«VAMOS A
EMPEZAR
UNA GUERRA EN
LONDRES ESTA NOCHE»
abc.com
El suceso tuvo lugar en el
barrio de Woolwich, en la calle John Wilson, en los aledaños de un conocido
cuartel de la artillería montada real. Dos individuos armados con cuchillos,
machetes y una pistola atacaron a un hombre pasadas las dos de la tarde, a unos
300-400 metros del perímetro de seguridad de las instalaciones militares. Al
parecer, los agresores embistieron primero a su víctima con un coche. Varios
testigos explicaron a los medios británicos que los dos atacantes cantaban «Allahu
Akbar» (Alá es grande) mientras agredían al hombre a base de cuchilladas y
machetazos.
Horas
después, la prensa publicaba una conversación entre Ingrid Loyau-Kennett, una
mujer que veía desde un autobús todo lo sucedido, y uno de los supuestos
asesinos del soldado fallecido ayer en Londres. «Vamos
a empezar una guerra con Londres esta noche», asegura que le dijeron.
La
conversación, publicada por medios como The Telegraph o The Guardian, narra lo
sucedido entre esta líder de una escuela infantil de «scouts» y el supuesto
agresor. «Cuando vi al hombre en el suelo pensé que había sido un accidente,
después vi que estaba muerto».
El
relato, sobrecogedor por lo normal que parece en la imagen, sigue: «entonces vi
a un hombre negro, con una pistola en una mano y un cuchillo de carnicero en la
otra. Le veía muy nervioso y me dijo que no me acercara al cuerpo del hombre.
No sentí realmente nada en ese momento. No me asusté porque no le veía
borracho, ni estaba bajo el influjo de drogas. Era alguien normal. Pude hablar
con él y él quería hablar con alguien, y eso fue lo que hice».
Entonces,
continúa el relato, «pensé, está bien, no sé qué está pasando aquí y él estaba
manchado de sangre. Pensé que lo mejor era seguir hablando con él antes de que
empezara a atacar a alguien más. Pensé, también, que este tipo de persona tiene
un mensaje y le pregunté que qué quería.
La
respuesta: «Vamos a empezar una guerra con Londres esta noche«. La mujer
asegura a The Telegraph que le
preguntó «si él había hecho eso y su respuesta fue que sí. Entonces le pregunté
que por qué lo había hecho y su respuesta fue que le había matado porque el
soldado mató musulmanes en Afganistán».
Además,
Ingrid asegura que «no estaba drogado, bebido o fumado, solamente decepcionado.
Era totalmente capaz de tomar decisiones por sí mismo y dispuesto a hacer todo
lo que quería», termina.
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