20 de mayo de 2010


Aquel 20 de Mayo

I

Atrás quedaba el fragor
de la batalla en los campos.
Se oxidaban lentamente
las armas de los soldados.

Semiocultos en las cuadras
-tanques con crines de antaño-
oliendo a pólvora vieja
descansaban los caballos.

El yunque d los caminos
dormía un silencio ingrato,
añorando el galopante
martillar de férreos cascos...

En las ciudades hervía
la euforia de los cubanos.

Como si alguien transportara
los verdes surcos del agro,
se agitaban en las calles
cañaverales de brazos.

En vez de una estrella más
en el pabellón extraño,
subió la enseña triunfante
con su fulgor solitario.

En San Pedro hubo temblores
en un sepulcro mulato,
y el río Contramaestre
besó jubiloso al Cauto.

Fue la República entonces
la flor más bella de mayo...

II

Patria de palmas y azúcar,
bohío de amor y guano,
carne olvidada del mundo,
verde origen que amo tanto:

Para gloria de tus hijos
y asombro de los tiranos
¡repetirá el horizonte
el sol de un 20 de Mayo!

Luis Mario
Foto: www.cubaencuentro.com
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