, vía Interpol. El ladrón o ladrones no podrán vender las obras robadas con facilidad. Se trata de piezas bien conocidas, repertoriadas, propiedad de un museo público, que ningún coleccionista en su sano juicio podría aventurarse a adquirir.
Por su parte, varias fuentes policiales afirman, con cierta discreción, que este robo confirma las sospechas y advertencias de algunos servicios especializados: varios de los grandes museos parisinos están mal protegidos, con sistemas de seguridad pasablemente arcaicos, en algunos casos. El 29 de junio del 2009, un carnet de dibujos picassianos también fue robado en el Museo Picasso de París.
ABC, madrid
Ilustración: "La Pastorale", Henri Matisse.
Una fuente interna del Museo, citada por Le Parisien, afirma que el sistema de alarmas anti robos hacía dos largos meses que no funcionaba, agregando: «Ese fallo de la seguridad había sido señalado por el personal en varias ocasiones. Y, teóricamente, la jerarquía del Museo debía alertar a la alcaldía de París. Alguien tendrá que explicar por qué no se hizo nada durante dos meses».
Las primeras filtraciones policiales sugieren que el robo de cinco obras maestras, «Le Pigeon aux petit pois» (Picasso), «La Pastorale» (Matisse), «L’Olivier près de l’Estaque» (Braque), «La Femme à l’éventail» (Modigliani) y «Nature morte aux chandeliers» (Léger), pudo consumarse con aparente “facilidad”, por un hombre solo o un grupito de ladrones muy bien informados sobre el mal estado de la seguridad del Museo.
La desaparición de los cuadros fue constatada poco antes de las 7 de la mañana, cuando comenzó a llegar el personal del Museo. Los responsables descubrieron muy pronto que una ventana y varios candados estaban rotos.
Las cámaras de vigilancia grabaron la imagen de un hombre introduciéndose en el museo. Se trataría, según esas primeras versiones, de un robo tan espectacular como simple. Unas alarmas que no funcionan desde hace meses. Una ventana de fácil acceso. Y unos candados que pueden romperse con relativa facilidad. Alguien razonablemente bien informado pudo llevarse esas cinco obras maestras, u otras, con una facilidad inquietante.
El Museo ha permanecido hoy cerrado, para permitir a la policía trabajar en profundidad, intentando encontrar pistas y comprender los fallos que permitieron el robo. Según la dirección del Museo, las cinco obras robadas podrían valorarse en unos 100 millones de euros. La fiscalía del Tribunal de París hace una evaluación mucho más alta, estimando las obras robadas en unos 500 millones de euros.
El alcalde de París, Bertrand Delanoë puso el grito en el cielo, inmediatamente: «Estoy particularmente triste, ante un robo que es un atentado intolerable contra el patrimonio cultural y universal de París».
Sin embargo, son los servicios de seguridad del Museo, dependientes de la alcaldía, quienes, aparentemente, no han funcionado con la eficacia presumida.
Conocido el robo, los servicios especializados de la Policía judicial y la Oficina central de lucha contra el tráfico de bienes culturales, han puesto en marcha los procedimientos tradicionales, comenzando por la distribución de las imágenes de las obras robadas, vía Interpol. El ladrón o ladrones no podrán vender las obras robadas con facilidad. Se trata de piezas bien conocidas, repertoriadas, propiedad de un museo público, que ningún coleccionista en su sano juicio podría aventurarse a adquirir.
Por su parte, varias fuentes policiales afirman, con cierta discreción, que este robo confirma las sospechas y advertencias de algunos servicios especializados: varios de los grandes museos parisinos están mal protegidos, con sistemas de seguridad pasablemente arcaicos, en algunos casos. El 29 de junio del 2009, un carnet de dibujos picassianos también fue robado en el Museo Picasso de París.
ABC, madrid
Ilustración: "La Pastorale", Henri Matisse.
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